El día amaneció nuboso y con algo de lluvia, aun así tercos de nosotros, nos animamos para ir a desayunar de nuevo al lago Matheson, a ver si por un golpe de suerte, se despeja el Mt. Cook para nosotros.
Casi…
Aun así vamos hasta el mirador principal del lago a desayunar, y nada más terminar empieza a llover así que media vuelta, y para Franz Josef!
Y aquí vino uno de los golpes más duros que vendríamos a recibir a lo largo del viaje… debido a las inclemencias del tiempo se suspendía durante todo el día todos los vuelos por la zona de los glaciares! NOOOOOOOO!!!
Duro varapalo, ya que íbamos con un poco de retraso en la planificación original, y no podíamos permitirnos el lujo de esperar otro día entero por esta zona a la espera de que a la mañana siguiente el tiempo estuviera mejor… así que nos resignamos a no volar, y fuimos a por el glaciar al modo clásico, a pie
Y hasta aquí llegamos nada más. Una intensa lluvia que no daba ninguna tregua minó la moral de mi pareja, y me uní a ella en una retirada cargada de frustración. “Esta te la guardo Franz Josef” pensé mientras marchaba…
Cambio de ropa y carretera de nuevo rumbo al sur, sacrificadas las Bluee Pools por falta de tiempo, nuestra siguiente parada seria el lago Wanaka. La carretera hasta llegar a él fue un auténtico pasote, aquí la vemos a la parte derecha de la foto.
Además el tiempo comenzó a despejar, y pudimos disfrutar de las vistas que en anteriores trayectos se nos estaban negando.
Una vez en Wanaka vimos que no era pueblecito muy grande, lo justo para merendar y dar una vueltilla, pero todo lo contrario que su lago! Es enorme…
No nos entretuvimos mucho aquí, ya que aún faltaban unos cuantos km´s para llegar a Queenstown, donde pasaríamos la noche.
La llegada a Queenstown nos pilló algo con la guardia baja…esto ya era una señora ciudad, y con una cantidad de vida impresionante! Como curiosidad, todo me parecía gente joven, y con todo hablo de un 95% de los que nos cruzábamos por la calle eh…además era sábado al atardecer y claro…eso se nota.
Fuimos al camping Holiday Park pero lo encontramos cerrado, y sin nadie para atender el telefonillo que teníamos ahí, así que nos buscamos la vida en un amplio aparcamiento en la entrada de la ciudad, y nos dimos un homenaje de cena en restaurante que ya iba tocando…
Casi…
Aun así vamos hasta el mirador principal del lago a desayunar, y nada más terminar empieza a llover así que media vuelta, y para Franz Josef!
Y aquí vino uno de los golpes más duros que vendríamos a recibir a lo largo del viaje… debido a las inclemencias del tiempo se suspendía durante todo el día todos los vuelos por la zona de los glaciares! NOOOOOOOO!!!
Duro varapalo, ya que íbamos con un poco de retraso en la planificación original, y no podíamos permitirnos el lujo de esperar otro día entero por esta zona a la espera de que a la mañana siguiente el tiempo estuviera mejor… así que nos resignamos a no volar, y fuimos a por el glaciar al modo clásico, a pie
Y hasta aquí llegamos nada más. Una intensa lluvia que no daba ninguna tregua minó la moral de mi pareja, y me uní a ella en una retirada cargada de frustración. “Esta te la guardo Franz Josef” pensé mientras marchaba…
Cambio de ropa y carretera de nuevo rumbo al sur, sacrificadas las Bluee Pools por falta de tiempo, nuestra siguiente parada seria el lago Wanaka. La carretera hasta llegar a él fue un auténtico pasote, aquí la vemos a la parte derecha de la foto.
Además el tiempo comenzó a despejar, y pudimos disfrutar de las vistas que en anteriores trayectos se nos estaban negando.
Una vez en Wanaka vimos que no era pueblecito muy grande, lo justo para merendar y dar una vueltilla, pero todo lo contrario que su lago! Es enorme…
No nos entretuvimos mucho aquí, ya que aún faltaban unos cuantos km´s para llegar a Queenstown, donde pasaríamos la noche.
La llegada a Queenstown nos pilló algo con la guardia baja…esto ya era una señora ciudad, y con una cantidad de vida impresionante! Como curiosidad, todo me parecía gente joven, y con todo hablo de un 95% de los que nos cruzábamos por la calle eh…además era sábado al atardecer y claro…eso se nota.
Fuimos al camping Holiday Park pero lo encontramos cerrado, y sin nadie para atender el telefonillo que teníamos ahí, así que nos buscamos la vida en un amplio aparcamiento en la entrada de la ciudad, y nos dimos un homenaje de cena en restaurante que ya iba tocando…