![]() ![]() Viaje por la Europa de la antigua URSS ✏️ Blogs de Rusia y Ex URSS
Viaje de 19 días que realicé en el 2006 por Lituania, Letonia, Estonia y RusiaAutor: Miguelang031075 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (44 Votos) Índice del Diario: Viaje por la Europa de la antigua URSS
01: Viaje a Lituania. Toma de contacto
02: Vilnius, la ciudad del turismo religioso
03: Breve parada en Letonia: Daugavpils y Aglona
04: Descubriendo a la etnia de los Setos
05: Llegada a Rusia: Monasterio de Pechory y ciudad de Pskov
06: Nóvgorod
07: Palacios de Pávlovsk y Catalina
08: San Petersburgo: La ciudad de Pedro el Grande
09: San Petersburgo: Museo del Ermitage y paseo por los canales
10: Esplendor junto al mar Báltico
11: Norte de Estonia: Narva y Kuremäe
12: Norte de Estonia: Parque Nacional Lahemaa - Tallin
13: Tallin: Kadriorg y Toompea (Ciudad Alta)
14: Del castillo episcopal de Haapsalu a la isla de Saaremaa
15: Descansando en la ciudad balneario de Pärnu
16: Los castillos de la Orden Livonia
17: Riga: del medievo al Art Nouveau
18: El castillo de Trakai y el regreso a España
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Etapas 4 a 6, total 18
Tras el desayuno nos fuimos en autocar a visitar algunos puntos de interés turístico del sudeste del país, así como la región donde habita la etnia Seto. En primer lugar nos encaminamos al municipio de Haanja para subir al pico más alto de Estonia, el Suur Munamägi, en autocar claro está. Decir que Estonia es un país muy llano, por lo que desde la cima de este pico situada a la friolera de 318 m de altitud deberíamos apreciar una panorámica muy amplia. Sin embargo, quiso la fortuna que el día comenzara llovizneando y con niebla, por lo que cuando estábamos en la cima no se apreciaba ningún paisaje. Estaba totalmente cubierto. Por lo tanto ni nos molestamos en subir a la torre de observación de 29 m que había en el lugar y desde donde la vista nos hubiera alcanzado hasta a 50 km a la redonda. Con sol hubiéramos podido disfrutar de un paisaje ondulado salpicado de bosques, praderas y pequeños lagos. No obstante me quedó claro que con mejor tiempo debía tratarse de una excelente zona para practicar todo tipo de deporte en la naturaleza.
Montaña más alta de Estonia Fotos de Internet de la torre de observación y del paisaje: suurmunamagi.ee/gallery/?lang=en Tras esta visita digamos que un tanto infructuosa nos adentraríamos en la región de Setomaa, parando en primer lugar en las cuevas de Piusa, que supuestamente albergaban la colonia más grande de murciélagos de Europa del Este. Las cuevas de Piusa están formadas por una serie de galerías subterráneas con columnas de arenisca, donde se descubrieron en 1950 murciélagos hibernando. A partir de 1958, cuando se protegieron estos animalitos en Estonia, se comenzaron a hacer recuentos, comprobando que el número de murciélagos hibernando iba en aumento. Por el año 2000 por ejemplo se llegaron a registrar más de 3000 murciélagos. Debido a las condiciones en las que estaba el lugar por las lluvias había algunos lugares que no eran accesibles, así que sólo pudimos pasear por zonas muy específicas. No obstante pudimos observar lo siguiente.
Fotos extraidas de Internet (En aquel momento no hice fotos): www.google.es/ ...p;biw=1536 Después de ver las cuevas fuimos directamente a visitar un pueblo de la etnia Seto. Esta etnia es un grupo orihundo del sudeste de Estonia y del noroeste de Rusia que habla un idioma llamado Seto de la misma familia a la que pertenece el finés. Se cree que este idioma tiene gran parecido con el estonio que se hablaba durante el medievo. Actualmente se trata de mantener el idioma a través de festivales y celebraciones. Respecto a la religión, los setos que habitaban Estonia fueron obligados a la conversión al catolicismo durante el siglo 13, mientras que los que vivían en Rusia continuaron con sus creencias paganas. Posteriormente, en el siglo XV los setos de Estonia fueron convertidos al cristianismo ortodoxo, si bien continuaron manteniendo sus creencias, supersticiones y rituales que transmitían entre generaciones. En estos días el número de setos es aproximadamente de 10000.
Estuvimos viendo las casas típicas del pueblo y entramos además a una que funcionaba como museo, donde se mostraban maquetas del pueblo, utensilios relacionados con las actividades de la vida cotidiana, trajes típicos e información diversa de celebraciones y costumbres de la etnia. También había una pequeña sección de souvenirs donde adquirí un CD de música folklórico-instrumental. Una visita recomendable para lo que pudo ser la vida de esta etnia en otra época pasada. ![]() ![]() ![]() ![]() Hecha esta visita nuestro guía nos comentó que había en otro pueblo una celebración Seto, y que podríamos ir allí a ver los eventos y también comer allí. Por supuesto que nos pareció una idea fantástica y allá que decidimos ir. Claro, sobre el papel muy buena idea, pero en la práctica parece ser que nuestro guía no tenía mucho conocimiento de hacia dónde nos teníamos que marchar, puesto que pasamos un par de veces con el autocar por el mismo lugar, recorrimos también unos cuantos caminos locales, sin ver ni un sólo pueblo, hasta que comenzamos a sospechar que el hombre estaba ligeramente perdido. Por suerte sólo nos llevó un par de horas de encontrar el pueblo (más bien aldea), a eso de las 2. Como no podía ser menos tampoco había ningún evento en ese momento ni más tarde. Ciertamente había una reunión de Setos en la zona, pero más que festival era una celebración de andar por casa, como un grupo de paisanos que no se ve hace tiempo y que se encuentran de vez en cuando para contarse cómo les va la vida y aderezarlo ya de paso con unas viandas y un poco de música con acordeón. Así que allí estábamos nosotros, un autocar de 25 personas esperando ver algún tipo de festival en medio de una celebración casera. O a lo mejor sí que era un festival típico de los suyos. Por lo menos el paisaje era agradable y no pusieron ningún problema cuando alguno de mis compañeros se acercó al caldero de sopa para probar su ración. También había en la cercanía una torre de vigilancia de la época soviética a la que aprovechamos para subir, pues era un excelente mirador.
![]() ![]() ![]() Después del éxito tan rotundo de la celebración festivalera teníamos que buscar un lugar en medio de la despoblada región de Setomaa para comer, y si tardamos un par de horas en encontrar el lugar del sarao, tardamos otro tanto en encontrar un supermercado que estuviera abierto en un pequeño pueblo que parecía deshabitado. El guía tuvo suerte, porque un rato más y lo fulminamos con la mirada o directamente lo lapidamos, ejem.. Al final y gracias al supermercado conseguimos almorzar o más bien merendar a las 5 de la tarde. Ya empezábamos a vislumbrar las dotes organizativas de nuestro guía.
Llenado el estómago y calmado el cabreo nos volvimos a la ciudad de Voru, donde un pequeño grupo nos quedamos para conocer las maravillas turísticas que nos pudiera ofrecer la localidad, marchándose el resto al hotel. Desde el momento en el que pisamos la calle contemplamos lo que nos iba a deparar esa ciudad. Descubrimos una ciudad totalmente gris, sin ningún tipo de encanto ni de estética, con edificios totalmente funcionales, con un aspecto bastante descuidado y sin ningún tipo de ambiente. Puedo asegurar que en la hora que aproximadamente que estuvimos en la ciudad quizás vimos un máximo de 10 personas. No está mal para ser sobre las 6 ó 7 de la tarde. Por citar un par de casos: un señor pescando junto a su botella de vodka y una señora mayor ya de cierta edad sentada en un banco y en un mas que evidente estado de embriaguez. Parecía cierto por tanto la costumbre de estos países de tomar grandes dosis de vodka o de alcohol en su defecto. De todo lo que vimos lo único con cierto encanto fue el lago Tamula, junto al que se encuentra Voru. Supusimos que quizás Voru sería un tipo de ciudad dormitorio. Pese a que supuestamente la ciudad tenía un par de iglesias de interés, por lo que nos informaron en la oficina de turismo, decidimos en ese instante regresar a pie hasta el hotel. Bien, a pesar de ser por carretera, al menos transcurría durante un buen tramo por un bosque, por lo que lo hacía más agradable. 4 ó 5 km después ya estábamos en el hotel. Allí tuvimos el placer de entablar conversación con un chico joven, un poco macarrilla él, que se dedicaba a la importación de coches de lujo de Alemania, así que nos quedó claro que se trataba de un nuevo millonario, entre otras cosas porque no lo disimuló. Después de esa charla tan estimulante me fui a recorrer alguno de los senderos habilitados en la zona a través de un bosque bastante espeso, pero entre que no estaba muy bien señalizado, ya estaba oscureciendo, y la más que evidente presencia de mosquitos, decidí desistir y volverme al hotel para cenar. Era noche de hacer maletas, porque al día siguiente dejaríamos por unos días Estonia para adentrarnos mientras tanto por tierras rusas. ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 18
El 5 de Agosto abandónabamos la ciudad de Voru y Estonia para comenzar el recorrido a través de la parte más occidental de Rusia. En previsión de que el paso de la frontera se pudiera demorar varias horas y para que eso no estropeara el plan del día, salimos del hotel bastante temprano. No tardamos demasiado en llegar a la zona de la frontera, pues la ciudad donde habíamos estado alojados se encontraba muy cerca del límite con Rusia. Serían probablemente las 8 de la mañana y hacía un día bastante frío y nublado, poco acogedor. Mi estado de ánimo estaba igual que el tiempo, acongojado y algo apático y por qué no decirlo un poco asustado con esto de pasar a Rusia. Estábamos al final de una larga cola de coches y de autocares y no ocurría absolutamente nada. Todo en silencio. Había un semáforo que supuestamente sería el que permitiría el paso de los vehículos, pero no había ningún tipo de movimiento. Después de un buen rato decidimos bajar del autobús para estirar las piernas y acercarnos a pie hasta la aduana para así hacer tiempo hasta que le tocara pasar al autobús y de paso curiosear un poquillo. Nos acercamos tanto que una funcionaria nos echó una pequeña reprimenda. En esto estábamos cuando llegó el autocar con un inquilino que soltó algún que otro picotazo a un compañero. Nos subimos al autocar y nos entregó el guía un formulario que había que rellenar con nuestros datos personales y con el nombre de los hoteles en los que nos íbamos a hospedar. Por suerte el guía sabía algo de ruso porque era el único idioma en el que estaba el formulario, con la complicación añadida del alfabeto cirílico. Pasamos en el autocar y nos hicieron bajarnos nuevamente con el equipaje para pasar por inmigración. Nos pusimos en una cola y un par de funcionarias empezaron a pasar revista mirando detenidamente cada uno de los formularios y de los pasaportes y escudriñando hasta el más mínimo detalle de nuestros rostros. Yo que normalmente suelo ser bastante peliculero, me sentía como si estuviera ocultando algo. En fin. Pasado esto nos pusieron ya el sello en el pasaporte y pasamos el equipaje por los escáneres. Ya estábamos en Rusia. Cambiamos dinero en la oficina que había, consiguiendo nuestra tercera moneda del viaje: el nuevo rublo. Las cabezas estaban ya echando humo de pensar en la equivalencia entre euros, litas, coronas estonas y los rublos. Ya dentro del autocar subió otro oficial a inspeccionar un momento y nos largamos. Entre pitos y flautas atravesar la frontera nos había llevado más de 2 horas y media, pero dicen que lo mismo puedes tardar 1 hora que 5.
Estábamos atravesando un entorno bastante rural. En breve llegamos a la ciudad de Pechory, donde teníamos nuestra primera visita: el monasterio de Pechory, del siglo XV. Un sacerdote refugiado construyó la primera iglesia a partir de una cueva. Destruido o asaltado en varias ocasiones, con el paso del tiempo se continuaron excavando cuevas y ampliando con nuevas iglesias, fortificaciones, bastiones, cementerios, etc..., adquiriendo gran importancia defensiva. Paralelo a la pérdida de esta función militar fue aumentando su valor como centro religioso y espiritual de la zona. Tras la I Guerra Mundial el área de Pechory se incluyó por tratado en Estonia (persecución antireligiosa en Rusia). Durante la II Guerra Mundial fue ocupada primero por los soviéticos, alemanes y nuevamente por los soviéticos. La zona fue bombardeada, los tesoros del monasterio trasladados a Alemania (años después se devolverían) y los Padres Superiores fusilados o deportados a Siberia. Durante la posterior dominación soviética incluso hubo varios intentos de abolir el monasterio.
Para ver en más detalle la historia del monasterio: Historia del monasterio de Pechory Dicho esto el recinto religioso me pareció espectacular, tanto por el emplazamiento como por el conjunto tan armonioso que formaba, el colorido, la arquitectura. Nunca había visto nada parecido. De la multitud de gente que había se deducía la importancia como centro de peregrinación del lugar. La religión estaba claramente arraigada en la región, quizás como hace décadas en España o aún más, por convicción y probablemente por la falta de libertad de culto que durante muchos años hubo. Además había que vestir con bastante recato, por lo que prestaban los típicos pañuelos y faldas a la entrada. Entramos a ver una de las iglesias más importantes: Cathedral of the Dormition. Destacable por albergar la iglesia original en la cueva y por el icono “Dormition of the Mother of God”, del siglo XVI.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Concluida esta interesante visita nos desplazamos hasta la población de Izborsk, para ver los restos de la fortaleza del siglo XIV. La estructura más antigua es la torre Lukovka, de principios de ese siglo. Cuando fue construida era el único edificio de piedra al oeste de la ciudad de Pskov y colindaba con un muro de madera. Con la construcción de otras nuevas torres y del muro de piedra, la torre Lukovka adquirió funciones de vigilancia. Justo alrededor de la fortaleza había montado un mercadillo con algo de artesanía y también comida típica, así que aproveché y con el lenguaje internacional de señalar con el dedo (allí sólo se hablaba ruso), pedí una empanadilla rellena. Lástima que el relleno fuera berza o repollo, con el asco que me dan.
![]() ![]() ![]() Posteriormente nos acercamos a la ciudad de Pskov, donde íbamos a realizar una visita guiada por algunos de sus principales monumentos. La ciudad, situada junto al río Velikaya fue fundada en el siglo IX y pronto se convirtió en una población de referencia en las actividades comerciales. Debido a las continuas tensiones con los vecinos de Polonia, Lituania y la Orden Teutónica, necesitaba estructuras defensivas. Así llego a ser una de las fortificaciones más grande de Europa. Fuimos a visitar esta ciudadela medieval o Kremlin, donde pudimos observar las murallas, los patios defensivos o la Catedral de la Trinidad, el edificio más alto de Pskov y que posee un iconostasio del siglo XVII. En la zona de extramuros visitamos el monasterio Mirozhsky con sus frescos bizantinos del siglo XII. Actualmente el acceso al monasterio está limitado, ya que los frescos no se encuentran en muy buen estado debido a la humedad.
Terminadas las visitas tuvimos la oportunidad de ver una boda rusa junto al río Velikaya, con lanzamiento de palomas, música, dedicatorias entre los novios y también mucha bebida. Aprovechamos el tiempo que nos quedaba antes de marcharnos rumbo a Novgorod para pasear un poco por la parte moderna de la ciudad y para cenar en un centro comercial.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Salimos de la ciudad sobre las 8 de la tarde y tardamos aproximadamente 3 horas en llegar a la ciudad de Novgorod, donde nos alojaríamos 2 noches en el hotel BERESTA PALACE. Etapas 4 a 6, total 18
Después del desayuno buffet, donde el grupo de japoneses que se encontraba allí había arrasado con toda la comida, nos trasladamos al centro de la ciudad para comenzar con la visita panorámica. La ciudad de Nóvgorod, fundada en el siglo IX, fue independiente hasta el siglo XV. Debido a su situación a orillas del río Volkhov se convirtió en una ciudad estratégica para las comunicaciones entre Escandinavia y el Mar Egeo, desarrollando una importante actividad comercial. Su conspiración contra Ivan el Terrible (masacró a los habitantes de la ciudad) y el posterior auge de San Petersburgo contribuyeron a su decadencia.
Nuestra primera visita del día sería la fortaleza o Kremlin, con su muralla ovalada de ladrillo rojo coronada con torreones en varios tramos. Entramos al Kremlin por una larga explanada donde se encontraba el Monumento del Milenio, una estatua con forma de campana que se construyó 1000 después de la fundación de la ciudad. La estatua está decorada con figuras de personajes importantes en la historia de Nóvgorod y de Rusia. Seguimos después por la Catedral de Santa Sofía, la iglesia más grande y antigua de Nóvgorod (siglo XI), de estilo bizantino, con escasa decoración y pocas ventanas, para evitar el frío. Contemplamos un mosaico original sobre la fachada de la catedral y también la puerta labrada en bronce procedente de la ciudad sueca de Sigtuna como botín de guerra. Después pasamos al interior, destacable por tener algunos de los iconos más antiguos de Rusia. No pudimos estar mucho tiempo porque se estaba celebrando una misa ortodoxa y había que estar en completo silencio. De hecho por un par de susurros alguna de las fieles asistentes nos echó una reprimenda. Cerca de la catedral estaba el campanario del siglo XV, en cuya base se mostraban las campanas fabricadas entre los siglos XVI y XVII. Subimos al campanario, desde donde podíamos ver el río Volkhov y la corte de Yaroslav al otro lado. Salimos del Kremlin para cruzar el río hacia la Corte de Yaroslav. En este punto pude hacer una foto de parte de la muralla y algunos de sus torreones, aunque no tengo los nombres de cada una de las torres. Precisamente en esta parte del río se encuentra la playa de la ciudad.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() La corte de Yaroslav es donde se encontraba la sede oficial de los príncipes. Desaparecido el palacio principal aún se mantienen varias iglesias. Pudimos ver la Iglesia de St Procopius, del siglo XV y financiada por un mercader moscovita; la Iglesia de St Paraskeva Piatnisa, construida en el siglo XIII y dedicada al patrón del comercio; la Catedral de San Nicolás (siglo XII), que fue un símbolo del poder de los príncipes y por último la arcada donde se desarrollaba la actividad comercial (Gostini Dvor). Teniendo ya tiempo libre para comer decidimos visitar en el interior del Kremlin el Museo de Historia, Arquitectura y Arte, que guardaba una importantísima colección de iconos de la escuela de Nóvgorod de los siglos XII-XVII, así como documentos de incluso el siglo XI que describían escenas de la vida cotidiana que reflejaban el alto nivel cultural de la época en la ciudad. El recorrido que hicimos fue muy rápido, de 1 hora más o menos, insuficiente para disfrutar de las joyas del museo, pero es lo que ocurre a veces en los viajes organizados: la falta de tiempo. Creo recordar que se podían hacer fotos en el museo, previo pago de una cantidad para tener el derecho a fotografiar. Sin duda considero este museo una visita imprescindible en Nóvgorod. Tras salir del museo buscamos un restaurante en el Kremlin.
![]() ![]() ![]() ![]() Después del almuerzo nos fuimos en autocar hasta las afueras de la ciudad para ver el Monasterio Yúriev, el más grande de la zona, fundado en el siglo XI. Destacaba en su interior la Catedral de San Jorge (siglo XII) con sus tres cúpulas asimétricas. Durante la restauración del siglo XIX se perdió la mayor parte de la decoración mural interior.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Por último fuimos al Museo de la Arquitectura de Madera, al aire libre, donde había un conjunto de casas e iglesias típicas de las zonas rurales de Rusia. Había un itinerario señalizado para hacer el recorrido correctamente. Se podía acceder a la mayoría de las casas, donde además se mostraban objetos típicos de uso cotidiano. En todas las casas había mujeres vestidas con traje típico, muy simpáticas y con las que te podías hacer fotos o a las diferentes estancias de la vivienda, previo pago de una cantidad, claro está. Para ello ya estaba la sargento de turno vigilando ojo avizor para que ningún incauto tuviera la ocurrencia de hacer alguna foto sin haber pasado por caja. Cosa que no entenderé nunca, puesto que si ya se había pagado la entrada al acceder al museo para que había que soltar dinero también para hacer fotos dentro de las casas.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Antes de irnos vimos cerca de una iglesia un columpio formado por un palo vertical de madera de la que colgaban varias cuerdas con un lazo. Te pasabas la cuerda entre las dos piernas, echabas a correr en círculos y a volar como si fuera en un tío vivo. Lo único es que el aterrizaje era algo brusco y que la cuerda iba en sitio incómodo, jajaja. Fue una pena no hacer fotos que inmortalizaran el momento haciendo el ganso.
Volvíamos de camino a Nóvgorod cuando vimos por la carretera a un señor completamente borracho que se tambaleaba de un lado para el otro. Ya sabía yo antes del viaje de la afición de la gente en estos países a beber grandes cantidades de alcohol o de vodka en particular, por cultura, tradición, por las bajas temperaturas invernales o por una mezcla de todo, pero no me imaginaba que a cualquier hora del día se pudiera ver gente en ese estado. El día anterior en Pskov habíamos visto a otro hombre tumbado en el suelo boca abajo en mitad de una calle. El guía nos comentó que aparte de vodka, si subía mucho el precio o la gente que tenía pocos medios para subsistir, llegaban a beber colonia, alcohol de farmacia o líquido anticongelante. Bueno, fue una sensación entre risa por ver a alguien en ese estado y también un poco de pena.
Ya en el centro de la ciudad un grupo se fue a hacer un crucero de 1 hora por el río Volkhov y otros nos fuimos andando tranquilamente hasta el hotel, pasando de nuevo junto al Kremlin, el río y viendo tiendas. Hasta el hotel habría unos 4 km. Ya en el hotel y tras un breve descanso quedamos para cenar en una pizzería cercana. Preguntamos por una mesa y los camareros que no tenían ni la más mínima idea, y no nos entendían ni con el idioma de la mímica que queríamos una mesa para comer, el número de personas que éramos y que además nos apetecía cenar en la calle. Uff, a veces ni con buena voluntad es suficiente. Menos mal que llamaron a un encargado que sí que chapurreaba un poco. Al margen de la mayor o menor rapidez con la que nos atendieron todo el tiempo, la cena estuvo bien y barata, salvo por el vino. Ésta o cualquier otra bebida de la que te sirvan una marca de importación es muy caro. De hecho una simple copa de vino fue casi tan cara como el resto de la cena. A eso de las 11 nos retiramos ya al hotel. Al día siguiente nos marchábamos a San Petersburgo y había que hacer el equipaje. Estos dos días que habíamos pasado hasta el momento me habían sorprendido gratamente, ya que no me esperaba encontrarme los monumentos que había visto en Pechory, Pskov y por último Nóvgorod. Sin duda alguna le hubiera dedicado algún día más a la zona para conocer más a fondo estas ciudades y otros lugares de la región. Etapas 4 a 6, total 18
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