Buenos días!
Hace poco tuvimos la oportunidad de visitar los Museos de Mequinenza en familia, y debo decir que fue una experiencia muy positiva. Primero, visitamos el Museo de la Historia, donde no solo aprendimos sobre la fascinante historia de la zona, sino también sobre la historia del Pueblo Viejo de Mequinenza. La visita fue guiada, con todo tipo de detalles y curiosidades de la historia y de la localidad. Nos emocionó mucho cuando nos explicaron que hace 50 años inundaron y derribaron el pueblo por la construcción de un embalse y la gente tuvo que irse a un pueblo nuevo.
A nuestros hijos lo que más les gustó fue el Museo de la Mina de Mequinenza. Al entrar, nos pusieron un casco a cada uno y nos llevaron por galerías antiguas mineras. Imaginaros las caras de los niños emocionadísimos tocando el carbón, subiendo a una locomotora... ¡Toda una experiencia! Nos hablaron también del duro trabajo de los mineros, de sus sistemas de trabajo y protección y también de que curiosamente en Mequinenza el carbón se transportaba por el río en unas embarcaciones de madera.
Una característica destacada de este museo es su temperatura constante de 16-18 grados centígrados. Así que fue un lugar ideal para librarnos del calor. Hay que destacar que los dos museos son accesibles para todo el mundo. Nos recomendaron reservar la visita previamente en su web, ya que en ocasiones hay turnos de visita que se completan y no quedan espacios libres para la visita.
No podemos dejar de hablar también del entorno en el que se encuentra Mequinenza. Con su ubicación en las orillas de tres ríos en su confluencia, el paisaje es simplemente impresionante. Nos quedamos maravillados por la belleza natural que rodea este pueblo encantador lleno de historia, cultura y paisajes.