COSTA AMALFITANA y NAPOLES. ETAPA 3 ✏️ Travel Journeys of Italy

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Continuamos nuestra aventura por la calle Toledo y el barrio español para llegar al famoso mural de Maradona. No sabíamos muy bien la ubicación y tampoco te la puedo decir, pero solo tienes que preguntar: todo el mundo sabe dónde está y te guían. También, si vas callejeando y ves muchos colores, mucha luz y muchas banderas, ahí es. Hay que subir una calle bastante empinada, pero es muy fácil de encontrar. Siento no haber cogido la dirección exacta.

Fotos de rigor y seguimos callejeando por este barrio, también lleno de bares y restaurantes, para acabar cenando en "Trattoria Pizzería Sccanapoli", en el barrio del mismo nombre. También está lleno de tiendas de souvenirs y restaurantes. La calle sccanapoli es muy estrecha, de adoquines y llena de tiendas, iglesias y restaurantes.

En esta calle me compro la típica pulsera del cuerno en una joyería. Parece un pimiento, pero realmente es un cuerno y es el emblema típico de la ciudad de Nápoles. Pero cuidado: según la tradición napolitana, te la tienen que regalar para que sea de buena suerte.

Hay baños públicos de pago (1€) por toda la ciudad, muy limpios.

15 de octubre

Dado que tenemos pocos días en Nápoles, hoy hemos reservado a través de Civitatis dos free tours.

Uno para la mañana, que es el Nápoles Antiguo: explicaciones, historia, iglesia... La verdad, muy recomendable.

Por la tarde, también a través de Civitatis, hemos reservado el Nápoles Monumental, donde te explican otra parte de la ciudad y visitas otras zonas. La verdad es que estos tours facilitan bastante el entendimiento de la ciudad y es algo que recomiendo encarecidamente y que yo suelo hacer en todas las ciudades que visito.

La ruta acaba en la concurrida calle Sccanapoli, por lo que cenamos por ahí en un restaurante que no mencionaré porque no quedé muy satisfecha. Día finalizado con los pies muertos, ya que el pavimento de Nápoles no es fácil y, según nos marca el reloj, hicimos 15 km. Día completo.

16 de octubre

Hoy es nuestro último día en Nápoles. Dejamos la habitación a las 10. El check-out aquí es bastante temprano. Pedí disfrutar de la habitación un rato más ya que nuestro avión sale a las 21:15, pero no aceptaron porque tenían muchas entradas pendientes. Dejamos las maletas en una taquilla donde nos hacen pagar quince euros. Las maletas están en la entrada del hostal, sin supervisión y en el paso del resto de huéspedes. Aun así, jugándonosla, decidimos dejarlas para no cargar con ellas todo el día. El hostal se llama Terraza Annunziata, pongo el nombre de este hotel aunque no quedé 100% satisfecha.

Callejeando llegamos por la calle Spaccanapoli hasta la calle Toledo, para acabar en el mercado de la Piña Seca, que en sí no es un mercado/edificio, sino una calle llena de puestos que sacan su mercancía a la acera. En una charcutería de la calle, nos compramos el verdadero bocadillo de mortadela italiana y mozzarella, que nos hizo el propio charcutero. Simplemente buenísimo.

En la misma calle del mercado hay un hospital. Mientras paseábamos, salió un coche fúnebre y todos los puestos corrieron a tapar la mercancía, entiendo que por respeto. También me sorprendió que la familia iba a pie a través mercado/calle detrás del coche fúnebre, todos vestidos de riguroso negro. Creo que en España el luto está en desuso, por lo menos en las ciudades.

Continuamos nuestro paseo por la calle Toledo hasta el funicular, está un poco escondido, porque aunque está en la calle Toledo, tiene una plaza delante que no lo deja ver a simple vista. Por 1.30€ el trayecto, subimos a la parte alta de la ciudad para ver las vistas panorámicas de Nápoles desde el castillo, aunque no entramos. A un lado del castillo hay un mirador y desde ahí lo vimos, aunque nos comentaron que desde dentro del castillo se ve la bahía de Nápoles entera, Capri, etcétera.

Desde este mirador, que está a la izquierda del castillo, se puede bajar caminando al centro de la ciudad, pero nosotros decidimos volver en funicular. Paseando por un barrio que nada tiene que ver con lo que hay abajo, o sea, con lo que es el casco antiguo de Nápoles.
Los tickets del funicular los puedes comprar en las máquinas expendedoras que hay en la entrada del mismo o en un kiosco de revistas que también está en la misma entrada. Nosotros lo compramos en el kiosco y cogimos el viaje de ida y vuelta. Arriba, en la zona del castillo, también hay boca de metro.

Otra vez abajo, en el casco antiguo de Nápoles, nos vamos a almorzar a "De Nennella Napoli". Este restaurante, aunque de comida italiana, tiene el concepto de comida rápida. Es barato, los camareros cantan, bailan, es un espectáculo. Incluso nos gozamos una pérdida de mano. Es muy grande y está bastante industrializado, pero la comida es buena, abundante y, repito, muy económica.
Justo al lado hay una heladería antiquísima que se llama "Il Gelato Mennella", muy buena y barata también.

Seguimos callejeando. Vuelta al hotel, ya que son las cinco y tenemos que recoger nuestras maletas. Nos han comentado que hasta ahora hay mucho tráfico, por lo que salimos con tiempo. Avisamos en nuestra casera, cogimos las maletas y nos vamos diez minutos a pie hasta la Plaza Garibaldi a coger el Alibus, que por cinco euros nos lleva directos al aeropuerto. Hay bastante cola para coger la guagua, pero a las cinco y media ya estamos subidos.
En pocos minutos estamos en el aeropuerto, menos tráfico del esperado. La Plaza Garibaldi es muy grande, pero este bus que te lleva al aeropuerto se coge pegado a la salida de la estación de tren y frente a la boca de metro. En la esquina hay una tienda Tiger. Nosotros tuvimos que preguntar porque no encontrábamos la señal del Alibus, pero bueno, con esta indicación creo que te será más fácil.
Pasamos cómodamente el control de seguridad, hacemos tiempo y nuestro vuelo sale dirección Tenerife con una hora de retraso. Así es Ryanair.

Llegamos a Tenerife con ropa de entretiempo, pero aquí sigue siendo puro verano. ¡Viva Canarias!

Espero que este diario te haya ayudado a entender mejor Nápoles y la famosa costa Amalfitana, la que está muriendo e éxito.

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