![]() ![]() Viena, Praga, Budapest y Berlín. Gastando poco y comiendo vegano. ✏️ Blogs de Europa
Ruta de 15 días por Viena, Praga, Budapest y Berlín. Todo por nuestra cuenta, moviéndonos en tren/autobús y durmiendo en hostales.Autor: Xpaulax Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: Viena, Praga, Budapest y Berlín. Gastando poco y comiendo vegano.
01: Información General
02: Viena
Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 4, total 4
DÍA 1. LLEGADA. BAÑOS PALATINUS, ISLA MARGARITA
Llegamos en el tren nocturno desde Praga hasta la estación Keleti. Sacar el billete fue un auténtico quebradero de cabeza porque no me dejaba desde la web, me reservaba sólo la cama pero no el billete. Si alguien tiene problemas que me escriba pero, en resumen, puedes sacar la reserva de la cama online y luego el billete allí en la estación y fue lo que hicimos. Escogimos el tren nocturno porque salía muy bien de precio y así no perdíamos tiempo. Por la diferencia de precio nos decidimos por una "cabina privada" para nosotros. Es un compartimento de 3 literas de las cuales sólo abren dos. Puedes escoger compartir una de 4 o 6 personas o incluso ir sólo en asiento. La cabina tiene un pequeño lavabo con agua y el vagón ducha y baño. Por la mañana te dan una bebida caliente y creo recordar que un croissant. Llegamos a Budapest Keleti a eso de las 8.30 y nos dirigimos al alojamiento en metro. La zona de la estación la verdad es que no es muy agradable, hay muchos sin techo en los alrededores o en la misma estación, pero en ningún momento sentimos peligro ni nada parecido. La máquina de sacar billetes del metro de Budapest SÍ que acepta tarjeta, no como la de Praga, esta es del s. XXI ![]() ALOJAMIENTO: Por un millón de razones terminamos reservando en el A1 Hsotel, no muy seguros de lo que estábamos haciendo. Al llegar nos dimos cuenta de que más que un hostel es una pensión, o al menos lo que los españoles llamamos una pensión. De cualquier forma salimos encantados. El precio era de risa, la madre e hija que lo llevaban eran majísimas, la localización era buenísima, en el número 1 de la calle Andrassy. El portal mete un poco de miedo, es el típico edificio antiguo que no limpian desde hace años, con un ascensor de hace siglos que mejor no coges por si queda parado y puertas de hierro con cerradura antes de la puerta de madera principal. Pero bueno, supongo que la ciudad esté llena de este tipo de edificios. La pensión por dentro estaba bien para el precio. Lo único que echamos de menos fue la cocina que decían que tenían porque en realidad no la había, era una barra de desayuno con una pequeña nevera y un microondas. Ni fogones ni fregadero. Sin embargo tenía siempre té, café, pan de molde, fruta y alguna cosa más a disposición del usuario. Al final no la echamos de menos porque comimos todo el rato fuera como os comentaré. Otra cosa un poco inconveniente es que no tienen recepción 24h, pero la chica nos guardó las maletas cuando llegamos, nos dejó desayunar allí, salimos y más tarde volvimos para hacer el check-in y listo. En resumen, ese hostel es una pensión, pero como pensión está genial, la localización es perfecta y el precio baratísimo (65 eur 2 noches dos personas habitación con ducha pero sin baño, algo raro pero bueno). Lo primero que hicimos, como en Viena, fue registrarnos para sacar las bicis públicas. Aquí te puedes registrar directamente con una tarjeta española en la maquinita que está donde las bicis (no en todas las estaciones hay para registrarse, pero en casi todas). Tienes que poner tu número de teléfono (borras el prefijo húngaro y pones el español) y puedes registrar 2 bicis con la misma tarjeta. Te mandan un sms con la clave así que tienes que llevar el móvil encima. Después, para sacarlas cada vez que las quieras, pones tu número y la contraseña y listo. Nosotros nos llevamos impreso de España un mapa con la localización de la estaciones para tenerlo siempre encima. Estas bicis, a diferencia de las de Viena, sólo se pueden coger gratis durante media hora. En la mayoría de los casos es suficiente para desplazarse, pero a nosotros en alguna ocasión nos terminaron cobrando porque nos pasamos. Es muy poco lo que cobran, pero lo cobran. Lo bueno es que puedes dejar una y coger otra inmediatamente, así que si ves que te vas a pasar, paras y cambias de bici. Y en estas bicis publicitan como algo bueno que no si no hay hueco libre en las estaciones puedes dejarla candada con un candado que traen en el poste de la estación, pero ojo, eso solo sirve para los locales que tienen una especie de tarjeta de las bicis que pasan por la parte de atrás, donde llevan un teclado. Los foráneos, al dejarla candada de forma manual, no tenemos forma de decirle a la máquina que la bici está ahí parada para que no siga corriendo el tiempo de uso, así que no lo hagáis. Bicis en mano, nos fuimos a dar una vuelta sin rumbo fijo y a cambiar dinero. El calor era, otra vez, agotador. Salimos en dirección al Parlamento y después nos fuimos por la vera del Danubio viendo toda la panorámica del río y de Buda. Volvimos hacia el centro de la ciudad por delante del Mercado y callejeamos sin rumbo por el centro de la ciudad hasta llegar a la zona peatonal de tiendas de Deak Ferenc. Ahí volvimos a nuestro hostel para registrarnos, a eso de la una. Bajamos a comer al Hummus Bar del pasadizo que hay al principio de la calle Kiraly: maravillosos platos de hummus, falafel y cualquier cosa que se le parezca entre 3€ y 6€. Pero en plan rico, no en plan falafel congelado de los kebabs españoles. Muy recomendable para los fans de los garbanzos como nosotros. Como estábamos muy muy cansados de tantos días de ruta con 40º de calor, mi novio se plantó y me dijo que sólo quería bañarse y tumbarse. Como no estábamos cerca de la playa, decidimos probar los famosos baños termales húngaros. ¿Problema? Que lo que queríamos era huir del calor, por lo que meternos en un baño en el que el agua estaba aún más caliente que el ambiente no parecía una buena idea. Nos decidimos por Palatinus Bath en la Isla Margarita, que es más parecido a un parque acuático que a un spa. No esperéis lujos. El lugar estaba lleno de familias de todas las etnias, cada uno con sus particularidades: gente tomando el sol cubierta con un velo, gente tirada en el césped con su kit dominguero de nevera y sillas como en una playa española, niños corriendo, parejas... de todo. Las instalaciones son viejas. Los vestuarios son como los de una piscina municipal pero en grande, con alguna cabina con puerta de vez en cuando y para usar las taquillas tienes que hablar con uno de los “vigilantes” que anda por ahí y te da un número (no la llave). Los baños dan bastante asco, pero como los de cualquier piscina municipal. En cuanto a las piscinas, está genial porque tienes de todo: piscina para nadar, piscina termal con agua caliente, chorros, una piscina con olas y 3 toboganes gigantes de diferentes “niveles de adrenalina”. Nosotros nos lo pasamos genial. Estuvimos allí toda la tarde y salimos super fresquitos ![]() A la vuelta volvimos a cenar al Hummus Bar, que estaba al lado del hostal, era barato y esta rico, qué más se podía pedir? Cancelamos el plan que teníamos para la noche y nos fuimos a descansar al hostel. DÍA 2. BUDA Cogimos las bicis y fuimos hasta Buda por el Puente de las Cadenas, en busca del funicular para subir a la colina. Se ve bien, es ese sitio donde está la enorme cola de turistas esperando al sol. Se puede subir andando. No apetecía mucho a 40º pero esperar la cola y pagar el billete del funicular casi que apetecía menos, así que nos fuimos andando. Truco que yo no sabía: Más adelante (a la altura del final del castillo más o menos) hay unos ascensores que son gratuitos, así que si alguien van con sillas de bebé, sillas de ruedas, etc, es las mejor opción. Estuvimos paseando por la zona del Castillo y haciendo las fotos panorámicas de rigor. Después nos fuimos andando hacia la zona de Bastión de los Pescadores, Iglesia de Matías etc. Recorrimos tranquilamente todo ese barrio y nos comimos un bocata sentados en algún lugar. Como dije al principio del diario, no entramos nada da ni del castillo ni de las iglesias ni nada. Después comer caminamos hacia el otro lado dirección Citadella. Cuanto más caminamos, más locura nos parecía subir hasta ahí arriba, y como no sabíamos bien en qué transporte público podíamos subir, lo descartamos. Fuimos hasta el balneario Gellert y de ahí, vuelta a Pest. Nos perdimos con las bicis por Pest para ver la zona centro y conocer un poco la ciudad y al final de la tarde quedamos con una amiga para tomar algo. En nuestro recorrido por el centro encontramos un cartel que anunciaba comida y helados veganos y para allí que fuimos. Era el Napfényes Étterem és Cukrászda que tienen un pequeño carrito de helados y un montón de tartas para merendar. Los helados no son nada del otro mundo, pero con ese calor supieron a gloria. Decidimos volver allí a cenar y todo estaba buenísimo. El precio es un poco caro para ser Budapest pero la comida está muy rica y las tartas también. Después de cenar fuimos tranquilamente a la vera del Danubio a admirar y fotografiar todos los edificios iluminados, que es una pasada. Es súper bonito cómo lo tienen por la noche. DÍA 3. BARRIO JUDÍO, PLAZA DE LOS HÉROES, CITY PARK Ese día nos íbamos de Budapest hacia Berlin por la noche en el tren nocturno, así que lo primero de todo era ir a la estación Keleti a dejar las maletas en las taquillas. Había leído que las taquillas estaban al final de los puestos de kioskos etc que hay al lado de las vías, pero no lo encontramos. Nos costó bastante encontrarlas (estaba en obras la estación) tuvimos que ir a información a preguntar pero la verdad es que no era tan difícil: están justo bajando la escaleras desde las vías hacia el piso de abajo. Funcionan igual que las de Praga, creo que eran 500HUF las 24 horas y son bastante amplias. Una vez libres de maletas, cogimos las bici de nuevo y nos fuimos por la mítica calle Andrasy disfrutando de sus edificios hasta la Plaza de los Héroes. Es una buena tirada aún en bici, tuvimos que parar en una estación a mitad de camino para cambiar la bici y asegurarnos que no nos pasábamos de la media hora gratuita. Llegamos a la Plaza de los Héroes y entramos hacia el City Park. Nos dimos una vuelta tranquilamente por el castillo y el parque y terminamos comiendo nuestros bocatas en unos bancos al lado de los baños Sźechenyi. Volvimos hacia el centro cogiendo el metro porque nuestra amiga húngara nos lo había recomendado para ver las estaciones de esa línea histórica. Son muy curiosas, merece la pena hacerse ese trayecto en metro. Por la tarde nos fuimos hasta el barrio judío para verlo con tranquilidad, aunque por ejemplo la Sinagoga ya la habíamos visto mil veces al pasar por delante camino al hostel. No entramos en las atracciones de pago pero estuvimos callejeando por el barrio que es súper chulo, tienen un ambiente joven muy guay. Empezamos por la calle Kiraly y atravesamos Gozsdu udvar que es un callejón lleno de bares y tiendas súper moderno, con un encanto muy londinense. Llegamos un poco tarde pero estoy segura de que se pueden tomar muy buenos brunch en ese callejón. Fuimos por Kazinczy U., entramos en algún Ruin Bar (que tampoco nos sorprendieron tanto, la verdad)... callejeamos por todo el barrio, encontrándonos cada poco edificios con arte urbano, bares en patios y sitios súper peculiares. Nos encantó ese barrio. Luego nos fuimos hacia la Sinagoga y a ver el famoso Árbol de Vida que se ve perfectamente desde fuera (aunque claro, no puedes ver las hojas con los nombres en detalle, pero para la foto vale). Pasamos también por la catedral, que no la habíamos visto y luego nos fuimos hacia el centro otra vez a seguir callejeando. Entramos en el mercado (Nagy Vásárcsarnok) y compramos los últimos souvenirs antes de irnos. Para cenar nos encontramos con el restaurante Vega City que está en Múzeum körút. Como ya era un poco tarde para los húngaros, no había mucho para escoger, pero lo tenían más barato. No es restaurante de carta si no que tienen en la barra todos los platos del día y tú vas escogiendo lo que quieres (tipo buffet, pero pagando por plato). Había un poco de todo, cosas que no sabíamos ni lo que eran, y tienen un menú del día a precio más económico. Quedamos contentos con la calidad-precio pero no es nada especial. Finalmente nos fuimos hacia la estación para coger nuestro tren-cama hacia Berlín. CONCLUSIONES Y/O CONSEJOS SOBRE BUDAPEST También nos gustó mucho Budapest. La verdad es que este tour de “ciudades imperiales” merece la pena. Ya estábamos bastante cansados y nos lo tomamos con mucha tranquilidad, así que seguramente nos habremos dejado muchos sitios chulos sin ver. De todas formas, creo que casi todo lo que merece la pena lo puedes ver de forma panorámica en 5 minutos: te pones en la orilla del Danubio y ves el río, el Castillo, el Bastión, la Ciudadela, el Parlamente y el Puente de las Cadenas. Después de ver eso, que suele ser la primera toma de contacto con la ciudad, parece que el resto sabe a poco. Por la noche, ya lo he dicho, lo iluminan súper bonito. La ciudad es bastante barata y bastante manejable, te mueves bastante fácil por el centro aunqnue las distancias son más grandes de lo que parecen en el mapa. Mi sensación es que la ciudad está bastante más “de capa caída” que Praga o Viena. Me da la sensación de estar en un sitio como más pobre, como que de lo que fue a lo que era la diferencia es enorme, en cambio en Viena ves todo su esplendor y en Praga, al menos en el barrio viejo, te quedas boquiabierto de tantas cosas bonitas juntas. Sobre las zonas, definitivamente hay que alojarse en Pest, y en el mapa se marca muy bien el “semicírculo” dentro del cual quedan las zonas más o menos céntricas: esa calle marcada que va desde Margit Hid hasta Petofi Hid. Yo si volviera me quedaría definitivamente en el Barrio Judío, pero sólo se lo recomiendo a la gente joven o a los que estén interesados en estar en pleno ambiente. Etapas 4 a 4, total 4
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (3 Votos)
![]() Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |