Tras dejar la colina vamos a Cours Saleya, un mercado al aire libre paralelo al paseo marítimo situado en Vieille Ville, este día era principalmente de tipo de alimentación con dulces, embutidos y cosas típicas, pero cuando volvimos el lunes por la mañana eran puestos de antigüedades. En ambos laterales del mercado son casi todo restaurantes con sus respectivas terrazas.
Llegamos caminando hasta el final de Promenade du Paillon y cruzamos hacia el norte por Rue Paradis, es la zona de tiendas de lujo y el barrio con edificios elegantes, un poco lo que sería el barrio de Salamanca aquí en Madrid donde yo vivo.
Llegamos a la catedral de San Nicolás de Niza, ortodoxa, me recordó un poco a la que en su día vi en Tallinn. Entramos a verla, se puede acceder gratis hasta el interior sin cruzar una cuerda, desde ahí se ve el interior sin problema. Para verlo todo con más detalle y acceder al museo de la planta inferior hay que pagar 5€, creo que salvo interés particular no es necesario pagar esos 5€.
Este día vamos al alojamiento y nos hacemos unos ricos macarrones. Después nos acercamos paseando hasta la basílica de Notre-Dame de l’Assomption, está abierta aunque va a haber un espectáculo de iluminación interior organizado por Fever al que no entramos.
Seguimos de paseo hasta la zona del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, ya cerca de la plaza Garibaldi. Allí está el monumento “Tete Carrée”, un cuya parte superior cúbica hay plantas de oficinas.
Después fuimos por el paseo marítimo hasta la altura del hotel Negresco, cuya iluminación destaca por la noche en dicho paseo. Hasta llegar a él se encuentra algún casino y varios hoteles que no deben ser precisamente baratos, el que menos el Negresco.
Después dimos un paseo nocturno por las callejuelas del centro histórico, era sábado noche y había bastante ambiente y muchos restaurantes.
Ya el lunes por la mañana, el vuelo de vuelta salía a media tarde, nos recorrimos el paseo marítimo hasta el fondo, con el día soleado fue un paseo muy agradable. En el paseo se encuentra la escultura de una silla azul, otro de los símbolos de la ciudad. Si no te fijas bien parece una silla normal, tridimensional, pero realmente es una escultura plana, de dos dimensiones.
De vuelta lo hicimos por la calle paralela, por la que circula por superficie el tranvía 2 del aeropuerto, calle con tiendas y restaurantes hasta llegar a la Place Masséna.
Tomamos una cerveza en uno de los restaurantes con terraza en la planta 1ª al paseo marítimo y comimos en la terraza del restaurante “Mamma Mia” junto al mercado de Cours Saleya. Comimos una pizza, un muy buen plato de pasta di Mare, una botella de vino (32€) y un café por 67€.

Llegamos caminando hasta el final de Promenade du Paillon y cruzamos hacia el norte por Rue Paradis, es la zona de tiendas de lujo y el barrio con edificios elegantes, un poco lo que sería el barrio de Salamanca aquí en Madrid donde yo vivo.

Llegamos a la catedral de San Nicolás de Niza, ortodoxa, me recordó un poco a la que en su día vi en Tallinn. Entramos a verla, se puede acceder gratis hasta el interior sin cruzar una cuerda, desde ahí se ve el interior sin problema. Para verlo todo con más detalle y acceder al museo de la planta inferior hay que pagar 5€, creo que salvo interés particular no es necesario pagar esos 5€.






Este día vamos al alojamiento y nos hacemos unos ricos macarrones. Después nos acercamos paseando hasta la basílica de Notre-Dame de l’Assomption, está abierta aunque va a haber un espectáculo de iluminación interior organizado por Fever al que no entramos.


Seguimos de paseo hasta la zona del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, ya cerca de la plaza Garibaldi. Allí está el monumento “Tete Carrée”, un cuya parte superior cúbica hay plantas de oficinas.

Después fuimos por el paseo marítimo hasta la altura del hotel Negresco, cuya iluminación destaca por la noche en dicho paseo. Hasta llegar a él se encuentra algún casino y varios hoteles que no deben ser precisamente baratos, el que menos el Negresco.



Después dimos un paseo nocturno por las callejuelas del centro histórico, era sábado noche y había bastante ambiente y muchos restaurantes.

Ya el lunes por la mañana, el vuelo de vuelta salía a media tarde, nos recorrimos el paseo marítimo hasta el fondo, con el día soleado fue un paseo muy agradable. En el paseo se encuentra la escultura de una silla azul, otro de los símbolos de la ciudad. Si no te fijas bien parece una silla normal, tridimensional, pero realmente es una escultura plana, de dos dimensiones.


De vuelta lo hicimos por la calle paralela, por la que circula por superficie el tranvía 2 del aeropuerto, calle con tiendas y restaurantes hasta llegar a la Place Masséna.

Tomamos una cerveza en uno de los restaurantes con terraza en la planta 1ª al paseo marítimo y comimos en la terraza del restaurante “Mamma Mia” junto al mercado de Cours Saleya. Comimos una pizza, un muy buen plato de pasta di Mare, una botella de vino (32€) y un café por 67€.

