![]() ![]() Un cachito de Marruecos: Tetuán, Chefchaouen, Fez y Meknés ✏️ Blogs de Marruecos
Viaje de siete días con los niños y con nuestro coche por el norte de Marruecos.Autor: Troyanazaret Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (7 Votos) Índice del Diario: Un cachito de Marruecos: Tetuán, Chefchaouen, Fez y Meknés
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Etapas 7 a 9, total 9
Este era el único día realmente ambicioso de todo el viaje, pero claro: contando los kilómetros marroquíes como si fueran españoles, pensando que Volúbilis apenas nos ocuparía tiempo y considerando que no iba a haber ninguna “interferencia” en nuestros planes… todo cuadraba y nos equivocamos. Salimos sin problemas de Fez y cogimos la autovía (de pago) hasta Meknés. Nos encontramos un camino de poco menos de una hora, cómodo aunque un poco monótono. El terreno es muy fértil y aquí sí se nota una agricultura más intensiva, con un cultivo más ordenado. Una vez que llegamos a Meknés tomamos la carretera que va hasta Moulay Idriss, ya que nuestro primer destino era Volúbilis, simplemente siguiendo la avenida principal que cruza la parte nueva de la ciudad. Ya sólo en esta breve toma de contacto nos gustó Meknés. Se la veía una ciudad muy dinámica, con pequeños polígonos industriales con mucho movimiento y mucha vida. La parte moderna, tan cuidada como habíamos visto en el resto de ciudades marroquíes, daba una impresión alegre y colorida, nada que ver con la polvorienta Fez. La carretera hasta Volúbilis está en buen estado pero es una sucesión de curvas continuas, así que como nos encontramos un par de camiones lentísimos que no conseguimos adelantar (aunque por supuesto todo el mundo lo hacía) tardamos más de una hora en llegar. El pueblo de Moulay Idriss se veía muy bonito en una colina y, al poco de pasarlo, en un enorme valle, encontramos el desvío hasta Volúbilis. Los guías están a la entrada ofreciendo sus servicios. Nosotros dijimos que no porque ya llevamos guía histórico incorporado y no hubo insistencia. Adentrarnos en una ciudad romana como Volúbilis es una experiencia única. Había leído sobre que si son sólo "unas piedras", que si no merece la pena... nada de eso ¡Volubilis es una maravilla!, no en vano es Patrimonio de la Humanidad. Fue una ciudad romana con una extensión enorme y hay mucho excavado, aunque sólo es una parte de la zona este de lo que fue la ciudad ¡ ![]() A la entrada están preparando un centro de interpretación y preservación de las piezas más delicadas, de lo que ya se puede ver una muestra en la terraza exterior. Se puede hacer por ella una ruta circular (de unas dos horas, paraditas de fotos y descanso incluidas) con mucho cuidado de no perderse los preciosos mosaicos que hay en muchas de las casas. Llevando un plano de algún libro de viajes (nosotros llevamos el de Anaya Touring) el recorrido es sencillo. Pasear por el Decumanus Máximus hasta el gran Arco del Triunfo es fascinante, tanto culturalmente como a nivel paisajístico. *** Imagen borrada de Tinypic *** El Arco del Triunfo. Al fondo, el valle en toda su extensión. *** Imagen borrada de Tinypic *** Uno de los muchos mosaicos, todos preciosos y con un estado de conservación asombroso. La foto, con tanto sol, no le hace justicia. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** El único problema de Volúbilis es que no tiene ninguna sombra, así que cuidado en verano aunque se vaya temprano: mucha agua y protección contra el sol son imprescindibles. Mi hijo empezaba a quejarse de que estaba un poco mareado, pero yo lo achacaba al calor y no le presté mucha atención ¡el pobre! Le pasó lo que a Pedro y el lobo, es tan quejica que cuando está malo de verdad nadie lo cree. Cuando volvíamos a Meknes desistimos de parar en Moulay Idriss por el calor que hacía ya y lo tarde que se nos había hecho y en el trayecto mi niño empezó a vomitar y vimos que tenía fiebre. Niño enfermo y Marruecos, la combinación que ninguna abuela querría oír (y que ninguna oyó evidentemente). El mal de Moztezuma en versión africana había hecho su presencia, porque mi marido también estaba un poco tocado. Bueno, al menos había sido la última tarde de nuestro último día real de viaje, porque el cuerpo que deja esto… ![]() En fin, volvimos a Meknés, como en todas las ciudades encontramos sin problemas la medina y luego tuvimos que dar un par de vueltecillas para llegar hasta el riad, pero fue bastante fácil. El riad fue el Riad Yacout, con un parking vigilado justo en la puerta, fácil acceso en coche y una ubicación magnífica: en la plaza Lalla Aoula, justo al lado de la Plaza el-Hedim y la puerta Bab Mansur. El riad es muy agradable, con una decoración marroquí con toques modernos, todo limpio y bien preparado y con una terraza preciosa desde la que se ve la torre de la mezquita Lalla Aoula. En la terraza hay una piscina pequeñita (o un gran estanque, como queráis llamarlo) que al menos cumple su función de refrescar en el calusoso verano marroquí. La habitación tenía el aire acondicionado a tope, y allí se recluyeron los enfermitos tomando paracetamol y suero-oral traídos desde Sevilla y mucho té con menta. *** Imagen borrada de Tinypic *** Recepción del hotel Mi hija y yo, después de varios chapuzones en la piscinilla y después también de algunas dudas, salimos a ver al menos algo de la ciudad. ¡Cómo nos gustó! A Meknés habíamos pensado dedicarle sólo una tarde y, si nos quedaba algo interesante, un poquito de la mañana del día de la vuelta. ¡Pues no! Meknés tiene para un día bien completo y largo. No debe ser considerada en absoluto una ciudad de paso ya que tiene mucho que ofrecer, el ambiente es el más agradable de todas las ciudades que hemos visitado y para los niños hay bastantes cosas atractivas para hacer. Pues nada, nos decidimos y dimos las dos un paseíto de un par de horas, sin apartarnos mucho del entorno del hotel por si el niño se ponía peor y porque mi sentido de la orientación es pésimo y no quería tener que recurrir a guías. Mi hija y yo solas paseando por una ciudad marroquí no demasiado turística, otra de esas combinaciones que ninguna abuela querría escuchar (y que tampoco escuchó). Estuvimos dando un paseo genial, nadie en absoluto nos molestó ni nos insistió ofreciéndonos sus servicios. Apenas una insinuación de visitar una tienda, que quedó resuelta con un no, gracias y un pesado que nos siguió un rato y que, como siempre, desistió al acercarnos nosotras al amparo de una familia marroquí. La verdad es que también hicimos algo de teatro, adoptando en todo momento la postura de me conozco esta ciudad como la palma de mi mano y sé perfectamente dónde estoy y dónde voy (cosa de lo más irreal en la mayor parte del paseo). Hablando un poco con el encargado del museo, el hombre nos preguntó si mi marido era marroquí, creo que era la única explicación que le encontraba a una madre y una hija occidentales paseando tan tranquilas por allí. ![]() Meknés tiene bastante turismo, pero del propio país. Nosotros vimos sólo una pequeña parte de lo que ofrece la ciudad: nos adentramos en la medina, con un zoco de verdad real y útil, no era ni el cacharrerío anárquico de Tetuán ni la versión turística de Fez. Era un zoco en el que ibas encontrando tiendas en las que se vendían las cosas que las personas de la ciudad realmente necesitaban: comida, ropa, zapatos, electrónica… y los vendedores llamaban a las posibles compradoras (marroquíes) como en lo que mi hija y yo imaginábamos que eran las frases equivalentes a las de los vendedores nuestros mercadillos: vamos niñas, barato barato, regalao en perfecto árabe claro. Nos reímos mucho comparando aquel zoco con nuestro mercadillo del sábado de Sanlúcar. Nos maravillamos ante la puerta de Bab Mansur, que no en vano tiene fama de ser una de las más hermosas del país, y también ante la enorme fuente de azulejos que hay en la Plaza de el- Hedim. Y entramos en el Museo Jamais, situado en un antiguo palacete, con mucho más que ofrecer que el Batha de Fez, sobre todo las salas recreando lo que fue el palacio. *** Imagen borrada de Tinypic *** Puerta de Mansur, espectacular *** Imagen borrada de Tinypic *** Imagen típica de la Plaza de el-Hedim *** Imagen borrada de Tinypic *** La fuente, imposible de fotografiar entera a esa hora por todos los chismes que se acumulaban a su alrededor. *** Imagen borrada de Tinypic *** Sala del Museo Jamais, una maravilla. Y al salir, la Plaza de el-Hedim, empezaba a tomar vida, con sus encantadores de serpientes, los monos, la música en directo y los chiringuitos preparando sus tajines. Una plaza de Jamma el-Fna en pequeñito y familiar. ¡Todo era tan alegre! La plaza el-Hedim al caer el sol Nos volvimos al hotel con pena, pero ya nos daba un poco de apuro el tiempo que habíamos pasado fuera. Nos quedaron innumerables cosas por ver: recorrer más a fondo la medina, visitar el mausoleo de Mulay Idriss, ver los restos de la Ciudad Imperial de Mulay Ismail, dar una vueltecilla a la muralla en calesa, disfrutar más de la plaza… la excusa perfecta tenemos para volver a esta ciudad. En fin, cenamos en el hotel una cena deliciosa (aunque cara para los estándares marroquíes) mi hija y yo, mientras mi marido y mi hijo nos observaban detrás de sus vasos de té. El atardecer en la terraza puso el broche perfecto para un viaje llenito de experiencias. *** Imagen borrada de Tinypic *** Vistas desde la terraza del hotel. Al fondo la torre de la mezquita de Lalla Aoula Meknés quizás sea la ciudad imperial más olvidada. Considerada un lugar de paso entre Fez y Rabat, creo que es de las más auténticas del recorrido que hemos hecho y, sin duda, una de las que más tiene que ofrecer. La gente de la ciudad nos pareció la más amable y desinteresada de las que habíamos conocido en este viaje, ayudando (y mucho) a que la sensación general de paso por Meknés sea agradable. ¡Dan muchas ganas de volver a esta ciudad! Etapas 7 a 9, total 9
Dado el estado de las barrigas, hoy un poquito mejor pero aún sin recuperar, decidimos no hacer ninguna parada de camino e irnos directo al puerto de Tánger Med. La verdad es que si nos hubiésemos entretenido, hubiéramos llegado con el tiempo justo, a pesar de haber cogido para todo el recorrido la autopista. Salimos sobre las 10:00 de Meknés y, con una brevísima parada para comer en un aire de repós de la autopista, llegamos al puerto sobre las 15:30, para coger el ferry de las 17:00. Esto es, cinco horas y media de coche. El camino, como he dicho, todo autovía: Meknés-Rabat, Rabat-Tánger (sin problemas a la hora de circular en torno a la capital). Es un camino muy cómodo (aunque aún siendo autovía hay que tener cuidado con la gente que está en el arcén o que directamente cruza). Eso sí, me esperaba un recorrido mucho más cerca del mar, que sólo se intuye detrás de los enormes viveros que hay desde Rabat a Tánger. Por cierto, están haciendo una vía para tren de alta velocidad que unirá Tánger con Casablanca y que está prácticamente terminada. Ya en el puerto, volvemos a encontrar mucho orden y poca gente, por lo que pasamos los controles sin colas. Rápida parada en la ventanilla de FSR para validar el billete, y pasamos por la garita de la policía para el control de pasaportes (con el papel amarillo relleno) sin tenernos que bajar del coche. Luego, el propio control del coche: primero la comprobación del D16 y la documentación del coche. Por último, ahora sí bajándonos del coche un ratito, colocan una fila de coches (unos cinco) en una plataforma y pasan un moderno scanner para coches enorme y sofisticado. Supongo que en época de más tránsito en el estrecho, ésto tiene que ralentizar mucho la marcha, ya que no cabían en la plataforma más que esos cinco coches que he mencionado. Los coches sospechosos eran revisados "a mano" y con perros. El nuestro pasó sin problemas, afortunadamente para los perros porque el olorcito que había dentro... ![]() La alerta naranja en el estrecho por fuertes vientos nos obliga a esperar dos horas la llegada del barco, y casi media hora más para poder salida, tiempo que entretenemos como buenamente podemos, haciendo balance del viaje. Balance positivo, sin duda. Y luego, el trayecto, con el mar bastante picado, lo pasamos sentados y adormilados en los cómodos sillones interiores. *** Imagen borrada de Tinypic *** Llegada a Algeciras, de noche, vuelta a casa y fin de un viaje muy esperado. ¡Un destino para volver, sin duda! Etapas 7 a 9, total 9
Dar consejos a la hora de emprender un viaje es bastante relativo, porque cada uno vive las cosas a su manera y según su experiencia. En cualquier caso a mí me ayudaron mucho esto: - Es un viaje para el que creo que es necesario ir con la tarea preparada: hay que leer mucho, muchísimo, sobre experiencias personales en artículos, blogs y foros (como nuestro inigualable Los viajeros) para saber bien qué te vas a encontrar. Muchas de las opiniones negativas que he escuchado sobre este país, venían de boca de personas sorprendidas con el tema de los falsos guías, por ejemplo, o de tomaduras de pelo varias. Evidentemente leer mucho no implica que no vas a caer en ninguna trampa, pero sí que ayuda a saber bien de qué va la historia, impidiendo que una anécdota amargue el viaje. - A raíz de esto, decir que aunque hay que ir bien precavidos también hay que relativizar ciertas malas experiencias viajeras en Marruecos, sobre todo relacionadas con la higiene, los alimentos y demás. La mayoría se resuelve preguntando cuándo fueron, y suelen venir referidas a viajes de hace años. Marruecos va cambiando, y eso se nota con relación al turismo. - También creo que es importante ir mentalizados de que en Marruecos nada es gratis: ni una petición de información, ni un favor... todo se paga. Saber ésto creo que también evita bastantes malos momentos. -Ir con niños facilita cualquier viaje, y un viaje a Marruecos no va a ser menos. No hay ningún problema en llevar a los niños, todo lo contrario, es una experiencia sumamente enriquecedora para ellos. Es un país muy seguro, hay mucha presencia policial. Lo mismo sirve cuando se trata de mujeres solas viajando. - La conducción en Marruecos no es difícil, aunque hay que tener bastante precaución con lo que te puedas encontrar en la carretera, por lo que creo que es aconsejable evitar conducir de noche. Las carreteras están bien señalizadas, con la señalítica siempre doblada en árabe y francés. En la zona en la que estuvimos nosotros, hay gasolineras con una distancia adecuada entre ellas. - Sobre el tema de las compras no puedo decir mucho. Tanto mi marido como yo odiamos el regateo. No nos sentimos cómodos ni nos hace ninguna gracia. El resultado es que apenas hemos comprado nada aparte de las cosas necesarias: comida, agua, gasóil... y algún que otro recuerdillo. Sólo pasar cerca de las tiendas era motivo para que los vendedores se aceraran con mil zalamerías invitando a entrar, cosa que no nos gustaba nada ¡y cuidado con iniciar regateos de productos que no vais a comprar! - Es costumbre dar propina por el servicio, siendo su magnitud acorde con el trato recibido. Los salarios en Marruecos no son precisamente altos, es bueno asegurarse de que la propina la reciba la persona que atendió la habitación o la mesa. - Con relación a lo dicho, me encanta este artículo, además del resto del blog. En fin, creo que podría seguir hasta el infinito ¡Marruecos es un país que da para mucho! ![]() Sobre el coste de las cosas, aquí van algunos precios: - El ferry, ida y vuelta con FRS Algeciras-Tánger Med, 280 € los cuatro más el coche (comprado con antelación). - Los hoteles, reservados todos a través de Booking, estuvieron en torno a los 90 € la habitación cuádruple, con aire acondicionado, ubicación céntrica, limpios y bonitos. Hay que tener en cuenta que en Marruecos se cobra aparte un impuesto municipal en los hoteles que varía de una ciudad a otra, está en torno a 1 o 2 € por persona y día. - Sacamos un seguro de viaje con la agencia de Carrefour (la única que encontramos que nos aseguraba sin haber reservado nada con ellos). El precio fue de 23 € cada uno. Afortunadamente, no tuvimos que comprobar si era eficaz o no. - El gasóil estaba a 0,80 € y la gasolina a 1 €, ¡a llenar el depósito antes de salir del país! - Peajes de autovía: Fnideq-Tetuán: 0,70 €; Meknés-Rabat: 3,6 €; Rabat-Kenitra: 1,3 €, Kenitra-Tánger: 8,7 € - Parking: entre 1€ y 2,5 € (cuando dejábamos el coche toda la noche). - Agua y pan: precio bastante variable, pero sin subir nunca de céntimos. - Los pastelitos o helados en cantidad para cuatro: 2 o 3 € como mucho, igual los zumos naturales (unos 5 € cuatro). - La comida, lo más variable del viaje: encontramos platos contundentes por 2 o 3 € y, los mismos, por 10 €, según el sitio. Por ejemplo: en una terracita de Chefchaouen 4 bebidas, 1 botella de agua grande y 2 pizzas grandes por 15 €; en el hotel de Fez 2 botellas de agua grande, 1 botella de vino, 3 ensaladas diferentes, 1 tajin para cuatro y 4 postres por 48 €; sin embargo, en el hotel de Meknés 1 botella de agua grande, una jarra de té, dos tajines individuales y dos postres por 40 € - Guía a día completo en Fez, cogido en el hotel, sin regatear: 50 € - Hamman en el hotel de Fez: 30 € - Entradas a los lugares de interés: 1 € Espero que estos precios os sirvan para haceros una idea. En general es un viaje asequible incluso añadiéndole "extras" que en cualquier otro lugar encarecería el presupuesto. A nosotros contando todo (y cuando digo todo, quiero decir todo, todo) nos ha salido a unos 400 € cada uno, una semana de viaje, bastante bien, ¿no? Etapas 7 a 9, total 9
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