De Seattle a Los Ángeles en solitario ✏️ Blogs of USA

Ha pasado ya dieciséis meses desde que realicé este viaje, y empezaba a preguntarme por qué no había hecho un diario para Losviajeros, similar al que hice de mi primer viaje a Estados Unidos; una locura de juventud en la que cruzas medio continente, en invierno y en solitario, desde Utah hasta Chicago, pasando por Yellowstone. Locura de la que cada vez estoy más seguro de no arrepentirme.

Cuando estás en una etapa de tu vida en la que puedes permitirte ciertos "lujos" como el poder viajar de vacaciones; se suele diversificar los destinos, abarcando lo máximo posible y procurando no repetir países. Obviamente, esto último no puede aplicarse a EEUU, pues su diversidad y variedad de destinos es tan grande que por algo es el primer destino turístico del mundo.

El caso es que estaba yo allá por la primavera de 2014 planteándome la "difícil" decisión de elegir un destino para mis vacaciones de otoño. Ya sabía que cualquiera que fuese dicho destino, muy probablemente también sería sin compañía. Tras el éxito en solitario de marzo 2013, vino una inolvidable experiencia en grupo por tierras japonesas en octubre de ese año. Esta vez tocaba de nuevo en solitario.

Dicen que las oportunidades hay que aprovecharlas y es cierto. Los viajes en solitario salen caros, y hay que mirar con lupa cada euro que se gasta. Si aparece un chollo, no lo dudes. Atrápalo!!

Mi chollo llegó en forma de vuelo barato: volar a Los Ángeles por 500€.
Las fechas eran buenas para mí, y el trayecto también: La ida LCG-MAD-LAX con un tiempo de escala perfecto y vuelo directo desde España hasta LAX. El regreso: LAX-CHI-MAD-LCG incluía una escala adicional en Chicago (Chicago de mi corazón!). Todos los vuelos eran operados por Iberia (haciendo patria) salvo el trayecto LAX-CHI que era de American Airlines (así también los pruebo).
¿volver a USA? ¿otra vez? Estaba claro que mi primera experiencia en tierras norteamericanas había sido tan buena que tardé poco en decidirme. Era el turno de la Costa Oeste.

¿otra vez a USA solo? ¿y no vas a NY? que nooo, pesados. Ya sé que todo el mundo va primero a NY, y después, si hay una segunda vez, va a otros sitios. Pero yo no. Otra vez la retahíla de comentarios en casa y de amigos que me recordaban cuándo les dije que quería cruzar el país solo y en invierno.

Estaba decidido y quedaba muy poco tiempo para organizarlo todo. Por suerte, la ESTA aún era válida. Un trámite menos.
¿Qué ver? Dos puntos claros: San Francisco y Yosemite. Big sur, por supuesto. ¿y hacia el norte? Oregón y Washington ¿por qué no? Si voy a ver la Costa Oeste, habrá que verla entera ¿no?

Después de casi todo el verano organizándolo todo, estaba listo: el 17 de octubre, rumbo a LAX.
El recorrido a grandes rasgos será viajar directamente hasta Seattle, y desde allí más o menos rumbo sur hasta LAX.

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Llega el día: viernes 17 de octubre de 2014. como ya comenté en mi anterior diario, los de provincias necesitamos hacer previamente el salto a Madrid (u otro HUB) para ver mundo. Y también dije que prefiero madrugar a perder el enlace. De nuevo a las 6AM en el aeropuerto.
Sin novedad en Madrid, y preparándome para un nuevo vuelo eterno (mi primera experiencia extra-larga fue un año antes de Londres a Tokio). Horas y horas en mi asiento 39L en las que lo único que haces es dormir, comer y pasar el rato, y vuelta a empezar.
Cada vez que sales al extranjero, debes acostumbrarte a nuevas comidas y costumbres que puede resultar algo extravagantes. Pero que en un vuelo de Iberia te pongan de merienda un sandwich de atún con mermelada de melocotón roza ya lo surrealista. Pero como dicen nuestras madres: " tú come lo que te pongan"...
Las horas pasan y comienzas a ver tierra después de cruzar el Atlántico. Pero sabes que todavía te queda cruzar un continente. Primero Canadá, los Grandes Lagos, las llanuras agrícolas del medio oeste, las Rocosas, los desiertos... y finalmente California!

Llegamos a LAX puntuales (no parecemos españoles...) y queda el trámite tedioso de la aduana. Son las 16:30 hora local, pero no quiero ni pensar la hora que dice mi cuerpo que debería ser. Mi plan es llegar cuanto antes a Seattle para comenzar la ruta. Lo que tienen los chollos es que no siempre te llevan a donde quieres; y éste me llevó a LAX. Así que había comprado un billete a American Airlines desde LAX a SEA por menos de 90€. Sale a las 19:45 y llega a SEA a las 22:20. el vuelo lo opera Alaska Airlines. A ver si no me equivoco de avión y termino en el Yukon...

El trámite aduanero discurre sin problemas y tengo tiempo de sobra para facturar a SEA y comer algo "americano". La primera sorpresa del viaje, agradable en este caso, fue que contaba con tener que pagar los 25$ de facturar maleta en vuelo interno de AA, pero la amable empleada de Alaska, al ver que mi maleta conservaba la etiqueta del vuelo transoceánico, me informa que se trata de un vuelo en conexión, por lo que la maleta facturada está incluida en la tarifa. No contaba con esto dado que los billetes eran diferentes y comprados por separado; pero si me ahorro 25$, mejor.

22:30h (GMT-7) en Seattle. Si me he levantado a las 5:00 (GMT+2), quiere decir que llevo despierto...
Es igual. He exprimido el día a tope y ya estoy en Seattle. El hotel está al lado del aeropuerto y tengo ocho horas para dormir. Previamente, ya recojo el coche de alquiler. Vuelvo a ver a mi querido Chevrolet Equinox que tanto me ha cuidado en las cumbres nevadas de Yellowstone. No espero encontrar tan mal tiempo, pero por si acaso ya me conozco la máquina.

A dormir. Mañana comienza la verdadera aventura en solitario por la Costa Oeste.

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Sábado 18 de octubre y tengo deja vu. Hace año y medio me despertaba un sábado como hoy en un hotel de Salt Lake City. Hoy estoy en uno de Seattle. Entonces me había asomado a la ventana y veía una ciudad al pie de las montañas nevadas bajo un cielo prácticamente despejado. Hoy no hay montañas, pero tampoco hay un sol resplandeciente sobre los rascacielos del Downtown. Unas nubes plomizas cubren el cielo y amenazan con dejar un día de perros tan típico del norte de España. Por lo que veo, el noroeste de USA es muy similar climatólogicamente al noroeste español...
Tranquilos. Estaba previsto. No todo va a ser sol y playa.
Vale. Seattle no es Chicago ni Nueva York. Y la experiencia previa me dice que no espere gran cosa de una ciudad americana media (véase mi experiencia de Salt Lake), pero algo tendrá.
Tras atiborrarme en el "american" desayuno, bajo con el coche al downtown (esta vez me he asegurado que tiene matrícula...) y aparco en una zona residencial cerca del Space Neddle. Es la principal atracción y un buen punto de observación de toda la ciudad.

La ciudad desde el Space Neddle

La vista desde arriba es la esperada: una serie de rascacielos de oficinas en el centro, barrios residenciales alrededor hasta donde alcanza la vista (que hoy no es muy grande por cierto), y unos de los principales puertos de la costa oeste americana.
He reservado plaza en un tour guiado por el centro denominado "Seattle bites", que supuéstamente combina la visita a lugares importantes del Downtown con experiencias gastronómicas de Seattle en torno a su famoso mercado de pescado y otros productos alimentarios.
Si bien el tour sirve para socializar y tomar contacto con la vida cotidiana del mercado, ciertamente esperaba que las degustaciones (variadas, eso si) estarían un poco más centradas en la gastronomía local. Tampoco que incluyesen en su tour gastronómico el paso por el famoso callejón lleno de chicles.


El famoso mercado. La vista de la ciudad desde uno de los ferrys.

El resto del día lo dedico a un pequeño paseo por el centro con intención de coger el Ferry a Bainbridge, pues desde la bahía se tienen las mejores vistas de la ciudad. Llego tarde y lo pierdo, pero a cambio cojo el de West Seattle, que es mas corto y vale igual para hacerse una idea.
No quiero entretenerme mucho más en la ciudad, pues debo seguir la ruta hacia el norte (pero no iba hacia el sur??)
Ya con el coche de nuevo, hago dos paradas antes de seguir la ruta. Primero paso por Kerry Park. Es una colina residencial al norte de la ciudad, donde se puede hacer la foto más completa de Seattle, con el Space Neddle, el Downtown, el puerto y, si el tiempo es propicio, el Mt Rainier al fondo. El segundo punto de parada obligada es un poco más friki y está más escondido, pero no podía pasar por Seattle y no ir a la casa de Kurt Cobain...


Panorámicas de Seattle, el "Canyonero" y la casa de Kurt.

No puedo entretenerme más porque parto hacia el norte, casi en la frontera con Canadá. 80 millas en coche hasta Anacortes, mas una travesía en ferry hasta Friday Harbor, en la isla de San Juan (así en español). Tras la cena, y dado que no había mucho alojamiento donde elegir, mi amigo Airbnb me proporciona una cabaña en el bosque con ducha exterior bajo un pino en octubre a precio razonable.

Mañana toca embarcar.

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