Continuamos el viaje, ahora sí, llegando a nuestro país destinado para este viaje: Albania.
Llegamos a la decisión de ir a Albania de forma algo aleatoria. Buscábamos un destino para hacer un viaje de varias semanas y estuvimos valorando varias opciones hasta que mi compañera de viaje dijo "¿Y si nos vamos a Albania?". Creo que tardamos unos 3 minutos desde que lo dijo hasta finalmente decidir que este sería nuestro viaje. Es verdad que a veces no hay que fiarse de las apariencias de las cosas tal y como te las presentan por internet o redes sociales, pero el atractivo natural del país nos llamaba mucho la atención. También lo económico que parecía ser. Era una combinación perfecta con el estilo de viaje que buscábamos, así que no lo dudamos más.
Por mi parte, nunca había hecho un viaje así, de mochila, haciendo dedo (spoiler alert!) y yendo un poco a la aventura tan solo con un planteamiento de viaje como referencia que si se cumple, bien, y si no, también. Pero tengo que decir, que este viaje me cambió la forma de moverme por el mundo y solo puedo agradecerle a mi compi que ayudara a dar este paso

Volviendo al viaje que tenemos entre manos...
DÍA 3
14/09/2022
Madrugamos en Prizren (Kosovo) para encontrar una ciudad muy tranquila y todavía dormida. Por suerte encontramos un sitio para desayunar que habría muy pronto y nos pusimos en camino a la estación de autobuses (a patita, claro). Allí cogimos un autobús a las 8:00 con destino a Shköder (pronunciado Shkodra), Albania.
Llegamos a nuestro destino a las 12:00, después de haber aprovechado para dormir un poco más y haber parado en las aduanas para el control de pasaportes (esta vez sin sello

Bueno, nosotras nos bajamos con nuestras mochilas, para mala suerte de que mi compañera se dejó las gafas de sol en el bus, con las prisas.
Nos pusimos en marcha con intención de ir al centro y algo enfadadas por la estafa del bus cuando justo un coche muy pequeño paró junto a la acera y nos ofrecieron llevarnos al centro. El conductor era local, pero había un par de viajeros extranjeros ya dentro. Entramos como pudimos, apretados con las mochilas, pero resultó ser gente muy maja. Nos dejaron en el centro y nos pidieron algo de dinero por llevarnos. Todavía no habíamos cambiado a moneda local y así se lo hicimos saber, lo que al conductor no le hizo mucha gracia. La realidad era que acabábamos de llegar al país y no habíamos ni visto un cajero. Por suerte, uno de los otros viajeros, más que generoso, se ofreció a darle algo por nuestra parte.
Caminamos hasta The Wanderer's Hostel donde nos alojábamos esa noche. Allí mismo alquilamos unas bicis que nos costaron 5€ para utilizarlas durante todo el día y nos pusimos en marcha con la primera misión en la ciudad: buscar ópticas para ver si encontrábamos unas gafas de sol de clip para mi amiga. Encontramos varias, pero ninguna encajaba correctamente con sus gafas, ya que eran a medida.
Desistimos en el empeño y decidimos explorar la ciudad. A todo esto, quiero comentar que no tengo por costumbre circular en bici por ciudades, y las rotondas de Shköder son bastante caóticas, así que hay que tener cuidado, pero sobre todo pasar con decisión jajaj
Llegamos en bici hasta el Castillo de Shköder (junto al lugar donde nos había dejado el bus) y entramos para verlo antes de que cerraran, ya que allí todo cerraba relativamente pronto (sobre las 17:00). Vimos todas las ruinas, hicimos un montón de fotos y disfrutamos no solo de las vistas de la ciudad, sino de todo el cambio, ríos y montañas de alrededor que se veían desde lo alto del castillo.

Continuamos hacia el lago Skadar. Nos habían dicho en el hostal que era una ruta bonita de hacer en bici y no se equivocaban. La carretera va bordeando el lago y tiene pocos desniveles, así que es muy cómoda de hacer. Continuamos el recorrido parando de vez en cuando para hacer alguna foto y para darnos un chapuzón, hasta llegar al pueblo de Pješačac, el último pueblo antes de la frontera con Monte Negro. Nos tentó la idea de llegar y cruzar la frontera para poder decir que habíamos estado en 6 países en menos de 72 horas, pero se nos acababa la luz y todavía teníamos que hacer todo el camino de vuelta.

Ya de vuelta en la ciudad, visitamos alguna mezquita y dimos algunas vueltas antes de regresar al hostal. Al día siguiente teníamos pensado salir para Valbonë, para la ruta de montaña Valbonë-Theth, así que teníamos que descansar bien.
Una vez en el hostal, cenamos y revisamos el plan del día siguiente. ¡Y menos mal que lo hicimos!
IMPORTANTE PARA LA RUTA VALBONË-THETH -> Comprobad muy bien el tiempo que os va a hacer
Cuando revisamos el clima que íbamos a tener, descubrimos que había previsión de tormenta eléctira para dos días después. El problema estaba en que la ruta de Valbonë dura dos días:
1. Viajando en autobús, ferry y otro autobús hasta el alojamiento de Valbonë,
y 2. Haciendo la ruta y cruzando las montañas hasta llegar a Theth.
Según calculamos, la tormenta nos pillaría en nuestro segundo día de ruta, es decir, en plena montaña. Visto esto, lo descartamos inmediatamente, (sobre todo siendo tormenta eléctrica). Hablamos con el hostel para cambiar la reserva del autobús que teníamos al día siguiente y para ver qué otras opciones teníamos.
Si posponíamos el viaje hasta después de la tormenta, tendríamos que renunciar a alguna de las ciudades que pensábamos ver después y suponía quedarnos por la zona más tiempo, cosa que no estaba mal, pero tampoco había mucho más que hacer por la zona del norte.
Entonces surgió la solución: Hacer la ruta Theth-Valbonë.
Parece que esto solucionaba poco, pero no. En vez de viajar el primer día a Valbonë (un viaje largo que por eso llevaba todo un día), viajaríamos a Theth y comenzaríamos la ruta nada más llegar, sin detenernos. Así, la tormenta nos pillaría el segundo día, ya en Valbonë, pasadas las montañas, cuando solo teníamos que viajar en bus-ferry-bus para volver a Shköder.
Una vez replanteado todo, nos fuimos a descansar porque, aunque planeada, no sabíamos la ruta que nos esperaba al día siguiente.