![]() ![]() Japón primavera 2016 - 18 días (con bajo presupuesto) ✏️ Blogs de Japon
Diario detallado de dos hermanas (una sensible al gluten) viajando por libre con bajo presupuesto.Autor: CatiKat Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.6 (20 Votos) Índice del Diario: Japón primavera 2016 - 18 días (con bajo presupuesto)
01: Introducción - Itinerario y detalle de gastos
02: Día 1 - Vuelo Madrid-Tokyo y llegada.
03: Día 2 - Ueno - Ameyoko - Asakusa
04: Día 3 - Palacio Imperial - Tokyo Tower - Harajuku
05: Día 4 - Gyoen - Meiji - Shibuya - Odaiba
06: Día 5 - Museo Ghibli - Nakano - Tochomae
07: Día 6 - Nikko - Akihabara
08: Día 7 - Kamakura
09: Día 8 - Tokyo - Takayama
10: Día 9 - Takayama - Osaka
11: Día 10 - Nara - Osaka
12: Día 11 - Himeji - Kobe
13: Día 12 - Kyoto (Ginkakuji - Palacio Imperial - Kiyomizu - Gion)
14: Día 13 - Kyoto (transformación en maiko - Fushimi Inari)
15: Día 14 - Kyoto (Arashiyama)
16: Día 15 - Osaka
17: Día 16 - Hiroshima y Miyajima
18: Día 17 - Miyajima - Tokyo
19: Día 18 - Último día en Tokyo
20: Día 19 - Haneda y regreso a Madrid
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Etapas 10 a 12, total 20
Nos levantamos a las 6:30. Desayuné a las 7:40 pero mi hermana no se puso hasta las 7:55. El termo de agua aún conservaba el calor como el primer día, sin necesidad de estar enchufado.
Preparamos todas las cosas y las mochilas para pasar la mañana antes de irnos y como siempre me tocó esperar a que mi hermana terminase. Bajamos las maletas para dejarlas en recepción, donde ya había unas cuantas junto a entrada, todas amontonadas. Nos dieron un papelito de resguardo de las maletas y salimos a ver Takayama a eso de las 9:00. ![]() Empezamos por el templo que teníamos al lado del hotel, Hidakokubun-ji Temple, con una pagoda y un árbol ginkgo de 1200 años que utilizan como predicción de la primera nevada, ya que cuando suelta las hojas nieva al día siguiente. ![]() A las 9:30 estábamos camino al río, para ver el mercado matinal. Pasamos por un cole donde estaban los niños haciendo actividades fuera, con sus gorritos amarillos. Llegamos al río y al otro lado estaba el mercado matinal Miyagawa, con tiendas y pequeños puestos a lo largo del camino río arriba. Lo recorrimos curioseando y probando alguna cosa. Laura incluso pudo probar algún encurtido que si sabía libre de gluten. En otros sitios enseñó el cartelito y le dijeron que creían que podía comerlo pero que no se lo aseguraban, por lo que mejor que no lo hiciera. ![]() ![]() Era todo bastante caro, incluso las cosas simples como las bebidas o las galletas de arroz. También había mucha artesanía, por lo que es normal que los precios sean más altos. Había cosas muy bonitas, como palillos, pero se salía de nuestro ajustado presupuesto. Bajamos al paseo que hay junto al río, donde mi hermana aprovechó para fumar. Y seguimos mirando puestos. Llegamos a un puesto de manzanas que estaba lleno de gente. Las manzanas eran carísimas y el precio era por unidad, dependiendo del tamaño. Compramos una de 200¥, la daban pelada y cortada si querías comerla, pero mi hermana no la pidió ni en una bolsa para llevarla por lo que la tuvimos que meter en la mochila para comerla más tarde. Nos la comimos ya en Osaka y estaba riquísima. Super jugosa, se deshacía en la boca. ![]() ![]() En el lado de las tiendas estaba todo muy organizado y bonito, pero en el lado que daba al río eran puestos temporales de artesanos y agricultores locales que estaban montados con plásticos un tanto feuchos. Lo bueno es que la mayoría tenían degustaciones, por lo que podías probar cosas nuevas. Pasamos por un puesto que vendía ternera de hida a 500¥, pero como eran las 10 de la mañana ni modo de poder comprarlo para probarla. Seguramente mi hermana habría podido comerla, porque era a la parrilla. Como no sabíamos cuanto tiempo íbamos a tardar en ver Hida No Sato, nos fuimos hacia la estación de autobuses, junto a la de tren, a eso de las 10:20. ![]() Hida No Sato es un museo al aire libre donde exhiben 30 casas de la región de Hida, construidas en el periodo Edo y trasladadas enteras desde sus lugares originales para conservarlas en este museo. Hay un pase de bus y entrada por 930¥ que se compra en el interior del edificio de la estación de buses. La entrada sola cuesta 700¥, aunque es un buen trecho para ir andando y no hay nada interesante para ver en el camino. Había unas máquinas fuera, pero no miramos si se podían comprar ahí. Dentro te las venden y te dan un horario de autobuses. El bus salía a cada hora en punto y a las y 40 minutos. Por lo que nos tocó esperar un buen rato. Habría estado bien saberlo para haber aprovechado mejor el tiempo. Para matar los minutos, pasamos por el baño y me compré un Van Houten en una máquina, que lo tuve que tirar sin acabar porque me estaba empachuzando y al ser una lata no podía guardarla para más tarde. El autobús lo cogimos en la salida número 1, y en los luminosos del bus ponía Hida Folk Village. Lo cogimos a las 10:40 y llegamos a las 10:51. Las entradas hay que enseñarlas al bajar del bus. Como tienen tres partes te quitan solo una y te entregan el resto. El horario de la Villa es de 8:00 a 17:00. La entrada hay que enseñarla en la taquilla, donde se la queda y te devuelven solo el trocito para el bus. Osea que no te dejan entrada de recuerdo, pero te dan un folleto y un mapita del complejo, con las casas numeradas para que puedas hacer un recorrido. ![]() Lo malo de la época es que en Takayama aún está todo como si fuese invierno, por lo que hay poca vegetación y los árboles están muy pelados. Al entrar lo primero que se ve en un pequeño lago y unas chicas que te hacen fotos con tu cámara y con una propia. Es un poco palo porque te da cosa luego irte sin la foto que te hacen, pero era extremadamente cara. Te puedes poner accesorios que tienen ahí e incluso a la entrada hay un puesto con sombrillas que puedes utilizar durante todo el recorrido, totalmente gratis. Mi hermana hizo uso de una sombrilla roja, ya que hacía mucho sol. También hay una cabañita con botas de agua y taquillas, en caso de visitar el lugar con nieve o agua. ![]() Seguido a esto hay varios puestos con varios juegos regionales, como una bola de madera que hay que encajar en un bloque que sujetas en la mano, unos zancos de madera, peonzas… Probamos un poco y ni forma, se ve que hay que dedicarle horas de práctica a eso. Salvo la peonza que ya la conocíamos, el resto ni modo. Junto al lago hay un recipiente con comida para los animales, que vale 50¥, aunque cuidado con el cisne, que tiene muy mala leche. ![]() Nos dimos una vuelta por el poblado, entrando en las zonas que permitían el paso. Dentro algunas estaban como si fuese una casa en uso y otras tenían objetos de exposición. Nos gustó bastante, ya que pudimos ver no solo los exteriores de casas tradicionales, sino los interiores tal y como eran. Lo único que llevábamos un poco mal era tener que descalzarnos cada vez, ya que en algunos sitios no había ni donde sentarse. Esta zona es mucho más montañosa, con más vegetación que en Takayama y a pesar de ser un museo, nos gustó más que la ciudad en sí. Desde ahí se veían las montañas nevadas al fondo. ![]() A las 12:15 salimos y ya se notaba que estaba entrando más gente. A las 12:30 salía un bus hacia la estación de autobuses. Llegamos a las 12:40 y nos dirigimos a uno de los baños termales de pies al aire libre. Es fácil de encontrar, ya que está siguiendo la avenida de la estación hacia el sur, justo en la entrada de un hotel, el primer edificio alto que hay en la misma acera de la estación de tren. ![]() Pasada la 1 nos fuimos hacia el hotel, pasando por un Family Mart, donde me compré una ensalada con pasta, pollo y huevo (298¥) para comer en el tren y lo que pensaba que era pollo rebozado. Había varias cosas rebozadas en un sitio caliente y unas sopas con varios elementos que podías ir añadiendo por piezas. Nos sentamos fuera para que mi hermana pudiera fumar y me comí lo que resultó ser cebolla rebozada. Estaba bueno, pero era como un aro de cebolla enorme y no llenaba mucho. Creo que me costó unos 100¥ El tren lo teníamos a las 14:38 y aunque aún nos quedaba tiempo tampoco queríamos apurar al máximo. Llegamos al hotel a las 13:30 para recoger las maletas. Tras haber reorganizado el contenido de las mochilas, salimos hacia la estación. La recepcionista ayudó a Laura con su maleta, ya que aún no nos habíamos puesto a la espalda la maleta pequeña. Llegamos a la estación una hora antes, por lo que nos metimos en la pequeña sala de espera para estar sentadas. Compramos unas botellas de agua en la tienda que había ahí mismo y pusimos nuestro puntito en el mapa que allí tenían para indicar la procedencia de los viajeros. El tren era el Hida 14, con llegada a Nagoya a las 17:02. ![]() Cuando se acercaba la hora nos pusimos en la cola para acceder al andén, ya que como está en obras hay que pasar por el mismo punto. Entramos y nos fuimos colocando en orden según nos iban indicando, cada uno en el número de su vagón, haciendo una fila doble que hacía un giro en el estrecho andén. Ya era la hora y el tren todavía no había podido parar, porque había otro invadiendo un trozo de su vía. Nos tuvieron que mover a todos más hacia un lado para que coincidiéramos en la entrada de los vagones cuando parase. El tren iba bastante lleno y nos tocó con un grupo de colegiales con sus profes, que ya habíamos visto en la puerta de Hida No Sato. Iba a colocar las maletas arriba, como la vez anterior, pero nada más entrar, por la ventanilla un revisor me indicó que las llevase al final del vagón. Eso hice y las dejé al final del todo, en un hueco que había en el último asiento. Lo malo es que como son maletas con ruedas, podían salir rodando y teníamos que revisarlas de vez en cuando. ![]() Al final el tren salió con casi 10 minutos de retraso. Se suponía que llegaba a las 17:02 a Nagoya, donde debíamos coger el de Osaka a las 17:11. Si llegabamos con todo ese retraso lo perderíamos seguro, así que fuimos todo el viaje un poco intranquilas mirando continuamente el google maps con el gps y el hyperdia para ver a qué hora deberíamos estar en cada estación. Siempre íbamos con retraso. A las 14:55 nos pusimos a comer, yo la ensalada de pasta y pollo y Laura dos onigiris de salmón que había comprado en el Family Mart la noche anterior. Al final no sé cómo lo hizo el maquinista, pero recuperó unos cuantos minutos en el último tramo y llegamos unos 5 minutos antes de nuestro próximo tren. Ni que decir que nos colocamos en la puerta antes de llegar a la estación para estar las primeras y poder salir corriendo como locas con las maletas hacia el shinkanshen. No fuimos las únicas que salimos por patas de ese tren. Llegamos justo cuando estaba parando el tren en el andén, así que no lo perdimos por segundos, ya que en las estaciones intermedias solo para uno o dos minutos como mucho. Aún estábamos colocandonos cuando arrancó el tren y pudimos sentarnos todas sudorosas por la carrerita. Pensábamos que todos los trenes eran ultra puntuales, pero tras esta experiencia, nos alegramos de tener el resto de enlaces con al menos 20 minutos de espera entre uno y otro. Llegamos a las 18:03 a Shin-Osaka. Nos costó un poco ubicarnos hacia la salida que teníamos que coger, pero terminamos saliendo por donde era. Lo malo es que no encontramos el ascensor y esta salida nos llevó hacia una especie de pasarelas que terminaban en una largas escaleras. Bajamos las maletas con dificultad y de nuevo a mi hermana le ayudaron a bajar la suya. Una vez en la calle ya era seguir recto hasta la siguiente calle grande que era justo la del apartamento que habíamos alquilado por airbnb. No fueron más de 10 minutos andando y ya estábamos allí. No tuve problemas para identificar el lugar, ya que era igual que en las fotos. A pesar de que la dueña no me había mandado instrucciones, ya había visto el camino anteriormente por Internet. Dejamos las maletas en la entrada, nos descalzamos y nos pusimos las zapatillas, que después descartamos y fuimos descalzas, porque estaban un poco sucias. Inspeccionamos bien la casa. La cocina era bastante vieja, con los pomos caídos y armarios vacíos o con algún paquete de pañales o insecticida. No estaba perfectamente limpio, por lo que nos tocó lavar bien los platos, cubiertos, la olla y la sartén que había. No había suficiente menaje, pero nos pudimos apañar. Miramos qué cosas hacían falta para comprarlas, como estropajo, jabón de platos (apenas quedaba)... La nevera no estaba del todo sucia pero tampoco estaba limpia. Había una arrocera que limpiamos también para poder usarla sin peligro de contaminaciones. Reubicamos un poco una mesita con ruedas para poder colocar las cosas de cocina, ya que no tenía encimera donde poder preparar la comida. ![]() El baño estaba justo en frente de la cocina, con una puerta plegable. El wc estaba limpio, pero el lavabo tenía hasta pelitos y la bañera un surco marrón por todo el borde. Decidí ducharme con las sandalias que me había llevado para utilizar en las duchas compartidas. Acostumbrada a los hostales de Londres, es una precaución que nunca está de más tomar. Había tres camas montadas; dos individuales y una doble. En las fotos del apartamento sólo aparecían las dos individuales, por lo que esto hacía que el espacio fuese más reducido. Tampoco fue un inconveniente ya que la utilizamos para colocar las maletas y la ropa. En el mueble de la tv pusimos todas las cosas de la cocina para tener la mesa libre. El sillón estaba separado de la pared, pero no lo movimos porque era muy bajito y se hacía imposible si no llegar a la mesa. La mesa era bajita y muy pesada, por lo que no se podía mover. Sobre ella teníamos una carpeta de instrucciones de cómo encender el gas, usar el wifi y la lavadora. Al ser un bajo, la terraza daba a la calle, a una especie de patio trasero donde se veía la pared del parking de bicicletas. Tenía su tendedero y lavadora. Las cortinas las formaban dos partes y una era bastante gruesa, por lo que no entraba demasiada luz. Tras colocar todas las cosas nos fuimos a hacer la compra. Empezamos por el super que hay justo en frente, que resultó ser una especie de droguería gigante con alguna cosa de comida. Aprovechamos y compramos allí los vasos desechables, kleenex, algodones, crema de cara, crema de cuerpo, lavaplatos, estropajo. Total: 2240¥ No llevábamos casi kleenex por culpa de lo que ahora entiendo que es una leyenda urbana o algo pasado de moda, que decía que en Japón te regalan pañuelos con publi por todas partes, que eran muy útiles en los wc porque no solían tener papel. Solo vi a una persona en Shibuya dándolos y se cuidaba mucho de dárselo a los extranjeros. Así que no, no regalan pañuelos en cada esquina. Además, todos los wc públicos que vimos tenían papel. También tuvimos que comprarnos crema porque a pesar de vivir en Madrid, que suele ser tirando a seco, Japón nos resultó demasiado seco. Teníamos la piel hasta escamada de la sequedad ambiental que había. A las 19:30 salimos de allí camino a un supermercado grande, Central Square Life, que estaba a unos 500 m. Lo primero que vimos es que los carritos eran altos y pequeños, como pensando que vas a comprar poco. Sin embargo era un super tipo carrefour, bastante grande, con dos pisos, aunque el segundo no lo vimos, ya que la comida estaba en el primero y siempre llegábamos tarde y cansadas como para ir a cotillear. Estuvimos allí más de una hora, ya que teníamos que mirar bien todos los ingredientes de las cosas que compramos, sobre todo de los procesados. ![]() Compramos; bonito seco 20g, lechuga, una bandeja de sashimi, bolsa de ensalada, cebollas, fresas y piña cortadas, gambas congeladas, zumo Dole, brotes de soja, melon pan, melon pan con choco, setas maitake, 10 huevos, carne de cerdo en lonchas finas 348g, pechuga de pollo 187g, puerro blanco-cebolla larga, un ajo, una lata maíz, alga kombu, alga nori 20 hojas, aceite de colza y soja 400g, tres latas de atún, fideos de patata 180g, yogurt azucarado Meiji, 8 plátanos pequeños, bolsa de setas, Un mochi, bolsa de patatas Aerial. Total 5637¥ Algunas cosas frescas, como el sashimi, estaban rebajadas al ser tarde, por lo que la compra sale más rentable. A las 20:45 salimos del súper, con varias bolsas. Ni caímos en llevarnos una maleta para llevar la compra, por lo que llegamos casi sin brazos. Nos fuimos a dormir tardecito, ya que como siempre tenía que volcar las fotos y vídeos y planificar la visita del día siguiente. Etapas 10 a 12, total 20
De nuevo no dormí más de 6 horas. Nos levantamos a las 7 de la mañana y como el día anterior estábamos muy cansadas nos hicimos la comida por la mañana, con lo que perdimos mucho tiempo.
Nuestro plan era ir a Nara entre semana y después ir a Fushimi Inari, pero no sabíamos muy bien a dónde ir el sábado, ya que cualquier sitio muy turístico estaría lleno de gente. Por lo que pensamos ver Osaka tranquilamente. Como estaban diciendo que iba a empezar a llover al día siguiente, hasta vete a saber cuando, decidimos ir a Nara, a pesar de ser sábado y ser un día con bastante afluencia, y dejar Osaka para la tarde. ![]() Salimos a las 10:30 hacia el tren, cogimos uno hasta la estación de Osaka y ahí otro de la línea Yamatoji Line, que llegó a la estación de Nara a las 12:10. Nada más salir de la estación está el centro de información turística, donde además disponen de baños, oficina de cambio y espacios para dejar el equipaje. Caminamos por Sanjo Dori, una calle con aceras grandes que hay justo en frente de la estación, que lleva hasta el parque. El trayecto es de unos 20 minutos. ![]() De camino entré en una tienda para comprarme alguna chuche baratilla y me hice con una bolsa de algo parecido a rosquillas por 100¥. Mi hermana se compró un poco más adelante un café de máquina. Pasamos por una tienda de mochis que estaba llena de gente comprando. En el momento no sabíamos muy bien qué era, pero en google aparece como un punto importante de venta de mochis. Como eran de té verde, algo que no me gusta nada, ni los probamos. ![]() ![]() Esta zona ya estaba más cercana del parque y por lo tanto más turística, que se notaba por el aumento de puestos con recuerdos. A esas horas aún estaban cerradas la mayoría, pero ya se podía ver que la venta principal está dirigida a todo lo relacionado con los ciervos. ![]() A las 12:35 llegamos al primer templo, el Nanendo. De allí caminamos hasta el templo Kohfukuji, donde vimos los primeros ciervos, ya asediados por los niños. Estos estaban como viejitos y con patas chungas, recibiendo las galletas sin moverse del sitio. ![]() ![]() Estaba todo bastante lleno, ya que además de ser sábado hacía un día precioso, con sol y los cerezos florecidos. Sobre todo notábamos que había muchos japoneses, no solo extranjeros. Al ser primavera, los ciervos están cambiando el pelo y les están creciendo los cuernos, por lo que su aspecto es un poco sarnoso, parecen ciervos medio zombis, a los que se les cae la piel a trozos. ![]() A partir de aquí empecé a perder a mi hermana constantemente. Se alejaba sin previo aviso detrás de los ciervos y se metía entre los mogollones de turistas. Había veces que perdía un montón de tiempo buscándola, incluso me tocó mandarle mensajes al móvil. Menos mal que ella llevaba el wifi y yo tenía la sim de datos. Ya tengo planificado un artilugio para el próximo viaje. Le regalaré una diadema con antenas de colores para poder encontrarla de un vistazo. ![]() Seguimos caminando hacia el este, desviándonos hacia el norte para ir hacia el Tōdai-ji. A la altura del museo nacional de Nara, cruzando la calle vimos el santuario Narahimuro, con un pequeño jardín que tenía una charca con sapos (o ranas) enormes. Por esta zona los ciervos no querían comer ni una sola galleta de las que les ofrecían los turistas, solo comían bellotas que les daba un señor mayor o nuestras nueces. ![]() A las 13:50 llegamos a las puertas del templo, llamadas Nandai-mon. Llegamos a las taquillas de Tōdai-ji y compramos nuestras entradas a 500¥ cada una. El edificio era impresionante, sobre todo con los cerezos en flor y el cielo azul haciendo contraste con la gran construcción de madera, el edificio de madera más grande del mundo. ![]() El gran buda ya se veía enorme antes de entrar. Lo único malo era la cantidad de gente que había, hasta te empujaban mientras intentaba grabar o hacer fotos. Aun siendo más alto que el buda de Kamakura, en persona parece un poco más pequeño. Quizá fuese impresión mía o que la de decoración que tiene alrededor le hace parecer más pequeño. ![]() Dimos la vuelta entera al interior, empezando por la izquierda y terminamos llegando a la columna de madera con el agujero por el que hay que pasar para conseguir felicidad eterna. Tenía intención de probar suerte, pero la cola que había era enorme, así que pasamos de largo, eso sí, sin dejar de cotillear que gente pasaba. ![]() ![]() Salimos del edificio principal del templo, intentando solucionar un problema con la wifi, aunque creemos que al estar en mitad de la nada no había cobertura, ya que más tarde también perdía yo la señal de la sim. Antes de salir mi hermana dejó una ofrenda y quemó incienso en el espacio que había justo al principio del camino hacia la entrada del templo. Por supuesto, junto a la salida, teníamos las tiendas de recuerdos. Esta vez sí picamos y nos compramos unos colgantes para móvil de ciervitos kawaii. Veían dos en el paquete, por menos de 400¥, así que perfecto recuerdo para las dos. ![]() Como ya eran casi las tres, nos pusimos a buscar un lugar donde poder comer nuestros bentos. La zona con más árboles era más bonita, pero estaba el suelo húmedo y los pocos sitios para sentarse estaban ocupados, por lo que fuimos hasta una gran pradera, en la que además no había ciervos, para poder comer sin peligro a hurtos de comida. ![]() La pradera estaba llena de parejas y chicas haciéndose fotos con ropa elegante y de boda. Aquí fue donde nos dimos cuenta que las maletas eran para tener cambios de ropa para las fotos, ya que una chica se estaba haciendo fotos junto a los cerezos y al rato reapareció con otro modelito distinto. ![]() Nos sentamos a comer a las 15:00 en un banco de piedra, ya que todas las mesas estaban ocupadas. Mientras comíamos aproveché para hacer un timelapse de la pradera, aunque no era un punto visualmente especial, había que aprovechar los momentos que pasábamos quietas en un sitio. ![]() A las 15:40 emprendimos de nuevo la marcha camino al santuario Kasuga-taisha. En el camino vimos varias parejas de novios haciéndose fotos con trajes occidentales. Tras atravesar un poco de bosquecillo, con ciervos ya medio dormidos entre la maleza, dimos con un camino de linternas a ambos lados. ![]() Allí mi hermana compró galletas para ciervos por 150¥, ya que en esta zona parecía que los ciervos tenían más hambre, no como los del principio que ya pasaban de los turistas y sus galletas, solo querían cosas distintas, como nuestras nueces o rosquillas. ![]() El camino era precioso. Con los cuervos graznando a pleno pulmón como de costumbre y los ciervos más tímidos que pedían galletas pero se asustaban al acercarse. También en esta zona había mucha gente, incluso con bicicletas, pero aún así el sitio era tan bonito que se toleraban. En la zona de Kasuga-taisha no entramos en los sitios de pago, solo vimos el complejo por fuera y paseamos por sus caminos de linternas. ![]() A las 16:30, ya estábamos bastante dentro del bosque, creo que llegamos hasta el Munakata Shrine. El lugar estaba bastante vacío y empezaba a oscurecer, por lo que decidimos emprender el regreso al llegar a un tori que tenía una bajada por un camino totalmente solitario. Nos apetecía alejarnos un poco del gentío. Parecía que bajábamos, pero al rato volvimos a subir. Ya pensaba que nos estaba adentrando más en el bosque, por lo que tuve que comprobar con el móvil que no estábamos perdidas. ![]() A mitad de camino mi hermana vio una casa y pensó que podíamos atajar por ahí, nos metimos y resultó no tener salida y encontrarnos en medio del patio trasero de alguien. Continuamos nuestro camino y por fin regresamos al camino por el que iba la gente. ![]() Los ciervos ya estaban casi todos tumbados lejos del camino, pero pudimos ver a uno comiéndose el mapa de algún turista. Los ciervos son como las cabras y se comen el papel, así que no lo dejéis al alcance de sus hocicos. Cuando de regreso, pasábamos por el Kōfuku-ji, a las 17:00, rodeamos el estanque ya que había leído que el reflejo de la pagoda era precioso, pero estaba un poco turbia el agua y no se veía nada especial. Pasamos de nuevo por la tienda de mochis y esta vez estaban haciendo una exhibición del proceso de la masa, golpeando con unos mazos enormes. Llegamos a la estación a las 17:25 totalmente agotadas de la caminata. Menos mal que decidimos ir a Nara y no lo hicimos el día que pensábamos ir a Fushimi-Inari, porque no habríamos podido ver las dos cosas. Cogimos el tren camino a Osaka, pero nos bajamos en JR-Namba Station, (hicimos trasbordo en (Shin-Imamiya Station o en Tennoji Station) ya que eran las 18:40 y aún teníamos tiempo para ver Dotonbori, aunque estábamos agotadas, era el momento perfecto y no sabíamos si tendríamos otra ocasión. Nos subimos en un vagón solo para mujeres, aunque iba medio vacío. ![]() Según salimos del tren, hay que caminar por una especie de calle subterránea. Menos mal que google maps nos acompañaba, con esto llegamos sin problemas. En la superficie nos encontramos en un parking bajo una carretera elevada, con un paso de cebra que nos condujo hasta la calle junto al canal y a mano derecha ya se veía el luminosos de entrada a Dotombori. Ya era de noche y la calle no parecía muy habitada, pero echamos a andar hasta que empezó a estar mucho más llena según nos adentrábamos. Pasamos por el hotel Gloria, que tiene en la entrada unas columnas con cabezas gigantes unidas a unos piececitos. La calle estaba llena de bicis y cuando llegamos al otro luminoso de Dotombori nos encontramos con una gran calle perpendicular. Estaba un poco perdida, porque esperaba encontrar ya los locales famosos con sus luminosos y el cangrejo gigante, y parecía que la calle se acababa, pero al cruzar divisamos el cangrejo y mucha más gente. Aquí ya el ruido y la gente iba en aumento, así como la luz que desprendían los luminosos. ![]() ![]() Al llegar al local del cangrejo giramos a mano izquierda y llegamos al puente sobre el canal desde el que se ve la famosa señal de Glico. Eran las 18:55 y aquello estaba atestado de gente, costaba poder caminar y ya ni te cuento hacerte alguna foto. Estaba todo el mundo haciéndose una foto al estilo Glico y teníamos que ir esquivando los palos selfie. ![]() Nos quedamos allí un rato hipnotizadas por el ambiente, los sonidos y el olor a comida. Hasta mi hermana que no es amante de las ciudades y las aglomeraciones estaba encantada con el lugar. Tiene un encanto especial y a pesar del cansancio nos quedamos un ratillo viendo el ambiente y haciendo un timelapse del canal. Colocamos el trípode, pero agarrándolo por si acaso, porque el puente se movía más de lo esperado. ![]() Mi hermana intentó buscar algún restaurante sin gluten en la zonahaciendo uso de Internet y no hubo forma. Tuvimos bastante mala suerte durante el viaje buscando sitios sin gluten, incluso los que teníamos apuntados ya los habían cerrado o cambiado de lugar. Bajamos al canal y paseamos un poquillo por ahí viendo los locales de takoyakis y locales con música R&B con sus porteros enormes. Vimos la curiosa noria ovalada que hay en el edificio de Don quijote, que ya no funciona pero que le da un aspecto al edificio de lo más curioso. ![]() Cuando llegamos al siguiente puente cruzamos para pasar por el restaurante de Takoyakis y el de ramen más famoso, que no podríamos catar, ya que todo tiene gluten. A las 19:45 nos encaminamos de regreso al tren, agotadas perdidas y con hambre, ya que no podía ponerme a comer en cualquier parte dejando a mi hermana mirando. Saliendo por la misma calle que habíamos entrado pasamos por una especie de teatro en el que debió haber alguna actuación de algún idol, ya que había chicas haciéndose fotos con un cartel en la entrada. Justo en frente había un puesto de takoyakis y de un taiyaki raro llamado tai croissant, en el que compré uno de chocolate con almendras por 250¥ Me comí un trocito en el camino, ya que estaba calentito y el resto me lo guardé para el postre. Muy rico. Regresamos por la calle del luminoso de Dotonbori, para volver a coger el tren de JR y en el camino pasamos por restaurantes con su comida de plástico expuesta y peceras con peces globo. Además vimos una especie de decorado tipo Halloween entre dos edificios, que no comprendimos bien. La verdad es que había cosas raras en esta calle que la hacían de lo más curiosa. Justo enfrente del parking por el que se sale de la estación, vimos un edificio super estrechito, con forma triangular, que se elevaba solitario entre la calle y el canal. En Osaka vimos varios edificios que eran de una sola ventana, de lo estrechos que eran. Llegamos a casa a eso de las 21:00 y cocinamos el arroz en la arrocera, que nos serviría para varios días y nos hicimos la cena y la comida del día siguiente Etapas 10 a 12, total 20
Queríamos ir a ver el castillo de Himeji justo este día, ya que el primer domingo de abril se celebra un festival, aunque no sabíamos en qué consistía, porque no especificaban. En la web oficial indicaba que estaría lleno y se repartirían entradas numeradas, por lo que madrugamos para estar a primera hora de apertura.
![]() Cogimos un shinkansen a las 8:38 y llegamos a Himeji a las 9:20. Caminamos a paso ligero hasta el castillo, que se ve nada más salir de la estación, al que llegamos a las 9:45 a las taquillas. En el camino nos dieron un papelito numerado que debíamos conservar. ![]() Las entradas se compran en unas máquinas, perfectamente indicadas en inglés, en el que solo hay que darle al botón del número de entradas que quieres y meter el dinero. La entrada es de 1000¥. Luego nos enteramos que había una entrada combinada de 1040¥ del castillo y el jardín, pero en las máquinas no había opción. Entramos al recinto y nos fuimos directas al castillo para verlo primero. ![]() La cola era impresionante, andábamos muy despacio, pero la mayoría del tiempo estábamos parados. No entramos hasta las 10:50. Justo al entrar nos pidieron el papelito numerado, cuando pensamos que ya no lo necesitábamos. Había muchos turistas, además de japoneses. No sabemos muy bien de qué país asiático eran ciertos individuos, pero había unos cuantos que no hacían más que colarse. Entre los caras y los grupos organizados con la banderita, nos dieron la cola. ![]() En la entrada nos hicieron quitar los zapatos y llevarlos en una bolsa. El interior era todo de madera, pero las escaleras tenían zonas metálicas que hacían polvo los pies. Para colmo eran super empinadas y con la superficie muy pequeña y al llegar arriba si no tenias cuidado te dabas con la cabeza en la viga, o como me pasó a mi, te atascabas con la mochila. Pensamos que quizá el interior no estaría tan masificado, pero error, todo estaba lleno y se hacía difícil acercarse a las ventanas. Cada tramo de escaleras había que volver a hacer cola, incluso cercadas con conos, lo que hacía que todo se viese mas feo. ![]() En el interior no había mucho, alguna maqueta con carteles que apenas se podían leer de lo oscuro que estaba todo. No te dejaban ni pararte a mirar por las ventanas, ya que hacías tapón y te achuchaban como a los borregos. Eso sí, en la planta superior, donde había un pequeño altar, podías estar cuanto quisieras. ![]() ![]() A las 11:45 salimos, casi una hora dentro haciendo colas, subiendo y bajando escaleras y viendo poco. No se como será en una época que esté menos masificado, pero desde luego nosotras no disfrutamos mucho el interior del castillo. ![]() Nos quedamos un rato admirando el castillo desde fuera, que es donde se ve realmente bonito. Nos sentamos en un banco disfrutando de la vista mientras descansábamos un poco y aprovechabamos para hacer un time lapse. ![]() De ahí nos dirigimos a los edificios que hay en la parte exterior. Por suerte había menos gente y eso que el interior era muy bonito. Un largo pasillo con pequeñas habitaciones en un lado y ventanas al otro, con unas vistas del castillo increíbles. En una de las habitaciones hay un recortable de esos para ponerse detrás y hacerse una foto, que suponemos era para niños, ya que tenía taburetes y tenía las caras demasiado pequeñas. Al final del largo corredor llegamos a una habitación en la que había representada una escena, con muñecas a tamaño real, de dos mujeres jugando a las cartas. ![]() ![]() A las 13:00 salimos de ahí y regresamos a la entrada para salir del complejo y buscar un sitio en la explanada para comer. En teoría había un festival por el hanami ese día, pero por Internet no conseguí ver qué actividades había. Lo que sí vimos es que la explanada frente al castillo estaba llena de gente con sus lonas en el suelo para comer. Estaban allí desde primera hora de la mañana, aunque en este momento es cuando más gente había. Toda la parte con cerezos estaba ya ocupada, por lo que nos sentamos en el centro de la explanada, en lo que pensábamos era hierba seca, pero que resultó ser arena con ramitas secas desperdigadas. ![]() Se había estado oscureciendo el día, por lo que temíamos que se fuese a poner a llover, pero por el momento tuvimos suerte y pudimos comer tranquilamente, disfrutando con las vistas del castillo por un lado y el ajetreo de la gente por el otro, con espectáculos de danza incluida. Comimos tranquilamente el bento que nos habíamos preparado y como a las 13:45 empezó a llover. No mucho, pero lo suficiente para que la gente se levantase y buscara donde guarecerse. Por suerte no duró nada y paró cuando salíamos del recinto amurallado hacia la estación. ![]() ![]() Justo al salir nos topamos con un espacio lleno de puestos de comida. Nos dimos una vuelta, pero como acabábamos de comer no se nos antojó nada. Había alguna cosa que mi hermana podría haber comido, como las mazorcas de maíz, pero no bajaban de los 500¥ y tampoco era nada nuevo que quisiera probar. Dimos una vueltecilla y continuamos caminando hacia la estación por la calle paralela a la que habíamos cogido a la venida. Era una calle cubierta, de las que tienen montones de tiendas a lado y lado. ![]() Teníamos pensado ir a Okayama, pero como el día amenazaba lluvia, decidimos no ir, ya que queríamos ver el jardín y todo el plan era andar. Cogimos el tren de la Tokaido-Sanyo Line hasta la JR Kobe Station, que tardaba unos 35 minutos, aunque nos tocó esperar un rato, por lo que llegamos a las 15:20. Nada más salir nos vimos inmersas en un centro comercial que atravesamos para ir a la zona del puerto. Hay muchas señales por el camino, algún mapa para poder orientarse y un punto de información, en el que nos paramos para cerciorarnos que íbamos en la dirección correcta. Antes de salir a la superficie, ya que estaba a nivel subsuelo, mi hermana se compró un café en una máquina de esas que marcan productos a 100¥. ![]() En 15 minutos estábamos ya en el puerto. No tiene pérdida ya que la noria se ve de lejos y el camino es recto, siendo una avenida con aceras grandes en las que había algunos puestos de artesanías. Llegamos justo al lado de la noria, donde está el parque para niños Anpanman. Si desde el tren no se sabe muy bien por donde ir, veréis montones de señales con la cara naranja de su mascota indicando el camino. ![]() Lo que más nos chocó es que no olía a puerto, ni a mar, ni notábamos la humedad. Solo pude oler un poquito a mar cuando me arrimé al borde para aspirar profundamente el aire. Mi hermana buscó un sitio donde fumar y como no tenía fuego, tuvo que pedirlo en su inglés macarrónico a unos chavales que estaban allí fumando. Antes de irse le regalaron el mechero, tras insistir mucho en que lo aceptase. ![]() Vimos atracar un barco y disfrutamos de las vistas de la Kobe Port Tower y desde allí vimos que el edificio de la “Estación de Kobe” tenía el nombre así, en español. A las 16:00 caminamos hacia Meriken Park, viendo la torre de cerca y una especie de baile coreografiado de samba que repetía una y otra vez la misma canción. ![]() Atravesando el parque, que no es en realidad un parque, llegamos al espacio en el que han dejado un trocito de puerto tal y como quedó tras el terremoto de Kobe. Ahí vimos unos peces saltando en el agua, aunque cuando saqué la cámara no hubo manera de grabarlos, se escondieron todos. ![]() Como estábamos al otro lado del puerto, decidimos andar hasta la otra estación, Motomachi. Por el camino pasamos por el barrio chino, aunque no nos adentramos porque no nos interesaba mucho y ya estábamos demasiado cansadas. Llegamos al tren a las 16:45 y cogimos uno que iba directo a Shin-Osaka que tardaba una media hora. Como llegamos prontito, a las 17:40, de camino a casa pasamos por el super grande para comprar algunas cosillas. Compramos salsa de tomate, zanahorias, mantequilla de maiz 300g, cerdo 227gr, pollo 569gr, onigiri, un rollo de tempura y una brocheta de carne rebozada. Total 1761¥ Salimos del super a las 18:35 y como llegamos pronto me dio tiempo a pasar las fotos al PC sin que se me hiciera muy tarde. Cené el pincho de algún tipo de carne rebozada y el rollo de tempura que nos acabábamos de comprar y nos hicimos pasta con tomate (sin gluten, traída de casa para no perder tiempo buscando). Por suerte estaba bueno, ya que la mayoría de las veces no sabía ni lo que estaba comiendo, aunque el rollo de tempura me pareció peor que el del super de Tokyo. Esta vez mi hermana preparó unos onigiris para la comida del día siguiente. Como mi hermana se había medio resfriado, se pasó la noche roncando, durmió 8 horas del tirón, pero yo dormí un poco mal entre tanto ronquido, así que no me desperté muy fresca que digamos. Etapas 10 a 12, total 20
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