AVENTURAS POR EL SUDOESTE DE ESTADOS UNIDOS 2014 ✏️ Blogs de USA

Llevabamos mucho tiempo esperando este día porque el Parque Nacional del Gran Cañon del Colorado era una de nuestras visitas estrella.
Cuando bajamos a desayunar observamos con sorpresa que al otro lado de la carretera había varios ciervos que habían bajado al pueblo a beber. El dia había amanecido nublado y frío asi que despues de desayunar nos pusimos los forros polares, metimos los chubasqueros en la mochila y cogimos el coche.
De día pudimos valorar mejor Tusayan que es un pequeño pueblo de servicios que vive del parque y solo tiene hoteles, restaurantes, un camping y un iMAX.

GRAN CAÑON DEL COLORADO
A 3 km del pueblo están las casetas de entrada al parque. Allí mismo compramos el pase anual (tras pagar los 80$ y sin rellenar nada, nos dieron la tarjeta y simplemente marcaron el mes final de validez) y entramos al parque.
El Gran Cañón ha sido esculpido en la roca a lo largo de millones de años por la fuerza del río Colorado. Tiene 446 kilómetros de longitud y su profundidad media es de 1300 metros aunque llega a ser de hasta 2000 metros. Su anchura varía desde los 5,5 km a los 30 km.

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El Gran Cañón presenta rocas que se cuentan entre las más antiguas de la Tierra. Algunas del fondo de las gargantas están datadas en 1700 millones de años (estratos de Supergrupo y Vishnu). Sobre ellas hace alrededor de 1200 millones de años se fueron depositando hasta 40 capas mas de sedimentos marinos y lavas en un mar poco profundo. Hace 725 millones de años, estas rocas fueron elevadas y deformadas para convertirse en una cadena de montañas que poco a poco fueron siendo erosionadas por el rio Colorado formando uno de los cañones más profundos de la Tierra.

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El Borde Sur (south rim) es el que habitualmente se visita y desde donde las vistas son mejores. Al cañón se llega por una llanura que está a una altura de 2100 metros lo que hace que la temperatura siempre sea agradable incluso en los calurosos dias de verano, mientras que la temperatura al nivel del río, kilómetro y medio más abajo, suele alcanzar los 45 grados, propios de la zona desértica en la que se encuentra.
La altura es superior en el Borde Norte (North Rim), casi 2.500 metros, lo que hace que en invierno se pase largas temporadas cubierto por las nieves y con el acceso por carretera cerrado. Para llegar al borde norte desde el sur hay que rodear todo el Gran Cañón, lo que supone recorrer 345 kilómetros en cinco horas y media de viaje.

Cuando preparamos el viaje estuvimos planteándonos ir a ver el Sky Walk, una mirador con suelo de cristal que sobresale del precipicio por el que puedes “caminar por encima del cañon”. Sin embargo esta atracción no se encuentra en el parque sino a 200 km al oeste a medio camino entre Las Vegas y el parque.

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El parque tiene dos entradas:
a) Por el este desde Cameron por la zona de Navajo Point–Desert View
b) Por el sur desde Tusayan que es por donde nosotros entramos.

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El parque del Gran Cañon tiene forma de T con 3 zonas diferenciadas:

a) La entrada sur desde Tusayan lleva hasta la ZONA CENTRAL donde están los servicios del parque divididos en el área de Grand Canyon Village (al oeste) y el Market Plaza (al este). Un poco más adelante esta el Visitor Center y los miradores del centro del parque

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b) Hacia el oeste: HERMIT ROAD, la pata corta de la T, una carretera de 11 km que sale sale del Grand Canyon Village, cerrada al tráfico privado y que va por el borde del cañón.

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c) Hacia el este: DESERT VIEW DRIVE, la pata más larga de la T de casi 40 km que es una carretera que desde el Visitors Center va por un bosque, alejada del borde del cañon salvo en los primeros tramos y en la que hay accesos a varios miradores sobre el cañon. Al principio de la carretera sale un desvio hacia Yaki Point que tambien está cerrado al tráfico privado. La carretera termina en la zona de Desert View.

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Si no hay mucha gente, se puede uno mover en coche por el parque sin problemas excepto en las zonas cerradas al trafico. Pero en el parque funcionan 3 lineas de autobuses internos gratuitos cada 15 minutos. El ultimo autobus suele salir del final de cada ruta 30 minutos después del atardecer. Las líneas son:
- Linea NARANJA (Kaibab/Rim Roude): Va por el borde del cañon desde Yavapai y el visitors center hacia el este hasta Yaki Point. Es la linea más corta del parque. El autobus es la única forma de llegar a Yaki Point ya que el acceso está cerrado a automoviles particulares. Duracion: 50 minutos vuelta completa
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- Linea AZUL (Village Route): Hace una ruta circular por el interior del parque entre el Visitors center y los hoteles y campings de Grand Canyon Village y el Market Plaza. Duracion: 50 minutos vuelta completa
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- Linea ROJA (Hermits Rest Route): Sale del oeste del Village hacia el oeste por el borde del Cañon hasta Hermits Rest. Son 11 kilometros y da acceso a 9 miradores. Es la parte más bonita del parque. Además en esta zona está prohibido el tráfico con vehículos privados asi que tendrás que usar el autobus o andar. Esta ausencia de coches hace aún más atractiva esta parte del parque. Duracion: 80 minutos vuelta completa.
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Además hay una ruta que solo funciona en verano: Linea VIOLETA de bus (Tusayan Route), que lleva de Tusayan al Visitor's Center de Gran Canyon. Duración: 20 minutos vuelta completa.

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La única parte del parque a la que no acceden los buses es el este del parque (Desert View Drive)


ZONA CENTRAL: VISITOR'S CENTER
Desde Tusayan se atraviesa un espeso bosque en el que fácilmente se pueden ver ciervos. Pasamos por delante del Grand Canyon Village y llegamos al Visitor's Center donde aparcamos sin problemas.

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Lo primero que hicimos fue visitar el centro de visitantes donde además de conseguir información, pudimos ver una enorme maqueta del cañón y una película con la interesante historia geológica del cañón proyectada sobre una bola del mundo en 360º que es una virguería tecnológica. Fuera del centro hay una gran libreria sobre el Gran Cañon.

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Cerca del visitor's center hay dos miradores. El más cercano es Mather Point y hacia allí nos encaminamos. Decidimos ir mirando el suelo y levantar la vista en el último momento para llevarnos una mayor sorpresa. Y nos quedamos sin aliento! Nada de lo que hayas visto o leido antes te puede preparar para ese momento. Delante de ti se despliega en una majestuosa visión sin obstáculos la maravilla geológica incomparable que es el Cañon.

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Ni que decir tiene que la cámara echaba humo aunque con la perspectiva de todo lo que vimos ese día tengo que recomendar moderación porque en el parque hay más de 20 miradores y todos son epatantes y al final sin apenas notarlo puedes llevar un número de fotos inabarcable. Desde este mirador hay una hermosa vista de una montaña con un gran peñasco en su alto, llamada Templo de Vishnu:

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Desgraciadamente estaba nublado y el color era muy plano y uniforme aunque el cielo cubierto de nubarrones le daba al paisaje un toque especial. Por si fuera poco además empezó a lloviznar aunque afortunadamente duró poco.

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Aquí tuvimos nuestro primer contacto con las ardillas que pueblan todo el parque.

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Luego nos acercamos andando hacia el otro mirador cercano, el de Yavapai Point donde las vistas tambien son espectaculares. Desde aquí incluso se puede ver el río a lo lejos.

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Al lado hay un pequeño edificio con una breve exposición sobre la geología del cañon con fotos, maquetas y rocas y por supuesto, con la correspondiente tienda de recuerdos. En la puerta tenía una simpática advertencia muy propia de la ideosincrasia americana.

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Luego cogimos la ruta naranja y nos acercamos hasta el mirador de Yaki Point. En el autobús capté está escena tan yankee:

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Antes de Yaki Point hay dos miradores: Pipe Creek Vista y South Kaibab Trailhed en los que no paramos. Desde este último parte la famosa ruta de trekking que da nombre al mirador y que en dos días te lleva hasta abajo al río y vuelve a subir hasta el borde norte del Cañon.
Yaki Point es espectacular:

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En el mirador habia un ranger del parque con pinta melancólica que estaba haciendo una excursión guiada a un grupo de turistas.

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Además cuando nosotros llegamos el cielo se cubrió de repente y el paisaje se volvió gris y azul y vimos como se formaba una tormenta en el cañon que en pocos minutos llegó hasta nuestra posición. La vista de las nubes envolviendo las crestas del cañon y la densa cortina de lluvia cayendo a lo lejos será dificil de olvidar.

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¡¡¡ Incluso pillé un rayo en una de las fotos !!!!

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DESERT VIEW
Hasta que vino el autobus nos mojamos un poco. Volvimos por la ruta naranja hasta el Visitors center y cogimos el coche para dirigirnos hacia el este por la Desert View Drive. Esta carretera tiene unos 40 kilometros y la mayoría del trazado es por el bosque pero da acceso a varias paradas:

- Grandview Point: Este es uno de los miradores más altos del parque. También se puede ver el Colorado al este. Aqui no paramos.

- Moran Point: La vista aquí es interesante desde un punto de vista geologico ya que en este punto se pueden ver, ademas de las capas sedimentarias paleozoicas que forman todo el cañon, restos del llamado Supergrupo y del grupo de Vishnu, parte del zócalo basal del cañon por debajo de las sedimentarias y unas de las rocas más antiguas del planeta. Otro hito del paisaje es el Sinking Ship, una formación geológica que simula un barco en proceso de hundimiento.

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- La siguiente parada son las Tusayan museum and ruins: aquí no se ve el cañón sino unas ruinas de una aldea de los indios Pueblo. Se da un pequeño paseo y hay una caseta con unas vitrinas polvorientas que exponen artefactos y vestimentas de los indios. Esta parada es prescindible.

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Aquí también había una tranquilizadora advertencia:

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- Lipan Point: Un famoso mirador, ideal para ver el atarceder desde donde se puede ver una zona de rápidos del Colorado y tambien rocas del Supergrupo. La vista es grandiosa aunque tengo que reconocer que a partir del tercer mirador ya empiezas a confundirlas todas y es difícil encontrar una pequeña diferencia entre una vista sobrecogedora y otra epatante.

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- Navajo Point: Este es el mirador más alto del borde sur del parque. Aquí tampoco paramos.

- Desert View: En esta zona hay una torre-mirador construida en los años 30 con decoración en estilo navajo con una tienda de recuerdos y un mirador acristalado en lo alto. Esta es la vista más oriental de parque y un poco más allá se encuentra la salida este.

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La vista desde la torre era alucinante con las nubes ascendiendo por el escarpado precipicio del borde sur del cañón.

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Volvimos al centro del parque y nos acercamos al Village y comimos en un autoservicio. Luego fuimos al supermercado del parque donde hicimos unas compras de comida. Allí nos dieron las famosas bolsas marrones de papel de las peliculas. Nos llamó la atención que en todo el parque no hay apenas restaurantes y tiendas.

HERMIT ROAD
Luego con el coche aparcamos con cierta dificultad cerca de la primera parada de la linea roja. Allí tuvimos que esperar cola porque todo el mundo parecia haber dejado esta zona para la tarde. Mientras disfrutamos de la vista de unos ciervos ramoneando en unas vías de tren abandonadas.

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El autobús hace 9 paradas en esta ruta de 11 kilometros. Los 9 miradores además están comunicados por senderos que van por el borde del cañón formando una ruta de senderismo llamada Rim Trail:

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Asi que obviamos la primera parada (Trailview overlook) y nos bajamos en Maricopa Point. Aparte de la vista, tambien espectacular, en Maricopa se ven los restos de una mina de uranio en los años 50 cuyos destrozos han sido recientemente restaurados. En este lugar se proyectó hace años la construcción de un hotel que afortunadamente no se llevó a cabo.

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De ahí decidimos ir andando hasta Powell donde hay un monumento que conmemora las expediciones del mayor John Wesley Powell en su exploración del Colorado a finales del siglo XIX. En este mirador, las nubes daban paso timidamente a algunos rayos de sol y la luz del paisaje estaba empezando a cambiar.

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Como ya nos habíamos venido arriba nos acercamos también andando hasta Hopi. Este punto es uno de los mejores miradores del Gran Cañon porque tiene una vista sin obstáculos de 180º y es un sitio perfecto para ver la salida y la puesta de sol. Tambien desde aquí se puede ver el rio abajo en la garganta. El problema es que está muy concurrido. Tambien se ven las impresionantes paredes del Templo de Isis y el macizo del Templo de Shiva.

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Un video del panorama desde Hopi Point:



Aquí cogimos el autobús y pasamos sin detenernos por Mohave Point, The Abbys (donde se tiene la vista más vertical hacia el cañon de todo el parque) y por Monument Creek Vista hasta llegar a Pima Point.

El mirador de Pima Point es conocido, además de por sus vistas, porque desde él en los dias tranquilos es posible oir el río. Ese día no debía serlo porque por mucho que lo intentamos no oimos la corriente.

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En este punto nos ocurrió una cosa maravillosa. Las nubes que nos habían acompañado toda la jornada se abrieron y el sol iluminó el cañon. Hasta entonces las vistas habían sido soberbias pero grises y muy planas. Con el juego de luces y sombras que produjo la salida del sol, el cañón ganó en profundidad y definición y se mostró en todo su esplendor.

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Dejamos la ultima parada (Hermits Rest) para otra ocasión. Habiamos decidido ver el atardecer previsto para las 7 en Hopi Point. Se aconsejaba llegar con al menos 30 minutos de antelación para coger sitio y ver toda la gama de colores del atardecer pero como teníamos tiempo cogimos el bus en direccion al Visitors Center y nos bajamos en Mohave point, una parada antes de Hopi, y otro mirador con una vista formidable del cañon y del río. Desde allí fuimos andando hasta Hopi disfrutando de la belleza del cañon iluminado por el sol.

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Llegamos a Hopi Point a las 6 y media y nos encontramos con una multitud agolpada en las barandillas, especialmente las orientadas hacia el este, la zona iluminada por el sol.

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No parecia el mejor ambiente para disfrutar del atardecer asi que seguimos avanzando unos 100 metros y nos metimos en una repisa de roca que salía del borde unos metros. Allí gozamos durante la siguiente hora de uno de los espectáculos más impresionantes que la naturaleza puede ofrecer. Lentamente las sombras se fueron alargando mientras los montículos y salientes del cañon pasaban del amarillo al naranja y luego al rojo y al violeta para finalmente quedar en penumbra. Las fotos no pueden hacer justicia a este maravilloso despliegue natural de efectos especiales.

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Una vez que se puso el sol ya no quedaba nada que hacer en el cañón. No hay farolas ni zonas iluminadas ni bares ni terrazas para tomar algo ni nada de nada. ¡Esto es USA!
Asi que se produjo una estampida de turistas hacia los autobuses que se llenaron completamente en pocos minutos. Tras un trayecto perfectamente olvidable como sardinas en lata en 15 minutos estábamos en el coche de vuelta a Tusayan y al hotel.

Aunque era de noche no era cuestión de desaprovechar la piscina climatizada del hotel asi que mi retoño y yo nos pusimos los bañadores y casi a tientas nos pegamos un bañito en la piscina mientras sorteábamos a un grupo de obesos adolescentes ingleses que habian decidido organizar un concurso nocturno de saltos en bomba. Luego nos dimos una ducha caliente para recuperarnos de la hipotermia y salimos a cenar.

Eran ya las 9, tarde para los horarios yankees. Entre la variada oferta gastronómica de Tusayan, optamos por otro steakhouse con el folclórico nombre de The Yippee-ei-o! Steakhouse. La verdad es que era el restaurante más pintón del pueblo, un edificio de madera decorado en estilo cowboy con camareros de poblados bigotes ataviados con sombrero vaquero y completamente abarrotado de turistas.

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Y como en todos los sitios turísticos del mundo, comimos regular. Pedimos un costillar a la barbacoa bastante normalito y un filete olvidable. A las 9:30 cerraron la cocina y dejaron de aceptar clientes (todos españoles, claro, con los que intercambiamos los habituales comentarios patrióticos del tipo “pero si no es tan tarde”, “estos guiris no saben vivir” y “a ver ahora donde cenamos”), lo digo para que planifiqueis bien los horarios en esta tierra tan hostil.

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Habiamos depositado mucha ilusión en este día del viaje y no nos defraudó. Sin duda, fue el día más interesante de todo el recorrido y las dos visitas estrella del día nos parecieron las más bellas de todas las vacaciones.
En este dia recorrimos unos 450 km:

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ANTELOPE CANYON

Antílope Canyon o el "Cañón del Antilope"es una estrecha garganta formada por el paso de corrientes de agua a lo largo de miles de años por una zona de rocas areniscas. El cañon es muy alto llegando a alcanzar los 40 metros de altura y muy estrecho y la luz que entra por una fina abertura en el techo le confiere una belleza indescriptible.

Antelope Canyon esta en uno de los parques tribales de la Reserva de los Indios Navajo. El cañon se divide en dos zonas, la norte (lower) y la sur (upper), cuya visita es independiente.

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Cuatro meses atrás habíamos reservado la visita por internet con la empresa Antílope Canyon Tours. Hay varias empresas que hacen los tours pero esta nos parecía la más solvente. Como habíamos leído que la visita de mediodia es la más bella porque el sol entra más perpendicular en el cañón, reservamos el tour de las 11:30 del Upper Canyon (que pasa por ser el más hermoso pero por eso mismo también el más visitado). Como no podía ser de otra forma en el pais capitalista por excelencia, el tour de las 11:30 tenía un sobreprecio sobre los otros.

El precio del tour llevaba incluida la tasa de entrada al parque (8$ por persona). Nos enviaron un email de confirmación en el que entre otras cosas nos explicaban pormenorizadamente como si fueramos niños de 5 años el tremendo lío que hay con los horarios en esta zona en verano y nos dejaban claro que en caso de llegar tarde la culpa sería única y exclusivamente nuestra. Lo explico detalladamente en la etapa 1 del diario. El cañon está en zona navajo (una hora menos que en el resto de Arizona) pero el tour salía de las oficinas de la empresa en Page (Page no es territorio navajo) así que al final llegué a la conclusión, no sin ciertos recelos, de que la hora en la que nos habían citado era la misma que en el Gran Cañon.

Como teníamos que estar a las 11, nos toco madrugar un poco para ir con tiempo. El jet lag ya no nos ayudaba y nos costó desperezarnos. Tuvimos que volver a entrar en el Parque y hacer de nuevo toda la carretera de Desert Drive hasta salir por el extremo este. Así pudimos despedirnos de nuevo del Gran Cañón pero en este tramo fuimos muy despacio. Entre Tuba city y Page estaban de obras en el arcen y pasamos por varios tramos en los que solo había un carril en uso por lo que habia que parar y esperar turno con el consiguiente retraso que nos provoco cierta ansiedad suplementaria.

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Y por si fuera poco, la carretera 89 hacia Page está cortada por un corrimiento de tierras desde hace 2 años y hay una carretera alternativa (89T, tambien llamada N20) recientemente asfaltada. El desvío a la 89T esta en un pequeño pueblo llamado Gap a 80 millas de Flagstaff. No hay problema porque estaba todo indicado pero todo esto creaba un poco más de stress y alargaba aún más el trayecto. Actualizacion del estado de la reparación aquí.

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Por todos estos contratiempos, aunque salimos con tiempo al final llegamos justo a las 11 a Page. La carretera hasta Page atraviesa un desierto pedregoso con extrañas formaciones sedimentarias erosionadas de cierta belleza. Page es un coqueto y agradable oasis de civilización y servicios en mitad del desierto.

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Una vez en la oficina unos desganados navajos con evidentes problemas de sobrepeso y que parecían estar hartos de ganar dinero con su negocio nos confirmaron con un rictus de aburrimiento y en medio de cierto caos organizativo que el horario era correcto (hasta ese momento no las tenía todas conmigo), nos cobraron (48$ adultos, 37$ niño) y nos echaron fuera a esperar junto con un heterogéneo grupo de turistas, la mayoría europeos. Hicimos algo de tiempo en la habitual tienda de recuerdos navajos y visitamos los afamados servicios navajos de la oficina (los baños más guarros que vimos en todo el viaje).

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Con la misma desgana y desorganización de la que habían hecho gala al cobrarnos, a las 11:30 nos repartieron como ganado en unas 4 camionetas todoterreno de enormes ruedas en cuyos remolques habian instalado dos bancos corridos con capacidad para 16 personas mirando a los laterales y un parasol. Allí se nos presentó nuestro conductor-guia, un enorme navajo con obesidad mórbida que resoplaba cada 3 palabras. Nos comentó que el camino iba a ser “dusty and bumpy” (polvoriento y con baches) y que no iba a parar el camión para recoger ninguna gorra (sic). Con estos amables comentarios nos causó una lamentable primera impresión. Sin embargo al final el tío resultó ser todo un profesional. Comprobó que nos habíamos puesto unos míseros cinturones de agarre (que no de seguridad) y arrancó la camioneta rumbo al cañon a una velocidad endiablada.

El cañón está a unos 10 km de Page en la carretera AZ98 tomando un desvío que sale hacia el sur. En el mismo punto pero hacia el norte sale el desvío hacia el Upper Canyon. La “entrada al parque” era un chamizo de madera donde otra india navaja cobraba con hastío la entrada a una zona de parking. El cañon sólo se puede hacer en visita guiada así que la entrada al parque no sirve de nada si luego no contratas el tour. En el parking se pueden contratar excursiones con otras empresas pero como nosotros ya ibamos con todo pagado no nos detuvimos. Dejamos el aparcamiento a la derecha y entramos en una ancha vaguada de fondo arenoso e irregular por la que el navajo circulaba a velocidad claramente superior a la recomendable.

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Por supuesto el viaje fue bumpy y dusty aunque tambien afortunadamente corto. En 10 minutos llegamos la entrada al cañon donde bajamos dando gracias a Dios por conservar nuestras gorras y nuestras vidas. Allí había unas 20 camionetas similares aparcadas frente a una estrecha grieta en la pared por donde se entraba al cañon.

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Comparar el número de camionetas con el tamaño de la grieta no presagiaba nada bueno y efectivamente una vez dentro confirmamos que, a pesar de ser el más caro, el tour del mediodia es el más popular y nos topamos con cientos de turistas abarrotando el estrecho cañón.

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El cañón es ESPECTACULAR. Como cuando se entra a una bodega, la temperatura tórrida del exterior desciende y toda la visita se hace con un frescor muy agradable bañados por corrientes de aire. Las paredes de piedra arenisca erosionada eran sinuosas y cambiantes y ofrecían innumerables tonos de amarillos, naranjas, rojos y morados. La luz que entraba por el techo caía formando rayos de luz que los guias navajos se encargaban de resaltar lanzando al aire paletadas de arena.

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Sin embargo había excesiva gente. Teníamos que ir sorteando grupos y fotografos todo el tiempo. De hecho los grupos iban entrando cada cierto tiempo y no te podías retrasar de tu grupo para hacer una foto sin gente o simplemente para disfrutar de algún detalle porque el grupo de atrás venía empujando y te obligaban a quitarte del medio para que pudieran hacer sus fotos. Afortunadamente la mayoría del tiempo te lo pasas mirando hacia arriba pero a nivel del sueño es inevitable sufrir empujones y atascos en las zonas más estrechas. Esto provocó alguna que otro momento de tensión tan habitual en las aglomeraciones humanas pero afortunadamente sin consecuencias.

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No obstante el sitio es un paraíso para los fotógrafos y sin querer no paras de hacer fotos. De hecho las empresas ofrecen tours fotográficos más largos y con grupos más pequeños en los que el guía para el tráfico humano para que la fotos salgan sin gente. Este tour cuesta el doble pero nos pareció una estafa porque los pobres fotógrafos, cargados con sus equipos profesionales se las veían y se las deseaban para hacer las fotos en los escasos momentos de tráfico parado y al final acababan haciendo casi las mismas fotos que hacíamos los de los tour normales.

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El cañón tendra unos 300 metros de largo y se visita en un sentido hasta salir al exterior y de vuelta por el mismo camino hasta la entrada de nuevo. Dentro del cañón se está aproximadamente una hora y el tour completo incluyendo traslados dura una hora y media.

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En el otro extremo del cañón antes de iniciar el camino de vuelta

Nuestro guía resultó ser magnífico. Manejaba al rebaño con una habilidad pasmosa, obligando sin contemplaciones a los del grupo que nos precedía a salirse de foto echando la bronca incluso a los otros guías, nos colocaba los parámetros en las cámaras hasta que las fotos salían como él quería, nos indicaba los lugares y los encuadres más bonitos para las fotos y nos hacía todas las fotos de grupo que le pedíamos además de contarnos la historia y la geología del lugar. Además (y esto no es ninguna tontería) con su volumen nos iba abriendo paso sin el más mínimo problema por entre la marea de visitantes. Comparado con el resto de los guías navajos, mucho más pusilánimes y apocados, el nuestro era como he dicho un autentico profesional. Como en todas las cuevas del mundo algunas rocas tienen su propio nombre:

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Atardecer en Monument Valley al revés

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Volvimos a Page a las oficinas de la empresa en otro inolvidable paseo bumpy and dusty. En la camioneta habia un papel con la frase “se aceptan propinas” traducida por google a unos 15 idiomas (en español ponía “gratuidad aceptable”), otra muestra más del despabile del guía, y una vez en el oficina de nuevo, “gratuidamos aceptablemente” a nuestro orondo navajo como se merecía porque creo que la visita sin este guía habría sido menos memorable.


HORSESHOE BEND

Dos días atrás había descubierto con horror que el cargador de las baterías de mi Canon había muerto. Y solo con bateria y media cargada habia estado sobreviviendo el día del Cañon (unas 300 fotos) y toda la visita del Antelope (casi 400 fotos) asi que me urgía encontrar otro cargador. A tal fin nos dirigimos sin mucha fe al Wall-Mart de Page, una especie de Carrefour local, en el que de manera casi milagrosa encontramos un cargador universal de baterías Canon chino que me animó profundamente. Aprovechamos para hacer compras de snacks y comida.

De todas formas el Wall-Mart quedaba de camino hacia nuestra siguiente parada que era el Horseshoe Bend ("el giro de la herradura"), un enorme meandro que, como indica su nombre, tiene forma de herradura, y que ha excavado el río Colorado en la piedra arenisca de la zona. Se encuentra a unos 5 km de Page en dirección sur en la misma carretera por la que habíamos llegado del Gran Cañon. Desde el aparcamiento todavía tuvimos que andar unos 800 metros en cuesta a pleno sol hasta el borde del precipicio. Aprovechamos el paseo para ir comiendonos unos sandwiches.

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La hoz del río es magnífica. Desde las piedras del borde hay una vista preciosa del rio de color verdoso que discurre 300 metros más abajo. Es una visita imprescindible pero el paseíto de ida y vuelta bajo el sol de mediodía por un suelo arenoso se nos hizo duro.

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Con todo ya ibamos retrasados sobre nuestro horario asi que montamos en el coche y de nuevo pisamos acelerador para intentar recuperar tiempo. Atravesamos Page y de nuevo pasamos por la entrada al Antelope Canyon sin detenernos. Un poco más allá pasamos por delante de la central eléctrica Navajo, un monstruoso edificio moderno con unas humeantes tuberías que se ve desde todo el valle y que provee de energía a toda la Nación Navajo.

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Después pasamos por delante de la montaña Navajo de significado mágico para su pueblo.

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Por último, antes de llegar a Kayenta, tambien pasamos por el desvío hacia el Monumento Nacional Navajo, que conserva restos de viviendas de los primeros pobladores navajos en un precioso acantilado que desgraciadamente no teníamos tiempo de visitar.

En Kayenta paramos a repostar y a tomar un café. La carretera 163 de Kayenta hasta Monument Valley es alucinante. Es una carretera de doble sentido de rectas infinitas que cruza grandes planicies polvorientas salpicadas de arbustos con las hermosas formaciones que caracterizan el valle al fondo. Esta es la típica y tópica imagen de carretera americana del medio-oeste, surcada por grupos de moteros en Harleys y por descapotables de los 50. Así era como nos imaginabamos la ruta 66 pero curiosamente la ruta 66 imaginada resultó ser la carretera de Kayenta a Monument Valley.

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MONUMENT VALLEY

Como habíamos cambiado la hora al entrar en la Nación Navajo disponíamos de una hora más de luz. Eran las 5 y cuarto y el atardecer estaba previsto para las 8. Inicialmente habíamos previsto pasar sin detenernos en la entrada al parque, entrar en Utah y avanzar unos 25 kilometros hacia el norte hasta llegar a un punto desde el que se tiene una vista mítica de Monument Valley. Este punto es cariñosamente conocido como el Forrest Gump point porque es el lugar en el que Forrest deja de correr en la película pero es que además la foto es uno de los iconos de Monument Valley y no podíamos perdernoslo.

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Esos 25 kilometros se nos hicieron eternos pero finalmente lo encontramos. El punto exacto es en una pequeña elevación del terreno que hace que se vea la carretera con el valle al fondo y aproximadamente es en el punto GPS 37.105775, -109.983624 (no hagais caso a las coordenadas de la foto que son las que calcule antes de ir en el Google Maps). Justo en el mojón de la milla 13, hay un pequeño parking en el lateral de la carretera. Hicimos unas cuantas fotos pero la ida nos había llevado 20 minutos asi que nos dimos cuenta de que habiamos perdido un tiempo precioso.

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Casi a las 6 de la tarde, e inmediatamente después de volver a cruzar la frontera de Arizona con Utah, entrábamos en el parque (como es un parque Navajo tiene entrada aparte, 10$ por cada visitante mayor de 9 años).

Monument Valley es una gran meseta situada a 1.700 metros sobre el nivel del mar que ha sido erosionada por el agua a lo largo de los últimos 50 millones de años de tal forma que sólo han quedado en pie grandes macizos y pequeños oteros y pináculos aislados que parecen estatuas y edificios de piedra (de ahí viene lo de “monument” valley) y que conforman un paisaje majestuoso. Las vistas más hermosas del valle se obtienen con el sol bajo por lo que se recomienda llegar por la tarde, disfrutar del atardecer, pernoctar en el valle y presenciar también el amanecer. Por su altura la temperatura es agradable aún en pleno verano e incluso hace frío por la noche.

Además de por su belleza natural, Monument Valley es conocido por ser una referencia para los cinéfilos de todo el mundo. En estos parajes se han filmado infinidad de películas clásicas y no tan clásicas (como Regreso al futuro III, El llanero solitario o Transformers) pero se ha asociado principalmente al cine de John Ford. Aquí el director filmó La Diligencia (1939), Pasión de los fuertes (1946), Fort Apache (1948), La legión invencible (1949), Rio Grande (1950) y Centauros del desierto (1956) entre otras obras maestras. [url=http://www.imdb.com/search/title?locations=Monument%2520Valley,%2520Utah,%2520USA.]Aquí[/url] se puede consultar la lista completa de películas filmadas en Monument Valley.



La verdad es que estar viendo estos paisajes tan familiares, los mismos que atravesaron John Wayne o James Stewart vestidos de vaqueros, no te puede dejar indiferente. Y si no habéis visto ninguna de estas películas, no se a que estais esperando para poneros Centauros del Desierto, probablemente el mejor western de la historia, y disfrutar con una maravillosa narración épica y trágica y un saber hacer cine que desgraciadamente ya ha desaparecido. Por cierto, maravilloso el emotivo plano final en el que Wayne se aleja hacia el horizonte de Monument Valley mientras se cierra la puerta de la casa. Hay más cine en un minuto de esta película que en toda la saga de Transformers.



Junto a la entrada hay un gran parking y detrás está el hotel The View. El hotel está en lo alto de un lateral de un páramo llamado Mitchell Mesa. Aquí hay un mirador desde el que ya se tiene una impresionante vista de los oteros más famosos del parque: East and West Mitten y Merrick Butte. El cielo estaba profundamente azul y salpicado de cúmulos blancos cuyas sombras sobre el suelo y sobre las colinas daban al conjunto una belleza arrebatadora. Allí comenzamos el rally fotográfico del Monument Valley.

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Desde este alto bajaba una pista hacia el valle para hacer una visita panorámica en coche. El primer kilómetro es una bajada con bastante pendiente y se hace un poco más difícil pero el resto es un recorrido casi plano. La pista es de tierra y tiene muchos baches pero se puede hacer con un coche normal aunque no se permite pasar con caravanas. Los indios ofrecen rutas guiadas en caso de no querer entrar con el coche. La ruta es de unas 17 millas de las que 13 lo son de una ruta circular. Dependiendo de las paradas que hagas se puede hacer en entre 1 y 3 horas. Los indios navajos han establecido 11 paradas en esta ruta y las hicimos todas.

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1- East y West Mitten y Merrick Buttes: Las 3 formaciones más representativas del Monument Valley. La misma vista que hay desde arriba en el mirador la vas teniendo cada vez más baja y más cerca a medida que bajas por la sinuosa carretera hasta llegar a nivel del suelo de las colinas. Sin embargo te quedas bastante lejos de ellos.

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En esta parada había unos puestos de indios vendiendo artesanía y recuerdos navajos. Según los indios, los East y West Mitten Buttes parecen manos con los pulgares extendidos y sugieren seres espirituales vigilantes. El Merrick Butte es más redondeado.

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A nuestra espalda quedaba un gran macizo de 350 metros de altura del que acababamos de descender que se llama Mitchell Mesa. Merrick y Mitchell fueron dos exploradores que descubrieron plata dentro del parque. Desafortunadamente, una banda de la tribu Ute les mató y se quedó con la plata. Desde el parking de arriba sale un sendero (Wildcat Trail) que llega hasta la base del West Mitten y que es el único senderismo libre autorizado en el parque.

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2- La siguiente parada es el Elephant Butte que queda a la izquierda del camino y en teoría parece un gigantesco elefante en medio del desierto

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Aqui si parece un poco más un elefante...

3- Un poco más adelante a la derecha se ven The Three Sisters, tres pináculos separados del Mitchell Mesa que semejan una formación con una monja católica frente a dos pupilos

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4- Siguiendo el camino se llega a un cruce. Debemos girar a la derecha para llegar al John Ford’s Point, un promontorio junto a una pequeña meseta que se asoma a una zona de desierto con grandes macizos a los lados y picos aislados al fondo. Se llama así porque era el sitio favorito para colocar la cámara del director y desde él filmó muchos planos de cargas de caballeria y ataques indios en sus películas. Junto el Artist`s Point es uno de los mejores miradores del parque. En la pequeña meseta que está en primer plano siempre hay algún navajo que alquila un caballo tan manso que parece drogado por 5$ para hacer una foto épica (nosotros la hicimos con Alex aunque el caballo era tan soso que muy épica no quedó…)

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5- Volviendo al cruce se toma otra carretera que es de un solo sentido y que hace un recorrido circular alrededor del Rain God Mesa. La siguiente parada es el Camel Butte otra formación de arenisca que parece un "camello mirando hacia el oeste".

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6-Al avanzar está la parada de The Hub una colina solitaria y lejana de 150 metros de altura que los Navajos describen como una hoguera en el centro de un gigantesco Hogan (el hogar Navajo). Por cierto que en la foto en primer plano se ven unos hogans de verdad, una especie de iglus de adobe y madera en los que por un precio desorbitado se puede incluso pernoctar en el parque o en sus inmediaciones.

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Por toda la zona hay pequeñas madrigueras de roedores:

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7-Desde este punto la carretera gira hacia el este pasando entre el Rain God Mesa al norte y el Thunderbird Mesa al sur. En esta parada aprovechamos para acercarnos al Rain God Mesa y Alex estuvo escalando un rato por las enormes rocas de su base. Rain God Mesa es el centro geológico del parque. Se llama así porque el dios de la lluvia entregaba su agua al pueblo navajo en un manantial que se puede ver un poco más adelante en su cara sur llamado Bird Spring.

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Rain God Mesa

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Thunderbird Mesa

El Thunderbird Mesa tiene una formación llamada The Chair que parece un enorme butacón.

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8- Lo siguiente que vimos es una formación de estrechos pináculos: El Totem Pole, un enorme pináculo con forma de tótem y el Yei Bi Chei, otros pináculos que asemejan una formación de bailarines saliendo de un hogan. El Totem Pole tiene 150 metros de altura y solo 15 de ancho y de cerca debe ser impresionante pero desde el mirador se ven lejos e impresionan menos. Desde aquí y ya hacia el norte se ve el Spearhead mesa.

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9- Dejando el Spearhead mesa a la derecha se llega al Artist's Point, otro mirador con una vista de desierto salpicado por las aisladas formaciones características del parque.

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10-Volviendo a la carretera se llega a North Window Overlook, una preciosa vista de una “ventana” entre el Elephant Butte a la izquierda y el Cly Butte a la derecha a través de la cual se ve el East Miten Butte.

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Mientras estábamos allí, salieron de la zona un grupo de turistas a caballo guiados por un indio navajo que nos ofrecieron una bonita foto de postal.

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11- Volviendo la cabeza hacia el oeste se ve la última parada del recorrido, The Thumb, que es una aguja aislada separada del Camel Butte y que parece un pulgar o tambien la bota de un vaquero

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El sol estaba ya muy bajo y apenas estábamos ya cuatro gatos haciendo el recorrido. La visita nos había llevado hora y media y estaba ya atardeciendo.

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Sorteando baches y arriesgando la suspension del Chevrolet volvimos a toda prisa al punto 1 del recorrido desde donde vimos una maravillosa imagen de los East y West Mitten y Merrick buttes anaranjados con la sombra del Mitchell Mesa, la colina donde está el hotel, proyectada en su base.

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Después de disfrutar un rato de la vista decidimos subir hasta el mirador del hotel para ver finalizar el atardecer. Ibamos subiendo detras de un indio Navajo que hacia un tour guiado y que se paró a medio camino. Asumiendo que sabía más del parque que nosotros, paramos junto a él y a media subida tuvimos en casi completa soledad otra vista del atardecer: las sombras sobre las colinas habían ascendido un poco y las formaciones habían adquirido un precioso tono rojizo.

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Finalmente acabamos de subir al parking y desde el mirador, ahora ya rodeados por una multitud, terminamos de ver el atardecer mientras el paisaje iba adquiriendo un tono violáceo y finalmente oscureció.

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El valle es un paisaje impresionante y no tiene nada que envidiar al Gran Cañon o Yosemite. Quizá es menos grandioso pero el contraste de la altura de sus elementos con el desierto y los fabulosos colores del atardecer lo hacen mágico. Aunque muchas de las vistas son de las mismas formaciones, parecen distintas en función de la luz y el ángulo con que se vean.

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Recomendariamos llegar al parque antes de lo que lo hicimos nosotros con al menos 4 horas (2-3 horas para hacer el recorrido y otra hora para ver todo el atardecer completo). La ventaja de llegar tarde es que hicimos el recorrido prácticamente solos y los colores eran mucho más vistosos por lo que así el paisaje nos pareció mucho más hermoso aunque lo tuvimos que hacer más rápido de lo que nos hubiera gustado. Desde luego es una visita imprescindible, emotiva y espiritual y para mi, junto con la visita por la mañana al Antelope Canyon, lo mejor de todo el viaje.

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En cuanto la luz se disipó se produjo una desbandada general. La mayoría de los visitantes abandonaron el lugar y nosotros nos dirigimos al hotel a tomar posesión de nuestra habitación.

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HOTEL THE VIEW
The View es el único hotel del parque y está regentado por Navajos. Hay que reservar con mucha antelación y las habitaciones son relativamente caras comparadas con un motel de carretera. Sin embargo merece absolutamente la pena y una visita al Monument Valley sin pernoctar en él nos parecería incompleta.

Puntuación The View: 9/10

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El hotel es un edificio construido sobre la ladera del borde norte del Mitchell Mesa perfectamente integrado en el paisaje ya que está pintado en el mismo color que las colinas de al lado y solo tiene 3 pisos de altura. Todas sus habitaciones dan al parque y tienen la preciosa vista de los East, West Miten y Merrick buttes y el precio varía en funcion de la altura de piso que elijas: 1º que es realmente el bajo, 2º floor y Star (3º piso) y de la vista (Premium son las habitaciones más alejadas del restaurante y recepción que tienen una vista más limpia sin obstáculos del paisaje).

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Nosotros habíamos reservado y pagado directamente en su pagina web con 5 meses de antelación una habitación 2º floor Premium View. Nuestra habitación estaba en el piso intermedio a mitad de hotel y se veía todo perfectamente pero la impresión es que la vista es buena desde todas las habitaciones y que es una distinción que hacen pasa sacarte el dinero. Quizá desde las 2 o 3 más cercanas al restaurante no se vea bien el West Mitten Butte pero poco más.

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El hotel está decorado con motivos navajos y el vestíbulo imita, como no, a un hogar navajo (hogan) con una chimenea central.

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También tiene una cafetería con terraza y vistas al parque (que llaman el John Wayne point porque se dice que era su vista favorita) y una tienda de recuerdos enorme.
La habitación era amplia y moderna y las camas cómodas. La terraza era pequeña pero daba de sobra para una mesita y dos sillas. Solo había wifi en el vestíbulo del hotel y de una velocidad paupérrima asi que no tiuvimos más remedio que disfrutar del paisaje .

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Cenamos en el hotel (no quedaba otra ya que no hay ninguna otra opción en el parque). El restaurante estaba atestado y nos tocó esperar media hora que aprovechamos para curiosear la tienda y bromear sobre la extensa oferta de navajas de los navajos.

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Además de las habituales hamburguesas ofrecía comida navaja así que como buenos turistas intrépidos optamos por un menú de degustación autóctono. Puede que los navajos hayan pasado a la historia por su bravura y valentía pero desde luego no lo harán por su gastronomía. Eran dos guisos de carne insípidos (Green Chile Stew y Red Chile Pork Posole) servidos con un pan navajo tipo pita que era lo más comestible de la mezcla y que engullimos mientras mirábamos con envidia las hamburguesas de los clientes de las mesas de al lado.

Los navajos, como ya nos habíamos dado cuenta a lo largo del día, tampoco pasarán a la historia por su celeridad y buen hacer en el terreno de la hostelería y del servicio al cliente en general. Habia varios camareros, pero tan lentos y desorganizados que de repente entendimos por qué perdieron la batalla contra el hombre blanco. Como hay mucho alcoholismo entre los indios, habíamos leído en su pagina web que el hotel no ofrecía alcohol porque la nación navaja es una "nación abstemia" pero afortunadamente nos pusieron cerveza sin problemas.

Durante la cena en el exterior del restaurante estaban proyectando sobre la pared a gran formato “La legion invencible” de Ford. La verdad es que estar viendo la película con el Monument Valley en sombras de fondo ponía la piel de gallina y es una experiencia mística para cualquier cinéfilo.

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Después de una jornada tan intensa, mi mujer y mi hijo cayeron rendidos en la cama. Sin embargo a mi todavía me dio el cuerpo para disfrutar un rato del cielo estrellado sobre Monument Valley en un silencio solo roto por los ecos de los diálogos de John Wayne a lo lejos.

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Que día tan inolvidable... Y eso que aún nos quedaba el amanecer....

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Como habíamos pagado una habitación con vistas y no las habíamos disfrutado, pusimos el despertador a las 6 de la mañana para vivir el amanecer en Monument Valley. A esa hora las siluetas de los buttes frente al hotel se recortaban sobre la penumbra del final de la noche.

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Poco a poco en la siguiente hora, la claridad fue ganando terreno mientras el cielo se teñia de naranja y amarillo hasta que el sol se asomó por el borde derecho del East Mitten Butte. Maravilloso momento que siempre llevaremos con nosotros y otra de las razones por las que The View es una opción innegociable en la visita a Monument Valley.

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Ni que decir tiene que todas las terrazas estaban ocupadas y en el silencio de la mañana solo se oían disparos de cámaras fotografícas alternando con exclamaciones de admiración ante tanta belleza.

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Bajamos a desayunar un típico desayuno continental (no incluido en el precio de la habitación aunque a los huéspedes nos hacían descuento) y a las 9 habiamos salido del hotel. En el parking vimos a uno de los guias navajo rumbo a su trabajo

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Tengo que decir que con el sol ya alto, el valle no me pareció tan bonito. Me alegro de haberlo visto sólo al atardecer y al amanecer.

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La etapa de hoy era de unos 438 kilómetros

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PRESA DE GLENN CANYON Y LAGO POWELL
Hicimos de nuevo todo el camino de vuelta hasta Page y paramos a las afueras en un mirador que se asoma a la presa del Glenn Canyon (GPS 36.923912N, -111.477177W). Esta presa construida en 1963 bloquea el rio Colorado y forma el lago Powell, un enorme lago artificial que separa Arizona de Utah. El lago es un destino vacacional interno y por todas partes se ven barcos de recreo. Desde el mirador hay un preciosa vista del cañón y de la presa.

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Luego atravesamos el puente y entramos por un desvío a la derecha a la Glenn Canyon National Recreation Area mostrando el pase anual de los parques nacionales. Paramos en otro mirador sobre el lago, Page y la presa.

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Siguiendo por la carretera pasamos junto a Wahweap, puerto de donde salen los cruceros por el lago.

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Como vimos que no había mucho más que ver, preferimos volver a la carretera 89. Los paisajes del sur de Utah son impresionantes, muy irregulares con colinas erosionadas que muestran capas alternando colores rojos, ocres y blancos.

Atravesamos Kanab, otro pueblo de servicios que suele usarse como base para visitar los parques de Bryce y Zion y por lo tanto lleno de moteles y gasolineras. Luego giramos hacia el norte y pasamos sin deternernos por delante del que sería nuestro hotel las siguientes dos noches: el Best Western East Zion Thunderbird Lodge.

Aun tuvimos que recorrer otros 90 km ascendiendo hasta llegar al parque de Bryce por una carretera estrecha y llena de curvas que se nos hizo eterna. Por esta zona, a más de 2000 metros de altura, el desierto de Utah fue dando paso poco a poco a una zona boscosa aunque persistía la geología sedimentaria que habíamos visto antes.

Ya cerca de Bryce atravesamos el Red Canyon del Dixie National Forest, una espectacular zona de formaciones rojizas que iban a ser un aperitivo de lo que nos esperaba luego en Bryce.

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PARQUE NACIONAL DE BRYCE CANYON

Finalmente después de 440 km y a eso de las 2 de la tarde, llegamos a Bryce. El Parque nacional del Bryce Canyon, no es realmente un cañon formado por un rio sino un espectáculo geológico formado por cientos de unas curiosas formaciones rocosas conocidas como hoodoos (pronunciado jodos, si, jodos). Son pináculos de roca altos y delgados que pueden llegar hasta los 60 metros de altura. Los hoodoos se forman por la erosión del agua en la roca caliza de la zona a lo largo de millones de años. Adoptan habitualmente multiples colores, pero predominan los rojos, ocres y blancos que se disponen en capas. Estas formaciones se extienden en grandes anfiteatros por todo el parque.

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La entrada del parque es por el norte y la carretera va ascendiendo en dirección sur. El parque se recorre por una carretera de 30 kilómetros por la que se distribuyen 14 miradores. Nada más entrar atravesamos el centro de visitantes con tiendas y hoteles.

ZONA SUR: miradores 7 a 14
Decidimos dejar para el final la zona más cercana al centro y empezar la visita desde el mirador numero 7, Swamp Canyon e ir subiendo hacia el sur. En este mirador aprovechamos para mientras comer unos bocadillos.

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Luego paramos en Farview Point, Natural Bridge, Agua Canyon, Ponderosa Canyon, Black Birch Canyon y Rainbow Point (nos saltamos o no vimos Yovimba Point). Todas estas paradas son muy similares. Te asomas al mirador y ves los hoodos agrupados bajando por la ladera del monte desde el que que miras, formando curiosas formas que recuerdan a figuras humanas y caras y ofreciendo un precioso contraste entre el rojo de la roca y el intenso verde de los pinos. En Natural Bridge hay un precioso arco de piedra. De todos ellos el más espectacular es el ultimo, Rainbow Point. Tambien es el más alto y ofrece una vista preciosa de todo el parque.

Swamp Canyon (parada 7):

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Farview Point (parada 8):

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Natural Bridge (parada 9):

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Agua Canyon (parada 10):

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Ponderosa Point (parada 11):

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Black Birch Canyon (parada 12):

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Raimbow Point (parada 14):

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No obstante, el parque nos estaba decepcionando un poco porque siendo bonito, después de la paliza de carretera de la mañana esperábamos algo más espectacular. Afortunadamente esa espectacularidad nos esperaba en la zona norte.

ZONA NORTE: miradores 1 a 7

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Recorrimos de vuelta la carretera en cuyos márgenes se veían ciervos con mucha facilidad.

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Llegamos a Bryce Point (parada 5). Este punto es el mirador más espectacular del parque sobre un precioso anfiteatro de pinaculos rojos y blancos. Parece un parque del Atleti . A esa hora, el sol bajando empezaba a formar esos juegos de sombras con los hoodos por los que el parque es tan conocido.

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En la zona más meridional del anfiteatro, cerca del mirador, hay dos formaciones geológicas muy curiosas. En primer lugar hay una serie de arcos blancos muy similares en tamaño que parecen hechos por el hombre y recuerdan a unas ruinas romanas.

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Al otro lado hay una capa de roca blanca que une la parte superior de varios hoodos que por la erosión tiene forma de cocodrilo.

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Por cierto que este mirador estaba lleno de chipmunks, unas ardillas muy pequeñas, que en español se llaman tamias (no lo había oído en mi vida hasta que he escrito esto y lo he buscado con el traductor de google) pero que es USA son muy conocidas e incluso protagonizan las películas de Alvin y las ardillas (pero son chipmunks, no ardillas!).

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Nuestra siguiente parada fue Sunset Point (parada 3).

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Allí teníamos previsto hacer una ruta de senderismo, la más famosa del parque; el Navajo Trail. Es una ruta que desciende por entre los hoodos del anfiteatro Bryce hasta llegar al fondo del valle para luego ascender de nuevo por otro camino entre rocas. La ruta circular es de solo 2.6 km pero el desnivel es importante y cuesta un poco subirla.

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Inicialmente baja en zig-zag por un cañón llamado Wall Street que se va estrechando hasta tener una anchura de apenas 5 metros. Las paredes del cañon, de unos 50-60 metros de altura se van estrechando de tal forma que al final, la poca luz y el color rojizo de las paredes provocan un efecto luminoso increíble.

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El cañon sale al valle en un precioso bosque de pinos lleno de pajaros carpinteros y ardillas y bordeado por los altos hoodos. Tras un breve paseo por este bosque el camino vuelve hacia la ladera y comienza la subida por entre paredes de roca. Aquí se puede prolongar la excursión por el valle hacia el norte y subir hasta el siguiente mirador, el Sunrise point atravesando la zona denominada Queens Garden pero estábamos cansados y dedidimos seguir subiendo por la Navajo Trail.

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La senda atraviesa un lugar llamado Two bridges (dos pequeños puentes de piedra entre dos de las paredes).

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Luego sube haciendo eses por otro cañon que se va abriendo muy parecido a la zona de Wall Street.

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Desde lo alto de este cañón hay una preciosa panorámica del anfiteatro Bryce a pie de hoodoo en la que destaca el martillo de Thor, el más famoso de los hoodoos, un enorme bloque de piedra en precario equilibrio sobre una delgada espina de roca que domina la zona.

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Poco a poco el camino sigue subiendo y saliendo de entre las rocas hasta volver al mirador inicial. El Navajo Trail es un paseo precioso, físicamente algo exigente pero que nos pareció lo mejor de toda la visita a Bryce.

Como aun no era tarde decidimos ir andando por el borde del anfiteatro hasta el mirador de Sunrise Point (parada 2). Disfrutamos un rato de la vista y volvimos al coche.

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El parque se puede visitar bien en unas 4-5 horas, menos si no haces la caminata. Eran las 6:30 de la tarde y ya habíamos visto lo principal del parque. Nos podíamos quedar a ver el atardecer que prometía ser precioso sobre el anfiteatro pero con el madrugón que nos habíamos pegado y los 450 kilometros de carretera hoy estábamos realmente muy cansados y aun nos quedaba volver al hotel así que decidimos salir sin más dilación. Antes paramos en la tienda del visitors center para reponer provisiones y snacks. La noche nos cogio en la famosa carreterita 89 que por la noche nos pareció peligrosa. Además de las curvas y la poca luz, vimos mucha fauna en la carretera. Cerca del parque tuvimos que sortear a un ciervo atropellado en el arcén y antes de llegar al hotel un enorme pájaro se chocó con nuestro parabrisas obligándonos a dar un volantazo y nos dio un susto de muerte (claro que el pobre debió salir mucho peor parado que nosotros).

HOTEL BEST WESTERN EAST ZION
Para evitar tener dos hoteles por la zona habíamos decidido reservar en un hotel a medio camino entre Bryce y Zion. Sobre el mapa de google elegimos el Best Western East Zion Thunderbird Lodge situado en el pueblo de Mount Carmel. Aunque esta muy cerca de Zion, queda un poco alejado de Bryce pero al final creo que hicimos bien. Lo reservamos directamente en su pagina web (no sale en booking). Era el típico motel de carretera pero como curiosidad decir que tenía un campo de golf al lado. Las habitaciones amplias aunque con un mobiliario de estilo “rustico” que parecía sacado del atrezzo de Los Picapiedra. Las camas cómodas, el baño grande y limpio y la wifi abundante.

Puntuación Best Western East Zion 8/10

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Dejamos las maletas, ducha y a cenar. El restaurante del hotel era muy peculiar, muy auténtico, el típico restaurante americano de carretera fundado en los años 30 con muchos neones y decoración antigua y camareras cincuentonas enjutas con libreta. Servía las habituales hamburguesas y platos combinados tex-mex sin mayor complicación. Pero el sitio es conocido a nivel local como el “Home of the ho-made pies” (el hogar de las tartas caseras). Esa noche cenamos unas hamburguesas y a la cama que mañana tocaba Zion.

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