Costa Oeste EE.UU 2014 ✏️ Blogs de USA

VIERNES 24 ENERO DE 2014

En este hotel teníamos el desayuno incluido y, aunque no era excesivo, era más que suficiente para empezar el día con energías. La primera parada de la mañana fue ir a ver el cartel de Beverly Hills (S Santa Monica Blvd & S Moreno Dr, Beverly Hills, CA 90212).


Un poco de café...

...y una máquina de gofres... Yo ya soy feliz!!!

Un pequeño tentempié para comenzar el día


Empezamos el tour

Desde allí, el siguiente punto era ir a ver Rodeo Drive.


Voy... paseando por la vida...

Aparcamos el coche en S Rodeo Dr, y pagamos dos horas de parquímetro que era más o menos lo pensamos estar por allí. Dimos una vuelta por esas calles rodeados del más puro lujo, y estuvimos cotilleando por sus tiendas, aunque obviamente no compramos nada.


¿Encontraremos algo que nos guste?

Mis dos princesas

No se ve mucha gente

Cuando seamos ricos, vendremos aqui a comprar :D

Se estaba acercando la hora de comer, así que el siguiente destino fue South Santa Mónica Blvd. Encontramos un aparcamiento donde también sorprendentemente las dos primeras horas eran gratis y comenzamos a recorrer la calle a pie. Lo primero que vimos fue la tienda de Sprinkles Cupcakes, considerada una de las primeras tiendas de cupcakes del mundo. El aroma al pasar por su puerta era espectacular, pero lo que más nos sorprendió es que justo a su lado, hay una especie de cajero automático desde el que se pueden comprar aquellas delicias al gusto. Nos quedamos todos a cuadros viendo aquello, y nos prometimos volver después de la comida para tomar allí el postre…


Qué olorcillo más majo

Ver para creer

Continuamos andando por esa calle hasta el cruce con N Beverly Dr para ir a The Cheesecake Factory. Tenía curiosidad por ir allí, aunque no tiene nada que ver con la que sale en The Big Bang Theory (para quien le interese). Pedimos un par de hamburguesas, pero cometimos el error de pedir también unos nachos para picar, y cuando vimos el tamaño de aquel plato, casi nos caemos de culo. No nos dio siquiera tiempo a anular una de las hamburguesas, pues cuando nos dimos cuenta, ya teníamos toda la comida encima de la mesa.


Vamos a ponernos las botas

Un aperitivillo...

Super burguer

Esta tampoco desmerece

Evidentemente, si vamos a un sitio llamado The Cheeseckake Factory, lo que no podíamos dejar de probar eran sus tartas de queso, así que nos comimos las hamburguesas (también de buen tamaño) como pudimos y pedimos que nos pusiesen los nachos para llevar. Acabamos tomando una tarta de Oreo para compartir, y descartamos definitivamente volver a por una cupcake.


Casi no nos entraba

Dimos un paseo para intentar bajar la comida y volvimos al coche para seguir con el recorrido del día. Pusimos rumbo al 1259 de La Brea Ave en West Hollywood para ver el estudio de tatuajes de Kat Von D (LA Ink) y desde allí salimos en dirección a 3147 Canyon Lake Dr para ver desde allí el cartel de Hollywood.


No soy mucho de tatuajes

Pero tenía ganas de ver el sitio

El cartel se ve muy chulo

A partir de ese momento, Paula empezó a ponerse un poco nerviosa, así que no tuvimos más remedio que regresar al hotel, porque se estaba haciendo complicado ir en el coche con la niña llorando. Como era de esperar, acabamos cayendo los tres en la cama y, a pesar de que todavía era muy pronto, decidimos poner el punto y final a otro día de vacaciones.

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SÁBADO 25 ENERO DE 2014

Teníamos pensado acercarnos hasta Malibú, pero no estábamos seguros de querer darnos ese paseo en coche (unos tres cuartos de hora de camino), así que acabamos descartando esa idea mientras desayunábamos en el hotel. En su lugar, comenzamos el día yendo a Carroll Ave, para ver sus famosas casas, y nuevamente nos vimos sorprendidos por su belleza. Un buen sitio para tener una casita, aunque nosotros personalmente preferiríamos tener algo en Key West en Florida


Cartel de entrada

Que se vea donde estamos

Parece un buen barrio

Me la quedo!!!

Paseamos por casi toda la calle, y cada casa que veíamos era mejor que la anterior. Cuando estuvimos listos, salimos en dirección a Venice Beach. Encontramos aparcamiento en una callecita cercana a la playa y, cuando nos disponíamos a empezar el paseo, una amable señora se paró para indicarnos que habíamos aparcado en sentido contrario y que si pasaba por ahí la policía seguramente nos multase, así que agradecimos el gesto de la señora (yo no sé si nos hubiese pasado lo mismo aquí en España), y tuvimos que darle la vuelta al coche antes de ir a caminar.


Encantados con el colorido


Había un montón de ambiente por la calle y el paseo estaba repleto de puestecillos, aunque se notaba que estaba todo orientado a los turistas, por lo que no compramos nada. Caminamos un buen rato antes de regresar y salir en dirección a Santa Mónica.


No vimos nada interesante

Dejamos el coche en un aparcamiento en la Third Street Promenade y muy cerca del Pier y, como ya era casi la hora de comer, empezamos la búsqueda de algún sitio que nos llamase la atención. Nos encaminábamos hasta un lugar llamado Umami, donde había leído que sus hamburguesas quitan el sentido, pero no tenía muy claro de dónde estaba exactamente, así que cuando empezábamos a estar cansados de andar, nos cruzamos con un sitio llamado Swingers, ambientado en un típico Diner, y no nos lo pensamos mucho.


Ya estamos en Santa Mónica

Ni fú ni fá

Estuvo casi mejor el sitio que la comida, pero tampoco nos podemos quejar por los 40$ que nos costó todo.
Nos quedaba acercarnos al Pier, pero yo bajé un momento hasta la playa ya que un amigo mío me había pedido un poco de arena de todos los sitios que visitásemos (la gente colecciona cosas muy raras jejejeje…) y, tras esto llegamos allí.


Un poco de playita...

Vamos al lío

Metidos en jarana

Aquí sí que había una gran aglomeración de gente y se hacía algo incómodo, sobre todo por el carrito de la niña, así que apenas hicimos unas fotos y volvimos al hotel


Fin de la ruta 66 y de la nuestra...

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DOMINGO 26 ENERO DE 2014

Una de las cosas que llevábamos intentando hacer desde el día que llegamos era ir a ver el Staples Center, que curiosamente estaba muy cerca de nuestro hotel. Quizás no era el mejor momento de presumir, ya que los resultados de esta temporada estaban siendo desastrosos, pero era algo que también se nos había pasado en nuestra anterior visita y no queríamos que se repitiese. Como ya nos tocaba despedirnos de la ciudad, metimos todas las maletas en el coche, y salimos a su encuentro.

Apenas paramos unos instantes el coche en una calle cercana y yo me bajé a hacer unas cuantas fotos. No es que sea especialmente espectacular (sobre todo si no hay partido), pero merece la pena pasarse por allí.


Esperemos que mejoren...

Antes de salir hacia San Diego, teníamos también pendiente dar una vuelta por Olvera Street, y allí nos encontramos con nuestro primer disgusto de aparcamiento (sabíamos que acabaría llegando ese momento). Los únicos sitios para aparcar eran unas explanadas donde te cobraban 9$ independientemente del tiempo que estuviésemos. En nuestro caso sabíamos que no iba a ser mucho, por lo que nos dolió bastante ese desembolso, pero no teníamos demasiadas ganas de andar por allí buscando alternativas, así que no nos quedó más remedio que pasar por caja.

Entramos en The Avila Adobe, la casa más antigua de Los Ángeles, y cuya entrada es gratuita, pasamos por una especie de museo de los bomberos, situado en la plaza principal y acabamos en el museo chino-americano, donde pasamos los últimos minutos antes de salir.


Olverita

Vistas de la Plaza

Parece un árbol de mentira...

De camino a San Diego, teníamos mucho interés por pararnos a almorzar en una especie de centro comercial, en un lugar llamado Christopher Garrens Cakes, que a los que os guste el tema de la repostería os sonará del programa de “Supertartas de Boda”, pero nos llevamos un enorme chasco al descubrir que, a pesar de que había mirado en su web tanto la dirección como el menú (también tienen sándwiches y ensaladas), el local estaba vacío desde principios de enero, y lo único que vimos fue una nota de despedida.


Chin Pum!!

Eso cambiaba nuestros planes de comida, ya que los demás restaurantes de esa zona comercial no nos llamaban especialmente la atención, por lo que decidimos continuar el viaje y parar en el primer sitio que viésemos, y esa fortuna le correspondió a Hooters. Comimos muy bien (aunque no recordaba el precio y me pareció un poco caro), pero como no había mucha gente, la camarera que nos atendió vino como diez veces a preguntar si todo estaba bien. Entiendo que se quieren ganar su propina, pero llega un momento en el que se hace un poco pesado (sobre todo si te pregunta 3 veces por el mismo plato)

Cuando llegamos al motel eran ya pasadas las tres de la tarde. Estaba ubicado en una zona con muchos más hoteles y moteles a su alrededor, y nos gustó tanto la habitación como las instalaciones.


Buena pinta..

Por si nos entran ganas...

Para esa tarde no teníamos muy claro lo que queríamos hacer, así que la opción de acercarnos a Balboa Park no nos pareció una mala idea. Había visto algunas fotos interesantes del sitio, pero no sabía dónde estaban hechas, así que fuimos paseando para ver si encontrábamos esos lugares. Por suerte, había conexión wifi gratuita, lo que me ayudó a buscar en internet y salir de dudas. Además, tuvimos la suerte de que había empezado a anochecer, lo que daba un aire más especial si cabe a aquel sitio.


Empieza a anochecer

Me encanta el sitio

Y todos sus edificios

Me siento inspirado

Salimos de allí ya de noche

Para acabar la jornada, cruzamos a Coronado Island para hacer unas fotos del Downtown de San Diego de noche y, satisfechos con el resultado, regresamos al hotel.


San Diego Downtown

Otro día que se acaba...

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