SABADO 27/01/18
A las 7 de la mañana salíamos de la estación de Atocha con el madrugón a nuestras espaldas y solo una mochila con lo imprescindible para pasar noche. A las 9:10 ya nos encontrábamos en la Cordoba Califal.
[align=center]CALLE CAIRUAN
Dando un paseo nos dirigimos hacía la estatua de Averroes en la calle Cairuan, donde a las 10:30 daría comienzo nuestra visita guiada “Judería / Alcazar de los Reyes Cristianos / Mezquita Catedral”.[align=center]CALLE CAIRUAN
Por el camino ya fuimos viendo algunos monumentos como el Mausoleo Romano, la Puerta de Almodobar, la muralla de la Judería y las estatuas de Seneca y Averrores. También pasamos delante del Mercado Victoria, pero aún no había abierto sus puertas.
Aun nos dio tiempo de tomar otro desayuno. Nos bebimos un café y luego nos fuimos a comprar unos típicos “jeringos” que son como churros pero con otra masa. Nos dijeron que los podíamos haber comprado y luego comérnoslos en los bares cercanos, pero no era cuestión de tomar otro café.
A las 10:30 comenzamos el tour, acompañados de nuestra guía Gemma, una cordobesa simpática donde las haya, que nos fue amenizando todo el recorrido con curiosidades, anécdotas y un montón de datos históricos.
La Sinagoga, fue imposible visitarla ya que por lo visto se encuentra en restauración, en principio hasta el mes de junio.
La ruta duro más de 3 horas, finalizando en el interior de la Mezquita para que pudieras pasar dentro el tiempo que desearas.
Pero ya era la hora de la comida, así que siguiendo los consejos de un compañero que pasa gran tiempo en Córdoba y del deseo de mi marido de comer el típico rabo de toro, nos dirigimos al Mesón San Basilio, en el barrio del mismo nombre y que es típico por sus patios, a los que fuimos echando un vistazo desde fuera, ya que no es época y estaban cerrados.
Comimos comida típica cordobesa: salmorejo, berenjenas, rabo de toro y flamenquín, muy bueno todo y nada mal de precio.
Una vez terminada la comida nos dirigimos hacia el hotel, muy cercano a la plaza Tendillas, considerada la más céntrica de la ciudad.
Tras descansar un rato dirigimos nuestros pasos al Palacio de Viana para visitar sus 12 patios y posteriormente recorrer la zona próxima: Cristo de los Faroles, Cuesta del Bailío, Torre de la Malmuerta, monumento a los patios…
Por cierto, nos resultó curioso ver como ensayaban para Semana Santa, dos pasos cargados de ladrillos pero acompañados hasta por su música.
Después nos dirigimos hacia la plaza de la corredera, donde pretendíamos pararnos a tomar algo, pero nos resultó sorprendente que apenas ser las 7 de la tarde ya estuvieran cerrando, así que continuamos camino pasando por el ayuntamiento y el Templo Romano que se encuentra a su lado, para acabar en una cafetería de la plaza Tendillas.
Aunque no era demasiado tarde, el madrugón había sido importante y llevábamos casi todo el día en pie, así que decidimos y a tomar unas tapas y retirarnos pronto a dormir.[/align]