LYON Y SAINT-ÉTIENNE 3 NOCHES ✏️ Blogs de Francia

Regresábamos en avión del viaje a Frankfurt en Noviembre del 2015 cuando decidimos realizar un nuevo viaje para Enero del 2016. Éramos 5 personas, de Galicia. La primera opción que cobró fuerza era ir a Escocia, ya que nos salía el vuelo desde Santander bastante barato y siendo 5 el viaje en coche era asumible. Pero Escocia pensamos que es un lugar para visitar con bastantes horas de sol, ya que lo bonito es su naturaleza, por lo tanto lo descartamos. Así que pusimos el buscador de vuelos desde el principal aeropuerto de los gallegos (Oporto) y el vuelo que más barato nos salía era Saint-Étienne. Así que compramos 5 billetes para los vuelos Oporto-Saint-Étienne que nos costaron 37 € a cada uno. Saldríamos a las 13:30 (hora portuguesa) desde Oporto el viernes y regresaríamos a las 17:00 desde Saint-Étienne el lunes siguiente.

Con los billetes comprados empezamos a buscar información sobre Saint-Étienne. Y la verdad es que no encontramos prácticamente nada. Preguntamos a varios amigos franceses y todos nos dijeron los mismo, Saint-Étienne lo único que tiene es un equipo de fútbol, es feísima y no hay absolutamente nada que ver. Así que como lo único que tiene es un equipo de fútbol, vimos que ese fin de semana jugaba el Saint-Étienne contra el Paris Sant Germain el domingo a las 21:00, así que compramos las entradas. Me sorprendió el precio comparado con aquí. 16 € cada entrada y contra el PSG que es el mejor equipo de Francia.

Para el resto del fin de semana, tras buscar información, nos llamó la atención Lyon. Vimos que había tren cada media hora desde Saint-Étienne, así que decidimos coger hotel viernes y sábado en Lyon y para el domingo en Saint-Étienne.

Para Saint-Étienne no tuvimos ningún tipo de dudas, cogimos 2 habitaciones, una doble y una triple en el hotelF1 Saint Etienne. Es el más barato que había y quedaba cerca del estadio que está en las afueras. Como el partido acabaría a las 11 no tuvimos ninguna duda. Creo que valió algo menos de 30 € cada una de las 2 habitaciones.

Para Lyon queríamos que el hotel estuviese en la zona entre los ríos Ródano y Saona. Lo más barato que encontramos fueron una habitación doble y una triple en el Ibis budget Lyon Confluence en Quai Perrache a 97,20 € cada habitación las 2 noches.

Con esto teníamos todo el viaje listo, billetes de avión y hoteles. Sólo faltaba leer e informarse sobre qué hacer en ambos sitios, así que eso ya lo veis en las siguientes etapas. Comienza el diaro.

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A las 13:30 (14:30 hora española) salía nuestro avión desde Oporto. Nuestro planning era el siguiente: Yo tenía impresos todos los billetes y reservas de hoteles, saldría a las 10 de la mañana de Santiago de Compostela, cogería entre las 11:00 y 11:15 a las otras 4 personas en Vigo y ya tirábamos para Oporto donde teníamos reservado un parking por 5€ al día llegando aproximadamente a las 13:00 (hora española) con 1 hora y media de margen para el vuelo. Eso era lo esperado. Lo que pasó una auténtica odisea:

Tenía la alarma para las 09:00, pero me desperté un poco antes de las 8 de la mañana (la costumbre del trabajo), le escribí whatsapp a los de Vigo para optimizar la ruta, tu espérame a las 11:05 enfrente a tal bar, tu a las 11:10 en el paso de peatones de tal rotonda y vosotros dos a las 11:15 y me volví para cama para aprovechar la última hora de sueño. De repente, entra mi compañero de piso en la habitación y me dice: tú no te tenías que ir hoy a coger un avión? A lo que le contesto, si, ahora a las 9 me levanto cuando suene el despertador, me dice: sabes qué hora es? Veo el reloj y las 11:30, vaya lío, cojo el móvil y veo 40 llamadas perdidas, un montón de whatsapps. Llamo a estos de Vigo, flipan, no sabemos cómo actuar. Es imposible que me de tiempo a ir a Vigo a buscarlos y llegar al vuelo. Meto en la maleta lo primero que cojo (si, había dejado la maleta para lo último), salgo corriendo de casa en dirección al coche, meto la maleta en el maletero a las 12:00 y los llamo, me dicen que se han impreso los billetes en una copistería, cogido el coche de uno de ellos y han arrancado hacia Oporto, pensaban que aunque justos darían llegado a tiempo, pero que a mí no me daba tiempo ni de coña. En ese momento no sabía si volverme a casa y dar el viaje por perdido o que hacer, pero como la esperanza es lo último que se pierde pues arranqué el coche y me puse dirección a Oporto.

Las puertas de embarque cerraban a las 13:10 hora portuguesa (14:10 de aquí), parecía una contrarreloj imposible de cumplir. De camino iba pensando que hacer el fin de semana, a que sitio ir cuando llegase a Oporto fuera de tiempo. Guardaba una pequeña esperanza de que era posible conseguirlo. Llegué al Parking del aeropuerto pasadas las 13:05, que queda a 700 metros del aeropuerto. Pongo que cumplí todas las normas de tráfico y respeté todos los límites de velocidad por si le esto algún Guardia Civil. Salí del coche, cogí la maleta en una mano y el billete en la otra y me puse a correr hacia el aeropuerto. De camino 4 policías portugueses al verme corriendo hacia el aeropuerto me salieron al paso y les dije que perdía el avión, con lo que se apartaron y me gritaron “curre, rapaz, curre”, que traducido sería un corre chaval, corre. Entré en el aeropuerto y seguí corriendo hacia el control de seguridad. Al llegar estaban las típicas cintas para organizar la cola y un montón de gente, a grito de que pierdo el avión salté las cintas, hasta que me interceptó una persona de seguridad. Le enseñé el billete, llamó por el walkie talkie y me dijo: “Estás de sorte, curre”, me abrió el control, lo pasé sin pasar la maleta por el escáner, ni cachearme y corriendo hacia la puerta de embarque. Y ya como en las películas, no quedaba gente en la cola, llegué justo cuando estaban cerrando la puerta, me abrieron la puerta y corriendo por la pista del aeropuerto hasta el avión donde entré todo sudado de las carreras y mis amigos se quedaron flipando de verme allí. Tras pedirles perdón varias veces, les dije que los invitaba a cenar a la noche en Lyon y se olvidó el cabreo (ahora teníamos que pagar 2 parkings, mas la gasolina y peajes de bajar 2 coches). Así que tras este accidentoso comienzo de viaje por fin despegaba el avión sobrevolando la costa portuguesa como se ve en la siguiente foto:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

El vuelo de Ryanair como siempre, sin nada que comentar, aterrizamos puntuales en el Aeropuerto de Saint-Étienne – Bouthéon. Es pequeñísimo no, lo siguiente. Sales y estás en medio de la nada, incluso los coches los dejan aparcados en un prado. Nuestro primer destino era la estación de tren de Saint-Étienne Châteaucreux. Por el aeropuerto no pasa ningún tipo de transporte público, por lo que tienes que andar unos 300 metros a través de un camino de tierra para llegar a una carretera donde está una parada de bus normal. Hay que cruzar la carretera, ya que es una parada de paso, no de fin de línea, y el sentido Saint-Étienne es del otro lado de la carretera. Nosotros 5 cruzamos y otras 7 personas se quedaron en la parada de enfrente. El autobús es el número 37 en dirección a Hôpital Nord. Llegó el autobús, nos montamos y les dijimos adiós con la mano a los 7 que estaban en la parada de enfrente con cara de incredulidad. Tras 25 minutos de autobús llegamos a la parada de Hôpital Nord, ya en Saint-Étienne. Aquí ya es muy fácil, vas a la parada del Tranvia y coges el T2 otros 25 minutos y te deja en la puerta de la estación de tren Châteaucreux. La vemos aquí en la foto:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Entramos y cogimos los billetes para el siguiente tren a Lyon (hay cada media hora) y pagamos sobre 10 € cada uno. Montamos en el siguiente tren y en menos de una hora estábamos en la estación de Lyon Part-Dieu. Aquí cogimos un metro hasta la estación de Perrache, desde ahí fuimos andando hasta nuestro hotel. Hicimos el check in, nos instalamos, una ducha y listos para empezar a visitar Lyon.

Eran las 20:30. Preguntamos en el hotel donde cenar y el recepcionista nos mandó a un local cercano. Así que fuimos, el sitio estaba bastante bien, lo único que en la carta solo había hamburguesas de comer. Sobre 16 € cada hamburguesa de estas gourmet que están ahora tan de moda. Lo que más me chocó fue el trato en el restaurante. Fue perfecto. Según nos sentamos en la mesa, aparte de atendernos los camareros, vino el Chef desde la cocina a darnos la mano a cada uno de los 5, a presentarse y a decirnos que era nuestra chef para esa noche, a recomendarnos cosas, a preguntarnos de donde éramos, etc. Cogió una silla y se sentó con nosotros en la mesa un rato, nunca me había pasado algo así. Pedimos cada uno una hamburguesa distinta, yo la que me recomendó el chef, cada uno le dijo el punto en el que quería la carne y acto seguido el chef se fue para la cocina con la comanda y una camarera nos tomó nota de las bebidas y pedimos una pinta de cerveza cada uno. Llegó la comida y la verdad que las hamburguesas estaban espectaculares, nos sorprendió gratamente. Volvió el chef, se volvió a sentar con nosotros en la mesa preguntando que tal estaban y nos pusimos de charla con el, a donde podíamos ir de fiesta por Lyon. Aquí tuvimos bastantes problemas con el idioma, pero nos apuntó en un papel varios sitios. Me tocó ir a pagar en compensación por quedarme dormido a la mañana, y así nos olvidábamos del parking, peajes, gasolina, etc. Me salió la broma en 120 € que fue lo que nos valió la cena de los 5. Nos despedimos del chef y los camareros y salimos del local bastante contentos con la cena.

Nos dirigimos al metro y lo cogimos hasta Vieux Lyon. Salimos y dimos un paseo por la zona que la verdad que es espectacular, un caso viejo supercuidado. A mi me encantó. Aquí tenéis una imagen del Palacio de Justicia desde la pasarela sobre el Río Saona.:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Eran las 10 y pico de la noche y fuimos a una de las zonas en Vieux Lyon que nos mandó de fiesta el chef del restaurante, había como 4 o 5 pubs irlandeses pero estaban casi todos vacios. Entramos en uno y pedimos unas pintas. Vaya precios, la pinta de cerveza estaba entre 7 y 8 €. Las bebimos y continuamos de turismo por Vieux Lyon, de vez en cuando íbamos preguntando a la gente donde era la zona de fiesta y todos nos remitían a los pubs que estaban vacíos. Cuando nos aburrimos de hacer turismo, a las doce y pico de la noche decidimos ir de bares/pubs. Volvimos a los pubs de antes, seguían medio vacíos, así que fuimos a buscar otra zona más económica, encontramos varios por la Rue Sainte Catherine y entramos en un bar que tenía las pintas a 5 €. Así que tomamos allí un par de pintas por cabeza. Nos fuimos al siguiente, entramos, era la 1:25, fuimos a pedir y nos vino a informar el camarero que cerraba a las 2, que igual no nos daba tiempo a tomar una pinta ya que solo teníamos 35 minutos!!!! Nos empezamos a reír muchísimo y pedimos las pintas, nos la trajo. A la 1:40 ya las teníamos terminadas y le pedimos otras. El camarero no daba crédito, solo por eso mereció la pena. Bebimos las segundas pintas y aún nos sobraban 10 minutos para la hora de cierre.

Con el alcohol empezando a hacer efecto en nuestro cuerpo queríamos algo mas movido y no estar sentados bebiendo. Hay varios discotecas en Lyon pero todas de pago. Preguntando llegamos a una gratuita en Place des Terreaux que se llama Boston y que me gustó bastante. Lo que más me sorprendió es que todo el mundo pagaba con la tarjeta de crédito, nadie usaba cash (como dicen ahora los modernos). La gente llegaba a la barra, pedía una cerveza y pagaba con tarjeta. Me sorprendió muchísimo. Nosotros pusimos bote e íbamos pagando las rondas con billetes, como se hizo toda la vida.

Avanzaba la noche, tocaba irse para el hotel a descansar que el día siguiente nos tocaba turismo. A las 3:30 salimos del Boston y comenzamos a andar por la orilla del Ródano en dirección al hotel. De camino había un puesto de perritos calientes, compramos unos perritos, unas cervezas y nos sentamos viendo el Ródano a tomarlos. De repente vimos un barco en la otra orilla del río en el que parecía que había una fiesta. Aquí tuvimos una escisión. De los 5 que estábamos 2 decidieron irse directamente al hotel a dormir y nosotros 3 cruzamos el puente para ver que había en aquel barco.

Tras cruzar el Ródano fuimos hacia el barco y se oía música. Había 2 personas de seguridad en la puerta, les preguntamos si podíamos pasar, nos cachearon completamente y nos dijeron que si. Entramos, había una taquilla con una chica, nos dijo que eran 10 € entrar con consumición, así que asentimos, pagamos y entramos. Simplemente no hay palabras para describirlo, primeros fuimos a ver las instalaciones, al principio unas escaleras que iban a los baños al piso inferior, a continuación una puerta, entrabas, a mano izquierda una barra bastante grande, a la derecha mesas y sillas. A continuación al fondo un fiestón con un ambientazo tremendo, era lo contrario a unas tarimas, debido a que era un barco bajabas 3 niveles hasta una pista de baile y los 3 niveles servían como tarimas donde la gente bailaba, enfrente había otros 3 niveles que se usaban de tarimas y abajo en la pista la gente dándolo todo y un dj en una esquina de la pista. Ahí se acababa el barco. Luego en la mitad del barco había unas escaleras que subías a la parte de arriba que era una hamburguesería/snack bar con mesas. Al ser enero estaba cubierto (que pena no estar en ese barco en verano), y por último una terraza al aire libre para fumadores.

Con el local reconocido bajamos a la barra a pedirnos los cubatas que nos daban con la entrada y subimos a tomarlos a la zona de fumadores viendo el Ródano y Lyon como se ve en la foto:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Con las copas ya mediadas fuimos a la pista de baile a darlo todo, la verdad es que lo pasamos en grande. Por nosotros seguiríamos varias horas ahí, pero el día siguiente teníamos que levantarnos a las 8 de la mañana y ya casi iban a ser las 6, con lo que muy a nuestro pesar decidimos abandonar el barco y caminar hacia nuestro hotel. Pasaban las 6 de la mañana cuando llegamos al hotel y directos para cama para acabar este día tan accidentado.

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Antes de comenzar a narrar el día en Lyon, voy a empezar con 2 cosas. Primero las definiciones de las palabras del título y luego unas recomendaciones que nos dio de lugares en Lyon una persona de allí y que nosotros no fuimos.

TRABOULES (a través de): Son una red de pasillos que comunican calles paralelas o patios interiores entre sí y con las calles principales que además son visitables y donde puedes encontrar maravillas del Renacimeinto. Además, fueron pieza calve en la resistencia francesa en la segunda guerra mundial.

BOUCHONS: Eran los posadas donde se servía vino y comida fuera de los horarios habituales. Para dar cuenta de este dato ponían una bala de paja fuera, así las diligencias tiradas con caballos paraban allí y mientras el caballo era cepillado (bouchoné) el conductor tomaba un buen vaso de vino beaujolais y ‘mâchon’ (cortezas de cerdo) de comer para reponer fuerzas.

LES MERES: A finales del XIX y principios del XX cuando las grandes familias adineradas despidieron a sus cocineras. Estas al verse sin trabajo comenzaron a trabajar en restaurantes o crearon sus propios negocios. Ofrecían comida casera y se hicieron populares entre los trabajadores. Comida casera cocinada a la manera de los grandes burgueses.

Ahora os pongo algunos planes que nos pasó gente de Lyon y que no pudimos ir:

RESTAURANTES:

- Chez la Mère Mounier: un buen "bouchon" (nombre de los restaurantes típicos de Lyon) y no muy caro.

- Oto Oto: restaurante japonés, no muy caro: (es un Izakaya, no es de sushi y maki, si no de la verdadera comida japonesa).

- Le Kitchen Café: un bistronomique (bar gastronómico), es mejor reservar, posible para comer o incluso merendar el fin de semana.

- Algunas braserías en el 7ème arrondissement: Madame Chatelet, Bistrot des fauves, Piment et Citronnelle...

- Le café du gros cailloux: arriba de la Croix Rousse, si hace buen tiempo se puede comer en la terraza, los platos son simples pero buenos.

Estos restaurantes son más que correctos y no muy caros.

BARES:

- El "Court Circuit" y "De L'autre côté du pont" : bares no muy caros con buen ambiente.

- Les Berthum : cervecería.

- L'antiquaire : bar a cocktails con alcoholes antiguos, ambiente años 50, preparación super meticulosa, es un show. Los cocktails son caros, pero bien servidos en alcohol y el ambiente puede valer la pena para tomarse uno o dos...

- Café thomas : bar a vinos con buenas tapas, se llena rápido pero está muy bien.

Así que tras esta entrada comienzo con nuestro día en Lyon.

8 de la mañana del sábado, suena la alarma cuando solo llevábamos durmiendo 2 horas. Con muy pocas ganas nos levantamos ya que es invierno y hay pocas horas de sol. Salimos del hotel, lo primero que teníamos pensado hacer era visitar los “Traboules”. Antes de ir descargamos 5 rutas de traboules en la siguiente página web:

Traboules Lyon

Nuestro primer recorrido fue el Parcours Presqu'île Centre. Lo intentamos hacer en sentido contrario, ya que nos quedaba más cerca del hotel el final del recorrido, digo intentamos porque en varios lugares no encontrábamos las entradas de los traboules. Aún así atravesamos unos cuantos. A partir del 5º o 6º que cruzamos ya nos vinimos arriba, dejamos los mapas e íbamos por la calle empujando todos los portales y los que se abrían pues para dentro. No sé si a todos los que entramos eran o no, en alguno dimos vuelta en la mitad porque parecían viviendas privadas. Supongo que hay bastante gente que hace lo mismo porque bastantes portales tenían un cartel indicando que eso no era un traboule y que la gente no entrase dentro. La verdad es que es superdivertido ir por la calle empujando todas las puertas y entrando sin saber lo que te vas a encontrar dentro. Totalmente recomendable.

Cuando nos aburrimos de jugar a los traboules fuimos a ver la plaza de Bellecour. La verdad que es impresionante como podeis ver en la imagen:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Yo me quedé un poco desilusionado porque había visto fotos que había unas letras en la plaza que ponían “ONLY LYON” y el símbolo de un león, pero las debieron haber quitado o movido de sitio, y me parecía un buen lugar para hacer fotos. Así que nada, estuvimos un rato por la Place Bellecour hasta que nos pegó el hambre, no habíamos desayunado. Así que entramos en un supermercado, compramos fiambre y pan, nos hicimos unos bocatas y los comimos en el primer banco que encontramos.

Fue una malísima decisión, ya que tras el tentempié, al minuto de comenzar a andar, en Quai des Celestins, exactamente entre Pont Bonaparte y Pasarelle du Palais de Justice había como un mercadillo de todo tipo de productos alimentarios. Todo tipo de frutas y verduras, pan que tenía una pinta impresionante, un montón de quesos y embutidos, etc. Así que mala decisión comer una baguette de supermercado con fiambre embasado pudiendo haber comido un buen pan con buen embutido de la zona.

Tras pasar todos los puestos del mercadillo cruzamos por la pasarela del Palacio de Justicia viendo enfrente el citado palacio y la colina de Fourvière donde subiríamos dentro de un rato:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

El día anterior nos había encantado Vieux Lyon, pero como habíamos estado solo de noche pues decidimos verlo de día, y como no, empujando en todas las puertas y descubriendo algún traboule. Para mi es precioso el casco viejo de Lyon.

Tras acabar de recorrer Vieux Lyon, la siguiente parada era la colina de Fourvière. Hay un tren cremallera que sube, pero tras 10 minutos buscándolo y no encontrarlo decidimos subir andando al ver unos indicadores. Así que rumbo hacia la colina. De camino veíamos que por donde subíamos daba demasiada vuelta, así que optamos por intentar ir en línea recta y entramos por un portal que entraban coches y que ponía ECAM Lyon. Luego buscando en internet vimos que es la “École catholique des arts et métiers”, una escuela de ingeniería francesa. La atravesamos por completo, pero en la esquina contraria había un portal que estaba cerrado, así que nos tocó esperar 5 minutos hasta que saliese alguien de la universidad que tuviese la llave y colarnos detrás de el (no hay atajo sin trabajo). Tras salir de la universidad, seguimos caminando bajo la basílica de Notre Dame de Fourvière hasta que coronamos la Colina de Fourvière. Todo el esfuerzo había merecido la pena ya que las vistas son increíbles:

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Desde aquí se ve todo Lyon, si hace buen tiempo es visita obligada, eso sí, podéis subir en el tren cremallera y ahorraros una buena sudada. Así que estuvimos un buen rato allí disfrutando de las vistas y haciéndonos fotos.

A continuación fuimos caminando hasta el teatro romano de Fourvière. Para mí es lo más bonito de Lyon:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Entramos por la parte inferior, por la que se ve en la foto, subimos y nos sentamos en la mitad de las gradas, se agradecía el sol en este día de Enero, a los 2 minutos ya estábamos tumbados como lagartijas, lo poco que dormimos y el cansancio de subir andando hicieron el resto, nos quedamos los 5 dormidos cerca de una hora. Despertamos con las pilas cargadas y con la sonrisa de varios de los turistas que por allí estaban al ver la estampa de 5 personas durmiendo allí.

Nos levantamos y subimos el resto del teatro y salimos por su parte superior. Allí estaba el museo pero no fuimos. Nos dirigimos al tren cremallera directamente, pagamos el ticket y bajamos en unos minutos hasta la estación del metro de Vieux Lyon. Lo siguiente que queríamos ver era “Les Halles de Lyon – Paul Bocuse”. Es una galería, repleta de tiendas gourmet y locales donde comer. Así que cogimos el metro hasta la parada más cercana y tras un breve paseo llegamos a este famoso mercado gourmet. Es espectacular la variedad y calidad de todos los productos que allí hay, de la misma manera que sus elevados precios. Tras recorrerlo un par de veces no nos poníamos de acuerdo en que puesto comer, cada uno le gustaba una cosa, así que como aún era pronto decidimos salir a buscar un bouchon por los alrededores. Tras no encontrar ninguno optamos por ir a comer a un italiano que tenía menú del día.

Con el estómago lleno nos dirigimos al parque de la Tête d'Or, cogimos el metro hasta la Universidad Claude Bernard Lyon 1 y entramos por la parte Noreste al parque. Lo malo que lo del Zoo y los Jardines los cierran bastante pronto y cuando llegamos ya estaban cerrando y solo pudimos ver las jirafas y algún bicho más. Luego tiene un jardín botánico, un velódromo, un lago muy chulo y varias cosas más. Totalmente recomendable. Os pongo una foto de los ciervos (o lo que sean) que estaban allí en el parque:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Si vais con niños es visita 100% obligatoria, sino también merece la pena. Incluso en épocas más veraniegas para ir a merendar allí o dar un paseo con tranquilidad.

Salimos del parque y el siguiente destino era el barrio de la Croix-Rousse. Nos habían dicho que la zona de Vieux Lyon es como la zona mas de extrema derecha y el barrio de la Croix-Rousse era como mas alternativo y de izquierdas. Pusimos rumbo a la Croix-Rousse, y como no, pues andando. Así que cruzamos el Ródano y subimos un montón de escalones hasta el barrio.

Llegamos a plaza Colbert y entramos en un bar y tomamos unas pintas. En este barrio los precios eran entre un 20/30% más baratos que en Vieux Lyon. Pedimos una pizza para compartir entre los 5 y merendamos bastante bien entre los trozos de pizza y las 2 o 3 pintas de cerveza que nos tomamos por cabeza.

Con el depósito lleno nos dirigimos a turistear por el barrio. Fuimos andando hasta el cartel de Lyon tachado. A mí no me gustó nada este barrio. Decidimos irnos al hotel, así que volvimos andando hasta la parada de metro de Croix-Rousse, cuando premio. Todas las entradas del metro estaban cerradas con verjas. Los franceses que llegaban se sorprendían. Habían sido los atentados de París poco antes y no sabíamos que pudo haber pasado. Pero la gracia, por si llevábamos poco andado ese día es que nos quedaban algo más de 4 kilómetros hasta el hotel. Así que andando hasta el hotel. De camino encontramos una zona con un montón de gente y bares con carteles de “happy hour”. Tenía pinta de ser el sitio donde la gente se va de cañas antes de salir de fiesta. Pero estábamos tan cansados que ni paramos. Tras 4 interminables kilómetros llegamos a nuestro hotel y nos tiramos en las camas a descansar un rato.

Parecía que el día había acabado y nos íbamos a quedar a dormir ya hasta el día siguiente, pero ya se despertó uno y dijo que no, que había que salir. Tras mucho esfuerzo nos convenció a mí y a otro para salir mientras que los otros 2 prefirieron quedarse durmiendo.

Eran las 10 de la noche y lo primero era buscar algo que cenar, e imposible, el restaurante del día anterior cerrado, y no había absolutamente nada, parecía una ciudad fantasma, tras andar 2 kilómetros solo encontramos una tienda 24 horas donde lo único que tenían de comer eran chocolatinas y patatillas. Así que a joderse y nos tocó cenar eso.

La ley en Francia sobre el consumo de bebidas alcohólicas en la calle es clara. Tu puedes beber en la calle sin ningún problema, lo que no puedes es ir borracho. Así que nos sentamos en los bancos de una plaza, sacamos una botella de whisky que compramos en un 24 horas y nos pusimos allí a beber y de charla. En 3 horas que pasamos en la plaza no vimos absolutamente a nadie. Decidimos movernos hacia el centro, pero estábamos tan cansados que lo que hicimos fue cruzar el puente y sentarnos en las gradas del río Ródano donde estaban unas 15 personas de botellón con música. Allí empezamos a hablar con ellos y seguimos bebiendo. Tiene que ser tremendo en verano lleno de gente, que en enero estábamos 4 matados pasando frío.

Se acercaban las 4 de la mañana y no había dudas, tocaba volver al barco del día anterior, así que andamos hasta el barco y misteriosamente hoy la entrada nos valió 1 € menos. Así que pagamos 9 € por entrada y consumición. El ambiente en el barco era completamente distinto al del día anterior. Otro tipo de música y otro tipo de gente, pero bueno, habíamos ido a divertirnos y eso hicimos hasta las 7 de la mañana que decidimos marcharnos e irnos para el hotel a dormir. El día siguiente tocaba ir a Saint-Etiènne.

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