Día 6: El Cairo ✏️ Diarios de Viajes de Egipto

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Sobre las 05:00 nos despertamos. Desayunamos y nos recogieron para llevarnos a las "Pirámides de Guiza".
Llegamos a las pirámides sobre las 6:30. Fue espectacular poder verlas en persona.
Estuvimos mucho rato mirandolas y haciéndonos fotos.


Había un policía encima de un camello qué hacía que las instantáneas quedasen muy chulas. Se acercaba a la gente y se hacía fotos para buscar alguna propina.


A la hora acordada con el guía entramos al interior de una de las pirámides, creo recordar qué era la menor de las tres, la Piramide de Mikerinos. Para acceder al interior solo había una entrada que también servía como salida. Era un pasillo estrecho que realmente daba sensación de claustrofobia. Había mucha gente entrando y saliendo con lo que se sentía una sensación de bastante agobio. Pero con las ganas de entrar al interior de una pirámide de Guiza, el agobio desaparecía para convertirse en ilusión. Dentro solo había una cámara. Estuvimos un rato y salimos fuera para poner rumbo a la famosa Esfinge.


Estuvimos un buen rato por la zona, haciendo más y más fotos y a continuación nos llevaron al hotel nuevamente.
Nos bajamos a dar un paseo y a comer algo y pasamos por la mezquita de Al Azahar.


Llegamos a un kebab y comimos kebab en plato mi mujer y yo kebab en una especie de pan parecido al de los perritos calientes. Estaban buenísimos. Un gatito pequeño que estaba por la zona también se puso las botas


Después nos volvimos al hotel dando un paseo por las calles. Llegamos a una carretera, donde teníamos que cruzar y no había manera. En el Cairo da igual que hayan semáforos, pasos de peatones...ahí no cede nadie el paso. La gente pasa entre medias de los coches con un arte...Los coches a toda velocidad y la gente pasando como si fuese normal. Nosotros no éramos capaces de cruzar. Un chaval estaba cruzando y se ve que le dimos pena y volvió para cogernos del brazo y ayudarnos a cruzar. La forma de conducir en El Cairo es un caos. Tráfico por todos lados y la bocina a todas horas.
De camino fuimos viendo lo sucia que nos parecía la ciudad.


Al final llegamos al hotel a eso de las 14:30 y nos dimos un chapuzón en la piscina. La verdad es que el hotel era impresionante. La piscina era desbordante y desde ella había unas vistas increíbles. Nos llamó la atención como las mujeres egipcias se bañaban con bañador con burka. En aquella época nunca lo habíamos visto. Imagino que allí los que llamábamos la atención éramos nosotros los forasteros.


Estuvimos un rato de relax y subimos a la habitación para arreglarnos y bajamos para dar una vuelta por las calles del Cairo sobre las 18:00.
Pronto anocheció y las calles empezaron a llenarse de gente, era el final del Ramadán.
La gente nos miraba, en especial a mí novia y las niñas pasaban e intentaban y a veces conseguían, tocar a mi novia porque les llamaba la atención que fuese en tirantes. La verdad es que nos sentimos bastante incómodos y nos volvimos al hotel.
De camino vimos un puesto venta de boniatos asados donde los jóvenes compraban. Paré para comprar y tras preguntar el precio algo me hizo pensar que me estaba intentando engañar. Los chavales, a espaldas del vendedor, me hacían gestos de negación como diciendo que me estaba cobrando mucho más de lo que tocaba.
Yo le dije que no y me bajó el precio. Los chavales volvieron a hacerme gestos y le dije que no le iba a pagar eso. Al final de malas maneras, me dijo menos dinero y le pagué, aunque no me extrañaría que aún valiesen menos de lo que finalmente le pagué.
Posteriormente fuimos a la habitación del hotel, nos los comimos y nos dormimos.

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