A las 2 sonó la alarma. Habíamos dormido unas cuatro horas escasas, pero no teníamos más remedio que levantarnos a esas horas intempestivas, puesto que la agenda estaba apretadilla. Nos duchamos, terminamos de guardar el equipaje y dejamos listas y preparadas las maletas para el vuelo, tanto las de mano como las de bodega. Nos despedimos de nuestra querida nevera de poliexpan y fuimos a la recepción para abonar la habitación en efectivo -así nos deshacíamos de alguno de los escasos dólares que todavía nos quedaban-.
Aún de noche cerrada, nos dirigimos hacia la terminal del McCarran Rent-A-Car Center, situada en la cercana Gillespie St. El procedimiento a seguir para la devolución del vehículo de alquiler resultó muy sencillo. Accedimos al interior de la gigantesca instalación a través de la entrada “Rental Car Return”, y una vez dentro buscamos los indicadores que nos guiaron hasta la fila de coches de nuestra compañía -Alamo-. De inmediato un empleado uniformado se acercó a nosotros y chequeó el Huyndai con un pequeño aparato electrónico. Nos dio un ticket, recogimos nuestras maletas y nos fuimos hasta la parada del shuttle que nos iba a llevar al aeropuerto. Ningún problema.
Ya en la terminal 1 de McCarran acudimos a los mostradores de American Airlines y realizamos el check-in en una de las máquinas que había por allí. El sistema no ofrece la más mínima dificultad: se colocan los pasaportes en el lugar correspondiente, se van cubriendo todos los datos que la pantalla va solicitando y finalmente se imprimen las tarjetas de embarque. A continuación, se llevan las maletas a uno de los mostradores de la Compañía y ya no es necesario volver a preocuparse del equipaje hasta llegar al destino final. Salir de EEUU es mucho más sencillo que entrar
Pasamos los controles y la conexión wifi del aeropuerto nos ayudó a distraernos hasta que salió nuestro primer vuelo a New York, donde teníamos prevista una escala de tres horas antes de abandonar definitivamente el país. El avión era un Boeing 757, y el trayecto, de unas cinco horas, me resultó entretenidísimo. En la primera mitad del mismo pude ir contemplando desde la ventanilla algunos de los lugares que habíamos conocido durante las últimas semanas: Valley of Fire, Zion, Cedar Breaks, Bryce Canyon, Capitol Reef, las Mesas de Caineville, Goblin Valley, Green River… Después de sobrepasar las Montañas Rocosas de Colorado entramos en las llanuras de Wyoming (Cheyenne) y Nebraska y las nubes comenzaron a aparecer hasta cubrir el cielo en su totalidad. Por fortuna, a partir del Lago Michigan el tiempo volvió a mejorar y me permitió disfrutar con una estupenda panorámica de toda la zona de los Grandes Lagos y los alrededores de New York.
En el siguiente vídeo pueden apreciarse todos esos lugares:
- 0’01’’ - 1’31’’: Despegue de Las Vegas
- 1’31’’ - 1’35’’: Valley of Fire
- 1’35’’ - 1’57’’: Lake Mead
- 1’58’’ - 2’09’’: Zion
- 2’10’’ - 2’23’’: Cedar Breaks (con zoom)
- 2’24’’ - 2’57’’: Bryce Canyon (justo debajo del avión)
- 2’58’’ - 3’10’’: Capitol Reef
- 3’10’’ - 3’28’’: Caineville Mesas y Blue Valley
- 3’28’’ - 3’32’’: Goblin Valley
- 3’33’’ - 3’42’’: Green River
- 3’42’’ - 3’58’’: Montañas Rocosas de Colorado
- 3’58’’ - 4’08’’: Cheyenne (con zoom)
- 4’08’’ - 4’24’’: Llanuras de Nebraska
- 4’24’’ - 4’38’’: Lansing (Michigan)
- 4’38’’ - 5’08’’: Alrededores de Detroit y Lake Saint Clair
- 5’08’’ - 5’17’’: Lake Huron (con zoom)
- 5’18’’ - 5’33’’: Lake Erie
- 5’33 hasta el final: Aterrizaje en New York.
Tema musical: "Visiting" (WILLIAM ACKERMAN)
En el aeropuerto de JFK hicimos una escala tranquila, de más de tres horas. Nada que ver, por supuesto, con la locura de Dallas a la ida
Éste es el breve vídeo que grabé durante los primeros instantes del vuelo transoceánico. La canción que lo acompaña a modo de banda sonora se titula, como no podía ser de otra manera, “Nostalgia”: el viaje aún no se había terminado y ya lo estábamos echando de menos.
Tema musical: "Nostalgia" (IQ)
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