Salimos desde Hanoi a primera hora en furgoneta, no tardamos demasiado en recorrer los 70 kms que nos separaban del embarcadero del que partíamos.
La Pagoda del Perfume (Chua Huong) realmente es un conjunto de pagodas y templos budistas, situados al suroeste de Hanoi, al cual se accede remontando un río durante aproximadamente unas 2 horas (conviene llevar crema solar y agua suficiente) en una barca con remos que manejaba una mujer delgada (a ratos con los pies) sin -aparentemente- excesivo esfuerzo, mientras nosotros disfrutábamos del entorno y los paisajes.
La Pagoda del Perfume (Chua Huong) realmente es un conjunto de pagodas y templos budistas, situados al suroeste de Hanoi, al cual se accede remontando un río durante aproximadamente unas 2 horas (conviene llevar crema solar y agua suficiente) en una barca con remos que manejaba una mujer delgada (a ratos con los pies) sin -aparentemente- excesivo esfuerzo, mientras nosotros disfrutábamos del entorno y los paisajes.
La propia Pagoda del Perfume está situada en el interior de una cueva, por lo que bien merece una visita. Eso sí, tened en cuenta que es un lugar de peregrinación religiosa anual con una grandísima afluencia en fechas concretas, por lo que conviene no coincidir con determinadas festividades.
Pasamos el día explorando la zona y escuchando las explicaciones del guía que nos acompañaba. Para llegar a la cima de la montaña y visitar la pagoda subimos en teleférico (andando habría sido una hora) y bajamos por las escaleras.
La excursión finalizaba devolviéndonos a Hanoi, pero ya habíamos acordado que nos dejarían en un punto desde el que poder desplazarnos a Ninh Binh, para seguir nuestra ruta. Así, en un momento, pasamos de ir con un guía que hablaba perfectamente inglés y con un grupo de turistas –algunos españoles- en una furgoneta con aire acondicionado, a encontrarnos en una tienda junto a la carretera que supuestamente también era parada de buses, en la que nadie hablaba nada que no fuese vietnamita :lol:.
Aún así, nos conseguimos entender (o eso creo) y nos ofrecieron incluso algo de beber, mientras un par de niños nos miraban con los ojos muy abiertos, con cara de –igual que nosotros- no tener claro qué hacíamos allí.
Al poco pasó un bus que iba hacia Ninh Binh y nos llevó en una hora más o menos a destino. Al llegar, nos pusimos a andar sin un rumbo claro hasta que nos “asaltó” un hombre en un moto-carro que era dueño de un hotel. El hombre en cuestión recogía a los turistas que llegaban a la estación de buses y los acompañaba a su hotel, el New Queen Mini Hotel.
Nos acercamos a ver la habitación (nada del otro mundo) y nos quedamos allí. A parte, nos facilitó información de la zona e incluso contratamos con él el siguiente traslado, que fue a Hue.
Aún así, nos conseguimos entender (o eso creo) y nos ofrecieron incluso algo de beber, mientras un par de niños nos miraban con los ojos muy abiertos, con cara de –igual que nosotros- no tener claro qué hacíamos allí.
Al poco pasó un bus que iba hacia Ninh Binh y nos llevó en una hora más o menos a destino. Al llegar, nos pusimos a andar sin un rumbo claro hasta que nos “asaltó” un hombre en un moto-carro que era dueño de un hotel. El hombre en cuestión recogía a los turistas que llegaban a la estación de buses y los acompañaba a su hotel, el New Queen Mini Hotel.
Nos acercamos a ver la habitación (nada del otro mundo) y nos quedamos allí. A parte, nos facilitó información de la zona e incluso contratamos con él el siguiente traslado, que fue a Hue.