Descubriendo Nueva York. Primera visita en Marzo 2015 ✏️ Blogs de USA

Un nuevo día en New York y yo a las 6:30 ya estaba despierta. Hoy no teníamos pronóstico de buena mañana en lo que a tiempo se refiere, pero a las 8 ya estábamos en la calle con la capucha puesta y listos para ponerle buena cara al mal tiempo.
Desayunamos en un Starbucks y empezamos a callejear por el Soho. Entramos en algunas tiendas, como Converse, Adidas, Levis… Yo iba muy emocionada con una tienda de Adidas muy grande, pero no había tanto como pensaba y de precio no invitaba a mucho, así que seguimos nuestro camino, al lado teníamos un Best Buy, una tienda de electrónica y pelis, que era lo que nos interesaba. Para ver todas estas tiendas, empezamos en Broadway con Canal St, hasta Houston St, dónde estaba la tienda de adidas que os comentaba.
Unas fotos de las típicas fachadas del Soho, y de un parking Neoyorkino:



Luego deshacemos lo andado y pasamos por otro punto televisivo, el loft de Richard Castle. La dirección es Crosby St con Broome St.


Del Soho nos vamos hacia Chinatown, pasamos por Columbus Park, donde al parecer suelen ir mucho los vecinos a jugar al Mahjong, pero no había mucho ambiente porque llovía bastante. Fuimos callejeando por las calles que nos parecían más interesantes, hasta Confucius Plaza.
A pesar del tiempo, disfrutamos mucho del paseo por Chinatown, nos pareció muy auténtico.



De aquí nos vamos hacia Little Italy, o lo poco que queda de ella, básicamente una parte de Mulberry St, y entramos en bar a calentarnos un poco con un café. Fue el café más parecido al nuestro que me tomé en New York. Me quedé con ganas de probar los canolis, pero en ese momento no nos apetecían nada.



Después vamos subiendo por Nolita, (NOrth of LIttle ITAly), y pasamos por otro punto importante en lo que a cine se refiere, el Katz’s Delicatessen, en Houston St con Ludlow St, famoso por la película cuando Harry encontró a Sally.


Aunque tampoco somos muy fans de la película y seguimos andando para comer en The Meatball Shop, en Stanton St con Allen St.
El local está abarrotado, pero enseguida nos hacemos con un sitio en la barra. La carta no en muy larga, pero estaba todo muy rico, hay diferentes variedades de albóndigas, y te las sirven con pasta, pan, salsa… y las combinas como quieres. Pagamos unos 35 dólares con propina. Aquí quiero comentar dos cosas, nosotros en los precios de la comida nos ahorrábamos bastante porque siempre tomábamos agua del grifo, que es gratis y normalmente te la ponen directamente.
Y las propinas, se deja normalmente el doble de los impuestos. Normalmente un 10% es lo mínimo y un 20% es muy generosa. Nosotros solíamos dejar un 15%. En algunos tickets ya te la incluyen, en otros te ponen varios porcentajes y escoges el que quieres y en otros tienes que calcular. Yo me baje una app que se llama NYC Tipp y ya te calcula el porcentaje que quieres. En los sitios tipo McDonals que no te llevan la comida no hay que dejar.


Después de comer, cogimos un metro para ir a dar una vuelta por Greenwich Village.
Nos bajamos para ir a ver ”The Cage”, una pista muy mítica en el mundo del baloncesto, de donde han salido muchos jugadores importantes, pero con el día que hacía estaba vacía.


Después fuimos caminado hacia Washington Square Park, donde se encuentra también la New York University, y suele haber bastante ambientillo, pero con la caía en ese momento nada de nada.


De aquí nos vamos a otros puntos televisivos que yo tenía muchísimas ganas de ver, la casa de Friends ,Bedford St con Grove St, y la de Carrie en Sexo en New York, 66 de Perry St, en esta última hay una cadena para no pasar, ya que al parecer a los vecinos no les hace mucha gracia que la gente no pare de hacerse fotos allí.



Luego caminamos hasta el Magnolia Bakery, casi al lado de la casa de Carrie, en Bleecker con la 11, que también se hizo muy conocido por la serie, a comer unos cupcakes, teníamos pensado tomarlos allí con café porque el tiempo no nos estaba acompañando, pero en este no se puede, es sólo para llevar.
La verdad es que me dejó un sabor un poco amargo ver el Greenwich Village de esta forma, leyendo las opiniones de la gente, parece un sitio muy bonito, tranquilo para pasear… En nuestro caso con la lluvia, el frío y los árboles secos deslucía bastante. Así como en Chinatown no me paso, si en esta zona.

Cogimos un metro hasta Union Square y paró de llover un ratito que pudimos aprovechar para sentarnos y comer los cupcakes. La verdad es que están riquísimos, yo como repostera amateur tenía ganas de probar los cupcakes “con mayúsculas”. El único que me gustó un poco menos fue el de vainilla, el de chocolate, y el red velvet de unos días más tarde estaban increíbles.


Aquí estuvimos entrando en algunas tiendas, como Barnes and Noble, justo en la plaza, que es como un Fnac y hay varias por todo Manhattan, Strand, una librería muy famosa y enorme, tiene hasta su propio merchandising, y Forbidden Planet, una tienda bastante friki con comics, pelis, figuras… Las dos tiendas están al lado, en Broadway con la 12. Por si os interesa, casi enfrente hay un Max Brenner, la famosa pastelería que tiene pizzas de chocolate, entre otras exquisiteces.

Milagrosamente cuando salimos de aquí para ir a ver el Flatiron Building, empezó a salir el sol y pudimos ver el cielo azul, así que nos sentamos en el Madison Square Park, a disfrutar de las vistas de esta preciosa plaza. Después de casi todo el día con lluvia, frío y cielo gris, fue como un oasis.
Estuvimos un buen rato haciendo fotos y observando la vida de la plaza. Desde aquí veis el Empire, el propio Flatiron y también el edificio del Metropolitan Life Tower, que al parecer tiene oficinas, y es bastante chulo.



Por fin decidimos levantarnos y volver hacia Union Square caminando por la quinta avenida, aquí yo vuelvo a perderme en un Victoria’s Secret mientras mi novio va a una tienda de pelis de segunda mano que habíamos encontrado. El buen giro que había tomado el día aún no se había acabado, cuando salí de la tienda ya era de noche y el Empire tenía una iluminación especial con motivo de la primavera, me emocioné tanto que no pude reprimir un chillido y un salto en cuanto lo vi.


Cuando acabamos con las respectivas compras cogimos un metro hacia el East Village, para ir a cenar al Jackson Hole. Es uno de los lugares de los que se suele hablar en el foro por sus hamburguesas. La dirección es 521 de la 3ª avenida. Nuestra sorpresa fue cuando salimos del metro y nos llega una bocanada de aire ardiendo, ¿este es el mismo día que por la mañana?
Entramos en el Jackson Hole y estaba bastante vacío, así que no tenemos que esperar, hay tantas colas que hacer en New York, que es un alivio cuando te toca un sitio en el que no.
Pedimos dos cheeseburguers y agua del grifo. Nos ponen también un cuenco con pepinillos. Cuando las vemos llegar notamos por primera vez lo que es el tamaño americano. La verdad es que estaban muy buenas, pero para mi excesivamente grandes, aunque desde luego lo recomiendo. Además no salió muy caro, creo recordar que 25 dólares con la propina.


Cuando salimos a la calle totalmente reventados de comer, está cayendo el diluvio universal, así que esto era el calor de antes… Esperamos un rato pero como no para salimos corriendo hacia el metro, ¡cómo nos pusimos!
Ya en el hotel nos vamos a dormir cansados, pero muy contentos y esperando lo que aún está por venir.

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Amanece otro día en la gran manzana, y nuestro itinerario para hoy es recorrer antes de comer algunos puntos emblemáticos de la 5ª avenida y alrededores.
Decidimos ir a desayunar al Ess-a-bagel que nos queda a principio del recorrido, en la 3ª con la 51, pero al llegar allí, nuestro gozo en un pozo, había una cola tremenda, estuvimos 5 minutos y apenas se movía, como ya eran las 9 y media y no queríamos perder mucho tiempo ahí, cruzamos la calle porque enfrente habíamos visto un sitio con buena pinta. Se llama Treehaus y al final nos encantó. Tiene una opción de buffet caliente pero nosotros queríamos ir rápidos, así que nos comimos un bagel cada uno, mi novio uno con arándanos que estaba muy bueno. No recuerdo el precio exacto, pero me sorprendió para bien, el sitio tenía pinta de caro y para nada. Creo que fueron sobre 8 dólares, 2 cafés, 2 bagels y una cookie.

De aquí empezamos el recorrido pasando por Sant Patrick Cathedral y el Rockefeller Center. Aquí yo tenía muchas ganas de entrar a la tienda de la NBC, soy muy fan de Friends y Seinfeld, pero el merchandising que vi no me gustó y me pareció caro, así que me fui con las manos vacías. Ahí mismo se encuentra también el Radio City Music Hall y los estudios de la NBC.



Todo esto lo encontraréis en la 5ª con la 49 y 50. Y si os interesa enfrente también está Sacks. Seguimos caminando por la 5ª para ver el MOMA, en el cruce con la 53 aunque sea por fuera, pero si entramos en la tienda de recuerdos que hay enfrente que tenía cosas muy curiosas. Seguimos caminando y mirando las tiendas por fuera hasta llegar a Tiffany & Co, me doy una vuelta por dentro, y si como a mi os da un poco de corte, no os preocupéis porque son muy amables y me imagino que muchos turistas entramos a cotillear y están acostumbrados.
De aquí la siguiente parada es Fao Schwarz, una tienda de juguetes dónde se encuentra el piano grande de la peli BIG y además tiene una planta casi entera de chuches.
Justo al lado se encuentra Apple, entramos y al ver que había un montón de gente sentada, comiendo, sin mirar absolutamente nada, pues nosotros también, los pies empezaban a adolecer así que nos sentamos allí de paso que comprobamos un poco las siguientes paradas.



Cuándo salimos de Apple cruzamos para hacernos una foto con el Plaza, el hotel que sale en Solo en Casa II, primera de varias ubicaciones de la película.



Luego seguimos caminado hasta girar en la 6ª avenida para hacernos una foto con la Estatua de Love, que está justo en el cruce con la 55.
Y aquí enfilamos la 55 hacia el oeste para ver dos puntos televisivos más. Al pasar Broadway, se encuentra el McGee’s Pub, el pub en el que se inspiraron para el McLarens de Cómo conocí a vuestra madre. No entramos pero hacemos la foto de rigor.
Y al pasar la 8ª nos encontramos con el “Sopero Nazi”, si hay algún fan más de Seinfeld leyendo, nos entenderá, es un establecimiento de sopa que se hizo muy famoso con la serie, y aunque estuvo un tiempo cerrado, porque al parecer le molestaba bastante el tema, actualmente está abierto.



Aquí nos damos la vuelta, para ir hacia la 7ª, dónde se encuentra nuestro sitio elegido para comer, el Carnegie Deli, famoso por sus sándwiches de pastrami, y porque Woody Allen suele ir bastante por allí. Aun es la 1, bastante pronto para nosotros, pero como suponemos que habrá cola nos vamos para allá y efectivamente. Aunque la verdad fue todo bastante rápido. La estética del sitio está muy bien, incluso tienen su propio merchandising. Nos pedimos un sándwich de pastrami, el que se llama Woody Allen, para compartir. Como habíamos visto lo grandes que eran y tampoco es que tuviéramos mucha hambre, no pedimos nada más. Aunque luego nos arrepentimos de no tener más pan o patatas para bajar esa cantidad de carne, eso si ellos te ponen un cuenco de pepinillos. Está bastante bueno, pero para mí es demasiado, repetiría este tipo de sándwich con más hambre y algo que acompañe. Tenía muchas ganas de probar la tarta de queso, pero después íbamos a ir Grand Central y preferí probar allí la de Junior’s, y estaba segura de que mi estómago no estaba para dos tartas… Pagamos unos 32 dólares con propina.



Cogimos el metro y nos bajamos en Grand Central para visitar, además de la propia estación, Bryant Park y la Biblioteca Pública, está todo muy cerca.
Grand Central nos suena a todos, ya que es una estación que sale en multitud de películas, pero a mi aun así me sorprendió lo bonita que es, y lo impecable que está. Nos damos una vuelta y buscamos Junior’s para tomarnos una porción de cheesecake. Dicen que es la mejor de New York, no sé si es que yo iba con las expectativas altas pero no me pareció para tanto. Estaba muy buena, pero no he notado diferencia a algunas otras que he probado.


Salimos de Grand Central y nos acercamos hasta el Chrysler Building, para entrar en el vestíbulo art deco, por que más no se puede ver.



Luego vamos caminando hacia Bryant Park, y entramos en la biblioteca pública, el edificio es precioso, por dentro y por fuera, aunque desgraciadamente la famosa sala que todos conocemos de las películas estaba cerrada por mantenimiento. Las escaleras también las hemos visto en la frustrada boda de Carrie en la peli de Sexo en New York.


Luego nos damos un paseo por Bryant Park, pero la verdad es que en esta época desluce algo, comparando con fotos que he visto con todo verde y con mucho ambiente. He leído que desde junio a septiembre incluso se hace Yoga, y espero tener la oportunidad de hacerlo alguna vez.



Luego nos acercamos hasta una tienda de películas y libros de segunda mano que llevábamos apuntada, en la 45 con la 6ª, se llama Book Off Usa. Si os interesa tiene bastante cosas a buen precio, nosotros tenemos un reproductor de DVD que nos lee todas las regiones, y pudimos aprovechar. Yo me compré en una segunda visita 4 temporadas de Weeds por 5 dólares cada una, por poneros un ejemplo.

Ya eran casi las 6, y hoy teníamos partido de los Knicks a las 7:30. En la página recomendaban estar una hora antes, así que fuimos al hotel a dejar bolsas y luego nos fuimos para el Madison Square Garden.
Yo estaba muy emocionada, ya que desde muy pequeña he sido aficionada al baloncesto y muy especialmente a la NBA, uno de mis sueños era ver un partido, así que aunque los equipos este año no me decían mucho, (Knicks vs Celtics) y encima Calderón estaba lesionado, yo estaba como una niña con zapatos nuevos. Me sorprendió el estricto control para entrar, cachean a todo el mundo. Según entramos me compré una mano de esas de gomaespuma, 10 dólares y fuimos dando una vuelta por el estadio hasta que nos sentamos. Los asientos estaban bastante arriba pero la verdad es que se veía muy bien. Nos compramos unas palomitas (regulares y caras) y un pretzel (no estaba muy allá) y nos sentamos a disfrutar del espectáculo. Aquí da igual que no te guste el baloncesto, que aquí los americanos tienen show constantemente, seguro que no os aburriréis. Al final perdieron los Knicks, pero para nosotros la experiencia fue genial, además la gente lo vivía a tope, y eso que eran dos de los peores equipos de la liga en ese momento, en un partido de play-offs debe ser una locura.
Me dedique más a grabar vídeos, así que perdonad la escasez de fotos en este punto.


Salimos del Madison y nos fuimos para el hotel directamente, ya que hambre no teníamos. Otro día muy intenso en New York y hay que descansar para lo que nos espera.

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Amanece totalmente nublado en New York, y según el tiempo va a ser el día más frío. Nosotros tenemos en el plan Central Park y el frío no nos echa para atrás.
Cogemos el metro hacia Columbus Circle, y a las 9 ya estamos desayunando algo en un Subway, que fue lo primero que nos encontramos. Este fue el día que me planté con el café americano y la verdad es que fue la mejor decisión, si sois sensibles con esto os lo recomiendo, porque yo tardé un par de días en relacionar las molestias con el café.


Empezamos nuestro día en Central Park, absolutamente congelados. Yo iba muy bien abrigada y lo que es el cuerpo estaba bien, pero la cara… ¡Se me congelaba! Aun así no puedo dejar de sorprenderme con la cantidad de gente que hay haciendo deporte y lo precioso que es Central Park, si un día así lo veo tan bonito en primavera y otoño tiene que ser impresionante. Hay una pista de hielo y observamos unos minutos a la gente patinando antes de seguir nuestro camino.



Nuestro objetivo es recorrer la mitad del parque, hasta el monumento de Imagine, y dejar la otra mitad para mañana.
Pasamos por el monumento a Alicia en el País de las Maravillas y luego por Bethesda Terrace, que entre otras, salía en Solo en Casa II, intentamos buscar también el resto de localizaciones de la peli aunque es difícil dar con los puntos exactos.



De aquí nos vamos a The Ramble y si estaba encantada con Central Park aquí me enamoré, que zona tan increíble, no se oía más que el canto de los pájaros, y encima la mayoría del tiempo estábamos solos. Yo cada dos por tres me paraba con las ardillas (que están por TODAS partes) con los pájaros… Una maravilla. Sigo pensando que en primavera y otoño tiene que ser impresionante.



De aquí vamos a uno de los lagos, The Lake, que está al lado de Strawberry Fields, y luego pasamos por el mosaico de Imagine.



Después de echarle unas fotos al edificio Dakota, donde desgraciadamente John Lennon fue asesinado, nos metemos en el metro para ir a la Universidad de Columbia.
Cuando salimos del metro, empieza a nevar, y pasando por la Universidad el frío ya está haciendo estragos en nosotros. Así que apretamos el paso para nuestro siguiente destino, un must para cualquier fan de Seinfeld, el Tom’s Restaurant, en Broadway con la 112, de repente se nos pasó el frío con la emoción, no me creía que estuviera ahí, parecerá una tontería pero a nosotros nos hacía muchísima ilusión. Era temprano y el plan era dar una vuelta por el parque Riverside, pero entre el frío y el cansancio decidimos entrar. Por dentro no es igual que la serie claro, pero si hay fotos de ellos e incluso el cuadro “The Kramer”. En 5 minutos nos sentamos, y allí estamos entre Neoyorkinos tomándonos un brunch, pedimos cada uno un plato que se llamaba Lumberjack y por 10 dólares y llevaba huevos, bacon, tostada, salchicha y dos tortitas. Aquí si volví a pedir café porque vi que era de jarra de agua y pensé que solo no me haría daño. Y no sé si era la emoción de estar allí, pero nos supo todo a gloria, especialmente los huevos revueltos que estaban de vicio. Típico desayuno, de típica cafetería americana. Si sois fans de Seinfeld, os lo recomiendo 100%, si no, pues os queda un poco a desmano, y seguro que podréis encontrar muchas cafeterías del estilo.
Pagamos unos 25 dólares con propina, el café me lo cobraron a 1 dólar por cierto, baratísimo, y no me sentó mal.



Con bastante pena dejamos atrás el Tom´s Restaurant y cogemos un metro hacia Chelsea.
Llegamos al Chelsea Market, que se encuentra en la 15 con la 9ª, y era una antigua fábrica de galletas, donde al parecer se inventaron las Oreo. El mercado es muy chulo, con un aire industrial y muy moderno. Hay algunas tiendas bastante interesantes y también sitios para comer, nosotros íbamos servidos así que nos dedicamos a observar, al ser sábado hay mucho ambiente.



Cuando salimos vemos que el tiempo está mejorando un poco y nos empezamos a plantear hacer hoy la visita al Empire.
El siguiente punto era el High Line así que allá vamos, al lado del Chelsea Market hay un acceso para subir. El High Line es un parque elevado que se hizo sobre las vías de un tren abandonado, fue un proyecto que propusieron los vecinos de New York para aprovechar la zona, y recorre una de las que ahora mismo es de las zonas de moda en New York, el Meatpacking District, que antaño era una zona de mataderos, aquí creo que también “pagamos” bastante el hecho de que aun fuera marzo y no luciera como con buen tiempo, aun así disfrutamos mucho del paseo. Si vais en verano, tiene que ser genial ver como oscurece la ciudad desde aquí.



Nos bajamos y damos una vuelta por Chelsea, viendo las galerías de arte y las preciosas calles de la zona. Caminamos hasta la 22 con la 10ª, para ver el Empire Dinner, que sale unos segundos en Solo en Casa II (Si, nos encanta la peli, para mi fueron las películas de mi infancia)


Luego cogemos un metro hacia el centro, y casi sin querer acabamos en Korea Town, en la calle 33 entre la 5ª y la 6ª, decidimos tomar algo y nos dan un sablazo de 9 dólares por un café y un té.
Como parecía que se abrían unos claros en el horizonte, decidimos arriesgar y subir al Empire, para el día siguiente daban bueno pero lo teníamos reservado para Central Park y el puente de Brooklyn, así que por si acaso se ponen las cosas peor el lunes, decidimos que el día era lo bastante bueno.
Hicimos un poco de tiempo por Macy’s, para intentar subir cuando se acerque más la noche y poder verlo de día y de noche.
Ya llevábamos la entrada comprada de casa, pero la verdad es que no había cola. Si tuvimos que hacer algo de cola para pasar el control, y si lleváis un trípode como era mi caso, aquí os lo recogen y os dan ticket para recogerlo más tarde.
Tenéis la opción de coger una audio guía gratuita que va contando un poco la historia del edificio.
Tuvimos que hacer algo de cola para coger el ascensor, y por fin llegamos arriba. Había bastante gente y costaba un poco hacerte un hueco para hacer fotos, y también algo que no habíamos pensado, ¡un viento terrible! Fue lo que más me empaño la experiencia porque incluso se me levantó un dolor de cabeza fuertísimo. Las vistas son impresionantes por supuesto, y os recomiendo que entréis como mínimo una hora antes de que anochezca, para que os de tiempo a verlo de las dos formas. Nosotros subimos bastante pronto, y nos sobró algo de tiempo que aprovechamos para entrar y descansar del frío y el viento.



Si de día había que hacerse hueco, cuando anochece hay que esperar turno para las fotos, y eso que estábamos en temporada baja, y no hacía un gran día. La verdad es que las luces de la ciudad impresionan un montón, yo recomiendo totalmente subir al anochecer, a pesar de que por la mañana se dice que hay menos gente, la ciudad de noche lo vale.


Al ratito nos fuimos porque el frío y el viento ya empezaba a ser casi insoportable, y aquí otra cola para bajar por el ascensor.
Si dejasteis el trípode, tendréis que volver al mismo sitio a cogerlo.
Cuando salimos del Empire, cogimos el metro para comer otra de las hamburguesas de la lista. El Burger Joint, es bastante conocido en internet y se encuentra en el vestíbulo de un hotel de lujo Le Park Meridien, en la 56 con la 6ª.
Este es uno de los lugares recurrentes en las listas de las mejores hamburguesas de New York, y nosotros no pudimos salir más decepcionados.

Cuando llegamos, ya vimos una cola al lado de una cortina roja, no parecía muy larga, en comparación con otras que ya habíamos “sufrido”, así que nos animamos, yo llevaba las expectativas muy altas. Cuando ya habían pasado 30 minutos, y no habíamos avanzado más de la mitad del camino, ya nos empezamos a mosquear. Estábamos muy cansados después de dos horas y algo en el Empire, teníamos hambre y yo un dolor de cabeza tremendo. Cuando por fin conseguimos entrar al local, ya llevábamos 45 minutos de pie, y resulta que aunque entres, no significa que te sientes, sigue habiendo una cola hasta la caja, donde pides y luego te sientas, si encuentras sitio claro. El local es enano y aquello parecía un puñado de gente jugando a las sillas… Lo peor de todo es que había un tío por allí que no organizaba absolutamente nada, y gente que venía detrás nuestra se sentó en un sitio que quedo libre y los fue a atender a la mesa, mientras los demás esperábamos la cola y había gente con comida en la mano sin poder sentarse…
Yo ya sabía lo de sentarse con otra gente en la mesa, pero no me imaginé que no hubiese nadie organizando ese desastre, y que después de 50 minutos hasta que conseguimos la comida, tengamos que estar como niños para pelearse por una mesa… Pagamos 20 dólares por hamburguesa y bebida con dolor, ni pedimos patatas con el cabreo, y conseguimos sentarnos en una mesa, con manchas de ketchup, servilletas sucias y vasos de bebida medio vacíos… Obviamente, llegados a este punto era muy difícil que la hamburguesa estuviera tan buena como para olvidar el resto, y efectivamente no lo estaba. Una hamburguesa normal, pequeña, por un precio ridículamente alto, en una mesa sucia, después de una larguísima espera. Yo a lo que la gente llama un sitio “clandestino y curioso” lo llamo el timo de la estampita. O eso, o ya no es lo que era, lo siento si alguien le encanta este lugar, de hecho por las críticas que tiene así es para la mayoría, pero esta fue mi experiencia. De verdad que salí de allí pensando que éramos bichos raros, pero bueno, he visto opiniones parecidas a la mía en tripadvisor.

A pesar la decepción de la hamburguesa, había sido un gran día y nos fuimos al hotel muy contentos con todo lo que habíamos visto.

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