El apartamento donde nos hemos alojado esta noche en Verona no incluye desayuno, pero sí hay una cafetera y unas cápsulas de café, así que ayer compramos unas galletas para tener algo con qué acompañar el café mañanero de hoy.
Hoy disponemos de la mañana libre para terminar de ver alguna cosilla más en Verona, ya que el plan para hoy es simplemente visitar Villa Rotonda antes de la hora de cierre (18:00 h) y luego pasar el resto de la tarde conociendo un poco Vicenza, donde pernoctaremos esta noche. El hecho de haber visitado Peschiera y Sirmione en una sola tarde nos hizo adelantar unas horas en el planning que vamos a aprovechar hoy en Verona.
Ayer nos quedaron muchas cosas en el tintero en Verona. Por ejemplo, no cruzamos el río Adige por el Puente de Piedra, la construcción romana más antigua que se conserva en Verona (S.I), que fue bombardeado por los alemanes en la II Guerra Mundial, pero se reconstruyó con las piedras originales. Tampoco subimos al Castillo de San Pietro, desde donde hay magníficas panorámicas de la ciudad, ni vimos el Teatro Romano descubierto en excavaciones de 1830 muy cerca del castillo...
Pero vamos a dejar todo eso como motivo para volver algún día a Verona. Está un poco lejos para ir hasta allí en el tiempo que tenemos y preferimos dar unas vueltas más por el centro y terminar de ver alguna cosa que nos falta por aquí, porque esta mañana de domingo parece que está todo más tranquilo.
En la Piazza Erbe los domingos no hay mercadillo y podemos verla bastante más despejada.


Piazza delle Erbe sin mercadillo
También la Piazza dei Signori muestra esta mañana un aspecto más apacible. Parece que los turistas madrugan menos en domingo.

Piazza dei Signori sin marabunta
Llegamos hasta la iglesia de S. Fermo Maggiore, que tiene la peculiaridad de ser dos iglesias, una en planta baja y otra encima. La de debajo es románica y la superior se construyó encima, ya en estilo gótico. Una vez más hay que mencionar a la familia Scaligeri, ya que algunos de sus miembros están aquí enterrados. No podemos entrar a la iglesia gótica porque el acceso está cerrado, pero sí bajamos a la románica, que hace las veces de cripta de la iglesia superior. La verdad es que es bastante interesante ver su estructura y los frescos románicos originales que aún conserva.



Iglesia S. Fermo Maggiore
Esta iglesia es una de las cuatro incluidas en la entrada combinada que comenté en la etapa anterior (Duomo + Sant’Anastasia + San Zeno + S. Fermo por 8 €).
Muy cerca de San Fermo Maggiore está la Porta Leoni, que fue otra de las puertas de acceso a la ciudad a través de la muralla del S.I, en la época romana. Hoy en día tiene adosado un edificio más moderno y ha quedado como resto anecdótico, un testigo de otra época que podría contar muchas historias sucedidas bajo su arco si tuviera la facultad de hablar.

Porta Leoni
Damos por terminada la visita de Verona y regresamos hacia el apartamento para recoger el equipaje y el coche y poner rumbo a Vicenza, nuestro siguiente destino.
Llegamos a Vicenza desde Verona en una hora escasa. Hacemos el check in en el Key Hotel, que tiene una zona de parking propia en la puerta. La habitación triple ha costado tan sólo 89 €, con desayuno buffet incluido, así que tampoco esperamos grandes maravillas de este alojamiento. La habitación es tan básica como cabía esperar, con un mobiliario mínimo, anticuado. Los tabiques deben de ser de hueco sencillo porque oímos todo lo que se habla al lado. Pero en fin… todo está limpio y es suficiente para pasar una noche.
Nos comemos unas ensaladas envasadas en la habitación y volvemos a coger el coche para ir a ver la Villa La Rotonda, que está a menos de 3 km. de aquí.
VILLA LA ROTONDA
Esta villa del S.XVI fue diseñada por Andrea Palladio a las afueras de Vicenza, en la cima de una colina con vistas al horizonte, como residencia de campo para el noble Paolo Almerico. Una ubicación espectacular, rodeada de praderas y bosques.
Andrea Palladio fue un importante arquitecto italiano que nació en Padua y trabajó, fundamentalmente, en todos los alrededores: Vicenza, Venecia, etc. Construyó palacios, villas, iglesias… con un estilo propio inspirado en el clasicismo que se ha llamado “palladianismo”. Y una de sus obras maestras, por la que es más conocido, es esta Villa Rotonda. Así que hay que verla. De hecho, ajusté el planning del viaje de modo que el paso por Vicenza nos coincidiera en fin de semana, que es cuando se puede visitar la Villa Rotonda.
La visita de Villa Rotonda es por libre, sólo viernes, sábados y domingos de 10:00 a 12:00 y de 15:00 a 18:00 h. La entrada cuesta 12 € y no es necesario adquirirla con antelación; se compra allí mismo, en la taquilla. Se visita sólo la planta baja y el jardín de alrededor.
También hay visitas guiadas, en las que creo que te muestran algo más, pero hay que concertarlas directamente con la propiedad a través de la web.
Hay una pequeña zona de parking enfrente, pero cuando llegamos está completa y se monta un poco de follón entre los coches que quieren entrar y los que quieren salir porque no hay hueco. Vemos que hay gente que ha dejado el coche en zona prohibida, pero no queremos jugárnosla, así que buscamos el parking más cercano, que resulta ser el Park Borgo Berga, a 1,7 km de la Villa La Rotonda, y ahí lo dejamos.


Dejo aquí unas pocas imágenes del exterior y del interior de Villa La Rotonda.




Condiciones de vida infrahumanas en el S. XVI 

Cuando terminamos la visita tomamos conciencia de lo pringados que somos. Aquí siguen los coches que están mal aparcados. Ni tienen multa, ni se los ha llevado ninguna grúa. Hale, vuelta a pata 1,7 km hasta el parking. Por panolis.

VICENZA
Vicenza tiene gran interés arquitectónico, ya que es la localidad con la mayor cantidad de obras de Andrea Palladio. Como ya comenté, Andrea Palladio es un hito en la historia de la arquitectura, así que no podemos dejar pasar de largo esta pequeña ciudad.
Gracias a la gran cantidad de joyas arquitectónicas que atesora, Vicenza fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994. Pequeñita, pero matona.
Desde Villa Rotonda tardamos 10 minutos en llegar a Vicenza. Aparcamos en Parcheggio le Barche (45°32'46.3"N 11°33'00.6"E).
Desde el parking cruzamos el río Retrone y comenzamos por el Palazzo Chiericati. No me voy a extender en detalles arquitectónicos. Sólo diré que fue un encargo que recibió Palladio de la poderosa familia vicentina de los Chiericati para construir su residencia en esta ciudad. El pobre Palladio comenzó la obra pero nunca la vio terminar porque tardaron más de un siglo en acabarla. Actualmente es museo de la ciudad.

Palazzo Chiericati (Vicenza)
A continuación nos acercamos a ver el Teatro Olímpico, también obra de Palladio, pero nos llevamos la decepción de encontrarlo completamente cubierto de andamios y telones por estar de obras, de modo que es imposible ver nada. Fue el primer teatro cerrado y cubierto del mundo, ya que hasta entonces los teatros eran del estilo de los anfiteatros romanos, al descubierto. Este teatro tiene también la peculiaridad de que su escenario es un trampantojo. Lo diseñó Vincenzo Scamozzi tras la muerte de Palladio, haciendo el efecto de ser la fachada de un edificio clásico a través de cuya puerta se ven las calles en perspectiva. Una pena no haber podido verlo.
Desde aquí caminamos por Corso Andrea Palladio. Como es lógico, un personaje tan insigne tenía que tener una calle a su nombre en la ciudad donde dejó la mayor parte de su obra. Y le dieron la calle más larga, comercial e importante de Vicenza. Está llena de palacios y casas señoriales, y las hay verdaderamente bonitas.

Corso Andrea Palladio (Vicenza)
Llegamos a la fantástica Piazza dei Signori, antiguo foro y mercado de la ciudad y hoy zona de ocio, donde la concentración de joyas de la arquitectura palladiana por metro cuadrado es de las más altas. Por un lado tenemos el Palazzo del Capitaniato, construido como residencia del “capitanio”, que era el embajador de la República de Venecia en Vicenza.


Palazzo del Capitaniato en Piazza dei Signori (Vicenza)
Al otro lado tenemos la majestuosa Basílica Palladiana, que jamás fue edificio religioso, pero desde el principio se la llamó así por su aspecto. Son dependencias del Ayuntamiento y de Tribunales. Al igual que el Palazzo Chiericati, Palladio no pudo ver esta obra suya terminada. Es doblemente Patrimonio de la UNESCO, porque lo es por estar en Vicenza pero también tiene la designación a título particular.

Basílica Palladiana (Vicenza)
La Basílica Palladiana está entre medias de dos plazas: la Piazza dei Signori y la Piazza delle Erbe. ¿Cuántas plazas hemos visto ya con estos nombres en las ciudades donde hemos parado en este viaje? ¡No han faltado en ninguna!

Palladio diseñó para este edificio unas fachadas de dos plantas de galerías abiertas tipo logia, que es el elemento más característico de esta obra.

Logia de la Basílica Palladiana (Vicenza)
Estos no son los únicos atractivos de la Piazza dei Signori. Hay que detenerse también a admirar la bonita fachada de la iglesia de San Vicenzo, encapsulada en mitad de un palacio de larguísima fachada. La altísima Torre Bissara, que, construida en el S.XII con 82 metros de altura, sigue siendo el edificio más alto de Vicenza y cuyo reloj del S.XIV es una joya de la técnica que marca las fases lunares además de las horas. Las dos columnas del S.XV situadas en el extremo oriental de la plaza; una con el león alado que es símbolo de la República de Venecia y la otra con el Cristo Redentor.

Piazza dei Signori (Vicenza)

Torre Bissara en Piazza dei Signori (Vicenza)
Deambulamos por el laberinto de callejuelas del centro histórico. Es una gozada. Abundan los edificios con preciosas fachadas y, además, no hay apenas turismo.

Muestrario de pilares en las casas de Vicenza



Nos gusta Vicenza
Llegamos hasta el Ponte S. Paolo. No sé cuál de las dos vistas me gusta más:

Mirando hacia el Ponte San Michele

Mirando hacia el otro lado
Volvemos hacia la Piazza dei Signori para buscar algún sitio donde cenar. Hemos visto que por aquí hay más donde elegir. El entorno de la Basilica Palladiana está muy animado y casi todas las terrazas están llenas. Elegimos una donde aún queda alguna mesa libre, en la Piazzeta Palladio, a los mismos pies de la Basílica Palladiana, donde cenamos bien; nada memorable pero correctamente.
Regresamos al parking para volver al hotel. Esta noche tenemos dulces sueños. Ha sido un día fantástico.
Es muy gratificante cuando te sorprende para bien un lugar del que no tenías grandes expectativas.