¡Hoy vamos a Rouen, la capital de Normandía!
Le dedicaremos prácticamente dos días enteros y será más que suficiente.
En primer lugar tomamos el tren de Caen a Rouen, cuesta 8€ comprado con antelación y el trayecto dura 1h y 45 minutos.
Llegamos poco antes de las 10 de la mañana.
Un adelanto de lo bonito que es Rouen es su preciosa estación de estilo modernista.
Tenemos que cruzar todo el centro para llegar a nuestro hotel. Las calles están muy tranquilas, después se llenará de turistas.
Pasamos por delante del Donjon, una robusta torre medieval, el último vestigio del ahora desaparecido Château de Rouen, en el que estuvo presa Juana de Arco. Sólo ofrecen visitas los fines de semana, así que no entramos.
El hotel de las próximas dos noches es el Hotel de Quebec, cuesta 92€ la noche en habitación doble, con desayuno incluído.
La iglesia de Saint Maclou es la que nos queda más cerca, hoy está cerrada, sólo abren los fines de semana, pero por fuera admiramos el gótico flamígero super elaborado.
Es increíble lo trabajada que está la piedra, parece encaje.
Las calles que la rodean son encantadoramente medievales y llenas de tiendecitas y bares.
Muy cercano está un antiguo cementerio, el llamado Aître Saint Maclou.
En la Edad Media se enterraban los muertos en este patio. Con la peste negra aumentaron las muertes y vieron la necesidad de crear galerías en pisos superiores para colocar los huesos que estaban ocupando espacio en el suelo.
Este osario está decorado con calaveras y con herramientas de los enterradores, como picos y palas.
Se puede visitar libremente y en un lateral hay unos paneles explicativos. O también se pueden contratar unas audioguías por 5€.
Comemos en un restaurante cercano a la catedral donde el servicio es extremadamente lento.
Por la tarde visitamos la impresionante Catedral de Notre-Dame.
Como es habitual en templos religiosos, la entrada es gratuita. Hacen visitas guiadas en francés.
Su fachada oeste fue inmortalizada más de 30 veces en una serie de pinturas del artista impresionista Monet. Una de ellas la veremos mañana en el museo de Bellas Artes.
Lo cierto es que la fachada es digna de admirar. Flanqueada por la torre Saint-Romain por un lado, del siglo XII, y por la torre “de beurre”, del siglo XV, por el otro, toda ella es un conjunto de variaciones del gótico.
En el centro, un enorme rosetón es un claro ejemplo del gótico flamígero, típico del siglo XV, rodeado por preciosos elementos de tracería.
En el interior, un sinfín de columnas se elevan hasta los 28 metros que corresponden a la altura de la nave central.
Una joya es la elaborada escalera que llevaba a la biblioteca medieval.
En el deambulatorio se encuentran coloridos vitrales originales del siglo XIII.
En lados opuestos del coro están enterrados cuatro duques de Normandía. El más famoso de todos no, ayer ya vimos la tumba de Guillermo en Caen.
Pero no por ello menos importante, aquí se encuentran los restos de Rollo, el legendario vikingo que se convirtió en el primer duque de Normandía.
A su lado, Guillermo Espada-larga, su hijo, que heredó el ducado de su padre.
También están las tumbas de Enrique “El Rey Joven”, y su hermano, Ricardo “Corazón de León”. Bueno, de este último, solo está enterrado aquí el corazón.
En el crucero se alza la linterna, que aunque desde el exterior no se puede apreciar porque está cubierta por un andamio, está coronada por la aguja más alta de Francia.
La siguiente visita del día es el museo llamado Historial Jeanne d’Arc, que cuesta 12€. Hay audioguías en varios idiomas.
Se encuentra en un edificio histórico, el palacio arzobispal de Rouen, y es un circuito inmersivo que cuenta de forma muy detallada y a la vez amena, a través de instalaciones digitales, la historia de la heroína protagonista.
Juana de Arco es una figura muy importante en Rouen, ya que fue aquí donde estuvo encarcelada, fue injustamente juzgada y condenada, y donde murió.
De hecho, parte del juicio tuvo lugar en este mismo edificio, que está adaptado con tecnología moderna para contar mediante audiovisuales, las diferentes declaraciones de los testigos que la acusaron o la defendieron.
Estaremos una hora y cuarto aproximadamente. Nos ha resultado super interesante.
Por la tarde, una vuelta más por el centro y finalmente cuando oscurece volvemos a la Catedral para ver un mapping que convierte la famosa fachada oeste en una recreación de la invasión vikinga o en un escenario psicodélico.
Nos gusta tanto que prácticamente vemos las dos sesiones una detrás de otra.