Día 5, 7 de agosto
¡Esta noche ha caído el diluvio universal! Yo pensaba que la casita de madera en la que estábamos durmiendo iba a salir flotando como el arca de Noé y también pensaba: “otra vez nos quedamos sin pisar un glaciar ", porque hoy teníamos programada la excursión sobre el glaciar y con ese pedazo de tormenta parecía que iba a ser imposible.
En fin, el caso es que nos levantamos y cuando fuimos a desayunar, el día anterior nos dieron la sorpresa de que nuestra cabaña tenía desayuno incluido, estaba el cielo completamente negro. Desde luego, pintaba fatal .
Salimos temprano, sin casi mencionar el tema del inmenso nubarrón que se cernía sobre nuestras cabezas, ya que a las 9:45 teníamos que estar listos para salir al glaciar y teníamos unos cincuenta minutos de coche y algún sitio en el que parar.
Todavía estábamos dentro del Katla Geopark y nos quedaba por ver otra famosa cascada Foss a Siðu. Está en una granja y sus dueños, como en otras ocasiones, han decidido cerrar la verja para que la gente no les moleste, pero aún así se ve perfectamente desde fuera.
En fin, el caso es que nos levantamos y cuando fuimos a desayunar, el día anterior nos dieron la sorpresa de que nuestra cabaña tenía desayuno incluido, estaba el cielo completamente negro. Desde luego, pintaba fatal .
Salimos temprano, sin casi mencionar el tema del inmenso nubarrón que se cernía sobre nuestras cabezas, ya que a las 9:45 teníamos que estar listos para salir al glaciar y teníamos unos cincuenta minutos de coche y algún sitio en el que parar.
Todavía estábamos dentro del Katla Geopark y nos quedaba por ver otra famosa cascada Foss a Siðu. Está en una granja y sus dueños, como en otras ocasiones, han decidido cerrar la verja para que la gente no les moleste, pero aún así se ve perfectamente desde fuera.
Quizá lo más bonito de esta cascada no es la vista clásica, sino la que se tiene desde arriba, ya que cae desde el lago Þórutjörn, pero es imposible de ver a no ser que seas un pájaro o tengas un dron. Por cierto, cada vez más gente viaja con dron para hacer vídeos y fotos impresionantes, pero tened en cuenta que en Islandia está prohibido en muchos sitios y hay carteles que lo indican claramente.
Seguimos circulando por la N 1 y todo rato vamos viendo delante nuestro una impresionante montaña que parece un gigantesco barco varado en mitad de la nada. A unos 20 minutos de Foss a Siðu se encuentra Núpsstaður, un conjunto de casas con tejado de turba, que vuelven a estar dentro de una finca privada y que han conocido mejores tiempos.
Seguimos circulando por la N 1 y todo rato vamos viendo delante nuestro una impresionante montaña que parece un gigantesco barco varado en mitad de la nada. A unos 20 minutos de Foss a Siðu se encuentra Núpsstaður, un conjunto de casas con tejado de turba, que vuelven a estar dentro de una finca privada y que han conocido mejores tiempos.
Seguimos un poco más por la N 1 y al final conseguimos llegar a lo que sería la quilla del enorme barco que hemos estado viendo todo el tiempo: Lómagnúpur. Me encantó esta montaña, aunque el día estaba cada vez peor y nosotros al borde del llanto pensando que esta vez tampoco iba a ser...
Justo en esta zona finaliza el Katla Geopark y comienza el Parque Nacional Vatnajökull, que es el parque más grande de Europa, con 14.100 km2, que equivale al 14% de la superficie de Islandia. Aunque es un conjunto de zonas protegidas, sin duda la estrella del parque es el espectacular glaciar Vatnajökull, que cubre el 8% del país y es con 8100 km2 el más grande de Europa, por una de cuyas lenguas caminamos este día.
Las otras dos grandes zonas protegidas que forman el parque son los otros dos parques nacionales de Jökulsárgljúfur y el de Skaftafell.
Pero antes de llegar allí paramos en un sitio muy peculiar que representa perfectamente todo esto de lo que he hablado ya varias veces y son las inundaciones provocadas por las erupciones de los volcanes que están bajo los glaciares. Es muy habitual en Islandia circular por puentes no muy altos pero bastante largos que pasan por encima de las inmensas zonas por las que discurre el agua procedente del deshielo de los glaciares. Pues bien, en 1996 una erupción bajo el glaciar Vatnajökull provocó una riada tal que se llevó por delante el puente de Skeiðará, del que solo han quedado este par de vigas retorcidas. Impresionante, ¿no?
Las otras dos grandes zonas protegidas que forman el parque son los otros dos parques nacionales de Jökulsárgljúfur y el de Skaftafell.
Pero antes de llegar allí paramos en un sitio muy peculiar que representa perfectamente todo esto de lo que he hablado ya varias veces y son las inundaciones provocadas por las erupciones de los volcanes que están bajo los glaciares. Es muy habitual en Islandia circular por puentes no muy altos pero bastante largos que pasan por encima de las inmensas zonas por las que discurre el agua procedente del deshielo de los glaciares. Pues bien, en 1996 una erupción bajo el glaciar Vatnajökull provocó una riada tal que se llevó por delante el puente de Skeiðará, del que solo han quedado este par de vigas retorcidas. Impresionante, ¿no?
También desde este mirador se puede ver muy bien (un día como este no, que estaba muy nublado) el Hvannadalshnúkur, el lugar más alto de toda Islandia. Está a la derecha de la foto, detrás de las nubes.
Ahora sí, ya cogimos el coche definitivamente para llegar al centro de visitantes del Skaftafell, que es donde se encuentra la caseta de Icelandic Mountain Guides, que es la compañía con la que hicimos la caminata sobre el glaciar. Sí, sí, la hicimos . A medida que nos fuimos acercando las nube negra-negrísima se fue volviendo gris, e incluso en algún momento al final salió el sol. Efectivamente en Islandia el tiempo es muy cambiante y no siempre para mal...
Hicimos la Blue Ice Experience, que dura entre 2,5 y 3 horas, porque, sin renunciar al paseo sobre el glaciar tampoco queríamos estar mucho tiempo y dejar de hacer otras cosas. Lo bueno que tiene es que se monta en una furgoneta y en 15 minutos te dejan al lado de la lengua Svinafellsjokull y en otros cinco más a pie estás pisando el hielo. Ellos te dan crampones y botas si no llevas.
Así de espectacular es el glaciar.
Hicimos la Blue Ice Experience, que dura entre 2,5 y 3 horas, porque, sin renunciar al paseo sobre el glaciar tampoco queríamos estar mucho tiempo y dejar de hacer otras cosas. Lo bueno que tiene es que se monta en una furgoneta y en 15 minutos te dejan al lado de la lengua Svinafellsjokull y en otros cinco más a pie estás pisando el hielo. Ellos te dan crampones y botas si no llevas.
Así de espectacular es el glaciar.
Nos tocó un guía sueco que hablaba un poco de español (esto es solo anecdótico, todo es en inglés). Nos contó cosas sobre los glaciares en general y sobre este en particular, sobre grietas, cuevas y deshielo. Muy interesante.
Esta es solo una lengua de las muchas que descienden, pero aquí se ve el montón de hielo que baja de la parte más alta.
A lo largo de la mañana el día fue mejorando, y aunque seguía muy nublado, a ratos salía el sol y no volvió a llover.
Pero lo que me resultó muy curioso es que la ceniza que cubría el glaciar no era actual ni mucho menos, sino que era procedente de la erupción del Laki de 1873 que aparecía porque la nieve que se había ido acumulando en el glaciar desde entonces se había derretido. El día anterior también vimos las diferentes líneas de cenizas correspondientes a las distintas erupciones volcánicas.
Una vez que terminamos en el glaciar volvimos al centro de visitantes. El día se había arreglado del todo, así que nos quitamos algo de ropa y nos fuimos a la cascada de Svartifoss. Aquí hay un mapa con los senderos, aunque realmente es muy fácil seguir el camino, porque los carteles lo indican todo el rato. En total ida y vuelta son unos 4 km, con un poco de subida a la ida. El recorrido que hicimos es la ida por el camino S2 y la vuelta por el S3.
Pero lo que me resultó muy curioso es que la ceniza que cubría el glaciar no era actual ni mucho menos, sino que era procedente de la erupción del Laki de 1873 que aparecía porque la nieve que se había ido acumulando en el glaciar desde entonces se había derretido. El día anterior también vimos las diferentes líneas de cenizas correspondientes a las distintas erupciones volcánicas.
Una vez que terminamos en el glaciar volvimos al centro de visitantes. El día se había arreglado del todo, así que nos quitamos algo de ropa y nos fuimos a la cascada de Svartifoss. Aquí hay un mapa con los senderos, aunque realmente es muy fácil seguir el camino, porque los carteles lo indican todo el rato. En total ida y vuelta son unos 4 km, con un poco de subida a la ida. El recorrido que hicimos es la ida por el camino S2 y la vuelta por el S3.
De camino se deja a la derecha la cascada Hundafoss, que aun siendo muy parecida a Svartifoss no tiene nada que ver con ella.
Ya desde el camino se ve a lo lejos el agujero que ha formado la cascada.
Y finalmente, una de las cascadas más bonitas de Islandia, y mejor aún con este sol.
Por supuesto, se repitió el baño de pies. Bajando de la cascada, como el tiempo mejoró bastante, sí pudimos ver el Hvannadalshnúkur.
Un poco cansados, porque al final entre el glaciar y la subidita, con el sol, que sale poco, pero cuando sale pega bien, volvimos al centro de visitantes. Hay una zona de acampada con mesas y en una comimos.
Con las fuerzas repuestas nos acercamos a Hof a ver su iglesia, que es la última que se construyó en 1884 con el que llaman “estilo antiguo” o sea, con el tejado de tierra. Es una de las seis que siguen en pie en toda Islandia y la verdad es que es preciosa.
Con las fuerzas repuestas nos acercamos a Hof a ver su iglesia, que es la última que se construyó en 1884 con el que llaman “estilo antiguo” o sea, con el tejado de tierra. Es una de las seis que siguen en pie en toda Islandia y la verdad es que es preciosa.
Esta manera de construir no solo casas e iglesias, sino también establos y almacenes, tiene como finalidad el aislar térmicamente el interior, prácticamente enterrando el edificio. No solo se construyeron en Islandia, sino en toda Europa del norte, donde la climatología así lo requería.
Junto a la iglesia hay un cementerio precioso, donde los enterramientos se hacen en túmulos.
La verdad es que estuvimos allí un buen rato disfrutando de la tranquilidad y de la tarde tan estupenda que se había quedado. Era la primera vez que teníamos sol desde que habíamos llegado a Islandia.
Continuamos por la N 1 mientras dejábamos a nuestra izquierda las inmensas cantidades de hielo, que ahora con el cielo completamente azul, se veían espectaculares.
Junto a la iglesia hay un cementerio precioso, donde los enterramientos se hacen en túmulos.
La verdad es que estuvimos allí un buen rato disfrutando de la tranquilidad y de la tarde tan estupenda que se había quedado. Era la primera vez que teníamos sol desde que habíamos llegado a Islandia.
Continuamos por la N 1 mientras dejábamos a nuestra izquierda las inmensas cantidades de hielo, que ahora con el cielo completamente azul, se veían espectaculares.
Nuestro destino eran las dos lagunas glaciares que se encuentran en esta zona, especialmente la segunda, la más grande, pero, un poco antes de llegar a donde está el mirador de la primera de las lagunas, salía un camino que tenía justo en línea recta la lengua Fjallsjökull y pensamos, vamos a meternos por ahí a ver qué pasa.
Y lo que pasa es que es un camino lleno de piedras en el que un coche que no sea un 4x4 sufrirá un poco, pero no es una carretera F, así que se puede pasar, y te lleva hasta aquí, que no solo es precioso, sino que no hay nadie.
Y lo que pasa es que es un camino lleno de piedras en el que un coche que no sea un 4x4 sufrirá un poco, pero no es una carretera F, así que se puede pasar, y te lleva hasta aquí, que no solo es precioso, sino que no hay nadie.
Luego solo tienes que bajar un par de metros y te encuentras en plena laguna Fjallsárlón.
El mirador “oficial” está a la derecha en la foto, lleno de gente y nosotros dos aquí solos. Se puede disfrutar del hielo desde muy cerca. Lo cogimos, lo probamos, hicimos decenas de fotos, en fin... lo pasamos genial.
Cuando veníamos por el camino que nos trajo a la laguna vimos que salía otro a la derecha y pensamos que igual llevaba a la otra laguna, así que nos metimos por él, pero no, moría en una zona donde había gente acampada, así que volvimos de nuevo a la N 1 para parar, esta vez sí, en el mirador de la laguna Jokülsárlón.
Estaba llena de pájaros, pero lo que me sorprendió es que hubiera focas, no lo había leído en ningún sitio. Y además unos patos buceadores que se metían en el agua y estaban bastante tiempo sin respirar.
Por supuesto, Rafa volvió a meter los pies en el agua . Yo no daba crédito, una cosa es el mar, o el agua de una cascada, pero el agua de un glaciar. En fin…
A la laguna se puede uno acercar desde antes de cruzar el puente y desde después. Nosotros la hicimos antes, que hay mucha menos gente. Aunque merece la pena echar un vistazo desde ambos sitios ya que tras cruzar el puente hay una pequeña loma desde que se tiene una visión desde un poco más alto.
A la laguna se puede uno acercar desde antes de cruzar el puente y desde después. Nosotros la hicimos antes, que hay mucha menos gente. Aunque merece la pena echar un vistazo desde ambos sitios ya que tras cruzar el puente hay una pequeña loma desde que se tiene una visión desde un poco más alto.
Ya solo nos quedaba ir a Diamond Beach, la playa donde desemboca la gran laguna. Se pueden ver los icebergs que llegan al mar, pero hoy no había muchos, ya que la marea estaba subiendo y los arrastraba de vuelta. De hecho los amontonaba todos en un rincón y había muchísimos.
El cielo se nublaba, tanto que apenas había luz, y hacía bastante frío cerca del agua del mar (tanto que no hubo bañito), así que tras un paseo decidimos subir de nuevo al coche, que nos quedaban un par de horas hasta nuestro hotel cerca de Djúpivogur.
Pero, además de las vistas que aún nos quedaban por disfrutar a la izquierda de la carretera del Vatnajökull, todavía nos esperaban dos sorpresas. La primera de ellas este espectacular arco iris.
Y un lago repleto de cisnes…
Llegamos a nuestro hotel Bragðavellir Cottages, un grupo de cabañas de madera dentro de una granja a unos 10 minutos de Djúpivogur. Esta es una foto de este alojamiento, muy parecido a todos los que son de este tipo, cabaña en fincas particulares, que han convertido a granjeros en hoteleros. Son los nuevos B&B (business is business).
Tras un paso por la casita nos fuimos a cenar justo enfrente del puerto de Djúpivogur, en Við Voginn, pero antes dimos un pequeño paseo por el pueblo, habíamos hecho mucho coche y necesitábamos estirar un poco las piernas.
ALOJAMIENTO DJÚPIVOGUR:
• Bragðavellir Cottages. Una cabaña con cocina, salón dormitorio y baño en una granja. Muy bien equipada, cómoda y agradable.
INFORMACIÓN:
• south.is
• Parque Nacional Vatnajökull