viernes 13 de septiembre
de las GARGANTAS del ZIZ a FEZ
Tenemos muchos kilómetros por delante y muchas ganas de llegar a Fez. Así que salimos pronto del luminoso refugio en el cañón del Ziz, después de un buen desayuno.

Y empezamos a circular por entre las enormes formaciones rocosas que, poco a poco, van ascendiendo hasta las tierras frescas y altas del Medio Atlas.
El paisaje grandioso y solitario no aburre a nadie. Grandes piedras y grandes rebaños de ovejas. Pequeños pueblos muy rurales en este tramo del recorrido que nosotros ya hicimos en dirección Sur.
Pasamos Midelt y sus campos de manzanas y volvemos a hacer parada en el
AGUELMAME SIDI ALÍ -
El lago azul que tanto nos gusta y que queremos compartir con los chicos. Parada breve. Fotos.



Y seguimos ascendiendo, ahora ya viajando en dirección a Fez, hasta llegar a los
BOSQUES DE CEDROS DEL ATLAS -
Bajo la sombra de los viejos árboles, otra corta parada para saludar a los pequeños habitantes de estos bosques. Los monos glotones nos entretienen un buen rato bajo los cedros.


Y llegamos a la última parada
IFRANE -
Aquí, en el turístico pueblo de montaña, tomamos real conciencia de que el Gran Sur ha quedado atrás. El contraste es brutal y la comida en el restaurante para turistas es perfecta aunque menos marroquí.
Ahora ya solo quedan unos pocos kilómetros de carretera sin encanto para llegar al objetivo. Vamos tan decididos que bajamos un poco la guardia respecto a los omnipresentes radares que no perdonan. El policía con amabilidad nos muestra que circulábamos a 103 kilómetros donde la velocidad máxima era de 80 ... Sin palabras. Pagamos los 30 euros de multa y, a las 4 de la tarde llegamos por fin a
FEZ -
La más auténtica, peculiar y bien conservada de las Ciudades Imperiales de Marruecos.
Para nosotros es la tercera vez en Fez y en el último viaje estuvimos una semana entera. Pero siempre me queda la sensación de que puedo pasar mucho tiempo en Fez sin aburrirme. Además esta vez queríamos alojarnos en la vieja Medina y acompañar a nuestros nietos a descubrirla. Vamos a dedicar todo el tiempo a
FEZ EL BALI -
El laberíntico espacio milagrosamente bien conservado, la misteriosa Medina medieval que vamos a intenter vivir junto a nuestros jóvenes acompañantes.
Así que llegamos ilusionados al parking subterráneo de la Plaza Batha cuya ubicación nos habían mandado desde el Riad.
Y en cinco minutos, siguiendo a un espontáneo que se portó bien con nosotros, llegamos a la misteriosa puerta que esconde el maravilloso
RIAD LALLA ZOUBIDA - ( 2 noches ).
Debo reconocer que me costó decidirme por uno de los muchos preciosos riads de la Medina de Fez. El Lalla Zoubida parecía bien y estaba cerca de Bab Boujelud ...
Y la elección resultó perfecta !!.


Entrar en el amplio patio y recibir la sabia acogida de Eyup fué precioso y relajante. Hablamos de Fez y de nuestros planes y necesidades y nos tomamos el tradicional te de bienvenida.
La enorme habitación para cuatro en el segundo piso nos transmite la vieja esencia de una casa auténtica en la Medina de Fez y nos parece maravillosa.
Al poco rato ya estamos llenos de energía y preparados para conquistar las calles de la Medina.
Los chicos, muy bien dispuestos para la nueva aventura, bien pronto le pillan el truco a los pequeños callejones. Ellos andan ligeros, nosotros les seguimos de cerca.
En cinco minutos estamos frente a la joya de la Medina
BAB BOUJELUD -
La llamada Puerta Azul. Cerámicas azules en el exterior, el color de Fez. Cerámicas verdes en el interior, el color del Islam.


Belleza atemporal que me devuelve la conocida emoción que siento siempre cuando la miro.
Proporción, armonía y dorados colores de tarde en Bab Boujelud.
Como siempre mucho ambiente, mucha gente cruzando de uno a otro lado de la Puerta.

Nosotros nos mezclamos con ellos, mirando, fotografiando, recuperando el conocido espacio.
Y, como todos, también subimos al café de las vistas sobre la Puerta y la Medina. Y oímos a los viejos Minaretes de Fez llamando a la oración. Y vemos el ir y venir de la gente a nuestros pies. Hasta que la luz del cielo se apaga y las calles se llenan de brillos y colores en torno a Bab Boujelud.

Andamos un rato junto a la Muralla y empezamos tímidamente el ritual de las compras.
Y paseamos bajo la luna. Los chicos, ya totalmente integrados en la Medina de Fez, andan seguros cambiando típicas miradas curiosas con las gentes de la Medina y acariciando gatos tranquilos en los rincones de las calles solitarias.

Tenemos cena reservada en el Riad. Así que dejamos hasta mañana las calles de la Medina y nos volvemos sin problema a nuestro pequeño palacio para disfrutar de una fantástica cena.
En el gran y majestuoso comedor, la mesa bien puesta y la comida deliciosa. Entrantes variados, cus cus, tajine, kefta y pastella. Todo muy bien cocinado y bien servido por Eyup y su equipo.

Buena cena, buen ambiente y buena tertulia compartiendo emociones y experiencias.
Noche perfecta en la gran habitación, en la calma del Riad Lalla Zoubida.



