lunes 9 de septiembre
VALLE del DADÉS - BOU THARAR - SKOURA
Fantástico desayuno y fantásticas vistas de mañana desde la terraza del perfecto refugio en el Valle del Dadés.
Temperatura agradable, luz limpia e intensa que hacen difícil abandonar este rincón de paz en el corazón de Marruecos.
Pero hay que seguir y dejamos atrás la intimidad del valle para volver a la carretera principal que va de
BOULMANE DES DADÉS al KELAA DES MGOUNA.
Carretera recta, muy transitada y llena de vida que circula paralela al Río Dadés. Pequeños pueblos y pueblos más grandes. Muchas viejas y preciosas kasbas. Algunas muy restauradas y otras luciendo sugerentes ruinas terrosas que no podemos dejar de fotografiar. A cada paso uno de los tradicionales minaretes que acompañan a las infinitas Mezquitas de Marruecos. Entrañable el viejo morabito.
Llegamos pronto al Kelaa des Mgouna, la capital del Valle de las Rosas. El pueblo que debe gran parte de su riqueza al cultivo de la rosa y a la elaboración de los perfumes y cosméticos derivados de ella. Sabemos que en primavera se celebra un visitado festival en torno a la rosa. Hoy nos parece un pueblo muy activo, moderno y bullicioso. Y a nosotros nos aoetece más seguir por rutas solitarias y decidimos tomar la carretera en dirección a
BOU THARAR -
Una espectacular carretera que cruza de lleno por entre los cultivos de rosas para luego circular por unos solitarios y fantásticos paisajes que parecen de otro planeta, hasta llegar al pequeño pueblo.
Al principio de la ruta hacemos una parada en la KASBA ITRANE. Preciosa y restaurada kasba que funciona como encantador hotel y buen restaurante. Está en un enclave privilegiado con unas vistas casi aéreas sobre los campos de rosas y las viejas kasbas solitarias. Nos tomamos un te en la terraza muy bien atendidos por un amable personal.
Y ya la carretera empieza a enroscarse por los enormes pedregales y montones de arcillas de colores.
Paisajes minerales. Panorámicas espectaculares y estremecedoras a la vez,
A partir de Bou Tharar la carretera sigue hacia la montaña pero en peor estado y no vamos a seguir.
En el pequeño pueblo hay poco que hacer. Vemos una tienda que parece recién estrenada toda dedicada a los productos derivados de la rosa y con mucha tranquilidad hacemos una buena compra.
Deshacer el camino. Pasar otra vez por el Kelaa y ya poner dirección al destino final del día. Antes de llegar paramos a comer en un restaurante de carretera. Carretera que va de Ouarzazate a Tinerhir. Mucho más transitada y donde vemos más turistas.
Y ya por fin llegamos al nuevo destino
SKOURA -
El inmenso palmeral que esconde y da vida a pequeños pueblos y maravillosas kasbas.
Cerca de las 4 de la tarde detenemos el coche junto al
HOTEL MAISON D´HOTES AMRIDIL - ( 1 Noche ).
Otro perfecto refugio de los que han hecho más agradable este viaje. Un amplio espacio salvajemente ajardinado alrededor de la piscina i una fila de espaciosos bungalows construidos con apariencia de pequeñas kasbas. Gran habitación con decoración muy austera. Ambiente limpio y fresco. De nuevo todo regentado por una amable familia autóctona. Enseguida conocemos a Hamza que va a ser un perfecto anfitrión.
El te de bienvenida y un rato de relax dejando bajar un poco la intensidad del sol que hoy le ha ganado la partida a las nubes.
Un corto paseo de tan solo 10 minutos nos separa de la añorada
KASBA AMRIDIL -
La joya de Skoura. La joya de las kasbas. Inolvidable recuerdo de un lejano viaje.
Construida en el siglo XVII por una importante familia ha sido durante muchos años ejemplo de vida comunitaria entre paredes de barro.
La encontramos a contraluz. Y sin dudarlo entramos por la puerta de la izquierda pagando el ticket pertinente.
Entramos en un mundo de tierras, escaleras polvorientas y patios llenos de objetos con historia.
Impacientes subimos a las terrazas y nos enamoramos de nuevo de la belleza de sus torres bañadas por el sol de tarde. De sus viejos y gastados ladrillos que transmiten emoción. De las luces y sombras. De los vivos contrastes de las Torres de Amridil.
Después de un buen rato de contemplar y fotografiar, volvemos a la salida y nos damos cuenta que a la derecha hay otra entrada con otro guarda y otra taquilla.
Con una amable sonrisa nos informan de que esta es la parte más antigua de la kasba y que se visita pagando otra entrada !. Nos lo tomamos con buen humor y aprovechamos la nueva visita hasta el final.
Otro precioso patio, más gastadas escaleras y arriba, de nuevo la preciosa terraza. En esta parte las torres son más humildes, pero las vistas casi aéreas sobre la kasba y el palmeral nos dejan inmóviles durante un buen rato.
Contemplamos el sol acercándose al palmeral y las sombras cada vez más alargadas sobre la Kasba Amridil.
Salimos y vamos al otro extremo de la kasba para tomar un refresco y alargar un poco más la deseada visita.
Ya el sol se ha escondido tras la kasba cuando regresamos al hotel por el pedregoso camino.
Preciosas imágenes de la kasba a contraluz reflejada en las grandes charcas. Perfecta despedida.
En el tranquilo hotel ya tenemos puesta la mesa en el cobertizo frente a la piscina. Hamza sonriente nos sirve una sopa casera, unas deliciosas brochettes y una tortilla bereber. Deliciosa cena en compañía de los dulces gatitos en la fresquita noche de Skoura.