![]() ![]() MARRAKECH, DESIERTO Y KASBAHS. MAYO/2014 ✏️ Blogs de Marruecos
7 días por Marruecos, tan cerca y tan lejos.Autor: Oblomgo Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (38 Votos) Índice del Diario: MARRAKECH, DESIERTO Y KASBAHS. MAYO/2014
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Etapas 4 a 6, total 7
Antes de las seis y media estábamos ya todos levantados, tenías muchas ganas de ver el amanecer en un sitio tan mágico y nos pusimos a “afotar” a diestro y siniestro.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Mientras, el sol empezaba a intuirse detrás de la línea del horizonte *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Apreciamos las distintas tonalidades con los cambios de luces *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nuestro campamento *** Imagen borrada de Tinypic *** Foto de Jota Estaba previsto que sobre las siete de la mañana llegaran nuestros camellos para dar el paseo entre las dunas, pero como se retrasaban y sólo habían llegado dos, nos fuimos a desayunar, esperando que en ese rato llegara el resto de animales. El desayuno el más flojo de todos, pero es normal, no se puede esperar ir al desierto y tener las mismas comodidades que en un hotel, aún así, desayunamos correctamente, zumo, café, té, pan, miel, mermelada…. Una vez con el estómago lleno nos dispusimos a montar en nuestros camellos, desde los cuales teníamos unas vistas flipantes de las dunas, primero de lejos *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Foto de Jota Y luego más cerca… *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** El paseo en camello dura cerca de una hora, aunque yo aprovechando que le dije al camellero si me podía bajar ya no volví a subirme, al final se hace un poco pesado, sobre todo por el masaje lumbar que vas sufriendo. Alguna de las chicas que hizo este mismo paseo por Túnez, nos comentó que fue mucho mejor este, en el de allí iban en viaje organizado y eran 25-30 personas, un coñazo vamos. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nos despedimos de los chicos del campamento, un diez para ellos, montamos el equipaje en los 4x4 e iniciamos el camino. Hoy cambiamos de coche y nosotros nos vamos con Mustaphá. Ya habíamos estado hablando con él, cuando bajábamos del coche, cuando íbamos por los pueblos paseando y nos había causado una gran impresión, el chico que tiene 28 años, tiene una filosofía de vida muy envidiable, su máximo deseo era regresar al desierto, dónde había vivido hasta los 24 años, siendo cocinero de una jaima, camellero, un poco de todo. Quería aislarse del ruido de Marrakech, su aspiración era pasar el día transportando camellos, llegar por la tarde a la jaima, comer con su familia, tocar música alrededor de una hoguera. Era lo que había conocido toda su vida y era el sitio dónde quería estar. Cruzamos rodeando unas pequeñas dunas, surcándolas mejor dicho, a Mustaphá se le ve a gusto en el desierto, es su hábitat natural, así que se puso a hacer el cabra entre las dunas. Y en una de estas nos quedamos atrapados en la arena. Llamada a Jota y a sacarnos con el cable de su todoterreno. *** Imagen borrada de Tinypic *** Una vez fuera del atolladero continuamos por pistas dejando atrás la arena de las dunas hasta que hicimos una parada para tomar unas aceitunas y unas cervezas a la sombra de una acacia. Cruzamos al otro lado de Jbel bani y llegamos a la carretera en Tagounite, ya se nos ha hecho tarde de nuevo, así que paramos a tomar una coca-cola sentados en una terraza, viendo el ir y venir de la gente local. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Deshacemos el camino de ayer, vamos rumbo a Zagora, dónde hoy comeremos arroz con camello, preparado por Hannah, la mujer de Jota. Por el camino nos cruzamos con una caravana de camellos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Entre pistas y carreteras llegamos finalmente a Zagora, cerca de las cuatro de la tarde, ya es costumbre comer a esas horas. A todos nos gustó mucho la comida, sorprendentemente la carne de camello es bastante jugosa, nos recordó un poco el sabor de la ternera. E iniciamos camino después de tomar un café. Seguiremos un rato por pistas para llegar a un pueblo de adobe, dónde Jota quiere enseñarnos un morabito singular. Después de verlo, paseamos por el pueblo, vienen los chicos a saludarnos, a hablar con nosotros, nada que ver con los chicos de su misma edad de Marrakech, que tienen mucha más “picardía”. Volvemos a la carretera general, todavía queda un largo camino para llegar a Hara Oasis, nuestro destino final hoy, vamos atravesando pueblecillos de adobe, ya sin detenernos. El camino se nos hizo corto viendo los paisajes, saludando a los niños desde el coche y riéndonos sin parar gracias a las bromas y chascarrillos de Mustaphá, que tiene un humor con mayúsculas. Un poco antes de llegar al último pueblo, nos paramos a admirar las increíbles vistas que se obtienen desde este lugar. La verdad es que Marruecos es sorprendente. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Atravesamos el palmeral y llegamos al pueblo de adobe en el que sólo viven los dueños del hotel, un español casado con una marroquí y que son amigos de Jota. El pueblo es de ensueño, callejones estrechos, curvas en las que había que hacer maniobras constantemente, casas semiderruidas y dónde se acaba el camino para vehículos a motor. Justo cuando llegamos el tono rojizo del sol ilumina la montaña Kissane. *** Imagen borrada de Tinypic *** Foto de Jota El sitio es de postal, la montaña, el río, el pueblo fantasma de origen judio, el palmeral, y en medio de todo el hotel Hara Oasis, del que somos los únicos clientes. Cuando nos bajamos del coche nos está esperando la mujer del dueño (que no estaba) con su hija, cargamos las maletas en un burro del hotel y nos vamos andando los últimos metros hasta nuestro hotel, y cuando salimos a un claro, cerca del río, allí nos estaban esperando, vestidos al estilo del desierto sobre una manta, con el té a la menta y unos cacahuetes buenísimos. Y llegamos al hotel, perimetrado por una valla de adobe, en el que accedes a un jardín con su terraza con vistas al Kissane, un comedor estilo jaima dónde cenar si hace fresco, la cocina, una especie de terraza cubierta chill-out con fotografía ESPECTACULARES del dueño del hotel y luego atravesando una puerta enorme que se cierra por la noche, porque hay un camino de paso, un enorme jardín y alrededor de él, cabañas, muy, muy bonitas, decoradas con gusto y respetando las tradiciones. La verdad es que es un LUJO de lugar. Por ponerle un pero, cuando llegamos era tan tarde y teníamos tantas ganas de ducharnos, que no nos dio tiempo a aprovecharlo como se merece este hotel. Supongo que es el peaje a pagar cuando quieres ver tantas cosas. Cenamos todos dentro, la mejor cena del viaje, de primero nos dieron una sopa, que dijeron que estaba muy buena y brochetas de pavo y de pollo, muy buenas, con pan hecho por ellos mismos que estaba de muerte, con su aceite de oliva, aceitunas y de postre nos dieron una especie de pastel del plátano que estaba muy rico. Aquí fue el único sitio dónde pedimos vino, era tan bonito el lugar, nos habían puesto unas copas de vino de cristal como Dios manda y tenía todo tan buen aspecto que nos pedimos un vino reserva de Meknes, que nos pareció que estaba muy bueno. Etapas 4 a 6, total 7
A las nueve de la mañana estamos todos en la terraza de afuera dispuestos a dar buena cuenta del mejor desayuno de todo nuestro viaje por Marruecos. Pan recién hecho, aceite de oliva, miel, mermeladas, mantequilla, tortitas, bollería, zumos, un bizcocho casero, frutas, café, té. Nos pusimos hasta arriba en previsión de que comeríamos tarde.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Haraoasis. Foto de Jota Nos despedimos del personal, cargamos las maletas en el burro y vuelta andando al pueblo dónde dejamos ayer el coche. Ahora vamos al cercano pueblo de Agdz, vamos a ver un par de cosas que le parecen interesantes a Jota. *** Imagen borrada de Tinypic *** Morabito a la entrada de Agdz La Kasbah Glaoui, utilizada como cárcel secreta. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** No se puede visitar por dentro, así que nos metemos por callejones que dan a terrazas abandonadas *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Hasta que llegamos a la única mezquita que se puede visitar por dentro, evidentemente porqué está en ruinas. *** Imagen borrada de Tinypic *** Abandonamos Agdz, al poco de salir del pueblo, vemos un cementerio, no tienen nada que ver con los nuestros, de hecho la mayoría de la gente con el paso del tiempo no sabe el sitio exacto donde están enterrados sus familiares. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** No te cansas de mirar, las vistas del palmeral con sus pueblos bereberes de adobe son fabulosas. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Continuamos con la jornada, para mí, hoy es la etapa más visual de todas, las montañas, los barrancos, los cañones, las kasbah, el palmeral….y las risas que nos vamos haciendo con Mustaphá son de primera. Hasta que llegamos al sitio dónde vamos a parar a dar cuenta de las últimas olivas y de unas cervezas. Yo creo que esto es un oasis *** Imagen borrada de Tinypic *** Un sitio idílico, aunque ahora el río no lleve nada de agua, no le quita encanto. Nos terminamos las aceitunas y las cervezas y a seguir devorando kilómetros. Las vistas siguen siendo.... *** Imagen borrada de Tinypic *** Cementerio *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Vamos parando dónde y las veces que queremos, hoy nos lo estamos tomando con calma, se nota que regresamos a Marrakech. Llegamos a Ouarzazate y allí tomamos el desvió para ir a visitar la kasbah Ait Benhaddou, posiblemente la kasbah más conocida, famosa y fotografiada de todas, que además es patrimonio de la humanidad. Sin duda también la más turística. Llegamos hasta un punto desde el cual tenemos unas vistas muy chulas de ella. No entramos en ella, queda mucho camino y Jota nos dice que es demasiado artificial, todo lleno de tiendas para turistas. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Vamos alternando asfalto y pistas, por un camino que está salpicado de kasbahs, no tan conocidas, pero igualmente preciosas y genuinas *** Imagen borrada de Tinypic *** Con el palmeral acompañándonos en todo momento *** Imagen borrada de Tinypic *** Pasamos por delante de las kasbah de la cigüeña *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Entramos en el valle de Oumnila, salpicado de poblados con sus kasbahs *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Aquí abandonamos el asfalto y nos vamos por una pista, que madre mía con la pista, alguno/a pasó más miedo que vergüenza, ja,ja. Hay que reseñar que Jota es un experto conocedor del terreno, cuando no está organizando rutas, está buscando nuevos itinerarios. Al César lo que es del César *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Hasta que finalmente llegamos al final de la pista, seguimos atravesando pueblos y kasbahs *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nos desviamos, vamos a visitar una mina de sal en la montaña, por el trayecto vamos viendo pistas que nos indican que vamos por la dirección correcta *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Pero al llegar a la entrada está cerrada, buscamos al guarda, tocamos el claxon, pero nadie aparece, esperamos cinco minutos más y nos marchamos. Una pena, seguro que era un sitio impactante, pero que se le va a hacer. *** Imagen borrada de Tinypic *** Y a eso de las cinco y media paramos en nuestro restaurante, ensaladas brochetas y tajine de verdura, muy rico todo, de postre melón y café. Un cigarrito y para Marrakech que aún nos quedan cuatros horas de viaje, ya sin paradas, deshaciendo el camino por el que volvimos el primer día, volvemos a pasar por el puerto Tizi N´Tichka, curvas y más curvas, camiones y más camiones. Pero en honor a la verdad se nos hizo muy corto y todo gracias a Mustapha, que nos reír a mandíbula batiente durante todo el trayecto, todavía me acuerdo lo bien que lo pasamos. Nos dio tiempo a preguntarlo por el precio del trayecto desde la plaza hasta el aeropuerto, nos orientó y nos dijo que si queríamos tenía un amigo con un microbús, que por 180 dirhams nos llevaría al aeropuerto, le dijimos que sí. Lo llamó pero no logró comunicarse y quedamos en que el viernes por la tarde llamaría al Riad en el que nos alojábamos, confirmándonos el transporte. Cuando estábamos comiendo, ya sabíamos que llegaríamos muy tarde a Marrakech, así que le dijimos a Mustaphá si por favor podía llamar al Riad, avisándole de nuestra tardanza, no sólo lo hizo sino que preguntó por dónde caía, era el Riad Chafia. Y como Jota y él sabían más o menos dónde estaba, en vez de dejarnos en la plaza nos llevó a un punto dónde nos esperaría el dueño del Riad, Patrick. Y a las once de la noche estábamos de vuelta en Marrakech, ajustamos la cuenta de la bebida y nos despedimos con efusivos abrazos, como se merece la ocasión. Patrick nos llevó al Riad, muy, muy bonito, aunque algo más alejado de la plaza que el Riad Mouna. Si tuviera que elegir, diría que el Riad Mouna es mejor Riad, mejor cama y mejor ubicado. El Riad Chafia es muy bonito, con mucho detalle, con un baño casi tan grande como la propia habitación www.booking.com/ ...ia.es.html Unos se quedaron en el Riad y otros fueron a la plaza, ya estaban cerrando la mayoría de los restaurantes. Etapas 4 a 6, total 7
El plan para hoy es visitar Marrakech sin rumbo fijo, nada especial, así que aprovechamos para madrugar menos, a las nueve estamos todos desayunando en la terraza del Riad Chafia, el desayuno un poco más pobre que en el Riad Mouna, pero suficiente para empezar el día con fuerzas.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Cuando estamos dispuestos a salir, viene Patrick, el dueño del Riad y nos sugiere que vayamos a visitar la Madraza Ben Youssef y el Museo de Marrakech y nos acompaña hasta la puerta, que está a dos minutos escasos del Riad. Con la entrada se puede acceder a los dos recintos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Lo primero que ves al acceder es el gran patio de abluciones, subiendo las escaleras accedes a los cuartos de los estudiantes dónde aprendían el Corán. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nos sorprendió gratamente. Es muy bonita y recomendable su visita. Acto seguido nos dirigimos al Museo, que está a continuación de la Madraza y que es un palacio del siglo XIX. *** Imagen borrada de Tinypic *** Nos gustó más la visita de la Madraza, pero también nos pareció interesante, no había mucha gente y pudimos verlo tranquilamente, además había una exposición de arte contemporáneo marroquí, a la que estuvimos echando un vistazo. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Y salimos en busca de las curtidurías de Marrakech, deambulamos sin rumbo, hasta que un señor se nos acerca, “intuye” que buscamos dichas curtidurías y nos dice que vayamos con él, que por la tarde cierran y no podremos verlas. Dice que no quiere dinero, sólo lo hace por ayudar. Ya, ya, le contestamos todos, sólo por ayudar. Nos conduce hasta la puerta dónde da el relevo al chico que está a la entrada con sus hojitas de menta preparadas para los incautos turistas. Yo me esperaba que oliera peor, pero aun así se agradece tener la menta por si acaso. *** Imagen borrada de Tinypic *** El chico dice que trabaja para la cooperativa, nos da unas explicaciones a las que no hice mucho caso y después nos lleva a un edificio desde el cual podemos ver otras curtidurías desde arriba y por donde para salir tienes que pasar obligatoriamente por una tienda de productos de cuero que nos quería vender sus productos a precios astronómicos, así que dejamos claras nuestras intenciones y nos marchamos, previa propina al “guía”. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Ya no tenemos ninguna vista prevista, así que lo que nos apetece es “perdernos”, sin salir de la medina, pero alejándonos lo más posible. No tuvimos sensación de inseguridad en ningún momento, es más, todos pensamos que hay 2 Marrakech, la de cerca de la plaza, los zocos…. Y la otra. Nadie te atosiga, nadie te dice nada, entras en sus tiendas y esperan respetuosamente a que tú te intereses por algo, aquí sólo se habla francés y árabe. *** Imagen borrada de Tinypic *** Y en éstas estábamos cuando pasamos por delante de una peluquería, hay cientos en los países árabes y casi siempre tienen gento dentro, y el chico a la puerta me hizo señas de cortarme el pelo y yo pensé “cortarme el pelo no que lo tengo corto, pero llevo una semana sin afeitarme” y le hice señas de eso mismo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Lo siguiente fue el chico, embadurnándome la cara con espuma de afeitar, mientras yo intentaba explicarle que me alargara las patillas. Mientras, mis compis esperaban haciendo fotos. Y nada, la verdad es que es toda una experiencia. Me afeitó suave pero impecablemente, me dio loción, me arregló el cuello y el pelo en general, nariz, orejas y cejas incluidos y cuándo acabó, le pregunté cuánto era. Me dijo que la voluntad. Desconozco si esto es usual allí. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Un rato después, llegábamos a los zocos, el paseo por la parte de la medina, donde no hay turistas y la gente no intenta venderte nada ni llevarte a ningún sitio, paseando reposadamente, fue uno de los momentos que más nos gustaron. Entre tiendas, compras, caminar, más compras, llegamos a la plaza des epices y allí nos comimos en una terraza, unos bocadillos que estaban buenísimos. Parte del grupo se fue al riad y otros al Palais Badia, unas ruinas con jardines y unos andamios, la entrada para ver la silla del trono, no merece la pena. Estás por allí y lo ves, peeero…….. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Regresamos sobre nuestros pasos para entrar a ver el Palacio Bahía, pero estaban cerrando y no pudimos entrar, una lástima porque creo que éste si que merece la pena y además nosotros pudimos entrar cuando fuimos al Palais Badia… Y nos volvimos un rato al Riad para descansar. Volvimos a la plaza para intentar ver la puesta de sol desde alguna de las terrazas. Las mejores estaban llenas de gente, así que nos tuvimos que subir a una terraza de la esquina, menos centrada. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** No nos apetecía más bullicio, y marchamos a buscar el restaurante Fátima bereber que nos había recomendado Patrick a petición nuestra. Además estaba cerca del Riad. Es un restaurante que está en local muy pequeñito, a pie de calle, sólo tiene cuatro mesas, nos sentamos y la verdad es que tardaron casi 40 minutos en servirnos, pero mereció la pena, todos coincidimos que estaba buenísima la comida, tajines de cordero, de pollo, ensaladas, brochetas con patatas fritas, incluso un escalope, de postre nos dieron sandía, buenísima, unos cafés, y por muy poco dinero. Un sitio muy recomendable para comer. Llegamos al Riad, preguntamos a Patrick si había llamado Mustaphá para confirmar el traslado al aeropuerto. Nos dijo que no. Pues nada, mañana a arreglar el grand taxi. Etapas 4 a 6, total 7
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