[align=justify]Cuando pienso en Ibiza me vienen a la cabeza las fiestas en Ushuaïa, Amnesia y Pacha entre otras, con DJs de fama internacional y pagando un precio desorbitado por una noche de diversión, aunque la otra cara de la isla es que permite entrar en contacto con la naturaleza y desconectar durante su visita.
Nuestro viaje fue una escapada de fin de semana, suficiente para recorrer la isla, ya que a penas tiene unos 572 km cuadrados lo que hace que las distancias sean muy cortas, quizás haya una media hora al punto más alejado. Eso sí, para poder ir de punta a punta se hace necesario alquilar un coche, ya que el transporte publico no llega a todos los lados y menos en temporada baja. Decir que el mes para ir fue marzo, de manera que la isla se encontraba en una extraña quietud y empezando tímidamente a prepararse para la temporada de verano que empieza más o menos a finales de abril.
Viajamos con Ryanair y el billete nos salió por unos 50 euros cada uno. A las ocho de la mañana ya estábamos en la isla. Por Internet habíamos contactado con una empresa low cost para el alquiler de un vehículo (OK rent a car) . Los dos días nos salió por 16 euros por día más 18 euros de seguro a todo riesgo por un 208 (pienso que es mejor pagar los 18 euros porque cualquier rasguño automáticamente pasa a suponer el desembolso de 600 euros si no has contratado este seguro), eso sí te cobran la gasolina previamente (81 euros) por si devuelves el coche sin haber llenado el depósito . En los 81 euros de gasolina ellos incluyen el gasto que les supone tener a un trabajador para desplazarse hasta la gasolinera. Explico esto porque al devolver el coche observamos varias personas bastante enfadadas porque la devolución no es proporcional en el caso de que no lo llenes.
Después de eso nos desplazamos hasta el centro de Ibiza. El aeropuerto está a unos 5-10 minutos y todo está muy bien indicado por lo que no hay mucha perdida. En la plaza de Vara del Rey, al final de la Avenida España podéis encontrar la oficina de turismo, allí os orientarán bastante bien en función de vuestra idea y os proporcionarán un montón de mapas de los 5 municipios más importantes de Ibiza y opciones de rutas.
Nosotros aprovechando que el sábado era el día que tenía más horas y disponíamos del coche decidimos dedicarnos a los alrededores en lugar de a Ibiza, prácticamente recorriendo la parte este.
La primera parada fue Santa Eulària dels Riu a unos 20 minutos de coche. Se trata del segundo municipio en cuanto a tamaño de la isla y tiene un montón de playas y calas bonitas. En la misma oficina de información turística nos dieron un panfleto con una ruta a seguir una vez llegáramos allí. La ruta es perfecta porque a penas dura una hora y media (nosotros la hicimos en una hora y diez) y te permite conocer los puntos más interesantes de esta población como son: El Ayuntamiento que es un ejemplo típico de la arquitectura ibicenca, el paseo marítimo desde donde se observan distintos islotes cerca de la costa de Santa Eularia y a lo largo del cual hay diversas explicaciones sobre la biodiversidad de la zona, el río (el único de la isla alimentado por diversos torrentes y que hizo que este pueblo tuviera un montón de molinos de harina que daban trabajo y permitieron una enorme producción de pan), la Font des Ierns, el molino de abajo, el puente viejo y la fuente de la Luna con su correspondiente leyenda sobre que el diablo participó en su construcción, el Puente Nuevo, el Molino de Can Planetes (hoy en día centro de interpretación) y el Puig de Missa que ofrece una gran vista panorámica y permite visitar su iglesia (reconstruida después de que fuera destruida por un ataque de los turcos) y el museo de Can Ros (que es un museo etnografico y que no nos paramos a visitar).
Nuestro viaje fue una escapada de fin de semana, suficiente para recorrer la isla, ya que a penas tiene unos 572 km cuadrados lo que hace que las distancias sean muy cortas, quizás haya una media hora al punto más alejado. Eso sí, para poder ir de punta a punta se hace necesario alquilar un coche, ya que el transporte publico no llega a todos los lados y menos en temporada baja. Decir que el mes para ir fue marzo, de manera que la isla se encontraba en una extraña quietud y empezando tímidamente a prepararse para la temporada de verano que empieza más o menos a finales de abril.
Viajamos con Ryanair y el billete nos salió por unos 50 euros cada uno. A las ocho de la mañana ya estábamos en la isla. Por Internet habíamos contactado con una empresa low cost para el alquiler de un vehículo (OK rent a car) . Los dos días nos salió por 16 euros por día más 18 euros de seguro a todo riesgo por un 208 (pienso que es mejor pagar los 18 euros porque cualquier rasguño automáticamente pasa a suponer el desembolso de 600 euros si no has contratado este seguro), eso sí te cobran la gasolina previamente (81 euros) por si devuelves el coche sin haber llenado el depósito . En los 81 euros de gasolina ellos incluyen el gasto que les supone tener a un trabajador para desplazarse hasta la gasolinera. Explico esto porque al devolver el coche observamos varias personas bastante enfadadas porque la devolución no es proporcional en el caso de que no lo llenes.
Después de eso nos desplazamos hasta el centro de Ibiza. El aeropuerto está a unos 5-10 minutos y todo está muy bien indicado por lo que no hay mucha perdida. En la plaza de Vara del Rey, al final de la Avenida España podéis encontrar la oficina de turismo, allí os orientarán bastante bien en función de vuestra idea y os proporcionarán un montón de mapas de los 5 municipios más importantes de Ibiza y opciones de rutas.
Nosotros aprovechando que el sábado era el día que tenía más horas y disponíamos del coche decidimos dedicarnos a los alrededores en lugar de a Ibiza, prácticamente recorriendo la parte este.
La primera parada fue Santa Eulària dels Riu a unos 20 minutos de coche. Se trata del segundo municipio en cuanto a tamaño de la isla y tiene un montón de playas y calas bonitas. En la misma oficina de información turística nos dieron un panfleto con una ruta a seguir una vez llegáramos allí. La ruta es perfecta porque a penas dura una hora y media (nosotros la hicimos en una hora y diez) y te permite conocer los puntos más interesantes de esta población como son: El Ayuntamiento que es un ejemplo típico de la arquitectura ibicenca, el paseo marítimo desde donde se observan distintos islotes cerca de la costa de Santa Eularia y a lo largo del cual hay diversas explicaciones sobre la biodiversidad de la zona, el río (el único de la isla alimentado por diversos torrentes y que hizo que este pueblo tuviera un montón de molinos de harina que daban trabajo y permitieron una enorme producción de pan), la Font des Ierns, el molino de abajo, el puente viejo y la fuente de la Luna con su correspondiente leyenda sobre que el diablo participó en su construcción, el Puente Nuevo, el Molino de Can Planetes (hoy en día centro de interpretación) y el Puig de Missa que ofrece una gran vista panorámica y permite visitar su iglesia (reconstruida después de que fuera destruida por un ataque de los turcos) y el museo de Can Ros (que es un museo etnografico y que no nos paramos a visitar).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de la caminata bordeando el río y a través de cultivos de regadío y molinos, nos desplazamos hasta Sant carles de Peralta para conocer el famoso mercado hippy de las Dalias (a unos quince minutos de Santa Eulária). Este mercado está los sábados de 10 a 18 y los lunes. Es un lugar muy recomendable ya que hay un montón de artesanía y si uno es un poco caprichoso acabará comprando alguna cosa. Además tiene como dos niveles con dos zonas de bar, en una de ellas hay una caseta con un DJ para ambientar y en la otra, el día que fuimos, había música en directo. De manera que todo invita a sentarse, recrearse, tomarse algo y disfrutar del momento.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde allí por recomendación de la chica de información turística subimos hasta Sant Joan de Labritja, nos lo habían descrito como un ejemplo típico de pueblo ibicenco, pero lo cierto es que hay muy poco que ver: una calle estrecha y una iglesia, por lo que yo prescindiría. Además paramos en este lugar a comer en el único restaurante del lugar: el Bar Vista Alegre, donde nos cobraron un precio muy desproporcionado por lo que comimos. En primer lugar, nos dijeron que no tenían menú, pero de primero sólo se podía elegir entre ensalada (4 hojas con un poco de aguacate) y cocido, y de segundo algo de carne o pescado a la plancha. Pedimos dos ensaladas y un plato de cordero y ternera refritos en la plancha acompañados de patatas con dos coca colas para beber, de postre dos trozos de tarta de queso, que realmente sí estaba muy buena, la hacen con hierbabuenas y es típica de la isla de Ibiza y no se hace en las otras islas pitiusas. Por todo eso nos cobraron más de 60 euros, aunque parte del error fue nuestro por no haber pedido la carta de precios.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de comer nos desplazamos a otros veinte minutos hacía la famosa cueva de Can Marçà. Donde otra vez el precio de la visita me pareció desproporcionado (10 euros por persona). La misma persona que cobra las entradas posteriormente hace de guía. Cuando el grupo es suficientemente numeroso te hacen bajar por unas escaleras hacía el mar hasta llegar a la entrada de la cueva, eso sí, antes tienes que posar para que te hagan un par de fotos que te presentarán a la salida para que decidas si las quieres o no (otros 10 euros). Esta cueva era usada por los contrabandistas para dejar sus tesoros, a posteriori se ha remodelado para que sea accesible para el publico, por ejemplo, las galerías se han agrandado y las puertas por donde se accedía se han tapado para hacer otras oberturas. Es una cueva que está seca [quote] porque por encima de ella hay roca, de manera que ya no tendría que dar lugar a lo formación de estalagmitas, columnas ni estalactitas, pero para hacerla más atractiva también han colocado agua de forma artificial en las zonas donde antes había , agua que se hace correr y luego se recoge en distintos depósitos de manera que se recicla continuamente. También hay un pequeño espectáculo de luces que se proyectan sobre una cascada que se pone en marcha cuando el guía decide. Al estar tan manipulada para que sea interesante a mí personalmente me hizo que perdiera gran parte de su atractivo. La visita no duro ni media hora y si se alargó un poco más fue porqué el guía primero lo contaba en castellano y luego lo repetía en alemán para un grupo de turistas germanos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de eso volvimos hacía Ibiza para hacer el check in en el hotel marítimo. El precio fueron 51 euros por una habitación doble. Es un hotel de temporada, viejo y en el que se ha hecho poca inversión para adaptarlo a los tiempos, pero da directamente a la playa. Nuestra habitación estaba habilitada para fumar y olía terriblemente a tabaco. El hotel dispone de piscina climatizada y un pequeño jacuzzi y un gimnasio que no vale mucho la pena ya que la mayoría de máquinas están estropeadas. Se prohíbe en todos lados llevarse las toallas fuera de la habitación.El precio incluía desayuno.
Por la noche cenamos en un restaurante llamdo mar a vila en c/ignacio wallis, 16, está cerca de la plaza de Vara de Rey que mencionaba antes. Es un restaurante que prometía bastante porqué el sitio está originalmente decorado y los camareros son excesivamente atentos y siguen correctamente el protocolo (algo para lo que yo no tengo mucha idea y a veces me hace sentir fuera de lugar). Los platos tienen nombres complejos, los lees y te parece que es una exquisitez, pero literalmente es lo que describe la carta, por ejemplo de postre pedí mojito con helado de coco y tarta
inglesa (hundieron el helado y la tarta en un mojito), la combinación fue un poco rara. Y de segundo pedí tortellinis con foie, pues no eran tortellinis rellenos de foie era foie envuelto en una pequeña lamina de pasta, pelotas y pelotas de foie gras. De todas maneras no se come mal del todo, pero ser cuidadosos a la hora de elegir, también tenéis la opción de los pinchos, el precio unos 50 euros (2 primeros, 2 segundos y dos postres).
La ruta del primer día acaba aquí, creo que si se llega temprano a la isla se puede aprovechar muy bien y el día siguiente se puede intentar conocer la ciudad de Ibiza como continua en la segunda etapa.