Hoy nos levantamos con mucha ilusión porque es un día muy especial en nuestro viaje. Pasaremos el día en Verona, donde al anochecer asistiremos a una representación de la ópera “La Traviata” de Verdi en La Arena di Verona. Es algo que esperamos con entusiasmo, pero de eso hablaré más tarde.
De momento, bajamos a desayunar en el hotel Rivus de Peschiera del Garda, donde hemos pasado la noche. La gran sala de desayunos tiene una decoración moderna y bonita, y una de las paredes es una gran cristalera que mira hacia la piscina. El buffet del desayuno es bueno y variado, con opciones muy similares a los que hemos tenido en los anteriores hoteles. Así pues, cargamos bien las pilas para continuar con nuestra estrategia de desayunar fuerte para aguantar hasta la hora de la cena -que por estos mundos se hace a horas tempranas-, tan solo tomando un sándwich, una ensalada envasada o cualquier pequeño refrigerio a mediodía.
Nos tomamos con tranquilidad la salida hacia Verona, porque estamos a escasos 30 km y tenemos todo el día por delante.
VERONA
Verona, cuyo centro histórico es también Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 2000, nos suena a todos por ser el escenario de la novela Romeo y Julieta. Sin embargo, esta circunstancia pasa totalmente a segundo plano cuando llegas y encuentras ante ti una ciudad absolutamente bella. Verona bien merece una visita, al margen del balcón de Julieta o de la casa de Romeo. Es mucha la arquitectura de la época romana que se conserva, y son muchos los rincones de su centro histórico que te van a embelesar. No sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar y ha resultado ser una de las ciudades más bonitas que hemos visto en el norte de Italia, superando absolutamente nuestras expectativas.

La vera Verona en verano
Para quien le pueda interesar, existe la Verona Card, que por 27 € incluye las visitas a varios monumentos de la ciudad sin esperar colas, así como el transporte público gratuito durante 24 horas. Se puede comprar en las Oficinas de Turismo locales, o bien online en www.veronacard.net/es/. También la hay para 48 horas.
Pues bien, lo primero que hacemos es tomar posesión del apartamento que tenemos reservado para esta noche. Quisimos que el alojamiento estuviera lo más cercano posible a la Arena de Verona para poder volver andando cuando terminara la representación de la ópera, bien entrada la noche. Finalmente elegimos un apartamento llamado “Casa San Zeno”, que está en el barrio del mismo nombre, muy cerquita del río y de la Basílica de San Zeno, a unos 15 minutos andando de la Arena. El apartamento tenía muy buenos comentarios en todas las páginas de opiniones; sin embargo, a nosotros no nos parece tan maravilloso. Es un bajo interior muy oscuro y hay que tener las luces permanentemente encendidas, echamos en falta un microondas y algún utensilio de cocina, hay pocos enchufes… Tiene un pequeño patio que se puede usar, pero es el patio de vecinos, por lo que no resulta muy apetecible salir ahí. En fin, que sólo vamos a pasar una noche y tampoco le damos más importancia. ¡Vamos a conocer Verona, que es a lo que hemos venido!

Descargamos el equipaje y dejamos el coche en una zona de aparcamiento gratuito cercana al apartamento (45°26'09.3"N 10°58'44.2"E), donde va a permanecer hasta que nos marchemos de Verona al día siguiente.
Lo primero que vemos es la Basílica de San Zeno, ya que la tenemos ahí mismo. Es románica y se comenzó a construir en el año 967 sobre la tumba de San Zenón, que actualmente yace en la cripta (de ahí su nombre). Tras un terremoto en 1117 hubo que reconstruir algunas partes, quedando terminada en 1398 con el ábside ya en estilo gótico.

Basílica de San Zeno
Desde aquí vamos caminando hacia el centro a lo largo de la curva que describe el río Adige. El recorrido por este paseo arbolado es muy grato, con el río fluyendo caudaloso a nuestra izquierda y la visión del Ponte di Castelvecchio de frente.

Río Adige en Verona
Llegamos a la altura del Ponte di Castelvecchio, que forma parte del castillo del mismo nombre. Esta fortaleza medieval fue construida en 1354 por la poderosa dinastía de señores feudales Scaligeri que gobernó Verona en los S. XIII y XIV. Veremos muchas edificaciones levantadas por esta familia en Verona. La fortaleza de Castelvecchio fue construida en esta posición estratégica del meandro del río Adige, desde donde ejercía la defensa y el control de la entrada a la ciudad. El Ponte di Castelvecchio era la vía de escape ideal para los nobles desde el castillo en caso de revueltas. La luz de casi 49 metros de uno de sus arcos de ladrillo fue un alarde muy audaz para su época, por lo que este puente se considera la obra más asombrosa del medievo en Verona.


Castelvecchio

Caminando sobre el Ponte di Castelvecchio
El Castelvecchio se puede visitar en su interior. Está muy bien conservado y alberga un museo y exposiciones.
Junto al Castelvecchio, en Corso Cavour, hay un arco exento de piedra de mármol, llamado Arco dei Gavi, que es una antigua puerta de entrada a la ciudad de las murallas del S.I. No es totalmente auténtica porque fue desmontada durante la época napoleónica y reconstruida con sólo algunas piedras originales a principios del S.XX, aunque se basaron en el diseño original.

Arco dei Gavi
Nos dirigimos desde aquí a la Piazza Bra. Es una de las plazas más grandes de Italia y en ella se encuentran varios de los más importantes edificios de Verona, como el Palazzo Barbieri (actual Ayuntamiento) o el Palazzo della Gran Guardia. También destaca el Portoni della Bra, que es una puerta histórica -que aún se conserva en pie- de la muralla defensiva que en el S.XIII rodeaba la ciudad.

Muchísima gente en Piazza Bra
Pero lo más llamativo en la Piazza Bra es el gran anfiteatro romano conocido como la Arena di Verona. Construido en el año 30 d.C., tiene capacidad para 30.000 personas (¡ya quisieran muchos estadios de fútbol actuales!) y es uno de los anfiteatros mejor conservados de la antigua Roma. Aún permanecen en buen estado muchas zonas y elementos originales, como los asientos de piedra o los arcos exteriores. Como ya dije anteriormente, el centro histórico de Verona es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero es que la Arena di Verona también ostenta el mismo título por méritos propios.

Arena di Verona
La acústica de esta construcción es tan buena, que actualmente el anfiteatro es sede del Festival de Ópera de Verona cada verano, además de conciertos de todo tipo de música. Cuando supimos qué día exacto íbamos a estar aquí, consultamos la cartelera a ver qué obra se representaba esta noche y… ¡oooh, maravilla! ¡Hoy era La Traviata, de Verdi! Hubiera sido imperdonable dejar pasar la oportunidad de asistir a una representación de La Traviata en un marco tan especial como la Arena di Verona, así que compramos nuestras entradas ya en marzo para asegurarnos la plaza (45€ asiento en Settore Gradinata Numerata, o sea, en el gallinero).


Arena di Verona… ¡te vemos en un rato!
Se puede visitar el anfiteatro de la Arena di Verona por 12 €, pero nosotros no lo hacemos porque ya vamos a verlo esta noche en su salsa.
Avanzamos ahora desde la Piazza Bra hacia Porta Borsari, que es otra puerta de las extintas murallas romanas, también del S.I como el Arco dei Gavi que hemos visto hace un rato, si bien ésta sí que se conserva la original.
Desde la Porta Borsari hasta el Arco dei Gavi discurre Corso Cavour, la calle más elegante y monumental de Verona. Esta vía existe al menos desde el S.I, cuando se levantaron las murallas, y sus fachadas son una sucesión de palacetes y casas señoriales.


Corso Cavour (Verona)
Continuamos por Corso Porta Borsari. Esta calle es peatonal, mucho más estrecha, más populosa y comercial que Corso Cavour. La multitud de gente caminando por esta calle y por las aledañas es impresionante.

Calles desiertas en Verona

Llegamos a la Piazza Erbe, otro espacio de la antigua Roma que ha llegado hasta nuestro tiempo, aunque las edificaciones originales que la rodeaban se fueron perdiendo, de modo que las que vemos hoy datan la mayoría de la Edad Media. Esta gran plaza fue el foro de la ciudad, centro de la vida social y económica de Verona. En la actualidad está repleta de restaurantes con terraza y mercadillo de frutas, verduras y todo tipo de artículos para el turismo. Es tan bonita que da para estar aquí una hora en éxtasis contemplando cada una de las fachadas de los edificios que la configuran, muchos de ellos de gran importancia histórica. Y, por lo menos, mientras que miras hacia arriba te abstraes de la marabunta de gente que hay aquí abajo.


Piazza delle Erbe (Verona)
Entre los edificios que rodean la plaza llama mucho la atención uno precioso que tiene la fachada completamente cubierta de frescos. Se trata de las Casas Mazzanti. A pesar de su origen medieval, los frescos se encuentran en muy buen estado de conservación.

Casas Mazzanti en Piazza delle Erbe
En el centro de la plaza hay una fuente con la estatua de la Madonna Verona. Es un monumento antiquísimo, del año 380, y representa a la ciudad de Verona. Porta en sus manos una banda de metal donde está inscrita en latín la siguiente leyenda: “a esta ciudad portadora de justicia y amante de elogios”. Eso dicen y será verdad.

Madonna Verona
Una vez recuperados de la fascinación que nos ha producido la belleza de la Piazza Erbe, seguimos por Corso Sant’Anastasia. Esta calle es continuación de Corso Porta Borsari, tiene su mismo carácter peatonal y comercial y está abarrotada por la misma cantidad de gente. Al fondo ya vamos viendo la fachada principal de la iglesia de Santa Anastasia, el más importante templo gótico de Verona.

Corso Sant’Anastasia en un momento en el que no había ni un alma

La construcción de la iglesia de Sant’Anastasia comenzó en 1290 financiada por la familia Scaligeri, entre otros (sí, los mismos del Castelvecchio). Entramos a ver el interior, que está realizado con mármoles de Verona. Tiene una graciosa pila bautismal sostenida por jorobados.
Muy cerca de Sant’Anastasia está el Duomo de Verona, la catedral. Es del S.XII y, por tanto, de estilo románico, a excepción de las bóvedas, que ya son góticas. También se realizó con mármoles de Verona. La visita del interior cuesta 4 €, pero existe una entrada combinada para el Duomo + Sant’Anastasia + San Zeno + S. Fermo muy barata, por sólo 8 €.


Duomo de Verona
Volvemos hacia el centro. Muy cerquita de la Piazza delle Erbe está otra plaza preciosa, la Piazza dei Signori. De hecho, ambas se comunican entre sí cruzando bajo unos arcos. Como curiosidad, de uno de esos arcos cuelga un hueso de un animal no identificado, que muchos dicen que puede ser una costilla de ballena, por lo que al arco se le ha dado el nombre de Arco della Costa.

¿Será costilla de ballena?
Bueno, bueno… Ya hemos mencionado a la poderosa dinastía de los Scaligeri un par de veces, y amenacé con que habría más. En la Piazza dei Signori estamos ante el centro de poder de esta familia. La mayoría de los edificios que rodean esta plaza son palacios de estos señores feudales. ¡Qué nivel de plaza! No sabría decir cuál de los edificios irradia mayor nivel de poderío.

Piazza dei Signori
De entre los edificios de la Piazza dei Signori hay que hacer mención especial del Palazzo della Ragione, del S.XV. No sólo por sus llamativas fachadas de bandas de ladrillo rojo y mármol blanco, sino también por su Torre Lamberti y por su patio conocido como Cortile del Mercato Vecchio, donde destaca la imponente escalera Scala della Ragione.

Palazzo della Ragione

Torre Lamberti y Cortile del Mercato Vecchio

Scala della Ragione
Es curiosa la solución estructural de la escalera, sostenida por una serie de arcos, cada uno de su padre y de su madre. Lo que da un poquillo de pena es el desastre que tienen organizado en la fachada bajo la escalera y al lado, donde han abierto ventanas al tuntún para sacar ventilaciones y otras instalaciones, todo ello sin ningún respeto por la arquitectura original y en lamentable estado de decoro.

Aliens arquitectónicos en la Scala della Ragione
Se puede subir a lo alto de la Torre Lamberti para tener una vista panorámica de Verona, pero nosotros no lo hacemos.
Muy cerquita de aquí está el Arche Scaligere. Sí, de nuevo los Scaligeri en escena. Esto es poderío. No hay que perdérselo… es impresionante. Es un conjunto funerario formado por cinco panteones construidos en el S.XIV en el atrio de una iglesia, donde se iban enterrando los señores a medida que iban trascendiendo al otro mundo. Se puede ver perfectamente desde la calle, por lo que la “visita” es gratuita. En cualquier caso, creo que hay algún tipo de entrada para verlo también por dentro.

Más lujo algunos en muerte que otros en vida
A pocos minutos andando está la Casa de Julieta. Es un palacete del S.XII, hoy museo, donde se supone que vivía la protagonista de la obra de Shakespeare y donde se desarrolla la famosa escena del balcón. No seré yo quien lo desmienta, y mucho menos sin haber visto el balcón

Pero nada, imposible. Decenas de personas han tenido la misma idea que nosotros y abarrotan el espacio en la calle delante del edificio para entrar al patio. No vamos a invertir tanto tiempo en ver un balcón porque se mencione en una obra de ficción, así que pasamos de largo.
También muy cerca está la Casa de Romeo, que no iba a ser menos. Como curiosidad se puede uno acercar a ver la fachada, que es un paño de ladrillo bastante ciego, también de origen medieval, rematado por almenas, con una rejería de balcón en la planta superior y con un gran arco de entrada. Creo que en la actualidad el edificio está habitado y no es posible visitarlo por dentro. Sólo se identifica que es la Casa de Romeo por una placa en el exterior.
A todo esto es ya media tarde y tenemos que volver hacia el apartamento porque la Ópera comienza a las 21:00 pero hay que estar al menos media hora antes y aún tendremos que ducharnos, cenarnos unos bocadillos y arreglarnos con nuestras mejores galas, antes de volver nuevamente hacia el centro.
ÓPERA EN ARENA DI VERONA
Como he comentado anteriormente, tenemos entradas para asistir esta noche a la representación de la ópera La Traviata, de Verdi, en la Arena di Verona.
Llevaban todo el día anunciando lluvia para última hora de la tarde de hoy, y nosotros temblando un poco porque, según las condiciones de venta de las entradas, si hay que suspender la función por condiciones climatológicas adversas, no se devuelve el dinero a los asistentes. La Arena di Verona es un anfiteatro totalmente descubierto, por lo que la lluvia sería esta noche nuestro enemigo número uno.
A medida que se iba acercando la hora de la función iban retrasando el pronóstico de lluvia, hasta que llegó un momento en que dejó de aparecer la probabilidad de lluvia para esta noche. ¡¡Bieeeeen!!



¡Ay, qué emoción!
Sólo puedo poner fotos de antes de comenzar la función porque no está permitido grabar nada durante la representación. Pero sólo viendo el montaje espectacular que hay en el escenario se puede uno hacer idea de lo que va a ser la representación. El anfiteatro, una ubicación privilegiada. La escenografía impresionante, con esos marcos que se mueven durante la representación jugando a encuadrar varias escenas simultáneas. La coreografía, el vestuario… fantásticos. Los juegos de luces en mitad de la noche… Más de cien de actores en escena. Los cantantes unos virtuosos… La acústica del anfiteatro es muy buena y sus voces se transmiten perfectamente sin necesidad de micrófonos. En el foso ante el escenario hay una orquesta de un montón de decenas de personas tocando en directo.
De repente, casi terminando el primer acto, noto que me cae una gota… “Habrá sido un pájaro” quiero pensar




Sálvese quien pueda
Mucha gente abandona sus asientos para guarecerse en los espacios cubiertos del anfiteatro. Los más espabilados se han traído capas impermeables por si acaso, pero otros más tontorrones hemos venido a pelo porque la última noticia era que no iba a llover, así que somos de los que nos vamos a guarecer a las arquerías. ¡Qué animada se ve la Piazza Bra desde aquí arriba!

Piazza Bra desde la Arena di Verona
Afortunadamente, la lluvia cesa en unos 20 o 25 minutos y volvemos todos a nuestras localidades. ¡Bieeennn! Los asientos de piedra están empapados. Los secamos un poco como podemos con unos pañuelitos de papel, nada que evite que vayamos a disfrutar de unos culetes húmedos durante el resto de la función. Pero la obra es taaan bonita, que ni lo notamos.
La representación se reanuda ya para no volver a interrumpirse hasta el final. Maldito chaparrón inoportuno. ¡Habían dicho que habías cancelado tu actuación esta noche!

Cerca de la 1:00 de la madrugada volvemos caminando al apartamento totalmente satisfechos, casi flotando en una nube por el espectáculo tan bonito que hemos presenciado. ¡Totalmente recomendable para quien vaya a Verona en verano, si le gusta y le cuadra! Ya estamos pensando en la posibilidad de volver el año que viene, aunque sólo sea un fin de semana… Verona nos ha encantado (a pesar de las multitudes) y la ópera en la Arena ha sido la guinda de un pastel de lujo.
Mañana todavía vamos a estar en Verona unas horas por la mañana antes de proseguir viaje. Veremos algún sitio que nos ha faltado hoy y, tal vez, regresemos a alguno de los lugares que más nos han gustado.