Costa Oeste de Estados Unidos 2014 ✏️ Blogs de USA

“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”, nuestro primer paso fue un poco especial, todo empezó con un regalo. Bueno, con un regalazo, y con muchas conversaciones sobre lo genial que sería recorrer los increíbles paisajes del Oeste americano. Pero el detonante fue el regalo: ¡dos billetes de avión para la Costa Oeste de Estados Unidos!

No hacía falta decir más, nos íbamos a Estados Unidos. Nos costó muchísimo cuadrar las fechas, pero al final conseguimos casi 20 días, del 3 al 21 de mayo, para nuestro viaje.

El proceso previo esta explicado infinidad de veces en el foro y en otros diarios, así que me limitaré a recordaos que debéis tramitar el visado ESTA por internet antes del viaje, que tenéis que llevar carnet de conducir internacional, pasaporte con validez de más 6 meses desde la fecha de entrada a USA y que además es muy recomendable contratar un seguro de viaje que incluya gastos médicos (Nosotros contratamos el seguro con Intermundial, con buenas coberturas por 85 € cada uno).

Para los vuelos utilizamos los buscadores de skyscanner y edreams, finalmente compramos el vuelo desde edreams con Lufthansa, aunque el vuelo transoceánico lo operaba Air Canadá, ya que hacíamos escalas en Toronto, tanto a la ida como a la vuelta. Nos fue muy bien hacer escala en Canadá, ya que como tienen tratado de libre circulación con Estados Unidos, pudimos pasar allí el control de pasaportes (el tan temido control de entrada a Estados Unidos) y al llegar a Los Ángeles tan solo tuvimos que recoger nuestras maletas y a la calle.

Los hoteles los reservamos prácticamente todos desde España, a través de Booking o de Hoteles.com, ya que teníamos bastante claro el itinerario que íbamos a seguir.

El coche lo reservamos a través de ealquiledecoches.es con la empresa National, un SUV intermedio, en nuestro caso un Chevrolet Captiva, que para 4 nos pareció suficiente, aunque al final del viaje hubiéramos agradecido un poco más de maletero. Precio con tanque lleno 395,00 €.

Habíamos reservado varias visitas que estábamos seguros de que queríamos hacer:
- Vuelo en helicóptero sobre el Gran Cañón (con Papillon Tours) (120,00 €)
- Visita nocturna a Alcatraz. (27,00 €)
También intentamos reservar la entrada a Upper Antelope Canyon, pero nos dijeron que estaba completo para las horas con mejor luz.

Este fué nuestro planing inicial en el que muchos usuarios del foro contribuisteis con vuestros fantásticos consejos y con la gran información de los diarios. Mil gracias a todos:

Nos quedamos con muchísimas ganas de haber ampliado las vacaciones para acercarnos hasta los parques de Arches y Canyonlands, que deben ser espectaculares. Hasta el último momento intentamos encajar la ruta de un día y medio a las Havasu Falls. Nos apuntamos al sorteo para hacer el trekking de "The Wave", que debe de ser alucinante, pero no nos toco . También habría sido genial haber podido recorrer la carretera de la costa desde San Francisco hasta Los Ángeles… ...pero, ¡¡¡siempre hay que guardar algo para la próxima vez!!! y no se puede decir que no aprovechásemos al máximo nuestros días en el salvaje oeste:

Un viaje larguísimo, con dos escalas, la primera en Múnich y la segunda en Toronto, esta segunda muy bien aprovechada ya que hicimos en Canadá todos los trámites de entrada validos para Estados Unidos. El último vuelo, operado por Air Canadá fue el peor, algo más de 5 horas con servicios low-cost. Aterrizamos en LA pasadas las 20 horas, muy cansados y con la “empanada” clásica de un viaje a través de un montón de husos horarios.

Todo está muy organizado y eso nos permitió encontrar rápidamente el bus que nos llevaría en pocos minutos hasta la oficina de alquiler de National. Presentamos nuestra reserva, nuestros carnets de identidad y de conducir y el comercial nos explico que un SUV tipo Ford Kuga era un coche muy pequeño para 4 personas…fue muy insistente y nos hizo varias ofertas a la baja por un upgrade, que fue rechazado una y otra vez.

No nos ofrecieron ningún seguro extra ni ningún otro tipo de servicio para aumentar el precio así que el alquiler nos costó exactamente lo contratado en la web. Finalmente de entre los coches disponibles elegimos un Chevrolet Captiva.

Ya llevábamos un GPS que nos habían prestado unos amigos con algunas direcciones cargadas, así que en seguida pusimos rumbo a nuestro hotel en Hollywood, el Coral Sands Motel.

La habitación estaba muy bien (el baño un poco pequeñito), con aparcamiento gratuito y como veriamos al día siguiente muy cerca de Hollywood. Esta noche cenamos en un tailandés que nos recomendaron en el hotel, la cena era muy buena pero las horas de avión estaban pasando factura y casi acabo con la cara en los fideos…
Amaneció ligeramente nublado en la soleada Los Ángeles y con una temperatura que ni frio ni calor…

Bajamos a desayunar a un Starbucks que estaba pegado al hotel y salimos a recorrer LA. Nuestra primera parada fue el Paseo de la Fama, dejamos el coche en el subterráneo del centro comercial Dolby. El aparcamiento es muy barato, y si haces alguna compra el parking es gratuito, para ahorrarnos el parking, Isa se compro unas gafas de sol totalmente necesarias...por unos módicos 100 USD, pero de parking 0 USD . Desde allí recorrimos parte del centro comercial, nos asomamos a una de sus terrazas para echar el primer vistazo al Hollywood Sign y salimos a Hollywood Boulevard para pasear sobre las famosísimas estrellas.

La verdad es que Hollywood no tiene más, pero a mí no me decepciono como dice mucha gente, el recorrer escenarios que hemos visto cientos de veces en películas y series o sitios tan míticos como el Paseo de la Fama…es algo que hay que hacer si estas cerca de Los Ángeles, y además es una visita que no requiere más de dos horas.

Nuestro siguiente destino fue el barrio más famoso de Los Angeles y uno de los más lujosos de la ciudad, Beverly Hills y más concretamente Rodeo drive, la calle que tan famosa hizo Julia Roberts en Pretty Woman. Aprovechando que era domingo, aparcamos en la misma Rodeo, y echamos unas monedas en el parquímetro, dimos un paseo para ver las tiendas y la zona peatonal, pasamos por el hotel Beverly Whilshire (el de Pretty Woman) y regresamos por la calle paralela, donde había muchas galerías de arte, alguna de ellas muy interesante.

Nos entretuvimos un buen rato en una muestra de fotos de Peter Link…alucinantes, más adelante intentaremos emularle en Antelope Canyon...

Nos metimos de nuevo en el coche y dejamos que la brisa del mar, y también el GPS, nos guiasen hasta Venice Beach, una de las zonas que más me gustaron de Los Ángeles (aunque hubo división de opiniones).

Había muchísima gente en la zona de la playa y nos costó un poquito encontrar aparcamiento, al final tras varios intentos de aparcamiento ilegal enmendados con éxito, aparcamos en segunda línea de playa y gratis.

Comimos en un restaurante junto a la entrada de la playa, muy buenas raciones, gran servicio y una camarera que había estudiado un año en Granada y que tenía ganas de practicar su español. Muy bien.

Decidimos bajar la comilona dando un paseo por los famosos canales de Venice, construidos por un millonario para intentar recrear la Venecia italiana. No se parece en nada a Venecia pero es increíble la tranquilidad que se respira paseando por los canales, a unos metros del trafico y el ruido de Venice beach.

Estábamos tan cerca del Pacifico que no pudimos resistirnos a pisar la playa. Allí pudimos ver las famosas torres de los “Vigilantes de la Playa” y sus pick-ups amarillos, y también aprovechamos para hacer las típicas fotos oteando el horizonte desde las torres.

Nuestro paseo por la playa nos llevo hasta Muscle beach, el gimnasio callejero donde entrenaba Schwarznegger cuando empezó su carrera en Estados Unidos. También había canchas de basket, pistas para monopatín y un gran mercadillo callejero donde se había dado cita todo lo raro de Los Ángeles, perros disfrazados, gente paseando a sus loros…un ambiente muy friki y muy entretenido.

Cuando nos cansamos del ambiente de Venice pusimos rumbo a otra de las playas míticas de LA, Santa Mónica. Aquí sí que nos costó mucho aparcar y no nos quedo más remedio que entrar al aparcamiento de pago (caro) que hay junto al muelle.

La playa estaba llena de gente con comida y bebida como para resistir una guerra…y aunque estaba a punto de anochecer nadie estaba recogiendo el campamento.
Dimos un paseo por la playa y por el muelle y disfrutamos del atardecer sobre el Pacífico antes de poner rumbo a la mítica Sunset Boulevard, una de las avenidas más famosas de LA.

Sunset está llena de locales de música, discotecas y clubs legendarios…pero nosotros solo teníamos en la cabeza la cena y la cama. Así que decidimos atender a nuestros pensamientos en ese orden y fuimos a cenar a una cadena muy recomendada, la hamburguesería IN&OUT, impresionante la cola que había para entrar…y lo rapidísimo que nos sirvieron, además es muy muy barato y las hamburguesas no están nada mal. Recomendado para una cena rápida 100%.

Después de la cena, agotados, decidimos irnos a la cama tras un gran primer día en LA.

El día empieza despejado, algo más caluroso que ayer. Nos vestimos rápido y decidimos repetir en el Starbucks, vamos a dedicar el día al parque de atracciones Universal Estudios, pero antes haremos una parada para fotografiar el célebre cartel de Hollywood, colocado para promocionar una urbanización, y ahora convertido en emblema de la ciudad.

Para llegar hasta el mirador sobre el cartel recorrimos una parte de la famosa Mulholland drive, una carretera estrecha y sinuosa que por momentos parece un puerto de montaña, pero que ofrece muy buenas vistas sobre Los Ángeles y está llena de casitas y casonas muy chulas durante todo el recorrido.

Os dejo aquí la dirección para el GPS: 3202 Canyon Lake drive, Los Ángeles, CA. En algún momento el trasto nos mandaba por un caminín de cabras…pero con dos dedos de frente y mínimas nociones de orientación del nivel “el sol sale por el Este”, se soluciona rápido.

Continuamos camino hacia los Estudios Universal, hoy iba a ser nuestro verdadero día de recreo en el viaje. Dudamos entre sacar la entrada VIP o la estándar porque nos pareció que había muchísima gente y que tendríamos unas colas terribles, pero una señora que había detrás de nosotros en la cola nos dijo que era un día muy flojito…que no tirásemos el dinero con la entrada VIP. Ni que decir tiene que la señora tenía más razón que un santo, recorrimos todas las atracciones del parque y tan solo guardamos algo de cola en la Montaña rusa 3D de Los Simpsons.

El parque es una chulada, y el “estudio tour” es totalmente recomendable, aunque el guía esta ligeramente “sobremotivado”…el túnel de la peli King Kong es brutal.

Comimos dentro del parque, en un restaurante italiano, lo justo para descansar un poquito antes de bajar a las atracciones de la Momia y Transformers (para mí, la mejor), en esa misma zona esta Parque Jurásico, pero por desgracia la estaban reformando.

Salimos del parque y nos entretuvimos un rato en las tiendas y restaurantes de la entrada, algunos muy originales, aunque como siempre, el tiempo se nos echaba encima y teníamos un punto más en nuestro plan del día.

De nuevo en nuestro Chevrolet pusimos rumbo al Observatorio Griffith, que a todos os sonará de muchas pelis y es sin duda la mejor vista sobre la ciudad de Los Ángeles. Cuando llegamos todavía era de día, así que tuvimos vistas también del cartel de Hollywood que está muy cerca de allí.

No entramos al observatorio, en vez de eso fuimos directamente a la terraza de la parte de atrás, que da hacia Los Ángeles y cuando anocheció…¡guauuu! No sabes lo enorme que es Los Ángeles hasta que lo ves brillar…

Cuando nos cansamos del frio de la terraza decidimos acercarnos hasta Hollywood para cenar por allí. Intentamos cenar en el Hard Rock Café pero el servicio fue muy malo, y con el restaurante casi vacío nos dijeron que tendríamos que esperar 45 minutos para cenar…

Nos fuimos de allí y cruzamos la calle para cenar en un Hooters, lo que nos vino muy bien para bromear durante varios días sobre las camareras y sus bonitos uniformes minimalistas ... La cena estuvo muy bien y además a muy buen precio.

Nuestros días en Los Ángeles se acabaron…

Nos levantamos temprano y con muchas ganas de abrir otro capítulo en nuestro viaje. A las 8 estábamos saliendo del hotel, programamos Barstow como primer punto de nuestra ruta y nos pusimos en camino…pero casualidades del cruel destino, justo en el enlace que debíamos tomar con la autopista se estaba produciendo un gran incendio…y estaban cortadas muchas calles alrededor…tuvimos retenciones…dimos muchas vueltas…y perdimos muuuuuucho tiempo para empezar a salir de Los Ángeles con más de una hora y media de retraso…justo el día que tenemos más de 800 km por delante. ¡genial!

El paisaje es desolador y a la vez espectacular, se van cruzando pequeñas sierras que abren paso a nuevos valles desérticos, cada uno diferente, hasta que empezamos a ver la enorme base militar de Barstow.

Decidimos parar en el Wallmart a comprar provisiones para el viaje, una nevera de corcho y hielo.

Aunque habíamos perdido mucho tiempo saliendo de LA decidimos seguir la ruta prevista mientras pudiésemos y paramos en el renombrado Peggie Sue´s 50´s diner, un sitio de parada obligada no solo por el almuerzo, que fue de los mejores de todo el viaje (increíbles los batidos), sino por el local en sí, con una decoración llena de recuerdos y detalles que te transporta a los 50 y que nos metió de lleno en ese “rollete” tan especial que tiene la ruta 66.

Salimos con el estomago lleno y con fuerzas para afrontar el siguiente tramo de ruta, que nos conduciría hasta Kingman. Teniamos apuntado Oatman como posible parada, pero entre el tiempo que habíamos perdido y que las fotos que habíamos visto tampoco nos llamaron demasiado la atención decidimos descartarlo y poner rumbo a Kingman.

El paisaje desértico que en tantas películas hemos visto nos acompaño durante todo el camino hasta Kingman, y al llegar a la ciudad nos metimos de lleno en la ruta 66.

Dimos un pequeño paseo por los murales de la ruta y por el parque donde está la enorme locomotora Santa Fé hasta nuestro siguiente destino: Mr. DZ diner. Otro de esos restaurantes de la ruta tan auténticos. La verdad es que después del almuerzo de campeones que nos habíamos tomado en el Peggie Sue no teníamos mucha hambre, pero acabamos pidiendo unas cuantas raciones para picar y unos enormes cafés helados de caramelo y canela...(como les gustan las marranadas… )

A la salida de Kingman enlazamos con uno de los tramos de autentica Ruta 66 que todavía pueden recorrerse. Este en concreto nos lleva hasta Seligman, nuestro siguiente destino. Aquí las chicas, que no tenían muchas ganas de conducir…decidieron echarnos una mano al volante y se turnaron durante el trayecto hasta Seligman.

Nuestra idea era haber parado en la Gasolinera Hackberry General Store, pero entre que el GPS nos jugó una mala pasada con la ubicación, y que al pasar nos pareció una casa curiosa sin más…nos lo pasamos y nos quedamos sin visitarlo…¡que rabia!

Llegamos a Seligman pasadas la 18h. y el pueblo estaba muerto, no había casi nadie por la calle y muchos negocios estaban cerrados, aunque con lo chulo que es el pueblo no nos importo…estuvimos dando un buen paseo por la calle principal y haciendo fotos a todos los cachivaches (en mi tierra los llamaríamos “zarrios”) que decoraban negocios, jardines y casas. Un sitio difícil de definir…que a mí me encanto.

El atardecer nos sorprendió al llegar a Williams, donde definitivamente el paisaje había cambiado por completo. Nos encontramos con un pueblito con mucho “encanto yanqui” rodeado de bosques de pinos.

Nuestro hotel para esta noche es Canyon Country Inn, una casita victoriana super bonita. Nos recibe una señora muy amable que incluso llama para confirmar nuestra reserva con Papillon para sobrevolar el Gran Cañón al día siguiente.

Después de acomodarnos y enfundarnos en toda nuestra ropa de abrigo salimos a dar un paseo por la calle principal, donde están casi todos los restaurantes y tiendas. ¡Vaya frio que hace en Williams! Frio de verdad, con forro polar y cortavientos estábamos helados. Como el clima no jugaba en nuestro favor decidimos acortar el paseo y buscar un restaurante para cenar, al final, cenamos en el más alejado del hotel, el Wild West Junction, unas buenas hamburguesas con nachos en un ambiente muy del Oeste.

La habitación tenía estufa eléctrica así que tuvimos la precaución de dejarla conectada…porque la noche fue fresquita fresquita.

Nos levantamos con cielo despejado pero el mismo frio que ayer y además un viento importante. Desayunamos muy bien en el hotel, cogimos el desayuno en la recepción y nos lo llevamos a la habitación, ya que el día no estaba para desayunar en las mesitas de la terraza.

Aprovechamos que la reserva del helicóptero no la teníamos hasta las 11:15 para dar otro paseo por Williams y echar unas fotos en algunos rincones curiosos, con esa mezcla del Oeste y la Ruta 66…

Teníamos unos 45 minutos de camino hasta el helipuerto del Gran Cañón en Tusayan así que nos pusimos en camino rodeados todo el tiempo de un bonito bosque de pinos…
En el próximo capítulo… ¡El Gran Cañón!

👉 Ver Etapa: Un día en la "Mother Road" ⏫ Volver arriba Compartir: