sábado 14 de septiembre
en la MEDINA de FEZ
Un día entero en la Medina de Fez. Un día muy bien aprovechado. Un día para recordar.
El desayuno en el Lalla Zoubida nos deslumbra con su sinfonía de colores y sabores.

A las 10 en punto se presenta Mohamed, el guía tranquilo y paciente que reservamos ayer a través de Eyup. A pesar de que nosotros ya conocíamos todo lo más esencial de la Medina, pensamos que estaría bien tener a alguien que nos marcara el ritmo y que pudiera responder a las cientos de preguntas que acudían a las inquietas mentes de los jóvenes visitantes. Asi yo me dedicaba exclusivamente a la contemplación que es lo que más me gusta.
Todo salió perfecto. Dejamos para el final las dos calles principales - Talaa Kabira y Tala Shahira - y Mohamed empezó el recorrido entrando por los callejones más solitarios, menos turísticos y más auténticos de la Medina.



Andamos despacio descubriendo entrañables rincones de la mano del paciente guía. El chico mayor pregunta, el pequeño acaricia gatos y mi marido y yo filmamos y fotografiamos recuerdos para el futuro.
Así llegamos al corazón de la Medina, donde se acaba la soledad y los pequeños callejones están llenos a rebosar de visitantes. Donde están las más interesantes visitas
MAUSOLEO DE MOULAY IDRISS -
En el barrio más sagrado de la Medina. Allí donde no podían entrar ni judíos, ni cristianos, ni burros ...
Allí descansa el hombre santo que fundó la ciudad de Fez en el año 820. Descansa rodeado de mosaicos, estucos, maderas y todas las maravillas del Arte Islámico de Fez.. Descansa rodeado del fervor de los fieles musulmanes.
Nosotros tan solo podemos atisbar desde la puerta.


MADRAZA ATTARINE -
La perfecta Madraza construida entre 1323 y 1325 como activa y famosa Escuela Coránica que compartió enseñanzas con la vecina Universidad Karaouine hasta principios del siglo XX.


En el patio luminoso contemplamos admirados los delicados mosaicos con frases del Corán. los infinitos y etéreos estucos y las trabajadas maderas de cedro.


Mientras Mohamed les cuenta a los chicos muchos detalles de las enseñanzas de Teología Coránica.
En el piso superior, ellos visitan las austeras celdas de los estudiantes y yo no me canso de contemplar los verdes tejados de
LA GRAN MEZQUITA KARAOUINE -
La Universidad más antigua del mundo y una de las Mezquitas más importantes de Marruecos.
Capital medieval de ciencia, conocimiento y devoción fué fundada en el año 859 y, por supuesto, también totalmente prohibida para nosotros.


Prohibida y escondida. Nos conformamos con la imagen del mar de tejas verdes y unas miradas furtivas desde la puerta oculta en el estrecho callejón.
PLAZA NEJJARINE y PLAZA SEFFARINE -
Dejamos el mundo sagrado y nos vamos al terrenal. Las preciosas y concurridas plazas donde trabajan los carpinteros y los caldereros y donde exhiben sus preciosos trabajos artesanales.


CURTIDORÍAS CHOUARA -
La visita que no puede faltar en la Medina de Fez. Nos parecieron mucho más ordenadas de como las recordábamos. El típico olor de Marruecos y una enorme tienda con buenos productos de piel.


Llega la hora de comer y nos despedimos de Mohamed que ha cumplido bien con su trabajo.
Ahora nos sentimos muy bien solos en el corazón de la Medina. Sabemos que volver a Bab Boujelud va a ser fácil y, relajados, buscamos un sitio donde comer.
Subiendo por Talaa Kabira encontramos un pequeño y colorido restaurante donde disfrutamos de tajines, cus cus y un buen plato de pasta buenos y baratos. Es una delicia ver como disfrutan los chicos de la comida marroquí.
Dedicamos toda la tarde a perdernos y encontrarnos por las calles más comerciales de la Medina.
El espectáculo bien vale la pena. Un festival de colores, olores, cerámicas, telas, especias, cueros y teteras. Todos productos totalmente marroquíes.
Y, por supuesto, cargamos con objetos útiles e inútiles. Con las irresistibles tentaciones de los zocos de Fez. Con las ancestrales e inamovibles artesanías que tan bien guardan la vieja esencia de Marruecos.



Y compramos especias, manteles, camisas, pendientes y platos, inventando caminos en la Medina de Fez.
Al final de la tarde, cuando dejamos las bolsas en el riad, vemos que hemos andado casi 10 kilómetros !!.
Cenamos en una simpática terraza cerca de la Puerta Azul y todos coincidimos en lo intenso que puede llegar a ser un día en la Medina de Fez.
Despedimos Bab Boujelud bajo la luna y volvemos al reparador descanso de nuestro Riad.