Hoy nos toca visitar la primera playa que es privada de la naviera, empieza el espectáculo, pero nada como lo que esperaba al día siguiente.
Vamos ganando horas de sueño, y sobre las 7 y pico estoy en el gimnasio. Desayunamos y para desembarcar hoy es necesario usar lanchas, porque el crucero no se puede acercar tanto a la playa, así que se retrasa todo bastante. Me han parecido bastante eficientes en todo, cuando dicen una hora es esa hora, esto es lo único que se retrasó un poco en todo el viaje. Había que ir a recoger unas tarjetas previamente para elegir la hora a la que desembarcar. En realidad solo eran unos minutos en barquito.
A las 11:00 estamos allí. El espacio para poder visitar es todavía menos interesante que ayer. Playa con hamacas, varias tiendas y algún bar, pero hoy solo se puede pagar con la tarjeta del barco. El agua es preciosa, pero la zona de baño está delimitada por unas boyas y es muy reducida, está todo el mundo apiñado. El calor era abrasador si no estabas a la sombra. Igual que ayer, no se puede llegar muy lejos paseando y para salir de ahí hay que tener una excursión contratada. Hay una cancha de baloncesto que me dejó alucinada, ¿quién se va a poner a jugar al baloncesto bajo ese sol abrasador?



Como hoy había más tiempo para estar en la isla, nos dieron la comida en un food hall que montaron allí con hamburguesas, perritos, ensaladas... El apple crumble estaba buenísimo. A una señora le dio un golpe de calor en esta zona, era terrible el calor. Sobre las 16:00 volvimos al barco. Zarpamos rumbo al último lugar que vamos a visitar. Aprovecho en jacuzzi de la zona de adultos, ya que está vacío. Es curioso como la gente se ve que anda más a lo suyo, porque nadie nos mira tan siquiera y está claro que desentonamos. No debe haber nadie en el crucero que no sea americano, de los puntos más dispares del país, y nadie habla español, a diferencia de lo que vimos en Miami y en Nueva York después. Este día en el jacuzzi sí hablé con una señoras que vivían en Washington y eran encantadoras.


Esta noche cenamos las dos en el restaurante y nos acostamos temprano. El espectáculo de esa noche consistía en una especie de concurso del precio justo. Si se entiende inglés, vale la pena ir a verlos porque son los reyes del show. En las cenas también había performance todos los días a la misma hora
