DÍA DE COMPRAS ✏️ Diarios de Viajes de USA

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Ya era viernes y queríamos dedicarlo a hacer compras. Creo que ese día descubrí lo que era un “outlet”. El día amaneció estupendo, soleado, así que después de desayunar, nos fuimos andando hasta MACY´S, donde la gente esperaba en una de las entradas a que abrieran. Puede decirse que es parecido al corte inglés en España. A primera hora estaba todo super ordenado, varias plantas de ropa de marca… así que mi novio y yo decidimos separarnos y quedar en un punto fijo al cabo de media hora. Y esto lo hicimos en varias plantas, así ganábamos tiempo y cada uno miraba lo que quería.

*** Imagen borrada de Tinypic ***


Salimos de MACY´S y nos tomamos un café en un Mc Donals cercano. No sé si fue el café o qué lo que nos decidió ir hasta los outlets de New Jersey. Fue algo impulsivo porque ni sabíamos ni dónde estaban ni cómo llegar hasta allí. Pero como se nos meta algo en la cabeza… allá que vamos. Lo primero que hicimos fue ir a la PENNSYLVANIA STATION, que está justo al lado del Madison Square Garden. Bueno, nada más entrar parece una estación pequeña pero a medida que vas andando te das cuenta que de pequeña no tiene nada. Preguntando a la gente, llegamos a las taquillas para sacar el billete de camino a New Jersey (9$ por persona i/v). Como mi novio y yo somos un poco acelerados, en cuanto cogimos los billetes nos dirigimos hacia un andén sin tener ni idea de por donde ir. Menos mal que un señor muy amable nos metió en el tren que era. La verdad que no es complicado, solo hay que esperar a que salga la información en la pantalla. Una vez en el tren, el revisor te “tika” el billete y lo pone encima de tu asiento. Tuvimos que pasar por 4 o 5 paradas hasta llegar a “Elisabeth” que era donde teníamos que bajarnos. Desde Nueva York hasta aquí nos costó llegar una media hora larga. Una vez en la estación, teníamos que coger el autobús nº 24 que llegaba hasta los outlets, pero como no queríamos esperar cogimos un taxi (10$ desde la estación Elisabeth hasta New Gardens). Bueno, aquello era enorme, un centro comercial con tiendas de marca y a precios super asequibles: DNKNY, Calvin Klein, Guess, Tommy G, Ralp Lauren, Levi´s… Compramos de todo: bolsos, camisas, vestidos, pantalones, zapatos… Para que os hagais una idea, mi novio se compró pantalones “levi´s 501” por 19E cuando aquí, en Logroño, cuestan 80 o 90E. A mí me encantan los bolsos GUESS y en New Gardens pude comprarlos por 30 o 40E. Luego, cuando volví a mi ciudad, los vi por 150E. En cuestión de ropa, yo creo que sí merece la pena comprar en los outlets. Total, que entre comer allí y hacer compras se nos fue parte de la tarde. Para volver a Nueva York, hicimos el mismo trayecto que para venir: cogimos un taxi hasta la estación “Elisabeth” y de ahí, el tren hacia PENN STATION. Para cuando salimos de la estación de camino al hotel con las bolsas ya era de noche. Estábamos tan contentos que decidimos ir andando hacia el hotel, Nos costó 15 o 20 minutos llegar hasta el hotel, pero no nos importó. Teníamos que dejar las bolsas para salir a cenar, esta vez, nos decantamos por el HARD ROCK CAFÉ (en pleno Times Square). Nada más entrar está la tienda y tienes que bajar unas escaleritas para acceder al restaurante. Allí una chica te toma el nombre y tienes que esperar a que salga en una pantalla para poder entrar. A nosotros nos costó esperar una media hora (ya nos lo había advertido la chica antes), pero se pasa rápido porque en el hall de espera puedes contemplar objetos valiosos de la historia de la música: discos auténticos de los Beatles, la guitarra de Eric Clapton o del grupo Nirvana, trajes de importantes cantantes… todo un museo, vamos.


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Una vez que aparece tu nombre en la pantalla, te dan un papel que debes entregar antes de entrar al restaurante para que te hagan una foto delante de una pared llena de guitarras. El restaurante es una especie de teatro transformado, con su escenario y todo, y varias pantallas de televisión. Para mí, fue el primer HARD ROCK CAFÉ al que entraba, por lo que no puedo compararlo con ningún otro, pero a mí me gustó bastante. La comida no es nada del otro mundo, aunque las bebidas son gratis. Eso sí, luego te meten la propina en la cuenta (12%) por lo que lo que no pagas de un lado te lo meten por el otro. Lo bueno es que antes de irte, vas a la tienda con la cuenta y te dan los vasos que has usado durante la cena (unos nuevos, claro). La verdad que fue un detalle y para nosotros un recuerdo del HARD ROCK. Y de ahí al hotel, ya que al día siguiente debíamos volver a España.

ÚLTIMAS HORAS EN MANHATTAN

El sábado nos levantamos sabiendo que eran nuestras últimas horas en Nueva York. Lo primero que hicimos fue ir a ver el EMPIRE STATE de día. Ya lo habíamos visto, pero de noche. Al ser temprano, no tuvimos que hacer nada de cola y en 5 minutos estábamos arriba. Esta vez entramos con unos tickets que había reservado e impreso por Internet (la NY Pass ya la habíamos usado para el empire). El sol brillaba pero aún así, y desde arriba del todo, hacía un poco de “rasca”. Sinceramente, la vista por el día desde el EMPIRE es algo espectacular (para mí más que la nocturna). Y es que ves todo, todo. No sé por qué pero en lo alto del EMPIRE me venían escenas de la peli donde Tom Hans se reúne con Meg Ryan.



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Bueno, después de hacer fotos por todos los rincones del EMPIRE nos fuimos hasta el FLATIRON, uno de los edificios más bonitos de MANHATTAN. Aquí echamos otras tantas fotos, sobre todo, para conseguir que nos quedara recto en la foto.


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Como días antes nos encontramos con la Biblioteca cerrada, decidimos hacerle una visita antes de irnos.


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Como nuestro avión salía por la tarde-noche decidimos acercarnos hasta “CENTURY 21” para ultimar algunas compras. Y como todavía no lo habíamos probado, decidimos coger un taxi por Manhattan (pactando el precio por adelantado, claro). Bueno, lo de montarte en taxi es otra experiencia única, parecía que nos perseguía alguien. Nuestro taxista iba a una “caña” que mi novio y yo nos meneábamos para todos los lados: para la izquierda, frenazo, para delante, derecha… En poco tiempo, unos 10 minutos, llegamos a la zona cero, para entrar en “CENTURY”.

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Un consejo, no vayáis en sábado, aquello se llenó de gente enseguida, las colas en los probadores eran interminables. A mí se me ocurrió la idea de probarme todo en la propia tienda, entre la ropa (es que en los probadores había mucha gente). Me probé casi todo hasta que una de las chicas me llamó la atención y ya me corté un poco más. Compramos de todo: abrigos, cazadoras, una cama para mis perros, y hasta una maleta para meter todas las compras de Nueva York.
Con la maleta nos fuimos a comer a un restaurante cercano al hotel (justo enfrente del MARRIOT) y de ahí al hotel, porque nos venían a buscar 3 horas antes de que saliera el avión. Tardamos cerca de una hora en llegar. Nuestro avión de la compañía Iberia, salió a su hora. Yo tenía la esperanza de poder dormirme (ya que iba a ser nocturno) pero todo el vuelo estuvo lleno de turbulencias y claro, con tanto meneo (y la clase turista que tampoco es para tirar cohetes)… no hubo manera de pegar ojo. La verdad que miedo no pasé, era más la incomodidad que otra cosa. Por cierto, la comida que sacaron en el avión de vuelta fue malísima. En esos momentos en los que no podía dormir, me acordaba de todo lo que había vivido y visto en Nueva York. Una ciudad que lo tiene todo y a lo grande y a la que me encantaría volver otra vez.

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