Puafffff, que horror de noche, entre el ruido de los coches y los vecinos de tienda que no paraban de salir y entrar, no pegamos ojo, nos levantamos cansadísimos y con el sol calentando ya sin piedad.
En recepción hay un ordenador con conexión a internet a disposición de los clientes, se puede utilizar durante 15 minutos. Consultamos el tiempo, la temperatura no dejará de aumentar durante los próximos días, alcanzando en las horas centrales del día los 36-38ºC.
Nos ponemos en marcha con intención de visitar la Hundertwasserhaus. No sabemos exactamente donde se encuentran, nos bajamos en la parada de metro que no es y tenemos que preguntar como llegar hasta allí. Nos queda un buen rato caminando, rodeando el Danubio, que baja sucio y gris a más no poder. Por fin llegamos, la Hundertwasserhaus es un conjunto de viviendas sociales construidas en los años 80, en las que su creador, Friedensreich Hundertwasser, combinó fachadas ondulantes, aberturas irregulares, coloridos azulejos y mucha vegetación, dándole un aspecto un tanto delirante. Existen en Viena otras interesantes obras de este arquitecto, como la planta de incineración de basura, pero se encuentran aún más alejadas y nosotros no pudimos visitarlas por falta de tiempo.
Para la vuelta cogemos un tranvía, pues no hay parada de metro cerca, nos deja cerca de la plaza de la universidad, que es la zona que tenemos previsto visitar durante el resto de la mañana.
Comenzamos por la iglesia Votiva, de estilo neogótico, alberga en su interior un importante retablo flamenco, de la escuela de Amberes.
A continuación llegamos al Ayuntamiento, enorme y semejante al de Bruselas. Durante el verano todas las noches frente a él se celebra el festival musical, proyectando en una enorme pantalla espectáculos de ópera, música clásica, conciertos, etc.
En los inmensos jardines de delante hay instalado una especie de mercadillo gastronómico, con un montón de puestos en los que degustar los más variados platos, que tienen una pinta buenísima. Es una pena que a nosotros en ese momento aún nos queda muy lejos la hora de comer.
Cruzamos hacia el Burgtheater, construido en 1874, fue reducido a escombros durante la II GM, abrió de nuevo sus puertas en 1955 y es posible realizar una visita guiada a su interior.
A continuación vemos el Parlamento, pomposo edificio de inspiración griega construido en 1873, cuya plaza se encuentra presidida por la estatua de Palas Atenea.
Ahora cruzamos la calle hasta el Volksgarten, parque público que forma parte de los jardines del Hofburg, merece la pena visitar la impresionante rosaleda, en la que se cultivan todo tipo de rosas, desde las variedades comunes a las más exóticas. En uno de los extremos se encuentra el memorial que la ciudad de Viena erigió en recuerdo de la Emperatriz Isabel, Sisi.
Curioseamos un poco los exteriores del Hofburg, paseando por los diversos patios y jardines, y aprovechando que no hay cola en la taquilla, compramos las entradas. Nos decidimos por el Sisi ticket, que incluye la visita al Hofburg, al museo Sisi, el gran tour de Schonbrunn y la entrada museo del mueble. Cuesta 26,00€, pero compensa si se tiene pensado visitar los dos palacios.
Antes de comenzar la visita nos dirigimos a buscar un sitio para comer, que suerte, allí cerca tenemos un Nord See, lo pedimos para llevar y lo comemos sentados en el Graben, viendo pasar la incesante marea de gente. Nada más terminar y bien aprovisionados de bebida nos dirigimos al Palacio Imperial.
El Hofburg fue durante más de 600 años la residencia de la familia real austriaca, especialmente de la dinastía Habsburgo. Es una inmensa mole que cuenta con más de 2600 estancias, albergando los salones imperiales, el museo Sisi y es la actual residencia del presidente de la república austriaca. También se encuentra allí la escuela de equitación española, donde es posible presenciar un espectáculo o simplemente los ensayos. A la entrada te entregan una audioguia que te va explicando cada sala por la que pasas. La visita comienza en la planta baja, donde se pueden admirar una impresionante colección de vajillas, cuberterías, cristalerías y demás menaje atesorado en el palacio a lo largo de los siglos.
Después se visitan las lujosísimas estancias en las que habitaba la familia imperial, salones de audiencia, de baile, comedores y gabinetes privados. En esta parte ya no se pueden hacer fotos. Por último se accede al museo Sisi, muy interesante para descubrir la controvertida y desconocida personalidad de esta emperatriz, muy distante de la imagen idílica que de ella nos fue transmitida a través del cine y la pequeña pantalla.
Salimos al exterior y nuestras piernas nos piden descanso, nos tiramos en la hierba de los jardines exteriores del palacio a descansar un rato, están llenos de gente haciendo lo mismo.
Después de un rato vamos hacia la Universidad situada en un palacio neorrenacentista, en los exteriores, aún siendo verano, hay mucho ambiente estudiantil. Allí cerca visitamos también la Marie Theresen Platz y damos una vuelta por el barrio de los museos, todos ellos emplazados en notables edificios, aunque no entramos en ninguno.
Seguimos paseando y llegamos de nuevo al Ring, vemos varias de las fachadas más famosas de estilo modernista o Judgenstil y el edificio “Secession que intencionadamente es muy pequeño para contrastar con las construcciones grandilocuentes del Ring. Me encanta la cúpula de hojas de laurel dorado que lo corona.
Desde ahí regresamos a la calle comercial, la Kartner Strasse, para hacer algunas compras y sentarnos a beber algo.
Cuando empieza a oscurecer, volvemos al camping.
En recepción hay un ordenador con conexión a internet a disposición de los clientes, se puede utilizar durante 15 minutos. Consultamos el tiempo, la temperatura no dejará de aumentar durante los próximos días, alcanzando en las horas centrales del día los 36-38ºC.
Nos ponemos en marcha con intención de visitar la Hundertwasserhaus. No sabemos exactamente donde se encuentran, nos bajamos en la parada de metro que no es y tenemos que preguntar como llegar hasta allí. Nos queda un buen rato caminando, rodeando el Danubio, que baja sucio y gris a más no poder. Por fin llegamos, la Hundertwasserhaus es un conjunto de viviendas sociales construidas en los años 80, en las que su creador, Friedensreich Hundertwasser, combinó fachadas ondulantes, aberturas irregulares, coloridos azulejos y mucha vegetación, dándole un aspecto un tanto delirante. Existen en Viena otras interesantes obras de este arquitecto, como la planta de incineración de basura, pero se encuentran aún más alejadas y nosotros no pudimos visitarlas por falta de tiempo.
Para la vuelta cogemos un tranvía, pues no hay parada de metro cerca, nos deja cerca de la plaza de la universidad, que es la zona que tenemos previsto visitar durante el resto de la mañana.
Comenzamos por la iglesia Votiva, de estilo neogótico, alberga en su interior un importante retablo flamenco, de la escuela de Amberes.
A continuación llegamos al Ayuntamiento, enorme y semejante al de Bruselas. Durante el verano todas las noches frente a él se celebra el festival musical, proyectando en una enorme pantalla espectáculos de ópera, música clásica, conciertos, etc.
En los inmensos jardines de delante hay instalado una especie de mercadillo gastronómico, con un montón de puestos en los que degustar los más variados platos, que tienen una pinta buenísima. Es una pena que a nosotros en ese momento aún nos queda muy lejos la hora de comer.
Cruzamos hacia el Burgtheater, construido en 1874, fue reducido a escombros durante la II GM, abrió de nuevo sus puertas en 1955 y es posible realizar una visita guiada a su interior.
A continuación vemos el Parlamento, pomposo edificio de inspiración griega construido en 1873, cuya plaza se encuentra presidida por la estatua de Palas Atenea.
Ahora cruzamos la calle hasta el Volksgarten, parque público que forma parte de los jardines del Hofburg, merece la pena visitar la impresionante rosaleda, en la que se cultivan todo tipo de rosas, desde las variedades comunes a las más exóticas. En uno de los extremos se encuentra el memorial que la ciudad de Viena erigió en recuerdo de la Emperatriz Isabel, Sisi.
Curioseamos un poco los exteriores del Hofburg, paseando por los diversos patios y jardines, y aprovechando que no hay cola en la taquilla, compramos las entradas. Nos decidimos por el Sisi ticket, que incluye la visita al Hofburg, al museo Sisi, el gran tour de Schonbrunn y la entrada museo del mueble. Cuesta 26,00€, pero compensa si se tiene pensado visitar los dos palacios.
Antes de comenzar la visita nos dirigimos a buscar un sitio para comer, que suerte, allí cerca tenemos un Nord See, lo pedimos para llevar y lo comemos sentados en el Graben, viendo pasar la incesante marea de gente. Nada más terminar y bien aprovisionados de bebida nos dirigimos al Palacio Imperial.
El Hofburg fue durante más de 600 años la residencia de la familia real austriaca, especialmente de la dinastía Habsburgo. Es una inmensa mole que cuenta con más de 2600 estancias, albergando los salones imperiales, el museo Sisi y es la actual residencia del presidente de la república austriaca. También se encuentra allí la escuela de equitación española, donde es posible presenciar un espectáculo o simplemente los ensayos. A la entrada te entregan una audioguia que te va explicando cada sala por la que pasas. La visita comienza en la planta baja, donde se pueden admirar una impresionante colección de vajillas, cuberterías, cristalerías y demás menaje atesorado en el palacio a lo largo de los siglos.
Después se visitan las lujosísimas estancias en las que habitaba la familia imperial, salones de audiencia, de baile, comedores y gabinetes privados. En esta parte ya no se pueden hacer fotos. Por último se accede al museo Sisi, muy interesante para descubrir la controvertida y desconocida personalidad de esta emperatriz, muy distante de la imagen idílica que de ella nos fue transmitida a través del cine y la pequeña pantalla.
Salimos al exterior y nuestras piernas nos piden descanso, nos tiramos en la hierba de los jardines exteriores del palacio a descansar un rato, están llenos de gente haciendo lo mismo.
Después de un rato vamos hacia la Universidad situada en un palacio neorrenacentista, en los exteriores, aún siendo verano, hay mucho ambiente estudiantil. Allí cerca visitamos también la Marie Theresen Platz y damos una vuelta por el barrio de los museos, todos ellos emplazados en notables edificios, aunque no entramos en ninguno.
Seguimos paseando y llegamos de nuevo al Ring, vemos varias de las fachadas más famosas de estilo modernista o Judgenstil y el edificio “Secession que intencionadamente es muy pequeño para contrastar con las construcciones grandilocuentes del Ring. Me encanta la cúpula de hojas de laurel dorado que lo corona.
Desde ahí regresamos a la calle comercial, la Kartner Strasse, para hacer algunas compras y sentarnos a beber algo.
Cuando empieza a oscurecer, volvemos al camping.