Doce días entre abetos y viñedos ✏️ Blogs de AlemaniaViaje familiar en coche con la Selva Negra y Alsacia como destinos.Autor: Popuespe Fecha creación: ⭐ Puntos: 4 (3 Votos) Índice del Diario: Doce días entre abetos y viñedos
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Este es mi primer diario, y he querido centrarlo en hacerlo útil, intentando resolver por adelantado dudas y problemas que nos surgieron a nosotros, que hacíamos esto por primera vez.
Además de comentar los lugares que visitamos, intentaré poner un poco de información práctica y específica a estas vacaciones, espero ser de utilidad, igual que otras personas lo fueron para mí. Como decimos por aquí: “El que no sabe, es como el que no ve”. ¿Quiénes somos? Dos adultos y dos niñas de 10 y 11 años. La documentación que llevamos fue: D.N.I. de los cuatro, Carnets de Conducir y tarjeta sanitaria internacional (esta hay que pedirla, no tarda mucho, pero hay que tenerlo en cuenta. OJO: todo tiene que estar en vigor. No valen resguardos de solicitud por renovación. ¿Cómo y dónde vamos? En coche, un Peugeot 5008, típico monovolumen, partiendo de Gijón con destino a un apartamento alquilado en Vorstetten, Friburgo. El coche ha de tener la ITV en regla, y todo esto, y además ojo al tema de la pegatina medioambiental!!, es imprescindible para entrar en la mayoría de las ciudades alemanas ( no así para circular por autopista ). La puedes comprar en España por unos 20€. Nosotros la pedimos aquí: www.tuv.com/ ...20133.html la enviaron de un dia para otro por correo y con una atención exquisita. Con estas premisas y el depósito lleno, nos ponemos en marcha. DIA 27 / 07. Gijón – Lescar Salimos de Gijón a las 15:00, cuando Sonia, mi mujer, terminaba el trabajo, y partimos con dos problemas bastante incómodos. Son dos cosas más bien personales y no les ocurrirá a todo el mundo, pero lo pongo aquí porque puede ser de ayuda. 1) El GPS del teléfono no funcionaba bien, lo cual me tenía muy preocupado. Utilizamos el GOOGLE MAPS, sin conexión. Te descargas los mapas de las zonas por las que vas a estar, y listo. Tiene limitaciones, solo te ofrece una ruta y no da información sobre tráfico y obras, pero es gratis, así que no vamos a exigir encima. Durante nuestro trayecto por Asturias y Cantabria, el GPS iba y venía, problema que se corrigió una vez entramos en Vizcaya y se mantuvo en perfectas condiciones hasta Alemania. Para la vuelta fue lo mismo, así que me temo que Cantabria y Asturias estamos fuera del satélite o no pagamos las facturas o algo… 2) El otro problema era que lector de CD y el de USB no respondían, aunque finalmente lo arreglamos en el trayecto. Esto es MUY IMPORTANTE, lo digo en serio, porque son muchas horas en el coche, y aunque los niños vayan viendo pelis y jugando con los cien mil inventos que existen hoy día, el conductor y el acompañante, necesitan distracción. Recomiendo que además de música (cada cual la que le guste) os descarguéis programas de radio, tipo Los Fósforos o cosas por el estilo, así en plan variedades, que para viajes largos (para mí, un viaje de más de cuatro horas es un viales largo) entretienen mucho. Las cinco horas de viaje tuvieron, como no, sus gastos correspondientes: Gasoil: 45 € Peajes: 23,87 (España y Francia) Primera llamada de atención, el gasoil es mucho más barato en España que en Francia o en Alemania, donde los precios (eso sí) varían mucho de un sitio a otro, pudiendo haber diferencias de 20 céntimos por litro. Los peajes, son una verdadera cruz en Francia. No solo porque suponen un gasto muy importante, sino porque hay muchísimos y cortan el ritmo de conducción. Bien, la primera parada fue en LESCAR. Una pequeña población del Sur de Francia cercana a la más conocida PAU. Escogimos esa ruta a pesar de que no era la recomendada por el navegador, porque los hoteles son infinitamente más asequibles que si vas por la costa, donde es difícil encontrar habitaciones para cuatro y además te dan unos palos de miedo. El pueblo no llegamos a verlo, la verdad, porque el hotel donde pasamos aquella noche estaba en una especie de polígono industrial y además estábamos bastante cansados y había que madrugar al día siguiente. Eso sí, fuimos a cenar a un local cercano que había encontrado en Tripadvisor y que era como estar en la célebre escena de Pulp Fiction, donde Uma Thruman y Travolta se ponen a bailar. Ah! ese gatazo tan chulo era el guardián del hotel...en fin, lo cierto es que un comienzo de ruta muy agradable, una vez que llegamos a aquel primer punto, más relajados, viendo que no nos íbamos a perder y con la sensación de que iban a ser unas buenas vacaciones…Mañana, segunda parada en Sarlat la Caneda.... Etapas 1 a 3, total 5
Segundo día. 28 de Julio de 2016 Con las fuerzas repuestas tras un desayuno poderoso desayuno, abandonamos el hotel. Un Fasthotel de ruta, del que no cabía esperar nada, pero que para nosotros fue cómodo, limpio y con un personal extraordinariamente amable, que además hablaba español perfectamente. El segundo punto de destino era Sarlat la Caneda, esta vez con un poco más de tiempo y la intención de visitar la Villa. Cuatro horas de viaje, 30€ de gasoil y 26 de peajes después, llegamos al hotel. Un Abbys, a diez minutos del pueblo que resultó un tanto extraño, ya que la recepción cerraba de 14 a 16 y te enviaban el código de la cerradura para poder entrar en ese segmento de tiempo. También había unas máquinas donde poder validar la tarjeta automáticamente etc. , lo cual puede que sea muy cómodo , pero es bastante impersonal y no parece la mejor idea para fomentar el empleo. Había leído que aparcar en Sarlat era complicado, así que comimos en una brasserie que había dentro de un centro comercial al lado del pueblo. Los supermercados estos son una cadena que se llama E-leclerc, muy abundantes en Francia, y bastante socorridos. Al final, lo de aparcar no solo fue fácil, sino además gratis. Hay varios parkings públicos de camino al centro, marcados en el plano que te dan en la oficina de turismo y nosotros nos quedamos en el primero que apareció, a cinco minutos a pie. Los que están en pleno centro son de pago, pero bueno, se trata de pasear y conocer ¿no?. Sarlat no defraudó en absoluto. Se trata de una conservadísima villa medieval que recuerda un poco a algunos pueblos medievales del norte de España (tipo Santillana del Mar en Cantabria) pero con mayor patrimonio antiguo, por así decirlo. Está estructurada principalmente en torno a dos puntos. Uno sería la Catedral (de culto católico) y otro la Rue de la Republique, que es su calle principal y atraviesa el casco antiguo de un lado a otro. La Catedral en sí misma no es precisamente un espectáculo y su valor arquitectónico es mayor que el artístico, lo que hace que al final resulte más interesante por fuera que por dentro. Detrás de ella está “La linterna de los muertos”, una especie de torre hueca que, según la tradición ancestral, servía para que las almas de los fallecidos, pudieran subir al cielo más fácilmente. También funcionaron en su momento, como una especie de faro para peregrinos. Cuando nosotros llegamos, en el interior de la torre había una chica acompañada de un músico, que interpretaban lo que parecía ser música sacra. Mientras, a poca distancia, en la plaza que da entrada a la catedral el típico jipi tocaba su hang drum (este instrumento de percusión que parece una especie de ovni) y al mismo tiempo, en un patio al lado de la Linterna de los muertos, un grupo de teatro ensayaba una función que estaba anunciada para representarse próximamente. Desde luego, quien estuviera allí por interés cultural no podía quejarse. El otro punto vital de Sarlat como decía, es la Rue de la Republique. No busques historia ni arte aquí, pero si quieres comer o comprar has dado con el sitio adecuado. Realmente no hay nada destacable en esa calle más allá de lo cuidadas que están las fachadas de las casas, y lo bien decorado que está todo, pero si me permitís, me gustaría contaros una pequeña anécdota que nos ocurrió en esa calle, y que sentaría ciertos precedentes que se repitieron a lo largo de las vacaciones, dejándonos bastante sorprendidos. Era la hora de merendar, y nos metimos en una heladería-pastelería de aquella calle (el nº 13, para más exactitud) llamada “Le Canelé de Bordeaux-Lemoine”. Al pedir los helados, nos resultó imposible entendernos con la chica que nos atendió (pese al interés que ella ponía) porque apenas hablaba dos palabras en inglés. Esto fue algo que nos chocó muchísimo y creímos que sería un caso puntual. Finalmente, no tardó en atendernos el que parecía ser el encargado, un tipo joven, de veintipocos, que estuvo con nosotros explicando que en Francia no se encuentra fácilmente el tipo de helado que nosotros queríamos etc. etc. etc. A mí me estaba dando bastante apuro, porque la tienda estaba llena y allí estaba el tipo aquel con los españoles pesaos (nosotros) para cuatro miserables helados. No hacemos más que pisar la calle, y a mi hija mayor se le caen las dos bolas de helados al suelo. Mi mujer entró a pedir un papel para limpiar aquello, y allí salió el chico y lo limpió él. La verdad es que no tendría por qué haberlo hecho, ya que estábamos en la calle. Ese fue el primer detalle, pero es que además el tipo le pidió el cucurucho a la peque (que la pobre no sabía dónde meterse), se lo volvió a llenar de helado, no quiso cobrar y no contento con eso, les regaló un chupa-chups a cada una de las niñas, para aliviar el disgusto. ¡A eso le llamo yo saber estar de cara al público! En fin, ya sé que solo es una anécdota, pero si vais por allí, comprad un helado que además estaban de cine. En resumen, más que visitar sitios concretos (que también puedes) yo diría que esta es una ciudad para patearse. Un laberinto de callejuelas estrechas (peatonales) muy parecidas entre sí pero con infinidad de detalles interesantes. La nota triste (porque es MUY triste) fue ver patrullando las calles a militares pertrechados con la ametralladora (o lo que sea) en la mano. No hablamos de Policía Local, ni siquiera de la Nacional o Antidisturbios que ya de por sí imponen más, si no de grupos de cuatro o seis militares. Espero que se me entienda bien, no quiero decir que sea triste la presencia de estos, si no el hecho de que la misma, sea necesaria. Todos sabemos que 2016 está siendo un año lamentable en ese sentido, especialmente en Francia, pero ahí están esos chavales jugándosela para que nosotros paseemos tranquilos y eso no debemos olvidarlo. Con la tarde ya avanzada, decidimos volver al hotel, porque al día siguiente tocaba ruta larga y había que madrugar. A la hora de cenar, nos ocurrió otro pequeño percance (si se le puede llamar así) que os trasmito para que lo tengáis en cuenta: la comida de los restaurantes chinos no es igual en Francia que en España, así que cuidado con los rollitos que allí parece que están crudos y sobre todo la cerveza, francamente horrible. Bueno, supongo que este tipo de tonterías son las que dan salsa a los viajes y te obligan a aprender. Etapas 1 a 3, total 5
29 / 07 / 2016 Desde Sarlat A Vörstetten
Era el último tramo del viaje de ida. Nuestra idea era hacer que los desplazamientos fuesen parte de las vacaciones en la medida de lo posible. Creo que hacer el viaje del tirón es desperdiciar un día, aun incluso cuando haciéndolo por tramos gastes tres, por no hablar del cansancio que genera y lo peligroso que puede resultar.
Algo más de siete horas que sumadas a 41 € de peajes y 58 € de gasoil nos llevarían desde la maravillosa Sarlat hasta Alemania, donde llegaríamos hacia la media tarde. Desayunamos en el mismo hotel a lo asturiano, es decir como jabalís. Una de las cosas que tienen las vacaciones es esta, y al no tener que prepararlo, ni que fregar después y que además hay muchos tipos de comida a los que no estás acostumbrado, pues aprovechas y haces unos desayunos que en casa no te atreves ni a plantearte. El viaje tuvo lugar entre carreteras nacionales y autopistas. Ya os he comentado el tema de los peajes en las autopistas francesas, que son un despropósito y un abuso, aunque eso sí, son buenas vías, con muchos aparcamientos donde descansar, e incluso en bastantes preparados con agua, baños y demás. Me imagino que esto lo apreciarán especialmente los camioneros, y es que en toda mi vida he visto tantos camiones como en este viaje. De hecho, uno de los carriles parecía estar reservado únicamente a esos vehículos, porque te ponías a adelantar y eran filas y filas de trailers. En Alemania la cosa cambia. No encontramos ni un solo peaje por la zona que anduvimos, , las carreteras son igual de buenas o mejores que en Francia (también tienen cincuenta mil rotondas) y está el tema de las Autobahn, por las que, como ya sabréis, puedes circular sin límites de velocidad. Al margen de la mayor fluidez y comodidad de la autopista, lo cierto es que hay una gran diferencia en el paisaje, mucho más bonito por carreteras nacionales, en las que atraviesas campos de maíz y girasoles que parecen un mar verde y amarillo. Aquel día, por no andar enredando, paramos en un centro comercial a comprar unos sándwich para comer por el camino y así nos plantamos en Vörstetten más o menos como estaba planeado. Allí habíamos alquilado un apartamento a través de Booking con la idea de fijar allí un centro desde el que nos moveríamos tanto por Francia (la zona de Alsacia, que era lo que nos interesaba) como por la Selva Negra. Hubo ciertos problemas para contactar con la persona que debía entregarnos las llaves del apartamento por un error en un número, pero por lo demás, todo bien. Cuando llegamos al pueblo, el chasco fue notable, ya que el apartamento estaba casi al principio del mismo, había obras en la pequeña carretera de entrada y en fin, no daba la mejor impresión. No tardamos en descubrir lo equivocados que estábamos. Vörstetten es una pequeña localidad principalmente agrícola, pero no del tipo que vemos en Asturias, que suelen estar bastante descuidadas. Allí la mayoría de las casas rondaban los dos siglos de antigüedad, pero parecían villas residenciales. De hecho, te dabas cuenta de la actividad agrícola, cuando veías los tractores y aperos de labranza en las “casitas auxiliares”. Todo está cuidado y limpio y es muy “luterano” por entendernos. Quizá el hecho de que no haya animales en esas casas (quiero decir, que no hay vacas ni ovejas) ayuda bastante a la limpieza general. El apartamento, pues muy bien para lo que era: un sitio para dormir, desayunar y cenar durante las vacaciones. Un baño con ducha, un salon/dormitorio/cocina lo bastante grande para los cuatro (dos camas grandes), su terraza, su plaza de parking... en fin, lo normal. Como habréis imaginado, elegimos ese,porque está a menos de un cuatro de hora de Friburgo y la diferencia de precio con respecto a uno que esté en la ciudad, es como del cielo a la tierra. Dos consejos si vais a algún sitio de este tipo: -Llevad un paquete de macarrones y un bote de tomate. Nunca sabes a qué hora vas a llegar, ni lo que hay (o deja de haber) en el punto de destino. -Si hay una tele moderna (como era el caso) con usb, llevad un disco duro portátil con pelis, especialmente si vais con críos. Nosotros lo hicimos y ayudó bastante en esa parte del dia en que las duchas y las cenas se hacen con mucho cansancio acumulado. En fin, tras el viaje, la toma de contacto y la puesta a punto estábamos bastante cansados, así que nos acostamos pronto con la expectativa puesta en el dia siguiente, cuando ya empezaba la fase de exploración. Etapas 1 a 3, total 5
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