Una vez visitado el lago decidimos hacer camino ya que de momento el tiempo no mejora,y así vamos avanzando camino. Tras avanzar unos 50 Km nos encontramos, junto a la carretera, con lo que para mí es la cascada más “elegante” del país; Godafoss. El parking es gratuito, y allí tienes baños , bar y tienda. El camino hacia la cascada está perfectamente señalizado y además está muy despejado, se aprecia la cascada desde la propia carretera. Goðafoss es probablemente la cascada más famosa de la región norte de Islandia.

No es de extrañar, ya que mide 30 metros de ancho y 12 metros de alto. Tiene forma de herradura, por lo que las vistas son impresionantes y llamativas. Varios acantilados rodean la cascada.El río Skjálfandafljót es el principal afluente de esta impresionante cascada. Al mismo tiempo, la capa de hielo del glaciar Vatnajökull es quien llena de agua este rio. Como podrás imaginar, el agua es bastante pura y limpia. Su nombre se traduce literalmente como «cascada de los dioses» y tiene tras de sí una bonita historia de la mitología local. Allí estuvimos un buen rato, sin duda una de las cascadas más fotogénicas que nos hemos encontrado. En el mismo parking preparamos nuestra ensalada de lentejas de rigor para después hacer alguna que otra compra y degustar un buen café con las vistas de la cascada.

El momento casi diario del café nos ha permitido recargar pilas para acabar los días a tope de energía.
Tras finalizar la sobremesa, continuamos nuestra camino. Los distintos paisajes no deja de sorprendernos y frente a la locura del clima (de pronto llueve a cántaros y de pronto sale el sol) volvemos a ver la nieve bastante cerca. Llegando ya a Akureyri, decidimos prescindir del peaje y hacer los 15 Km del puerto de montaña que recorre el fiordo y de verdad que vale la pena. Las vistas, tanto del fiordo como de la ciudad, son espectaculares y la carretera es excelente.
Tras finalizar la sobremesa, continuamos nuestra camino. Los distintos paisajes no deja de sorprendernos y frente a la locura del clima (de pronto llueve a cántaros y de pronto sale el sol) volvemos a ver la nieve bastante cerca. Llegando ya a Akureyri, decidimos prescindir del peaje y hacer los 15 Km del puerto de montaña que recorre el fiordo y de verdad que vale la pena. Las vistas, tanto del fiordo como de la ciudad, son espectaculares y la carretera es excelente.

No podía faltar la visita a la tienda de Navidad, que había sido recomendada bastante en los foros pero que a mí me pareció bastante prescindible; no demasiado grande y muy cara, aunque muy cuca. Eso sí, tiene baños gratuitos, que viene muy bien. Estuvimos allí menos de una hora y partimos hacia Akureyri, donde llegamos en pocos minutos. Se trata de la capital del norte de Islandia y la segunda ciudad del país. Es además el principal puerto pesquero y pese a todo no supera los 18.000 habitantes. A pesar de situarse al norte del país, el clima es relativamente templado gracias a su situación en un fiordo protegido donde sus aguas no se hielan. La ciudad es pequeña pero su centro es coqueto y lleno de pequeños edificios de colores que alegran la vista.


Damos un vuelta con el coche (visitamos la Iglesia y algún barrio residencial), para después, ante la soleada tarde, pasear por sus calles repletas de tiendas, restaurantes y librerías. Aprovechamos para reponer provisiones en el supermercado (Bonus) ante de recogernos en nuestro alojamiento, en un pequeño pueblecito del fiordo (Hjalteryri). Se trata del Viking Country Club, un precioso Guesthouse con unas bonitas habitaciones, cocina y baños amplios y un salón que se asemeja a un restaurante.Además tenía vistas al fiordo, con lo que aprovechamos para salir a la puerta con los prismáticos y el teleobjetivo a ver si veíamos alguna ballena, aunque no hubo suerte. Nos encantó el lugar.
