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Es en momentos como éste en los que me pregunto… Pero qué demonios hago aquí!! Que sea la última vez que haces las cosas sin pensarlas al menos dos veces…!!!
Hoy me he levantado a las 4 de la mañana para llegar a tiempo al aeropuerto pues el vuelo salía a las 6:30.
El vuelo es con Lufthansa haciendo escala en Frankfurt y con destino final: New Delhi.
Sí, allá es donde me dirijo, me ha dado otro venazo.
A veces pienso que me arriesgo demasiado, pero siento que he de seguir mis impulsos según vengan, así que para allá que voy!!!
Ahora estoy sentada en una sala de espera que no corresponde con la de mi vuelo, pero los accesos de la mía están cerrados, por lo que me he sentado aquí para hacer algo de tiempo.
Este aeropuerto es bastante moderno y limpio, estamos hablando de Alemania, claro. Tiene unos pasillos kilométricos y como todo el edificio es de cristal, entra toda la luz de fuera. Hay una excesiva luminosidad algo poco común, en este país. Cosa que puedo afirmar con rotundidad ya que para bien o para mal, las veces que me ha tocado estar aquí, es en pocas ocasiones las que he podido ver el sol, así que podría tomarlo como una muy buena señal que me transmite buenas vibraciones.
Para pasar el rato observo a la gente que espera en esta sala, intento averiguar de qué nacionalidades son.
Es algo que los seres humanos hacemos inconscientemente y con bastantes probabilidades de equivocarnos ya que, como es bien sabido; las apariencias engañan.
He de decir, que en mi mente no tenía el pensamiento de ponerme a escribir nada de lo que pasase, pero de repente sentí la necesidad, estaría bonito que continuara a lo largo del viaje…ya veremos, pues por ahora no tengo esa costumbre.
Contaré mis planes de viaje, de los que sé muy poco la verdad, pues aunque suene un poco loco, no he planeado nada. Así es como salen mejor las cosas la mayoría de las veces, sin planearlas ni esperar nada…sólo hay que dejarse llevar…como en la vida diaria.
Cuando llegue al aeropuerto, supuestamente me estará esperando Shahdad, amigo de Bilal (mi contacto en la India). A Shahdad le conozco de un par de días en New Delhi de otra ocasión y él me llevará a casa de Jyoti y de su marido para pasar allí la noche.
A la mañana siguiente, me vendrá a buscar de nuevo Shahdad para acompañarme a la estación de autobuses, donde cogeré uno con dirección a Agra.
Una vez allí, mi paradero es desconocido, pues no tengo ni reserva de hotel ni ninguna clase de alojamiento, espero que me esté esperando Bilal pues sino tendré que buscarme la vidilla.
En esta ocasión no voy con miedo como en la primera vez, pero si que es cierto que en algún momento se me pasan muchas preguntas por la cabeza como ¿qué demonios hago aquí?, ¿Qué se me ha venido a perder aquí en la India?? Realmente tengo que seguir estos impulsos que se le antojan a mi alma?? Además, así, de esta manera!!, fiándome tanto de gente que no conozco de nada!!?
En fin, es entonces cuando decido parar de pensar, porque sino es cuando me cojo el ticket de vuelta.
Pero es así como más me gusta viajar, con gente del lugar que te enseñen como viven, y sentir..me encanta experimentar situaciones nuevas y auténticas.
Ya me he cambiado de sala, estoy en la que me corresponde y esto ya es otra cosa.
He de decir que no hay ni una persona occidental, todos son hindúes o asiáticos.
Tomo asiento y continúo escribiendo.
Ya puedo notar ese olor tan característico de la India que no puedo decir sea agradable para mí, es una especie de mezcla entre olor a ganado y humanidad. Lo que no entiendo es porqué, si todavía no hemos llegado!!!… En fin, será la mitad de olor a humanidad lo que captan mi pituitaria…pero ya puedo ir acostumbrándome, pues la última vez que visité la India, ese olor se me metía en el fondo de las entrañas revolviéndome las tripas hasta el punto de hacerme vomitar y no exagero.
Repaso las fotos de Bilal que tengo en el móvil.
La verdad es que parece bastante más diferente que toda esta gente que se encuentra aquí sentada.
Hace un momento reflexionaba sobre la estupidez del ser humano.
Nacemos en sociedades las cuales no elegimos y podemos estar de acuerdo o no con ellas. Pero en el caso de no estarlo, cuánto nos cuesta el cambio!
En países donde la libertad individual se cuestiona bastante… ¿habrá mucha migración de gente con el motivo de seguir sus principios o poderse realizar como persona? O simplemente ni han llegado a planteárselo?? Tan atados están a la tradición y a la familia que no hay lugar para cuestiones??.
A ver si tengo suerte y conociendo más a la gente me resuelven esta incógnita.
Bueno ahora voy a hacer una paradita que me está entrando un poco de sueño. Me pondré unas bachatitas para resistirme al cambio tan radical que me esperaaa...
29 de abril de 2006
Sobre la Hospitalidad.
Sobre esto tengo tantas cosas que decir y que aprender…
Después de tocar tierra, y tras el paso de los controles policiales había transcurrido una hora más de la prevista y Shahdad debería de estar allí esperándome.
En el aeropuerto de Indira Ghandi hay dos salidas y yo no recordaba cual de ellas era en la que habíamos quedado.
Me decidí por la que no era, por lo que no encontré a nadie, pero en contra de lo que pudiera parecer, no me preocupé en absoluto, tenía la certeza de que Shahdad iba a estar allí…pero como me equivocara… la había cagao pero bien, porque a ver qué demonios hacia y a donde iba yo a esas horas…tampoco hubiera muerto, pero eso ya cambiaba las cosas un poquito bastante.
En fin, que me di media vuelta y me fui a la otra salida y chan tata channn….
Caminando entre la gente iba buscando una cara conocida que me hiciera algún gesto, alguna señal...seguí caminando… y por fin encontré con la sonrisa tan bonita y singular, de Shahdad, que allí estaba tras una hora de espera en la noche de un viernes cualquiera, esperando a una tía que ni le iba ni le venía.
Pensé que tal vez le había estropeado su noche de marcha, o tal vez él trabajaba al día siguiente…me sentía culpable por haberle hecho esperar tanto.
Nos dimos un choque de manos un Hallo!!, how are you!!! y me disculpé por el retraso.
Cogimos un “taxi” de los que puedes encontrar por cientos por las calles y a cada paso. Se trata de una especie de vehículo con tres ruedas con un par de asientos adelante y atrás, y sin puertas, van abiertos a los lados, son un estilo a los Coco-Taxi de la Habana, aunque sin esa forma ovalada y más cutrecillos.
El trayecto fue de media hora más o menos.
Durante el camino Shahdad me preguntó sobre mi familia, y el trabajo, y yo a él lo mismo. Se me había olvidado que era diseñador.
Shahdad es un chico modernito, tiene el pelo a media melena, lleva unas Nike, sus vaqueritos de ultima moda, una Tshirt chula, y su móvil de 200 euros, y hasta un reloj demasiado moderno para mí.
Es un poco tímido y discreto, pero a la vez es simpático, caballeroso y muy amable. Lo que es, un tipo majo.
Vamos camino de la casa de Jyoti, la llamamos por el móvil y no contesta…mnnmnnn…Shahdad insiste, nos miramos, es la 1 de la mañana, estará durmiendo? Se habrá olvidado de que yo llegaba?
Por fin lo coge. Cambio de planes, en lugar de ir a su casa, vamos a la de su madre.
Finalmente llegamos a la casa, el barrio está a oscuras, no hay mucha luz, caminamos sobre el suelo arenoso y llegamos por fin a la puerta de la casa. Es de 2 plantas, parece bonita, Jyoti sale vestida con un sari verde clarito precioso, a pesar de las horas que son esta vestida de calle? Me pregunto, (mas tarde descubro que se acuestan vestidos).
Hablan Shahdad y ella unas cuantas palabras, parece ser que Shahdad no se puede quedar a dormir como estaba previsto, quizás sea porque la madre y la abuela de Jyoti están durmiendo en la única sala libre que quedaba y no debe estar bien visto que un hombre duerma entre mujeres…
Quedamos entonces para el día siguiente y se marcha a buscar un nuevo taxi pues el que nos trajo ya se había ido.
Así que nos quedamos en la sala de estar la madre de Jyoti ella y yo. Ellas duermen en el suelo, sobre una alfombra, a mí me tienen preparado un lecho que por el día tiene el uso de sofá. Para mi está más que confortable, aunque un poquito duro pero menos que el suelo, supongo.
Jyoti me da un pantalón de chándal para que esté más cómoda mientras ellas como he dicho antes duermen con el sari!!?.
Se sienta conmigo en mi cama y se muestra muy simpática y dicharachera, yo no quiero molestar, porque era obvio que ya se encontraban durmiendo, pero ella no para de hablar y de ofrecerme cosas, me trae una mandarina gigantesca ya pelada y la compartimos.
Yo le ofrezco mi presente comprado a última hora en el aeropuerto, soy un desastre, pero la verdad es que no encontré nada o más bien, no sabía que llevarla pues nada me parecía apropiado. Al final opté por una bonita caja de bombones suizos con un precioso lazo azul de tela, aunque tampoco me parecía lo mejor, pues con el calor que hace en la India el chocolate se estropea… aun así me agradecí mi misma haberlo comprado pues me hubiera muerto de vergüenza llegar con las manos vacías…
Veo que ella se pone muy contenta con el presente (menos mal), seguimos hablando de nuestras cositas, me cuenta que su marido Chotu, está de viaje y es por eso que no le puedo ver en esta ocasión, pero seguidamente recibe una llamada de teléfono de éste preguntando si todo está bien, si he llegado, y si todo está en orden…
Su Nano, de 3 añitos se encuentra dormido con la abuela en la otra sala, Jyoti me cuenta que es muy tímido pero que mañana le gustará ver que estoy yo durmiendo ahí, porque es muy curioso.
De repente saca un par de bolsas de plástico llenas de cosas, y me dice que, en cuanto se enteró de que yo iba a venir, se fue al zoco de compras y que esperaba que me gustara lo que había comprado, así que empezó a sacar prendas y prendas, tres o cuatro faldas, camisas y más enredos, cada vez que ella sacaba una prenda yo comentaba lo que me parecía, pero por su gesto yo no sabía muy bien qué interpretar, si toda aquel montón de ropa que había comprado era para mí, cosa poco probable porque si no se hubiera pasado tres pueblos, o bien simplemente me estaba enseñando tan contenta sus compras de por la mañana, así que una vez más me encontraba en una situación un poco rara, ya que no sabía muy bien que coño decir ni que hacer, si darle las gracias por mis prendas nuevas corriendo el riesgo de que ella pensara gracias porque?,no te jode! solo te estoy enseñando mis compras, la tía fresca ésta, o bien limitarme a decir que bonita era la ropa que había comprado siendo descortés si realmente era para mi sin dar unas simples gracias.
Total que después de esta situación tan rara, decidimos que era un poco tarde y que había que dormir un poquito.
Al día siguiente por la mañana nos acercaríamos al market para hacer unas compritas.
Apaga las luces y nos dormimos.
A la mañana siguiente sobre las ocho y media se levanta el pequeño Nano. Es como su madre dice, tímido, pero anda revoloteando a mi lado, su madre le hace cantar una canción infantil en inglés que le enseñan en el cole, todavía se resiste a darme un beso…
Después de esta presentación me obligan a dormir hasta las diez y media que llegan enseguida.
Jyoti ya esta vestida, claro, si no se ha cambiado de ropa!
Yo me apuro para no ser la última, mi intención era usar la misma ropa del día anterior, siguiendo el ejemplo de Jyoti, además no traía mucha muda y el viaje que me esperaba iba a ser más sudoroso que el del avión, es entonces cuando me dicen ¿pero no te vas a duchar?.Esto rompe mis esquemas, pero qué cerda que soy, no? Me dejan por los suelos. Yo que intentaba no molestar… y bueno, la India no destaca precisamente por la limpieza… en fin que claro que acepto: Yes, sure!! Como no! Y para allá que voy.
Me dan una toalla limpia y unas chanclitas y me llevan al cuarto de baño.
Al cuarto de baño le dedicaría un capitulo entero, lástima que no sepa narrar bien, pero para mi fue la caña.
Se trataba de un estrechito cuarto, valga la redundancia, con una bombilla iluminando tenuemente.
Tanto el suelo como las paredes son de baldosines antiguos y con su consiguiente capa de suciedad por año de antigüedad.
En mitad del suelo, pegado a la pared, hay un agujero que sirve de desagüe, ahí es donde van todas “las aguas”.
En un lado, próximo al suelo hay un grifo y unos barreños llenos de agua y un cacito vacío.
Levanto la vista un poco hacia la derecha y veo que hay una estantería empotrada en la pared en la que hay alguna maquinilla de afeitar tan antigua que ya había olvidado de hasta cómo eran. En una caja de lata se encuentra almacenado un montón de cosas antiguas que no me detengo a observar.
Miro hacia arriba. En su tiempo el agua saldría de la antigua alcachofa que ahora tiene toda la pinta de que ha dejado de funcionar hace años. Por lo que concluyo que mi baño del día de hoy va a ser a barreñazos. Dejo mi neceser sobre la estantería y toco el agua, estará fría? No soporto un baño de agua fría…. Pero está templada, con el calor que hace en la India nada se conserva fresco … me alegro…
Mientras me froto bien con jabón y me rocío de agua se me vienen a la cabeza un montón de pensamientos… desde los hongos que voy a pillar por usar unas zapatillas que no son mías, hasta sentir el alivio de pensar que todavía no me haya bajado la regla en esa situación tan “penosa” (las mujeres me entenderán) para una europea acostumbrada a todo tipo de comodidades…hay ciertas cosas que resultan ser un poco incómodas aunque pasables, por supuesto…
Intento apartar esos pensamientos y lo consigo, al fin y al cabo, para qué coño he ido a la India si no es para disfrutarlo cien por cien no?.Pero también me asaltan dudas, conocerá todo el mundo la bañera? Y el bidet? Como será el día a día de esta gente?.
Termino mi baño, me seco como buenamente puedo intentando no mojar la ropa limpia con el suelo mojado y salgo.
Me tienen preparado el desayuno, un café de puchero con leche, más leche que café y unas tostadas que Jyoti se ha esforzado en hacer ya que ellos ni por asomo desayunan nada de eso.
Ya estamos listas para salir, y nos llevamos al pequeñajo que está como una moto con ganas de salir, ya he ganado parte de su confianza hemos jugado un poco mientras desayunaba.
Mientras tanto Bilal ya ha llamado unas cuantas veces preguntando si todo está bien, si necesito algo… No, no, everything is fine thank you!
Salimos a la calle, Jyoti aborda un Rickshaw, negocia el precio del trayecto y nos subimos.
Para el que no sepa que es un Rickshaw les diré que es una especie de bicicleta con asientos traseros, para que se sienten los clientes, aparte del que usa el conductor. El vehículo va todo lo rápido que puede ir un tío dando pedales con 3 ocupantes detrás. O sea sensación de vértigo, cero. Y supongo que se coge para distancias cortas, pues si no machacas al pobre conductor, vamos que me estaba dando un cargo de conciencia que no veas…
El conductor que nos lleva tiene la piel bien curtidita por el sol, debe de hacer una temperatura como de unos 40 grados más no sé cuantos de humedad pero puedo decir que bastante, tengo el cuerpo que me va a estallar de dilatado que está. Qué calor!!
Por fin llegamos al Market y entre unas tiendas y otras, unos regateos por aquí otros por allá, todos por supuesto hechos por Jyoti, porque no me dejaba meter baza para que no me engañaran claro, acabo con mis alforjas llenas con 3 camisas, unos pendientes, unas bangles (pulseras normalmente de cristal en forma de aro y decoradas con colores brillantes y purpurina), un par de sandalias … con la tontería paga todo ella diciendo que luego se lo dé, pero luego no me deja!! Me queda la esperanza de pagárselo después.
Tomamos unas Pepsis, porque en la India la Coca-Cola no causa tanto fulgor como en el resto del mundo, y nos volvemos para casa porque Shahdad esta apunto de caer.
Al poco llega Shahdad y yo hago unas fotitos al Nano y a la abuela de Jyoti, mujer encantadora y con un carisma increíble, siempre con una sonrisa en la cara y sin parar de hablar aunque no la entiendas ni una palabra pues no habla inglés.
Me resulta curioso la alucinación que sienten al ver su imagen en la cámara digital. Nos echamos unas cuantas risas, y llega el momento de salir, me despido sabiendo que nos veremos unos días después cuando regrese de nuevo a Delhi. Esto es, sin ninguna tristeza porque les voy a ver de nuevo y con un subidón muy grande por la gran amabilidad de esta gente.
Ah se me olvidaba! A la hora de coger mi equipaje, al lado de mi mochila, se encontraban las bolsas de ropa que la noche anterior Jyoti me había estado enseñando. Finalmente me dijo que no me olvidara mis bolsas¡! Que fuerte!! Esta gente es la caña!! Resulta que todo aquel montón de ropa me lo había comprado porque sí. En fin, sin comentarios. Gano trescientas veces más que esta gente y me compran y regalan todo. Esto no quedará así.
Salimos, nos espera un taxi y llegamos a la estación de autobuses, allí tenemos que coger un bus que nos lleve a Agra ciudad donde vive Bilal y donde nos esperará.
Tenemos que esperar durante una media hora hasta que llega el autobús, mientras hacemos la cola, sin orden ni concierto, pero en la que todo el mundo sabe quien va detrás de quien menos yo.
Hace tremendo calor, según se comenta 43 grados, estamos al aire libre, Shahdad va a comprar agua, estamos sentados en un banco esperando a que abran la taquilla y de repente aparecen un grupo de amigos, son cuatro chavales, cada cual más moderno, parecen salidos de una peli de Bollywood, uno me mira descaradamente, pero eso es algo normal aquí, de repente se puede formar un circulo de gente mirándote sin que tu lo esperes o hayas hecho nada especial, es la caña.
Pues a lo que iba, aquí viene otro gesto que me dejó alucinada, llega el muchachito moderno éste y le dice a Shahdad mientras le da un fajo de billetes (se dirige a el en inglés por eso me enteré) que si no le importa sacarle los billetes a él y a sus amigos mientras ellos se ausentan un momento. Shahdad acepta y ellos se marchan. Es entonces cuando yo bromeo diciéndole que si está seguro de que no quiere que nos fuguemos con tal fajo de billetes, habráse visto!! O decidme que vosotros le daríais un fajo de billetes a un desconocido para que os saque unas entradas de cine, por ejemplo?
En fin, ya llega el autobús, es un poco viejete pero tiene aire acondicionado. Los chavales ya vienen, Shahdad les da sus tickets y las vueltas y nos dan las gracias.
Nos espera un viaje de 7 horas para recorrer un trayecto de 200 kilómetros. Aquí las carreteras están en muy mal estado.
El viaje no se hace nada aburrido, al contrario que lo que pareciera, porque la India tiene mil millones de habitantes, que se dice pronto, y sus gentes andan por todas partes!!
Así que, si en el país donde vivo te puedes encontrar tramos en la carretera de kilómetros y kilómetros sin ver un alma, allí no hay un kilómetro en el que no hayas visto a una persona. Qué actividad!! Ya sean o bien campesinos, vendedores, simples deambulantes, barberos que se montan su negocio bajo un árbol, gente que hace sus necesidades en cualquier parte, puestos de frutas y verduras donde yo nunca jamás compraría nada (y creo que tú tampoco), niñas y mujeres cargando cántaros sobre sus cabezas, gente durmiendo en las medianas de las carreteras o en el mismo borde!! así como los miles de perros que puedes encontrar como todo tipo de animales, desde manadas de jabalíes correteando todos en pandilla, burritos amarrados al borde de las carreteras, monos escalando edificios y peleándose, elefantes con su paso basculante, camellos arrastrando carros a sus espaldas, y por supuesto vacas, vacas por todas partes, también se ven campos de cricket, el deporte nacional, y ese tipo de chozas tan características hechas de excrementos de vaca que luego utilizan de combustible para el hogar.
De vez en cuando se para el autobús ante un paso de nivel para dejar pasar el tren, tiene que se alucinante un viaje en tren por la India, pero en otra ocasión será.
Todo esto y sus colores vivos, hace que sea un viaje intenso lleno de información visual que a veces cuesta asimilar toda de golpe, hay tantas cosas nuevas y desconocidas que se te hace tan intenso que llevas un par de días en el lugar y parece que llevaras una eternidad!!!
Hacemos una parada tomamos un té y continuamos el viaje. Bilal llama para saber si está todo bien, y todo esta perfecto. Queda ya solo media hora y me estoy poniendo un poco nerviosa, después de tanto tiempo en la India, como he dicho antes, llevo solo dos días pero la sensación que tengo es que llevo una semana!!! Ya tengo ganas de ver a Bilal tan atento siempre por teléfono, y con deseos de que todo siga igual que antes como la última vez que nos vimos.
Por fin llegamos y ahí está, con su bonita sonrisa y con su “stupid” en la boca, “How are you stupid?” me dice.
Nos saludamos al estilo indio; con un choque de manos y un abrazo. Por supuesto los dos besos no se estilan allí.
Por su sonrisa y por su gesto sé que sigue siendo el mismo y que todo va a ir bien, que no me va a dejar tirada y que puedo confiar plenamente en él. Prefiero pensar así.
Vamos para mi hotel, me dejan reposar unos diez minutos y seguidamente nos vamos a un restaurante vegetariano (por mi condición de vegetariana, todo un detalle) aunque allí no es ningún problema ser vegeta. Cenamos.
Después, para mi sorpresa volvemos a la estación de autobuses… Y porqué?? Shahdad me explica que quería acompañarme, para asegurarse de que llegaba bien y se volvía para su ciudad porque al día siguiente tenía que trabajar!!! Increíble el tío se ha hecho 7 horas de viaje y después de un par de horitas de nuevo se hace otras 7 de vuelta!! Ya sea por mí, o por complacer a su amigo que me tiene como invitada. Esto me deja alucinada, Increíble!!! Me quedo con la boca abierta…
Es por eso que he titulado esta parrafada “Sobre la hospitalidad” porque uno tras otro me han dejado estupefacta.
Estoy tan rendida por las sensaciones de este viaje que me acuesto agotada e intrigada por ver que me depara el día de mañANA .
30 de Abril de 2006
Hoy puedo decir que ha sido un día un poco melancólico o con un matiz un poco triste, pero sólo un poco.
Mi noche fue fatal, pues el teléfono sonó varias veces. Eran llamadas desde España que con la diferencia horaria me partían todo el sueño. Después en mitad de la noche un ejército de mosquitos se empeñaba en acribillarme los brazos sin poder parar de rascarme. Y ya por ultimo: una salamanquesa. Animal que normalmente me encanta, pero un poquito de lejos, quiero decir; en su pared pegadita con esas patas y esos dedos tan lindos. Pero no, ella se había empeñado en meterse entre mis sabanas… joder! así no hay quien duerma!! Con el consiguiente temor…picará? Será venenosa? Cuando están en la pared pegadas no te preguntas esas cosas.
En fin, a la mañana siguiente me desperté maldiciendo los putos insectos intrusos en mi cuarto y me quise ir a desayunar al restaurante, cuando de repente apareció Bilal.
Decidimos desayunar en la habitación mientras esperábamos a Zafar, su primo.
Zafar no llegó hasta bien tarde, porque se le complicó la mañana. En India tienes imprevistos a cada rato, nunca puedes calcular exactamente a que hora vas a llegar a ningún lugar, porque siempre te puede pasar algo.
Fuera de la habitación hacía un calor increíble, pero yo me negaba a pasar todo el día en una habitación esperando a que pasara ese bochorno, no había hecho tantos kilómetros para estar encerrada!. Así que nos fuimos a visitar el Taj Mahal.
Una vez allí aparcamos en una calle cercana y fuimos andando, ya que a cierta distancia no permiten circular vehículos que emitan gases contaminantes para conservar blanco el mármol de Taj (eso dicen).
Para entrar al recinto se hacen dos colas, una de hombres y otra de mujeres, te cachean y tienes que pasar por un detector de metales, yo creo que es el único sitio en la India que se toman un poco más en serio las medidas de seguridad, porque en el resto de sitios que yo haya visto, puedes pasar hasta una Kalasnikof y no se entera ni el Tato. Tampoco dejan pasar teléfonos móviles por miedo a algún atentado.
Total, que ya pasamos, y en un primer momento has de pasar por unos jardines y unos edificios rojos que no revelan nada especial, pero en cuanto cruzas el arco de granito rojizo que da paso a la vista panorámica del Taj…, te quedas alucinado…ahí está.
Harta de verlo en fotos nunca creí que me iba a alucinar tanto, pero aun así todavía se me pone la piel de gallina.
Por supuesto le pido a Bilal que me cuente sobre el monumento, aunque él se hace de rogar un poquito. Conociéndole sé que lo hace para hacerse el interesante, es algo muy habitual en él. Y seguidamente pasa a contarme, porque en el fondo le gusta, y es su trabajo.
Mandado construir por Shahjahan en el año 1631, para utilizar como mausoléo para su esposa.
Los materiales empleados, mármol de mármara y piedras semipreciosas traídas de diferentes lugares del mundo. El pináculo central era de oro, pero los ingleses a su llegada se encargaron de quitarlo de reemplazarlo por bronce.
Con una altura de 80 metros, se tardó 22 años en acabar su construcción.
En cuanto a su historia… se dice que la esposa de Shahjahan, Mumtaz Mahal, quedó muy debilitada tras dar a luz a su hijo catorceavo, y esta le pidió una muestra de amor a su marido por ser una fiel y buena esposa y por haberle dado tantos hijos. Él le dice que le hará la mayor muestra de amor conocida en el mundo. Y la verdad es que yo creo que cumplió con su palabra, porque el monumento es impresionante por su majestuosidad, belleza, simetría, composición, en fin, que vayáis a verlo y me contáis, la lástima es que ella no pudiera verlo antes de morir.
Hoy hace muchísimo calor aquí. Hay como una especie de calima, que aquí se llamara de otra manera, supongo, pero para los efectos es lo mismo. El calor es bochornoso, el ambiente es pesado y el aire es irrespirable de lo caliente que está, la atmósfera tiene un color amarillento por la arena suspendida en el aire pero afortunadamente de vez en cuando corre una brisa que da un poco de chance para poder seguir aguantando en la calle.
Paseamos por los jardines, hacemos fotos, bromeamos. Bilal sigue explicándonos sobre la simetría del conjunto sobre las casualidades del numero 22 en el Taj, 22 años se tardó en construir, como he dicho antes, 22 peldaños para subir al conjunto monumental, 22 cúpulas en los edificios que lo rodean… nos habla también de las costumbres entre musulmanes”according to the muslims” bla bla bla…y otra vez “because according to de muslims”….qué gracia me hace.
Se acerca un conocido suyo a saludarle, se trata de un fotógrafo que ve todos los días, Amablemente nos saca unas fotos que luego más tarde nos regalará al término de la visita.
Un turista de Bombay se acerca para preguntar a Bilal, que nos tiene entretenidos mientras estamos sentados en un escalón adorando una vez más el Taj y según nos cuenta, su destino es Delhi, pero se ha desviado del camino para poder visitar tan nombrado monumento, hace miles de preguntas más sobre los detalles de construcción y nos dice que al día siguiente volverá de nuevo a la salida del sol, para poder ver la combinación de colores que hacen la luz del alba con el maravilloso mármol translúcido del Taj Mahal.
Yo en el fondo me muero con mi más sana envidia, porque me encantaría hacer lo mismo!!, pero ya que estoy de invitada y después de lo bien que se están portando conmigo, no puedo pedir a mis amigos que se levanten a las 5 de la mañana…pero la verdad es que me tiraría horas en este lugar, ojalá pueda volver algún día y poder quedarme a meditar en los jardines. Si me pudiera quitar esa espinita…
Salimos del Taj Mahal y nos vamos al market, siempre caótico, hasta arriba de gente, con sus calles sucias, derruídas y poco iluminadas. De vez en cuando se producen apagones de varios segundos o a veces de minutos.
India es un país difícil, o bien te puede encantar tanta mugre o por el contrario puedes sentir completa aversión, pero lo que no te deja, es indiferente, desde luego.
Como muchas veces me dice Bilal “India is full of pain”.
Al venir aquí puedes tomarte el viaje de dos maneras, por un lado puedes ver tooodo lo malo, mendicidad, hambre, podredumbre, analfabetismo, miseria, el peso de la tradición, explotación, prostitución… y un largo numero de penalidades o bien te puedes tratar de quedar con lo bueno, que para mí son sus gentes, su bondad y hospitalidad, su unión familiar y ese afán de agradar.
La verdad, es que a veces dudo si sea por sacar algo a cambio, pero no sé si este pensamiento de desconfianza me venga dado por las costumbres de mi país. Sólo el tiempo dirá si este viaje tiene un precio que yo todavía no logro ver.
Entramos en una tienda de música de un amigo de Bilal a comprar unos cds, él me presenta a su amigo, he de decir que muchas veces me siento como una especie de mono de feria, porque le gusta presentarme a todo el mundo, se muestra como orgulloso de estar paseando conmigo (ya sé que queda feo que lo diga, pero es lo que parece) allí llamas la atención sólo por tu condición de extranjero, me enseña en todas partes y me hace hablar con todo el mundo que conoce, a mí no me molesta, total, no tengo nada mejor que hacer y no cuesta nada ser amable, quizás sea eso parte del precio que haya que pagar?
De ahí vamos a tomar un refresco a un puesto colocado en mitad de dos carreteras hipertransitadas, quizás sea el lugar menos apetecible del mundo para tomarse algo, pero aquí es lo que hay.
Lo que me gusta a veces, es detenerme a observar el comportamiento de la gente según en que país, y en este caso me hace gracia ver como los chicos jóvenes cuando pasan con sus coches nuevos e impecables por estas 2 carreteras que están pegadas al mercado, suben la música a toda ostia para provocar las miradas de las chicas o tal vez para decir algo así como ¡cuidado chaval, que ahí voy con mi coche nuevo y además soy el más chulo!.
Ya es de noche, terminamos la Pepsi y nos vamos para el coche, conduce Bilal. Andamos unos pocos metros y pasamos por la carretera misma donde hemos estado hace unos minutos tomando el refresco, y para mi sorpresa, o no, todo he de decirlo, automáticamente Bilal baja las ventanillas y sube la música a tope.
No puedo parar de reírme, Bilal me demuestra que forma parte de esa juventud de la que hablaba antes.
Llegamos a mi hotel, se despiden de mí y yo me quedo dormida como una horita sobre la cama, después de tanto calor estoy agotada.
Cuando despierto me pongo a escribir de nuevo. Duro trabajo éste, más fácil sería ponerme a ver la tele o continuar durmiendo, pero luego los detalles se olvidan.
Al principio de este escrito dije que fue como un día un poco melancólico y así es, no por nada especial sino por sentir algo mágico el estar de nuevo frente al Taj Mahal, sentir que tal vez tarde mucho tiempo en volver a estar aquí, eso, si se da el caso de que pueda algún día volver, lo bien que me siento aquí y las pocas ganas que tengo de regresar a mi país…
Bueno, ya es tarde, a ver como paso esta noche con mis adorables “compañeros” de cuarto.
Good night!
1 de Mayo de 2006
Estamos ya en mayo, aquí sigue este calor bochornoso.
Hoy estuvimos hablando sobre el Corán mientras tomábamos un largo desayuno, sobre el porqué de las costumbres y del resto de religiones.
Bilal trataba de convencerme de que el camino correcto a seguir era el pronunciado por el Corán y yo trataba de hacerle cambiar de opinión.
Por supuesto ninguno de los dos cambiamos nuestro punto de vista pero al final seguimos tan colegas como siempre. Se puede decir que nos respetamos, yo intento no molestarle en cosas que sé que puedan hacerlo y él supongo que también, pues por ahora no me ha hecho sentir mal en ningún momento.
Podría decir que no es de los musulmanes más abiertos que conozco pero tampoco es el más cerrado.
Hoy fuimos al zoco de nuevo, los 3 como siempre, bien agustito deambulando por las calles, curioseando, haciendo algunas compras, unas bangles por aquí, unas plantillas para pintar con henna por allá, y también me pintaron las manos por ambas caras con henna.
Cuando caía la tarde Bilal dijo;
-bueno ahora nos vamos a una boda de un amigo un ratito y después al cine que te parece?
-Una boda!!- Para mí era otra de mis espinitas pendientes!!- No lo puedo creer siiii!!!.Por supuesto!!!.
Íbamos de camino y mientras andaba yo alucinada con la idea de asistir a esa boda de repente se retractó, diciendo;
-Bueno lo estoy pensando detenidamente y es mejor que vaya yo solo, vosotros os quedáis aquí en el coche mientras yo saludo al novio, le doy el sobrecito con las pelas y vuelvo en seguida…
-Que? Por qué? No! No me digas eso!!
Me explicó que a esa boda iban a asistir algunos familiares suyos, que no estaría bien que me vieran en la boda, por ser chica y por ser extranjera. Vamos, que si iba yo sola sí, pero no con él porque si no se le iba a caer el pelo, ya se sabe, la maldita tradición, y yo sola no podía ir, porque también a esa boda asistía gente de nivel medio-bajo y a lo mejor no me dejaban en paz o me iba a sentir molesta porque lo que era seguro que inadvertida no iba a pasar.
Conclusión que mi gozo en un pozo. Menuda decepción. Así que, como Zafar estaba malito de la tripa acompañó a Bilal (hasta ellos se ponen malos de la tripa), para poder ir al toilet, y me dejaron en el coche bien cerradito con el motor en marcha. Que en cinco minutos volvían, que no se me ocurriera abrir a nadie y que estuviera tranquila.
Así me encontraba yo, pensando en que todo era una mierda, tanta tradición y tanta ostia, ya no me parecía tan bonito todo, cómo era que yo no podía asistir a una boda por lo que pudieran pensar?, y tampoco colándome!, en que siglo me encontraba?.
La verdad es que me sentí como encarcelada, es ahí realmente donde lo sentí más fuerte, porque hasta ahora me había sentido con poca libertad al hacer ciertas cosas, Bilal nunca me dejaba sola, siempre quería que estuviera acompañada de alguno de sus amigos, de él mismo o de Zafar. No me dejaba salir a la calle, siempre me tenía súper protegida, y ahora, me encontraba encerrada en un coche por mi bien, ya que los “bárbaros de la fiesta” no me iban a dejar salir viva de ahí, según él.
Pues sí, entendía que era todo por mi bien, pero no me gustaba nada no poder hacer lo que yo quisiera.
Estaba procurando que todos estos pensamientos negativos no me inundaran, cuando tocaron el cristal.
Era Bilal, venía con alguien. Un chaval alto y con cara de sentirse curioso al verme. Ah! Que raro! Otro amigo más para presentar, pensé.
-Hola qué tal? - Tratando una vez más de poner mi mejor cara, pero esta vez me costaba más.
Es entonces cuando Bilal dijo:
-Anda sal, te presento a un amigo que te va a enseñar toda la fiesta, él es el hermano del novio!!
Oh my god!! Más contenta que unas castañuelas!! No me lo podía creer, más majo el Bilal… por fin iba a ver una boda hindú, estaba que daba saltos de alegría.!!!
Así que su amigo me ayudó a cruzar la carretera, continuando con ese afán que tienen de protección y me introdujo en la fiesta.
A la entrada unos hombres vestidos completamente de blanco adornados con unos collares de caléndulas naranjas en el cuello se encargaban de dar la bienvenida a los invitados, entre ellos se encontraba el padre del novio.
Me saludaron como a una más, todo el mundo estaba muy contento, todo el mundo sonriente, sobre todo el padre, no se casa un hijo todos los días, no?
Por fin entramos. Era un recinto al aire libre y con suelo de moqueta. Muy próximo a la entrada, en el lado derecho, estaba el buffet, diferentes guisos que ya había visto y probado antes se encontraban allí, otros no, claro.
El amigo de Bilal me iba explicando plato por plato sobre los ingredientes con que estaban hechos y su preparación. Cuando llegamos a la sección de los postres, me hizo coger uno, y yo jartita de escuchar los consejos para turistas, de no tomar alimentos fuera de los hoteles y restaurantes para turistas, y hasta por mi propia experiencia de diarreas, vómitos y demás malestares padecidos en otras ocasiones, tuve que hacer de tripas corazón y tragarme aquel pastel que parecía que estuviera envuelto en papel plata!!!, y yo no sabía como decirle a aquel tipo, que antes de comérmelo primero le tendría que quitar eso plateado que lo envolvía, no??!!, y él me decía que no, que todo pa´dentro… con el “supuesto papel plata” y todo, que de ese pastel se comía todo!, que no había que quitar nada!…
Entre un débil forcejeo por decir algo, me tuve que tragar aquello con un asco que no te puedes imaginar. Aggghhh!!! Que asquito!!, intenté no pensar en ello y poner una cara más o menos agradable para no ofender a aquel buen chaval…lo que tiene uno que hacer…:)
Tras aquel trago me siguió mostrando la fiesta. Más adelante me enseñó el lugar donde se producía el casamiento en sí, era como una especie de arco rectangular adornado con miles de flores, allí se situarían los novios mientras se pronunciaban los mantras sagrados.
A la derecha de esto, en hileras estaban colocadas un montón de sillas orientadas a una especie de escenario, que era donde se sentarían los novios una vez casados, en una especie de tronos (diría yo) ricamente decorados con colores vivos y con flores y así sentados recibían personalmente a los invitados uno a uno, o bien se quedaban ahí a la vista de todo el mundo.
A un lado, vi algo que me pareció curioso, se trataba de una cama de matrimonio con sus dos mesillas allí en medio de la celebración!!, Zafar luego me explicó que se trataba de un regalo de boda.
El amigo de Bilal era muy amable y me presentó a alguno de sus amigos, que como era habitual se mostraban curiosos por saber de donde salía y porqué.
Por allí al fondo se encontraba Bilal hablando con una pareja de gente mayor y una niña, él me hizo una señal para que me acercara.
Se trataba de unos familiares suyos, yo al decirme esto me entró un poco de pánico, a ver si le iban a decir algo por llevarme… en fin, él sabría lo que hacía, me sentí mejor cuando me reclamaron por otro lado…
Entre unas gentes y otras pasamos allí el rato, me explicaron que tradicionalmente, el novio viene desde su casa montado a caballo ataviado con flores, que por supuesto no pueden faltar, y tanto delante de él como por detrás, le acompaña una comparsa de músicos y amigos y familiares, todos hombres, hasta que llegan al lugar donde se celebra la boda.
La novia va por otro lado decorada bellamente y con preciosas pinturas de henna en brazos y manos, adornada con joyas para la ocasión como el típico aro que se ponen en la nariz y con un brillante vestido rojo.
Todo maravillosamente decorado con luz y color y música alegre que no paraba de sonar.
Bilal entiende que se da por finalizada la visita y me viene a buscar para irnos.
Yo estoy más que satisfecha con todo lo que he visto, aunque no me ha dado tiempo a ver a los novios, no me importa porque sé como visten por las muchas veces los he visto en la carretera cuando se dirigen al casamiento.
Realmente le agradezco que me haya llevado pues para mí ha sido muy especial y se lo hago saber. Desde aquí gracias Bili Bilal.
Nos metemos en el coche, me dejan en mi hotel y nos despedimos hasta el día siguiente.
Cuando llego a mi habitación me encuentro un regalo sorpresa!! Es de Zafarrr!!
Se trata de un montón de cajitas de bangles de miles de colores y formas¡! Con lo que a mí me gustan las bangles!! Adoro a Zafar, no por su regalo de ahora, que me encanta, sino por la comunicación no verbal que hay entre nosotros. A pesar de no hablar ningún idioma bien entre nosotros (él no habla inglés, yo no hablo hindi) nos comprendemos a la perfección, basta con una mirada para que él sepa lo que yo quiero y lo que siento en cada momento. Besotes Zafarr
Y después de todas las bonitas sensaciones del día me dispongo a dormir, pues también hoy ha sido un día agotador.
3 de Mayo de 2006
Lo que escribo lo hago desde el cielo de Nueva Delhi, me muero por pedirle un folio a la niña china que tengo al lado, pero no sé, me da vergüenza, ya ves, a mi edad… será porque no me encuentro con ánimos tampoco, así que tengo que escribir en el mantelito del menú que nos han pasado hace rato.
Mi último día en la India fue un poco penoso. Tal vez por los nervios, por la serie de circunstancias que sucedieron…pero no podía ser todo tan bonito no?.
Al día siguiente de mi maravilloso día de aquella maravillosa boda, me aburrí un poquito en el hotel por la mañana esperando a Zafar y Bilal que no llegaban, y como no me dejaban salir sola me quedé en la habitación recogiendo mis cosas pues era ya mi último día en Agra.
Cuando llegaron me explicaron que trataban de encontrar unas pastillas para la tripa de Zafar que no encontraban en ninguna farmacia, de ahí el retraso.
Para el que no haya visto una farmacia en la India, es casi mejor, pues eso significara que no ha tenido que recurrir a ella, pero puedo decir que no tienen que ver con las pulcras y blancas farmacias europeas, tanto por su aspecto como por lo demás, es conocido que en ocasiones, se venden medicamentos sin valor curativo alguno, mientras te sacan las pelas y te hacen perder el tiempo y lo más importante, la salud, ya que tu piensas que te estas tratando y lo único que haces es el parias, nunca mejor dicho.
Con esto no quiero decir que pase siempre, pero hay casos y casos…por lo que lo mejor que te puede pasar es que no tengan ese día la medicina que tú necesitas.
En cuestión, que después de recogerme del hotel fuimos de nuevo al market, a hacer las últimas compras. Quería comprarle a Jyoti un precioso vestido en agradecimiento a todos sus presentes. Así que fuimos tienda por tienda en busca de aquel maravilloso vestido. Bilal me ayudo a escogerlo. Uno azul muy bonito que esperaba que le gustase.
Seguidamente tomamos la carretera hacia Delhi pues al día siguiente era mi vuelo. Los planes eran que ellos me dejaban con Jyoti nada más llegar a Delhi y ellos seguidamente regresaban a Agra. Mi vuelo salía al día siguiente bien tempranito.
El viaje se hizo ameno, como siempre los tres bromeando con la gente por el camino, riéndonos, todo perfecto. Conducía Bilal.
Para mí, Bilal conduce pelín imprudentemente y diría que hasta demasiado arriesgado, pero claro, ¿qué no es imprudente ni arriesgado en las carreteras de la India?.
De la forma que fuese, todo salió bien y tardamos tan sólo 3 horas en llegar, comprendéis ahora por qué digo lo de arriesgado e imprudente?, a la ida tardé como 7 horas, aunque iba en autobús...y a la vuelta solo 3, os podéis hacer una idea.
Cuando llegamos a Delhi quedamos con Chotu, el marido de Jyoti, en un punto de la ciudad, él venía con su moto. Entonces hicimos un cambio, a Bilal le pareció divertido llevarme en moto y así hicimos. Zafar y Chotu fueron en coche, y Bilal y yo en la moto.
Bueno, qué decir de esta experiencia, la lanzadera del parque de atracciones se queda corta para mí al lado de esto.
Sin casco, con Bilal “el temible” conduciendo, y por las calles de Delhi llenas de coches a toda ostia.
Yo no sabía si tenía el corazón en la boca o dónde.
En el trayecto vimos un pequeño accidente, pero fue un accidente de estos tontos que hasta te hacen reír de lo tonto que ha sido, porque no tiene graves consecuencias, y así fue, nos reímos el Bili Bilal y yo. Aunque yo no quise reírme muy alto, la verdad, pues uno nunca está libre de que le pase nada, y menos en esa situación.
De verdad que pensé mil veces que de esa no salía sin un rasguño, y merecido además, por imprudente.
En fin, de esa salí viva por los pelos y llegamos a la oficina de Jyoti que nos estaba esperando impaciente.
Me hizo entrar para presentarme a su General Manager y a sus compañeras. Me mostró toda su oficina, la sala de producción, a todos los trabajadores afaenados con sus máquinas… Jyoti trabaja en una empresa de diseño textil que a la vez hace exportaciones, y ella está al cargo de 200 de esos trabajadores que vi.
Terminada la visita salimos de allí y nos fuimos de nuevo en moto, porque me gustan las sensaciones fuertes :), y fuimos al Mc Donalds, ellos querían tal vez mostrarme lo más moderno y también me llevaron a un centro comercial estilo Corte Inglés, dimos un paseo y Bilal y Zafar alargaron su estancia conmigo a pesar de que en un principio dijeron que era dejarme e irse.
Llegó Shahdad y me alegré mucho de verle de nuevo, fuimos a cenar a un restaurante y al terminar la cena, llegó el momento de la despedida, eran ya más de las doce de la noche y Zafar y Bilal se tenían que marchar.
Para mí fue muy triste pues había pasado unos momentos maravillosos con ellos dos y habían sido tan buena gente…!!. Que irremediablemente les iba a echar de menos.
Con toda la pena de mi corazón, se marcharon y convinimos en que me mandarían un mensaje a mitad de camino y otro cuando llegaran para saber que todo iba bien.
El resto nos fuimos a dormir, Shahdad a su casa y yo con Jyoti y Chotu.
En mitad de la noche, recibí el mensaje esperado de mitad del camino, diciéndome que todo iba bien, que ya les quedaba menos y que no me preocupara.
Pero al poco recibí otro que decía:
-Hemos tenido un accidente pero no te preocupes todo esta bien.
¿Cómo? Un accidente? Y todo está bien? Cómo puede ser eso? Yo diría que la India debe ser uno de los países con mayor índice de accidentes de tráfico… a pesar de que me decían que todo estaba bien yo no podía evitar el preocuparme.
Seguidamente Bilal me llamó y me explicó que la mitad del viaje fue conduciendo él mismo, que cuando se sintió algo cansado se puso Zafar al volante. Les faltaba 30 kilómetros para llegar a Agra cuando delante de ellos un coche chocó y no pudieron evitar tragárselo…
Los daños; el coche destrozado por toda la parte delantera, Zafar con todo el ostión en la cara sangrando y a Bilal no le había pasado nada. La verdad que por lo que me contaba podía haber sido peor.
Ya no dormí más, no paré de pensar en si se encontraban bien o si me habían contado una trola para tranquilizarme.
También me daba por sentirme culpable, tal vez si no se hubieran ido tan tarde antes de caer la noche hubieran llegado sanos y salvos.
Al rato me tocaba irme, pues el avión salía a las siete de la mañana y Shahdad me vino a buscar a casa temprano con su hermano y unos amigos de éste.
Su hermano era bien guapo y moderno, como sus amigos. Shahdad me explicó que la mayoría de sus amigos eran o diseñadores o modelos… de ahí tanta belleza junta.
Por fin llegamos al aeropuerto, Shahdad y yo nos hicimos unas fotos para recordar el momento.
- I will miss you- me dice con su acento tan particular, la verdad es que yo también le voy a echar de menos a él y a todos, y mucho.
Ya nos despedimos por gestos a lo lejos y ya perdida entre la gente no pude verle más .
Qué pena sentía en mi corazón, tanto por lo que había sucedido en las últimas horas, como por separarme de gente así.
Emprendo mi carrera hacia los mostradores de Lufthansa. Aún me quedan 9 horas de vuelo hasta Munich.
Ahora ya en Munich, esperando el vuelo que me llevará a Madrid he tenido horas para dormir y meditar y aunque estoy triste por todo lo que he dicho antes, la sensación que me llevo de este viaje es positiva. ¿Cómo no lo va a ser?, si ha sido fantástico.
En este viaje he aprendido mucho tanto de costumbres de otras culturas nuevas para mí como del comportamiento humano una vez más. Me han dado una lección de hospitalidad que no caerá en saco roto y también he sacado en claro que nunca hay que parar ni sentirse perezoso por nada, hay que seguir hacia delante y en contínuo movimiento. Si no te pierdes un montón de cosas que están pasando a tu alrededor sin tu darte ni cuenta.
Me quedo con unas ganas tremendas de volver cuanto antes, aunque no sé cuando será posible, ni si lo será.
Con todo el cariño del mundo les dedico estas letras por orden de aparición…a mis queridos Shahdad, Jyoti, Bilal, Zafar y Chotu que tan lindo me han hecho sentir en estos momentos.
One more time...Thank you!!.
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