![]() ![]() Sureste de Estados Unidos en 24 días ✏️ Blogs de USA
Relato de nuestro viaje por el Sureste de Estados Unidos y FloridaAutor: Axun Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (7 Votos) Índice del Diario: Sureste de Estados Unidos en 24 días
01: Preparativos
02: Atlanta
03: Atlanta - Savannah
04: Savannah
05: Savannah - Charleston
06: Charleston
07: Charleston - Winston Salem
08: Blue Ridge Parkway
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Etapas 10 a 12, total 15
Como en este hotel no teníamos desayuno incluido, tras dejar las maletas en el coche y el coche en el parking del hotel, salimos a buscar un lugar para empezar el día. Con suerte, ya que a la vuelta de la esquina prácticamente, había un Starbucks, que suele ser un lugar muy agradable. Tras salir de desayunar tomamos la calle Broad, que por su nombre se imaginaría una que tiene que ser una calle importante, pero en realidad nos pareció bastante anodina. No había mucha gente, ni tráfico. Ancha si era, eso sí. Había varios edificios nuevos en construcción, modernos, pero poco más. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Pasamos junto al teatro, Tivoli, en el que además de indicar que no se permitía fumar, ni comida ni bebida del exterior, así como el uso de cámaras, también prohibía las armas de fuego! ![]() ![]() Buscamos la oficina de turismo, sin éxito, nadie en la zona parecía saber ni que hubiera una, antes de darnos cuenta de que en el mapa que nos habían dado en el hotel ya venía indicado que se había trasladado a la otra punta de la ciudad. Seguimos hasta el aquarium (varias de las ciudades que hemos visitado tenían aquarium), un edificio con tejados picudos, que está a la orilla del río Tennessee. No entramos, uno porque no teníamos demasiado tiempo y dos porque, visto el aquarium de Atlanta, pensamos que éste se iba a quedar un poco pequeño. ![]() Dimos una vuelta por la orilla, donde está amarrado el Southern Belle, un típico barco de palas del Mississippi y también hay un recordatorio del inicio del Sendero de lágrimas (Trail of tears) referente al traslado forzoso de nativos cherokees. ![]() ![]() ![]() Fue cuando andábamos por la orilla cuando se nos acercó un jubilado (al menos tenía más que la edad para estarlo) intentando "venernos" el Southern Belle, aunque fuera solo para tomar algo ya que no teníamos tiempo para comer. Al final resultó ser un auténtico fan de Nadal. En el hotel nos habían dicho que había un tranvía eléctrico gratuito, que recorría un par de calles, entre ellas la Broad hasta la estación de tren Choo-Choo. Montamos en el primero que pasó y nos acercamos hasta allí. Y por el camino vemos que esa parte de la ciudad merece más la pena que la vista hasta entonces. Chattanooga Choo-Choo, nombre de reminiscencias musicales, es la antigua estación de tren, hoy reconvertida en hotel y tiendas y restaurante. Están los andenes y algunos trenes y tranvías. Y la sala de espera reconvertida en restaurante. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Dimos un par de vueltas por la zona y luego seguimos hacia Market St. que parecía tener más vida. O al menos, algunos edificios antiguos, que hacían de ella una de esas típicas calles americanas. Pero no parecía que la coyuntura se hubiera portado demasiado bien con ella: había varios edificios vacíos y abandonados. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Aunque junto a todos estos edificios de época, había alguno más actual, como el de correos. ![]() ![]() Volvimos al hotel y nos pusimos en marcha hacia Ruby Falls, una catarata en el interior de una cueva, que se encuentra a escasas tres millas de Chattanooga. Durante toda la mañana había aguantado, pero para cuando llegamos a la cueva había empezado a caer unas gotas. Compramos la entrada combinada con Rock City. La visita de la cueva y la catarata no es posible hacerla por tu cuenta, sino que hay que hacerlo en un tour, así que nos dispusimos a esperar mientras salía, comprando láminas de ágatas y piedras imantadas, de esas de las que te puedes llevar por 3$ todas las que quepan en una bolsita. Poco antes de las dos y media fueron llamando a los que teníamos hora para ese tour y empezamos a bajar en grupitos en el ascensor: más de 85 metros hacia el interior de la montaña. Nos reunimos abajo con los que habían bajado antes y empezamos el recorrido. Nos pusieron un vídeos y luego el guía iba explicando en qué circunstancias se encontró la cueva y finalmente la catarata. Algunos de los pasadizos son estrechos, otros bajos y en otros sitios estaba resbaladizo. Fuimos pasando diversas formas (algunas había que verlas con bastante imaginación), pata de elefante, lonchas de bacon, hojas de tabaco... A medida que nos acercábamos a la catarata se empezaba a oír el salto del agua. Al llegar al final nos encendieron las luces durante cinco minutos para poder sacar fotos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Terminamos con el recorrido y salimos al exterior para encontrarnos con que estaba cayendo bastante agua. Estuvimos pensando sobre la idoneidad de ir a Rock City, pero había que conducir cinco millas montaña arriba y luego desde el aparcamiento había que andar más de una milla hasta llegar al mirador, así que decidimos que no íbamos. En vez de eso, nos pusimos en camino hacia Nashville. Dos horas y media de recorrido. Todo iba perfectamente hasta unas 20 millas antes de llegar. Un atasco monumental. Por la radio íbamos oyendo que había habido un accidente, aunque al final no llegamos a ver nada. El caso es que para recorrer 10 millas tardamos dos horas y media!! Llegamos finalmente al hotel, La Quinta Inn, en el aeropuerto. Intentamos en el centro, pero eran todos muy caros. Era fin de semana y habíamos reservado la última habitación que quedaba, y nos tocó con "los apestados", una habitación de fumadores. Y bien que se notaba. Dejamos las maletas y nos vamos hacia el downtown. Había localizado la dirección de un parking, pero a la hora de introducirla en el GPS me confundí, dos veces, y es que a quién se le ocurre tener tres calles con el mismo nombre! Calle, avenida, este, oeste... en fin. Conseguimos llegar al centro y aparcamos. Bajamos hacia la calle Broadway. Pasamos por la 2ª Avenida y es como Las Vegas. Hay mucho borracho, todos gritando, chicas ligeritas de ropa anunciando shows... Queríamos entrar en alguno de los locales y cenar, pero estaban todos a tope. No cabía nadie más. Finalmente conseguimos ver uno que no estaba tan abarrotado, Jimmy Buffet's Margaritaville, y entramos. Era un local peculiar, decoración tropical, con avión incluido colgando del techo. Había un grupo tocando y allí nos quedamos. Etapas 10 a 12, total 15
Todos los hoteles en los que hemos estado tenían un horario de desayunos bastante tempranero, y este de los que más: a las nueve de la mañana dejaban de servirlos. Así que había que moverse con rapidez.
La víspera, viernes noche, estaba la ciudad a tope, pero esa mañana el ambiente estaba más relajado. Y al pasar por Printers Alley, el otrora lugar de perdición, se veía con claridad: no había nadie. ![]() Pero la música se palpa por todas partes, incluso en pequeñas tiendas de chucherías. ![]() Bajando por la 2nd Avenue vimos el local de B. B. King. Estaba abierto pero no al público todavía. Preguntamos para reservar para la noche, pero nos dijeron que no se hacían reservas, se iban acomodando los comensales a medida que llegaban. Que el local se empezaba a poner “busy” a partir de las siete de la tarde, así que mejor que fuéramos a partir de las seis y cuarto, seis y media. Donde la noche anterior habíamos visto chicas anunciando espectáculos, vemos que uno de los locales es un Coyote Ugly, que parece ser una franquicia, ya que hemos visto varios en otras ciudades. ![]() ![]() Seguimos hasta la calle Broadway, donde la gente no había empezado todavía a acumularse. La calle es todo un compendio de locales de música, bares y restaurantes, todos con escenario, y tiendas de botas camperas, sombreros Stetson y cinturones. Algunas de las botas estaban bien, otras eran realmente horteras. Eran 2 x 1, pero la más barata eran unos 300 $ ![]() ![]() ![]() ![]() Continuamos por la Broadway hasta el Visitor Center, junto al Bridgstone Arena. Alrededor había seguidores de un par de equipos de hokey, vestidos con las enormes camisetas que suelen llevar los jugadores. En la oficina de turismo nos agenciamos un mapa con los puntos de mayor interés y empezamos por el Walk of fame park, un recorrido con estrellas en el suelo, desde Hank Williams a Dolly Parton, pasando por Elvis y otros más. ![]() El Music Hall of Fame está al lado. No pensábamos demorarnos mucho dentro, tan sólo echar un vistazo, pero al final se nos fue el tiempo. Y es que están todos: los de antes, los más nuevos, los archiconocidos, otros que no nos sonaban. El piano dorado de Elvis, su Cadillac, incontables guitarras y trajes de casi todos los que han sido algo en el mundo de la música, sobre todo Country, carteles, discos de oro o platino, Bandit, el coche de Los Caraduras… ![]() ![]() ![]() ![]() Salimos del museo con infinidad de nombres resonando en la cabeza y para seguir con la música, entramos en el Music Center, un auditorio y centro de convenciones impresionantemente enorme (como les gusta en ese país), muy nuevo, en el que había una convención de vendedores de tractores!! El ambiente en la calle ya se estaba empezando a animar. La música ya sonaba en algunos lugares. Los Honky Tonks se empezaban a llenar y ya había unos cuantos que estaban más que contentos. Era ya hora de comer y empezamos a buscar sitio. Lo intentamos en el Legend’s corner y en Tootsie’s Orchid Lounge, pero no cabía un alfiler. Entramos en otro, Layla’s, un bareto donde sonaba buena música, pero no daban de comer. Conseguimos finalmente encontrar sitio en otro, no recuerdo el nombre, donde había un grupo que estaba terminando. Pedimos de comer y beber y al rato empezó a tocar otro grupo, aunque alguno de los componentes era el mismo del grupo anterior. La audiencia era variada, desde personas mayores hasta jóvenes, pero no como los que estaban gritando y asomándose a los balcones del Honky Tonk. ![]() ![]() ![]() Aunque no seamos unas megafans de Johnny Cash, no podíamos dejar de visitar su museo. No muy grande, dedicado completamente a él, con historias de su vida, tanto personal, pero sobre todo musical. ![]() ![]() Ìmg]imageshack.com/ ...6/iao0.jpg[/img] Para cuando salimos del museo, ya estaba oscureciendo, así que cogimos uno de los tranvías gratuitos y fuimos hacia el Capitolio que, si no recuerdo haber leído mal, es el único Capitolio que en lugar de cúpula tiene una torre. ![]() No se podía visitar, así que tras dar una vuelta alrededor nos dirigimos hacia el local de B. B. King. Ya había bastante gente, pero nos dieron una mesa junto al escenario. Había un grupo tocando, a los que veíamos un poco de refilón, pero se estaba bien. Y el grupo era bueno. Una camarera jovencita nos trajo la carta, pero le dijimos que todavía no queríamos cenar, que era muy temprano, y que nos trajera dos cervezas. Nos preguntó lo de siempre, que de dónde éramos, y se lo dijimos. Al rato volvió con las bebidas y nos pregunta: “Disculpad, pero es que yo no he viajado mucho. ¿Qué idioma se habla en España?” ![]() Pedimos finalmente de cenar, catfish y costillas. Estaba bueno. El grupo terminó y subió otro, también muy bueno. Tras casi cuatro horas en el local, nos fuimos en uno de los descansos. Etapas 10 a 12, total 15
Hoy tocaba otro de los “must” del viaje: la destilería de Jack Daniel’s. Algo más de 70 millas, que hicimos bajo la lluvia. Hicimos el primer trayecto por la interestatal y seguimos luego por carreteras locales, con un recorrido por un paisaje muy bonito, tan sólo un poco estropeado por el mal tiempo. No había mucha gente para ser un domingo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Al llegar al Visitor Center nos fijamos en un cartel que pedía que se acudiera con ropa apropiada si llovía o hacía mal tiempo. Sacamos las txamarras y para dentro. El interior es bonito, con un techo con vigas de madera y diverso material expuesto. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** En el mostrador, al decirles que queríamos hacer un tour, nos dieron unas entradas para la visita gratuita, pero vimos que había otra visita, el Tour Old Nº 7, algo más completa en la que se probaban tres tipos de whiskey distintos al final. Nos decidimos por esa. Una vez que estás en una destilería, qué mejor que salir probando el producto. La visita costaba 10 $ más las tasas, y había que ser mayor de edad para hacerla. Cuestión que tuvimos que probar enseñando los carnets. Dura algo menos de dos horas y desde el inicio avisaban de que habría que subir más de 100 escaleras y andar casi dos millas. No se podía sacar fotos más que en los lugares indicados, y nunca dentro de las instalaciones. Nos recogió nuestro guía, Jesse James, y en un minibús empezamos el recorrido. Empezó contando una anécdota graciosa que le había ocurrido al chófer (al menos todos se rieron): le habían entrado a robar en casa estando él dentro. Y claro, él qué hizo… pues les sacó una pistola! Y el guía le preguntó. ¿Para qué les sacaste la pistola si la tenías descargada? Ja ja ja … En fin. El tour. Empezamos por la zona donde almacenan la madera de arce, producido localmente, que mantienen a la intemperie durante seis meses antes de convertirla en carbón vegetal, por el que filtrarán, gota a gota, el alcohol obtenido de la fermentación de una mezcla de maíz, cebada y centeno. El agua utilizada en el proceso proviene, también, de un manantial que hay en la propiedad. Junto al manantial hay una estatua, a tamaño natural, de Jack Daniel. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Fuimos pasando por los distintos estadios de la producción y almacenaje en barricas, donde nos explicó que los tres niveles se correspondían con cada uno de los distintos tipos de whiskey de la casa: Gentleman Jack, Old Nº 7 y Single barrel, por orden de envejecimiento. Pasamos por el antiguo despacho de Jack Daniel, donde se encuentra la caja fuerte que le causó la muerte. Al parecer, Jack Daniel fue un día muy temprano a trabajar, pero se le olvidó la combinación de la caja. Tras varios intentos frustrados acabó dándole una patada a la susodicha caja, que le ocasionó la fractura del dedo gordo. La fractura no se le llegó a curar, se le fue gangrenando el pie, cada vez le tenían que amputar más hasta que finalmente, una infección generalizada se lo llevó. Moraleja, ir temprano a trabajar, mata. *** Imagen borrada de Tinypic *** Y para terminar la visita, probamos un dedo de cada uno de los tipos de whiskey. Sólo dan un dedo, para que sumados los tres sea el límite en el que daría positivo un control de alcoholemia y nadie les pueda demandar diciendo que les han dado de beber más de lo permitido. El Gentleman Jack, suave; el Old Nº 7, conocido y el Single Barrel, umm, potente. Después de la visita fuimos a comer a Lynchburg, que está junto a la destilería. El pueblo es muy pequeño, y la plaza parecía agradable, pero estaba lloviendo y el ambiente estaba muy tristón. Eso sí, con ambiente navideño en todos los escaparates. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** No había mucha gente y entramos en el Bbq Caboose, un local muy curioso, con un pequeño escenario y muchas fotos en las paredes. Y como no, mercancía para vender, desde bolígrafos y cuadernos hasta paños de cocina. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Dimos una pequeña vuelta por la plaza, y entramos en la tienda oficial de Jack Daniel’s, para hacer unas compritas, en la que hay de todo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Terminamos en Lynchburg y nos pusimos de camino a Memphis. Eran unos 450 km y no hacía muy bueno; y no mejoró. Íbamos tan tranquilamente hasta que, a unos 130 km ante de llegar, pasamos un cartel que no pudimos leer del todo, pero en el que si vimos que ponía “… militar ….” Nada más pasar el cartel, algo parecido a unas interferencias en la radio y una voz que decía algo. Estaba el volumen bajo y no llegamos a captar qué decía. Hicimos unas risas con la posibilidad de hubiéramos pasado un depósito de misiles y que los militares bloqueaban la radio. Seguimos. Más adelante vuelve a ocurrir lo mismo. Subimos el volumen de la radio y… ¡era un aviso de tormentas severas con peligro de tornado! Si se formaba un tornado aconsejaban actuar en consecuencia ¡¿mandeee?! El aviso era para la zona de Jackson y estábamos justo pasando Jackson!! Y la verdad, en ese momento caía agua como si estuviéramos bajo una catarata, el limpiaparabrisas no daba abasto y no se veía gran cosa. Pensamos, ¿qué hacemos? Pero visto que el tráfico no se detenía, seguimos. Tras el aviso, el locutor de la radio recomendaba también prudencia. Pasó lo peor y sí, seguía lloviendo pero no más de lo que acostumbra a caer en casa. Pero es que al rato volvió a empezar a llover como si hubieran abierto una compuerta de un embalse. Cogimos una de las salidas y paramos en una gasolinera. Le preguntamos a la empleada, diciéndole que nos dirigíamos a Memphis, al sur, y nos dice que “Uy, si. Las cosas están muy mal up there” Le recalcamos que vamos hacia el sur, y ella seguí diciendo lo mismo, que su padre no había podido ir a trabajar, y que la cosa está muy fea. Que si queríamos, en el bar nos podían poner la tele y ver qué pasaba. Fuimos a la cafetería y le pedimos a la camarera si nos podía sintonizar una emisora de noticias (tardó unos diez minutos en hacerlo) y finalmente nos enteramos ¡¡por Al-Jazeera!! de que había habido un tornado y varios muertos en la zona de Chicago. En donde estábamos nosotras se estaba recibiendo la cola de la tormenta. Hablando con uno que venía de Memphis nos aseguró que no había nada por aquella zona y decidimos volver a ponernos en camino. Llegamos a Memphis pasadas las nueve de la noche y en recepción nos confirmaron que por allí no había pasado nada. Más tarde, mirando el recorrido en el mapa pudimos comprobar que el cartel ".... militar... " hacía referencia a un sitio histórico de la Guerra de secesión. ![]() Etapas 10 a 12, total 15
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