7.- DÍA 6 – ORZOLA – ARRIETA – VUELO REGRESO ✏️ Travel Journeys of Spain

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Último día en Lanzarote, hoy tenemos alerta naranja por altas temperaturas. Me despierto recordando la frase de la guía del Timanfaya del día anterior: mañana notareis lo cerca que está el desierto del Sahara de aquí.

Tenía que dejar el alojamiento a las 11 y coger el avión a las 5 de la tarde. Debido al intenso calor pues aproveché la piscina del apartamento hasta el límite, así que hice el check out a las 10:57. Se notaba muchísimo más calor que los días anteriores así que decidí irme al norte de la isla. Así que puse rumbo a Orzola.

De camino cuando faltan un par de kilómetros para llegar, a mano derecha, hay como unas dunas y unos aparcamientos para el coche enfrente, así que paré, que había varios coches y di un paseo por la zona.

A continuación cogí el coche hasta Orzola, pueblo donde se coge el ferry hacia la isla de la Graciosa. Cerca del ferry hay bastante aparcamiento, así que dejé por allí el coche y di un pequeño paseo por el pueblo. No me llamó mucho la atención.

La siguiente parada era Arrieta. Lo primero que hice fue ir a un supermercado comprar quesos y mojos para traer de vuelta del viaje. Mi idea era comer en el restaurante El Amanecer, pero estaba cerrado, así que pregunté en el supermercado donde compré y me recomendaron “Casa de La Playa”, me indicaron que fuera con el coche hasta la playa y pasase el chiringuito, que ahí no comiese que era bastante caro y malo, y a continuación está “La Casa de la Playa”.

Así que cogí el coche y las indicaciones fueron perfectas, aparqué, pasé el chiringuito y llegué al restaurante. Les pregunté si tenían sitio para comer, me dijeron que eligiese la mesa que quisiera y cogí una en la terraza a la sombre con vistas a la playa y al mar.

Me pedí una jarra grande de cerveza, hacía muchísimo calor, me apetecía comer pescado, así que de primero pedí unas sardinas y de segundo le dije que me escogiera el camarero un pescado, y me dijo que pidiese cherne (o algo así creo que se llamaba).

Llegaron las sardinas y un poco de desilusión, porque eran lo que en Galicia llamamos xoubas (sardinas pequeñas) que estaban muy ricas, pero siendo el día de San Juan, con el refrán, en san juan la sardina moja el pan, pues me esperaba otra cosa. Tras acabar las sardinas llegó el cherne, madre mía que pintaza, aquí todo cambió. De los mejores pescados que comí en mi vida. A mí me supo como a una lubina salvaje a la plancha pero con más carne. Tal era la pintaza que tenía que los de las 3 mesas siguientes que llegaron a comer les dijeron todos que querían lo que yo tenía señalando para mi mesa. Me costó acabarlo, pero tras un esfuerzo solo sobraron las espinas del cherne.

Fui a la barra a pagar y sé que fueron entre 25 y 30 € la comida, 16 el cherne, las sardinas no sé si 7 o 9 € y el resto la bebida, que pagué encantado por comer bien. Tras acabar di un paseo por la playa que tenía buena pinta y ya me tocaba ir para el aeropuerto.

Cada vez que me acercaba a Arrecife el termómetro subía y llegué al aeropuerto con más de 36º C. Lo primero de todo era devolver el coche. Le había hecho más de 600 kms en los 5 días, nada mal. Lo dejé donde me habían indicado, fui a la oficina, les devolví la llave y fueron a comprobar el estado del coche, ni 1 minuto tardaron, encendieron vieron que tuviera la misma gasolina que cuando lo cogí y nada más.

Coche entregado y para el aeropuerto a pasar el control de seguridad. Aquí les debió pitar en el escáner los quesos y me mandaron abrir la maleta,les dije que eran semicurados, se los enseñé y me dejaron pasar.

Llego a las pantallas para ver mi vuelo y pum, retraso de 1 hora. Premio, pero misteriosamente al final embarcamos con menos retraso y despegamos con media hora de retraso. Así pongo punto y final a esta escapada a Lanzarote.

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