DÍA 4: LOUVRE, PARC DES PRINCES, LAFAYETTE
Este fue el último día completo que estuvimos en París. Lo dedicamos principalmente al
Museo del Louvre. Como dicen por ahí, ir a París y no visitar el Louvre es un crimen. Así que para allí que nos fuimos. Línea 7 y en la parada Palais Royal-Musee du Louvre nos bajamos. Nada más emerger a la superficie: El Palais Royal sede del Consejo de Estado y en frente el majestuoso Louvre. Entramos por el lateral hasta la plaza central donde está la pirámide de cristal que hace de puerta de entrada. A las 9:30 de la mañana no había cola, así que entramos y a disfrutar. Todo lo que os pueda contar del museo va a quedarse cortísimo. Así que lo mejor será que vayáis a verlo. Después de 3 horas y media dentro y de habernos perdido un par de veces (aún con el plano) nos salimos con la sensación de que no habíamos visto prácticamente nada.




Luego nos fuimos hacia la Opera, pasando por la plaza Vendome. La zona se las trae, pues con el paseo, Yolanda hizo escaparating y para su desesperación y asombro, es la zona más cara de parís. Los zapatos de 600€ o vestido de 1.500€ así lo atestiguan. Además los Rolls no son allí nada raros de ver (yo vi dos en 30 min.) Ya justo en frente de la Opera cogimos el metro y nos volvimos para la zona del hotel.
Comimos, descansamos y arrastré a los dos hacia lo que yo más deseaba ver, que era el lugar donde mi equipo de futbol logró su más importante trofeo: El Parque de los Príncipes Como ya sabréis, allí el Real Zaragoza ganó en el año 1995 La Copa de Campeones de Copa (más conocida como la recopa).
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Ya rememorado aquel glorioso recuerdo, nos volvimos para el centro, a visitar el Hard Rock Café. Me hice una foto debajo de una guitarra que perteneció al Maestro Kirk Hammett, entre otras muchas guitarras, pero esa es la que más importancia tiene para mí.
A continuación nos fuimos a las galerías Lafayette. Centro comercial enorme, del estilo de Harrods en Londres, aunque no tan caro. Como El Corte inglés aquí. A practicar el Shopping. Y cargaditos para el hotel.
Museo del Louvre. Como dicen por ahí, ir a París y no visitar el Louvre es un crimen. Así que para allí que nos fuimos. Línea 7 y en la parada Palais Royal-Musee du Louvre nos bajamos. Nada más emerger a la superficie: El Palais Royal sede del Consejo de Estado y en frente el majestuoso Louvre. Entramos por el lateral hasta la plaza central donde está la pirámide de cristal que hace de puerta de entrada. A las 9:30 de la mañana no había cola, así que entramos y a disfrutar. Todo lo que os pueda contar del museo va a quedarse cortísimo. Así que lo mejor será que vayáis a verlo. Después de 3 horas y media dentro y de habernos perdido un par de veces (aún con el plano) nos salimos con la sensación de que no habíamos visto prácticamente nada.




Luego nos fuimos hacia la Opera, pasando por la plaza Vendome. La zona se las trae, pues con el paseo, Yolanda hizo escaparating y para su desesperación y asombro, es la zona más cara de parís. Los zapatos de 600€ o vestido de 1.500€ así lo atestiguan. Además los Rolls no son allí nada raros de ver (yo vi dos en 30 min.) Ya justo en frente de la Opera cogimos el metro y nos volvimos para la zona del hotel.
Comimos, descansamos y arrastré a los dos hacia lo que yo más deseaba ver, que era el lugar donde mi equipo de futbol logró su más importante trofeo: El Parque de los Príncipes Como ya sabréis, allí el Real Zaragoza ganó en el año 1995 La Copa de Campeones de Copa (más conocida como la recopa).
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Ya rememorado aquel glorioso recuerdo, nos volvimos para el centro, a visitar el Hard Rock Café. Me hice una foto debajo de una guitarra que perteneció al Maestro Kirk Hammett, entre otras muchas guitarras, pero esa es la que más importancia tiene para mí.

A continuación nos fuimos a las galerías Lafayette. Centro comercial enorme, del estilo de Harrods en Londres, aunque no tan caro. Como El Corte inglés aquí. A practicar el Shopping. Y cargaditos para el hotel.