martes 17 de septiembre
CHAUEN- OUED LAOU - TETUÁN
Despedimos Chauen, hoy envuelta en una niebla gris que baja de la montaña.
Nuestra próxima parada, Tetuán, está muy cerca circulando por la carretera principal. Pero nosotros vamos a dar un pequeño rodeo de unas 2 horas para conocer un poco las montañas del RIF y la costa mediterránea en el pequeño pueblo de Oued Laou.
Dejamos Chauen y enseguida tomamos el desvío a la derecha. Carretea estrecha que va subiendo sinuosamente por las montañas del Rif.
Buenas panorámicas de las altas y afiladas montañas del Rif que nos separan de la Costa Mediterránea.


Preciosa ruta con pequeños pueblos rurales de montaña. A los lados de la carretera rifeños y rifeñas acostumbrados a la curiosidad de los visitantes se afanan en sus labores.
Nos parecen especialmente curiosos y fotogénicos los primitivos hornos para cocer el pan que humean a cada paso al borde de la estrecha carretera. Y las mujeres del Rif trabajando sin tregua para que a nadie le falte el delicioso manjar. Entrañable y auténtico espectáculo.

Sabemos que por aquí está el pueblo de Beni Said donde se fabrica la tradicional cerámica vidriada para uso utilitario que venden en todos los puestos de carretera. Pero no encontramos ningún referente visual de los talleres y seguimos camino. Ahora descendiendo rápidamente hasta
OUED LAOU -
El pequeño pueblo de vacaciones locales junto al Mar Mediterráneo. Un mar hoy gris y calmo junto a la larga playa por donde andan libres las gallinas.


El cielo es también muy gris y brumoso y el pequeño pueblo tranquilo huele deliciosamente a pescado. Las parrillas humeando y las vitrinas llenas de variados pescados que puedes elegir y te preparan en poco tiempo. Ya llevamos muchos días con tajines de carne, así que hoy sardinas y lenguado que nos sientan de maravilla.

Ahora la carretera sigue por la costa con unas espléndidas vistas de mar, acantilados y pequeños pueblos blancos.
Una hora más tarde tenemos ante nosotros las primeras vistas de la Ciudad Blanca.

TETUÁN -
Tetuán, llamada con acierto " la Blanca Paloma ".
Tetuán, la ciudad blanca con muchos recuerdos de su época de capital del Protectorado Español. La ciudad que, hace casi 40 años, viajeros inexpertos, fué nuestro primer contacto con una Medina de Marruecos. Contacto para el que no estábamos preparados y la misteriosa medina quedó por descubrir ... Hasta Hoy.
Ahora, por fin, vamos a llenar el vacío que quedó en aquel lejano viaje. Vamos a descubrir todos los rincones de la auténtica Medina de Tetuán.
Nos resulta fácil llegar a la preciosa Plaza Feddan y aparcar el coche en el parking subterráneo. Les pedimos tarifa para dos días y el precio fué muy razonable.
Ahora hay que arrastrar las maletas hasta el Gran Mechuar y allí encontrar la entrada del discreto callejón y a unos 50 metros estamos frente a la puerta del nuevo alojamiento.
RIAD EL REDUCTO - ( 2 noches ).
El pequeño y auténtico palacio muy bien restaurado para recibir visitantes, y enfrente el nuevo edificio con menos historia pero con una exquisita decoración y más silencioso por estar alejado del restaurante. Restaurante con una comida deliciosa y un servicio impecable.
Resumiendo un Riad perfecto para vivir en el corazón de Tetuán.

Aprovechamos el resto de la tarde para conocer un poco
EL ENSANCHE -
El barrio más español de Tetuán. Blanco, moderno y señorial. Ordenado y lleno de vida.

Buscamos un cajero automático para sacar dinero y andamos por los alrededores de la Plaza Moulay el Mehdi con la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria.



Calles muy agradables de caminar. Pero pronto volvemos al especial y concurido espacio que nos ha gustado al llegar.
PLAZA FEDDAN -
La gran y acogedora explanada entre el Ensanche y la Medina. El espacio donde la gente de Tetuán y los de fuera venimos a dejar pasar el tiempo contemplando el desparrame de los blancos de la medina bajo las paredes de la vieja Fortaleza ( o Cuartel de Regulares ).



Estamos aquí hasta que la sinfonía de blancos se transforma en grises y ya aparecen los amarillos de las farolas sobre la Plaza Feddan.


Y paseando entre los habitantes de Tetuán y curioseando tiendas y restaurantes de esta zona, llegamos de nuevo a la otra gran plaza
EL MECHOUAR o PLAZA de HASSAN II -
La gran plaza vacía que nadie puede pisar. El gran espacio que protege de los intrusos al Palacio Real que luce al fondo su perfecta fachada. Los guardias y las preciosas farolas modernistas son los únicos que están al otro lado de la verja.


Acabamos el día en el lujoso comedor del Reducto con una de las más deliciosas cenas del viaje.
Mañana más Tetuán.