sábado 7 de septiembre
De EL KHORBAT a TINERHIR
Muy relajados con la paz de El Khorbat, salimos a desayunar en el sencillo comedor rodeado de palmeras.
El sol luce limpio y tibio. El cielo muy azul por el Sur aunque los grandes nubarrones siguen agarrados a las cimas del Atlas.
Buen desayuno rodeados por la vida matutina de las gentes del oasis.

Cálida despedida del personal del hotel que nos cuentan con orgullo el buen resultado de este fantástico proyecto de restauración y conservación del Ksar de El Khorbat.
Salimos del pueblo de barro por las estrechas callejuelas, hoy inusualmente llenas de grandes y recientes charcas de agua.
Y vemos que lo que ayer era el cauce seco del río, hoy está lleno de la preciada agua que las sedientas palmeras sorben con placer. Un curioso espectáculo.

En Tinejdad tomamos la carretera principal hacia la izquierda, hacia el Oeste. En 15 minutos llegamos al primer objetivo.
LAS FUENTES DE LALLA MIMOUMA -
El curioso museo al aire libre creado gracias a la energía y dedicación de un especial personaje que merece la pena conocer. Calígrafo, filósofo, historiador y amante de todas las artes.



Él mismo ha creado todo lo que aquí se ve. Entorno a unas fuentes de aguas gaseosas ricas en magnesio y con la idea de preservarlas, el artista humanista ha ido construyendo pequeños espacios de arquitectura tradicional. Con el tiempo los ha ido llenando de todo tipo de objetos, piedras, cerámicas, caligrafías, herramientas cotidianas, ... Todo colocado con muy buen gusto y acompañado por las universales reflexiones filosóficas que al señor Zaid tanto la conmueven.



Él mismo nos recibe, nos cobra la entrada y nos hace de guía por el ecléctico y entrañable espacio, hoy también lleno de grandes charcos.
Acabamos la visita en el santuario de las aguas transparentes que han servido de pretexto para la existencia de este peculiar Museo al Aire Libre.



Salimos contentos con la visita y ponemos rumbo a Tinerhir.
Los nubarrones del norte siguen amenazadores por lo que decidimos ir directamente hacia el Valle del Todrá y dejar para la tarde la visita a Tinerhir donde tendremos refugio para esta noche.
EL VALLE DEL TODRÁ -
Las tan conocidas Gargantas del Todrá nos habían dejado unas muy buenas imágenes que ahora nos apetece recordar.
Pasamos Tinerhir y nos maravillamos de nuevo con el inmenso y verde palmeral que contemplamos desde la solitaria carretera.



Carretera que gira y gira por entre los grandes pedregales que cada vez se van acercando más a nosotros.
Pequeños grupos de casas pegados a la carretera. Pequeños restaurantes y hostales esperando recibir visitantes. Mucha luz que nos hace olvidar cualquier amenaza de lluvia.
Las grandes paredes de piedra se van volviendo más altas y cercanas hasta dejarnos prisioneros entre la verticalidad de
LAS GARGANTAS DEL TODRÁ -


El magnífico enclave nos sorprende y nos maravilla una vez más.
Empezamos la visita con una buena tajine en uno de los restaurantes de la entrada.
Y, aprovechando la intensa luz vertical que consigue iluminar muy bien las pétreas paredes, andamos despacio siguiendo el cauce del río Todrá.


Despacio por el solitario y estrecho pasillo hasta llegar frente al recordado hotel Yasmine. Entrañable recuerdo que ya lleva mucho tiempo cerrado por unos lejanos desprendimientos.
Descansamos un rato junto a las aguas marrones y bajo las grandes paredes rojizas que nos hacen sentir muy pequeños.



Luces y sombras. Cada vez más sombras que vuelven oscuras las paredes antes luminosas.
Llega la hora de seguir camino. Hasta llegar de nuevo a
TINERHIR -
La vieja ciudad rodeada por el inmenso palmeral. La vieja ciudad de barro que ha crecido hasta ser ahora un gran centro activo y modernizado pero conservando muy bien su historia y su peculiar encanto.
A media tarde y bajo un cielo ya cubierto de nubes llegamos sin problema al
HOTEL TOMBOCTOU - ( 1 noche ).
La preciosa y auténtica kasba restaurada y transformada en hotel hace años por un catalán enamorado de Marruecos. Hotel muy agradable. Preciosos espacios interiores y exteriores. Muy buen trato y aparcamiento privado a cubierto.



En el amplio vestíbulo una buena colección de esculturas africanas y una fina lluvia cayendo sobre la piscina azul.
Descansamos un rato gozando el espacio, hasta que la lluvia para y salimos a la calle para visitar
LA MELLAH -
La antigua Kasba Judía cuidadosamente restaurada y donde habitan gentes tranquilas y sonrientes que nos saludan al cruzarnos en las estrechas calles.


Paseamos un buen rato entre los laberínticos callejones de la Mellah. Admiramos la buena restauración, los espacios tan auténticos y la belleza de las casas de barro con las tradicionales decoraciones en las fachadas.




Como siempre, donde las casas terminan, fuera de las murallas empiezan las palmeras y las huertas bien cuidadas por las gentes de la kasba.

Y nos perdemos y nos encontramos hasta llegar al espacio con más vida y movimiento de la Mellah.
El llamado - MERCADO DE LAS MUJERES -. Mercado auténtico y lleno de vida local. Lleno de objetos cotidianos que compran los vecinos de Tinerhir. No vemos ningún turista. Recorremos el mercado de punta a punta y hacemos alguna compra.

Muy satisfechos con la visita regresamos a nuestra preciosa kasba.
Regresamos cuando la lluvia vuelve con ganas. La lluvia que va a caer abundante durante toda la noche provocando importantes inundaciones en el Sur de Marruecos.
Cenamos muy bien en la haima de colores y dormimos una larga noche con rumor de lluvia en Tinerhir.