QUEENSLAND ✏️ Diarios de Viajes de Australia

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Etapa 3: QUEENSLAND.

Vuelo Uluru -> Brisbane

En esta etapa pasamos la primera noche en Brisbane (que no visitamos porque no parecía, al indagar, que mereciese la pena) así que llegamos de noche y salimos a la mañana siguiente directos hacia Hervey Bay, para dormir allí, ya que a la mañana siguiente nos venían a buscar para hacer la excursión de un día en Fraser Island.

Por el camino a Hervey Bay paramos primero en el “Bee Gees Way”, una especie de paseo en honor a los reyes del sábado noche que les han hecho en el pueblo en el que residían: Reedcliff.
Tras ello nos dirigimos a Noosa Heads N.P. e hicimos parte de un trail que bordea la costa, un precioso y fácil camino con unas vistas increíbles.
Cogimos el coche de nuevo para en 5' finalizar nuestra visita en Noosa viendo el Laguna lookout, también precioso.

Desde allí, encaminamos nuestros pasos a Hervey Bay para dormir.
En este trayecto, fácil si vas por la Bruce Highway, como teníamos pensado, Google Maps nos la jugó por no prestarle mucha atención (nos pareció tan básico, que tiraría de la única autopista, que no contemplamos la posibilidad de que fuera a meternos por otra ruta...) iba a anochecer y no era plan estar conduciendo por estas carreteras.

Pero por confiados, Google en su afán de acortar caminos, nos la lió parda, y nos hizo atravesar bosques en los que primero las señales de canguros, luego las de koalas, cada vez más insistentes, y finalmente las de caballos salvajes, nos iban poniendo los pelos de punta...

Conseguimos con la tontería añadir al camino 20' y... sí, se nos cruzaron canguros...sí.
Y no sólo brincaban ellos, nosotros también brincamos en el asiento al verlos, sí...

Afortunadamente caballos no, pero nos comentaron posteriormente en el hotel que hay, y muchos, y que es muy peligroso conducir esas carreteras de noche.

Finalmente conseguimos llegar a Hervey Bay a las 19:00 de la tarde, todo a oscuras y sin un alma.

Habiamos contratado la excursión de un día en Fraser Island con "Fraser tour experiences".

Ofertan varias modalidades parae distintos presupuestos, una es una especie de bus que creo recordar acoplaba a unas 20 personas, otra con Hammer que es privada, y la nuestra que era semi privada, porque el 4x4 se comparte con más gente hasta completar las 5 plazas, como éramos 3, venía una pareja australiana con nosotros más el conductor.
Incluye café y pastas de mañana y tarde, lunch y traslados de ida y vuelta al hotel.

Decidimos hacer esta excursión huyendo de las grandes masas y fue un acierto.
Nos llevó a la 75 miles beach, Pinnacles, vimos dingos, Central Station y finalmente el lago McKenzie.
He de decir que mereció mucho la pena esta visita y que fuimos muy cómodos en el 4x4.
Lo contratamos principalmente porque no queríamos problemas de coche, ruedas, palas para sacarlo de la arena...etc.
No es un camino fácil, alguno hemos hecho en nuestra vida viajera por dunas, pero francamente, en esta ocasión no queríamos aventuras de este tipo, principalmente porque el tiempo era escaso, en un día había que ver toda la isla y estábamos de vacaciones (por supuesto podía haber ocurrido igualmente con nuestro conductor pero no ocurrió).
Sí tenéis dudas de cómo es la conducción por esta isla, quitando la playa que es una gozada, buscad videos en Youtube, así veis si os mola y os compensa hacerlo o no.

Aún así, si por economía no queréis gastaros mucho, aconsejo hacer esta excursión en los buses grandes sí o sí.
Fraser Island merece mucho la pena, el lago, Central Station, conducir esa playa eterna…son sitios preciosos

Esa noche dormimos a una hora y media al sur de Hervey Bay, en Gympie, ya que, al diseñar esta etapa de la ruta tuve serias dudas de si seguir por la costa hacia arriba o volver de nuevo para atrás e invertir el dinero en un vuelo que nos ahorrara casi dos días de conducción hasta llegar a las zonas que realmente nos interesaban, que estaban a unos 900km.

Suma dos días de coche, gasolina, hoteles y cansancio y al final casi te sale rentable el precio de los vuelos...
Así que, a la mañana siguiente, en hora y media más, estábamos de nuevo en Brisbane para coger un vuelo al aeropuerto de Proserpine (Airlie Beach).
Cogimos el coche de alquiler y fuimos al pueblo, donde pernoctamos dos noches.

Es un pueblo muy turístico que vive principalmente de la Gran Barrera y las Whitsundays.

Al día siguiente salimos en la excursión a las Whitsundays que hicimos con la empresa Sealink ya que era la única que nos permitía disfrutar de dos horas en Whitsunday Beach y además hacer de manera guiada el mirador Hill Inlet.
Fue una bonita excursión, sin prisas con comida y tentempiés incluidos.
En la playa vimos iguanas y serpientes y desde el barco también ballenas.

El otro día que pasamos en Airlie habíamos contratado el vuelo en avioneta a la Gran Barrera con la empresa Fly Australia Chárter, para ver las Whitsundays desde arriba así como el arrecife Heart Reef (nos salió más barata hacerla con Viator que con GetyourGuide, aproximadamente 50€).
En esta ocasión, aparte de las islas y del arrecife, también pudimos ver ballenas desde el aire...
La avioneta era pequeña e íbamos 4 personas más el piloto, magnífico pilotando, por cierto.

He de decir que bajo nuestro punto de vista, estas dos excursiones, tanto la del barco a las Whitsundays y al mirador, como el vuelo por la Gran Barrera deberían estar en el top de visitas obligadas en un viaje a Australia.
Fue de lo más bonito y espectacular del viaje sin duda alguna...

Y aviso, nuestros días fueron nublados al máximo y lloviendo a ratos y aún así, al separarnos del continente el sol se abrió paso y pudimos tener unas vistas magníficas de todo.
Por lo que, si el día antes os entra la "desesperación climatológica" al ver las previsiones, como me pasó a mí, nunca tiréis la toalla porque las cosas pueden cambiar en una hora.

Tras el vuelo nos fuimos para Townsville y allí cogimos el ferry a Magnétic Island, donde pasaríamos 3 noches, se trataba de un pequeño “descanso” que incluimos en esta parte del viaje.

Previamente la empresa de alquiler de coches Avis nos había informado de que el seguro no cubriría los posibles daños del coche en la isla, y nos dio, porque se lo pedimos, una autorización por escrito para meter el coche en el ferry, que no es obligatorio llevarla pero que nosotros preferimos tener.

A pesar de todo, nos arriesgamos a entrar con el coche en la isla y fue un acierto.
La isla tiene pocos kilómetros, eso sí, llenos de curvas cerradas y estrechas pero que, yendo con cuidado no deberían representar ningún problema.
Realmente aunque podíamos haber utilizado el autobús en la isla, al final pensamos que nos haría perder mucho tiempo y he de decir que debido a esta decisión pudimos aprovechar el tiempo allí bastante bien.

Para llegar a la isla hay dos empresas de ferry:
Sealink: mas rápida y solo para viajeros a pie.
Magnétic Island Ferries: para viajeros tanto a pie como con coche, que fue la que utilizamos.

Las reservas se hacen online en su propia página y si llevas coche, piden reserva previa.

Al ser temporada baja la hicimos el día antes sin problema,
hay que poner un horario de ida y otro de vuelta, que se puede modificar llegado el caso, en las propias taquillas.

También, si no se quiere pasar el coche, existe la posibilidad de dejarle en los aparcamientos de pago que tienen ambas empresas, el de Sealink vigilado y el de Magnétic Island Ferries no (aunque disponen de taquillas de pago para el equipaje, éstas tienen el horario de cierre del recinto, algo a tener en cuenta).

La isla es muy bonita, a veces parece que estás en el trópico y está llena de vida.
En sus trails vimos canguros, wallabies y por supuesto koalas.

Nos alojamos en Nelly Bay por la cercanía al ferry para el día de salida, y tanto esta zona como Arcadia pueden ser buenas opciones para dormir.
Horseshoe bay es el área más lejana al ferry, y aunque también tiene restaurantes y hoteles quizá sería la zona menos conveniente para alojarse si va uno en autobús.

Hicimos las típicas rutas de senderismo que aconsejan en los mapas de la isla y vimos koalas fácilmente.
Aconsejo también en la zona de Horseshoe, dos cortos paseos, uno por el Horseshoe Bay lagoon, donde se nos cruzaron canguros y otro por el bosque de mariposas.

Un ultimo consejo para ver con seguridad wallabies: en la zona de Nelly bay llegando al final de la calle Kelly St hay un pequeño puente donde suele haber gente pescando, cruzando su parking se llega a un helipuerto y a un parque que todas las tardes se llena de wallabies. Si lleváis zanahorias troceadas o manzanas les haréis felices. Es un corto paseo de unos 300m y merece la pena.

Al día siguiente dejamos la bonita Isla Magnética y nos fuimos a hacer noche a Missions beach, para visitar el Djiru National Park, con la idea de ver casuarios y hacer algunos trails: entre ellos Licuala, y el Dreaming trail, ambos preciosos.

La carretera de este parque nacional está llena de avisos sobre el paso de casuarios.
Lo que no pudimos jamás pensar es que nada más entrar en la zona nos aparecieran tres en pleno arcén. Era afortunadamente una recta y pudimos parar y verlos.

Es una zona preciosa a la que yo habría dedicado un día más para hacer más rutas y que se nos quedó corta.

A la mañana siguiente salimos hacia Port Douglas con la intención de pasar, porque nos pillaba de paso, por el famoso camping de Etty Bay donde se ven, según dicen, bastantes casuarios, pero no tuvimos suerte esta vez. El avistamiento del día anterior había sido realmente excepcional y se ve, que los dioses del Olimpo nos dieron por premiados.

Por el camino también paramos en el teleférico de Kuranda. Se puede hacer teleférico solo ida y vuelta o teleférico y tren.
Lo hicimos sin tren, solo teleférico i/v, con sus correspondientes paradas intermedias, ya que había leído que el tren termina aburriendo un poco...
No hace falta reserva, salvo en épocas de vacaciones escolares, que, en julio, no es el caso.

Esta fue una visita que, dependiendo de lo que uno planee hacer después (en la ruta que diseñe) bajo nuestro punto de vista, podríamos haber obviado.

Explico esto: lo que vas a ver en este teleférico es una fabulosa selva desde arriba.
Llegas a un pueblo que es una calle con tiendas turísticas como las que hay en cualquier lugar de las costas españolas.
Paseas la calle -puesta para que compres unos imanes y una camiseta y te tomes un piscolabis- y ya, de nuevo en el teleferico al bajar, pensamos...es bonito si, y muy le dimos un aprobado alto.
Pero nos dejó un cierto poso de ser los guiris con chanclas y calcetines más pardillos del planeta Tierra.
¿Que te gusta ese rollo? No hay más que decir.
¿Que no? pues eso es exactamente lo que nos ocurrió.

Pero bonito, es...tampoco hay que quitarle mérito a la fantástica selva de Kuranda…

Pasada la experiencia teleférico pasamos, antes de llegar a Port Douglas, por Palm Cove, fue un sitio cuqui en el camino, con cocodrilos en la playa para equilibrar.

Luego antes de entrar en Port Douglas, paramos en el río Mowbray, que tiene un mirador, donde, a veces, puedes encontrarte dichos reptiles.
Había gente parada, estuvimos un ratillo pero no vimos ni uno.

En Port Douglas estuvimos 3 noches

Teníamos contratada la excursión al arrecife para hacer snorkel con Wavelengh, había escogido esta empresa porque tras leer sobre varias, vi que llegaba al arrecife exterior, me gustó su política medioambiental y el que ibas con biólogos marinos que te ofrecen más información.
Hacen tanto tours de snorkel como de buceo.
Había reservado la excursión a través de Getyourguide y afortunadamente pude anularla 24h antes al ver las previsiones de las mareas y del tiempo.
Hacía aire, estaba nublado, el mar muy agitado y antes de anular, me puse en contacto con Wavelengh, quienes me dijeron que, siendo sinceros, las condiciones climatológicas eran malas.

A la mañana siguiente en Port Douglas decidimos pasamos físicamente por la empresa dado que, como íbamos a estar un día más, queríamos saber si habría mejores posibilidades ése día de hacer la excursión.

Nos enseñaron fotos del día anterior (todo gris incluso debajo del agua) y, en ese momento, entró una señora que justo había hecho la excursión, estaba la mujer muy disgustada porque no vieron absolutamente y nos dijo que sentía que había gastado su dinero en balde...

Así que decidimos que, bueno, la vida tenía que continuar sin hacer snorkel en la Gran Barrera y que afortunadamente la habíamos sobrevolado, así que, agradecidos a la vida por ello y arreando, que es gerundio.

Estuvimos relajados paseando por las ventosas playas de Port Douglas en esos días, haciendo la ruta por la colina Flagstaff y yendo a Mossman Gorge, que también mereció mucho la pena.

Luego, dado que al chafarse nuestro día de snorkel en la Gran Barrera, nos sobraba tiempo, no hacía día de playa e íbamos con un adolescente ávido de adrenalina, incluimos voluntariamente una turistada no prevista en nuestros planes: una visita al parque Hartleys, donde dan de comer a los cocodrilos, ves serpientes y otras especies y pasas una tarde o una mañana entretenido.
Bueno, estuvo curioso y tampoco habíamos oído jamás chascar la mandíbula a un cocodrilo... y el adolescente, además, lo agradeció, acto muy impactante hoy en día, aún más que el chasquido de la mandíbula de un cocodrilo...

Tras Port Douglas vino, lo que echó definitivamente abajo la experiencia Teleférico/Kuranda:
2 noches en el Parque Nacional Daintree.

Aviso: conviene llevar lleno el depósito ya que en Daintree es más caro, así como provisiones porque hay poco comercio por la selva y, los restaurantes fastfood que hay, cierran temprano.

Desde Port Douglas fuimos al ferry que te cruza el río Daintree para acceder a esta selva.
Antes de esto, paramos en la orilla para intentar hacer una excursión en barco y ver cocodrilos, está vez sí, en su hábitat natural.
Tenía miradas dos empresas de las que había leído buenas referencias:
Una era Solar Whisper (casi al lado del ferry) y la otra, una pequeña y antigua empresa llamada "Bruce Belchers River cruises".

Solar Whisper, quizá por su cercanía al ferry, estaba completa y nos dijo que tendríamos que esperar una hora o algo más...
Así que decidimos ir unos 4km más allá a probar con la segunda empresa.

Un acierto ir con Bruce Belchers River cruises.
Éramos seis en el barco, vimos bastantes cocodrilos y fue muy agradable tanto las explicaciones del personal como el rollo familiar que tenía el negocio.
Estas excursiones duran una hora y se pueden reservar online, cosa que nosotros no hicimos porque no sabíamos a qué hora llegaríamos al río, y vimos que, al menos en temporada baja, se pueden contratar perfectamente in situ.

Luego ya, por fin, pasamos con el ferry a la selva de Daintree.
El ferry es pequeño y va y viene constantemente, tarda unos 15' en trasladar los vehículos de un lado a otro del río porque no hay puente.

El problema en temporada alta pueden ser las filas de coche esperando en la carretera.
Uno debe ponerse siempre en la fila izquierda porque la derecha es para que la utilicen los locales y no tengan que esperar la cola.

Actualmente en julio 2024, la carretera que te adentra en Daintree está cortada en algunos tramos por obras y pasarla puede llevar algo más de tiempo, supongo que para el verano austral estará resuelto.

Daintree tiene miradores, rutas y preciosas playas eternas. Se trata de una selva de más de 130 millones de años.
Eso lo dice todo.
Todo aquel al que le guste "el verde" NO debería perderse Daintree.

Y por eso, con todo el respeto que se merece Kuranda, una vez adentrados en este espectáculo de la naturaleza comprendimos lo superguiris que habíamos sido en el teleférico.

Además, en la selva de Daintree habíamos reservado para hacer tirolina en Cape Tribulation con "Treetop adventures" y fue precioso poder estar yendo de un arbol a otro en un sitio tan espectacular.

En Daintree hicimos las rutas habituales, que están en todos los mapas, y volver a la realidad después de Daintree, fue duro. Sigue siéndolo.

Tras nuestra segunda noche allí, salimos a la mañana siguiente rumbo a Cairns.

Íbamos con la única intención de hacer noche para, a la mañana siguiente volar hacia Sydney, ya que no parecía, según la información que encontré, que mereciese la pena estar en Cairns más de un día.

Había leído muchas cosas malas sobre esta ciudad (mendicidad, suciedad...) que las tiene, pero nos sorprendió para bien.
Habia mucha gente deportista en su esplanada, nos pareció un sitio turístico, que, para ir un día, echarle un vistazo y comprar algún recuerdo de la Gran Barrera, pues está bien y en sus Night Markets, además, según comprobamos después, este tipo de compras estaban más baratas que en Sydney.

Tras esto, llegaba nuestro final de viaje, Sydney.

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