Dos semanas en Austria ✏️ Blogs de Austria

Hoy nos despedimos de nuestro querido apartamento a los pies del Lago Hallstatt, nos vamos con un poquito de pena porque el alojamiento estaba ubicado en un lugar precioso, ya lo sabeis.


Nos despedimos de nuestro anfitrión para ir hacia nuestra segunda base de operaciones, en la localidad tirolesa de Zillertal. En menos de tres horas estarmos allí, previa parada y visita a Salzburgo que nos queda de camino.

Dejamos el coche en un parking cercano a la zona histórica, es caro pero tiene la ventaja de que está muy cerca del mirador de Monchsberg desde el que se baja a la zona histórica utilizando un ascensor y en apenas unos minutos estamos en pleno centro histórico de la ciudad.


En un par de minutos estamos al comienzo de la Getreidegasse, junto a la Iglesia de St. Blaise. Es la calle comercial más conocida de la ciudad en la que destacan los letreros comerciales de los negocios, además de la casa natal de Mozart, convertida en museo y hervidero de turistas.


De camino hacia la Residenplatz pasamos por la farmacia más antigua del mundo. La Alte furst-erzbischofliche Hofapotheke, pedazo nombre. Ya en la plaza pasamos un buen rato admirando los edificios que la rodean; La catedral, la Residenz, el Museo de Salzburgo y la monumental fuente barroca que se situa en su centro.


La catedral está en obras con andamios que tapan parte de su fachada, el interior nos deja bastante indiferente, cosa distinta a lo que nos pasó con el de la Stiftskirche. De la Residenplatz pasamos a la Kapitelplatz (del otro lado de la catedral). En una de las esquinas de esta plaza se abre un arco por el que accedemos a una plazuela y siguiendo nuestro camino a la Stiftskirche.


El interior de esta iglesia es espectacular , blanco y luminoso, repleto de innumerables obras de arte barrocas. Además pegada al lugar que más nos ha gustado de la ciudad y no es poco. El cementerio Petersfriedhof, un lugar romántico y en donde reina el silencio, sólo oímos el trinar de los pajarillos que revolotean entre macizos de flores de tal forma que te olvidas de que estas, en realidad, en un cementerio. En el se encuentra la pequeña capilla de Sta. Margarita.


En la esquina superior del cementerio se abre un arco que nos deja a los pies del teleférico que sube hasta el castillo Hohensalzburg, se puede sacar billete de ida y vuelta o sólo de ida, hacemos esto último porque el camino de vuelta es cuesta abajo. Arriba visitamos el interior de castillo, una visita muy interesante en donde se muestra el origen y la historia de a fortaleza. Además se puede subir a las torres para tener unas espectaculares vistas de la ciudad dividida en dos por el Salzach. A destacar también el bonito patio de armas y los enormes tilos que hay en él.


Bajamos caminando por unas empinadas rampas (el castillo debió de ser inexpugnable) para dirigirnos a la orilla del río, paseamos un rato a orillas del Salzach y lo cruzamos (Stattsbrucke) cuando vemos enfrente el palacio de Mirabell, no entramos en el Palacio pero los jardines son muy bonitos y coloridos, jalonados de fuentes y esculturas, además las vistas del castillo desde aquí son una pasada.


Damos la visita a la ciudad por terminada, para otra vez dejamos la visita a la Augustiner Braustuebl, todavía nos queda hacer el check in en el camping Hell, en Fugen (Zillertal), hasta allí nos queda una hora y cuartenta minutos ( 150 kilómetros).

www.hells-ferienresort.at/it/

Zillertal es uno de los valles más largos y bonitos del Tirol que ofrece una de las mayores estaciones de esquí de Europa. El forfait de Zillertal es válido en casi 500 Km de pistas y cerca de 200 remontes formando un dominio esquiable enorme. En realidad se trata de 4 subdominios enormes, algunos de ellos tan famosos como el glaciar de Tux o los grandes kilometrajes de la Zillertal Arena. Desde luego las vistas desde el camping son muy bonitas, estamos encajonados en un largo valle flanqueado por altas montañas en cuyas faldas se reparten multitud de casas típicas tirolesas.

Llegamos sin contratiempos y nos enseñan la caravana que hemos alquilado, está bien, es grande y dispone de una terraza con mesa y sillas cubierta por un avance. El camping tiene unas instalaciones espectaculares, sobre todo el tema piscina cubierta, sauna, etc, que mas bien parece un pabellón polideportivo de lujo, hay que tener en cuenta que el camping abre todo el año y es usado por muchos esquiadores. Hoy nos tomamos el último café del día mirando las estrellas, mañana os contamos nuestra primera experiencia tirolesa.

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Amanece un día expléndido en el valle de Zillertal. El camino hacia el Glossglockner, la montaña más alta de Austria y la segunda cumbre alpina tras el Mont Blanc es largo, nos esperan 2 horas y media de camino. Llevamos ese tiempo de ruta y parece que nos hemos equivocado, comenzamos a discutir sobre el camino correcto, sobre quien se ha equivocado y cuando llevamos así un par de minutos nos para la policia y nos multa por exceso de velocidad, he pasado a 65 km/hora un pueblo limitado a 50 kms/h, 30 € que parecen cambiar la mala suerte del día. Tras unos minutos por unos cruzando valles y espectaculares paisajes, encontramos el camino correcto.


Llegamos al comienzo de la famosa carretera alpina del Glossglockner, en donde se encuentra un peaje para poder financiar su mantenimiento y apertura tras el duro invierno que cuesta un ojo de la cara. La carretera más famosa de Austria es, sin duda, la Grossglockner Hochalpenstrasse en la región del parque nacional Hohe Tauern. En sus 48 km de longitud supera un desnivel de 1.500 m atravesando diferentes zonas climáticas y paisajes, desde prados y bosques hasta la nieve perenne del glaciar de la montaña más alta del país, el Grossglockner de 3.798 m de altitud.

La vistas son tremendas y las curvas también, llegamos sin contratiempos al gran aparcamiento del Kaiser Franz Joseps Hohe, en donde se encuentra el complejo de cafetería, restaurante, centro de visitantes y fin de esta tremenda carretera. Este centro se encuentra delante del Grossglockner. Y a su pie el glaciar más largo del país, el Pasterze que termina en un lago, con terrazas - mirador desde donde disfrutar del espectáculo.



Bordeamos la cafetería - restaurante del final del complejo y nos encontramos unas escaleras que te dirigen directamente a un túnel excavado en la roca con una señal de que si continuamos podemos ver marmotas y cabras montesas , pasado el túnel tenemos el glaciar más cerca, otro túnel y otra ventana al glaciar y así hasta cinco túneles, se trata del principio de una ruta para acceder a los pies mismos del glaciar. Decidimos continuar, no sabemos hasta donde pero el glaciar nos atrae a su presencia. El terreno comienza a cambiar y en lugar de roca pelada comienzan a bordear el camino praderas llenas de madrigueras de marmotas, unos pasos más y ahí están ellas chillando y recelando de nuestra presencia.




Aunque estamos muy cansados nos gustaría acercarnos lo mas posible al Pasterzee, pero llega un punto en el que la nieve nos impide continuar con seguridad, es hora de parar, nos tumbamos en la roca disfrutando de este extraordinario lugar y del sol que nos calienta el cuerpo.



No nos gustaría dejar este maravilloso lugar, pero debemos regresar, la piscina climatizada del camping nos espera.

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Erase una vez un rey con un reino que no quería gobernar y una obsesión por Richard Wagner y por construir castillos y palacios, cada cual más ostentoso y que llevaron su reinado a la locura y la ruína. Este rey fué Luis II de Baviera, conocido como el Rey loco. La ruta que nos lleva por los castillos del Rey Loco incluye los castillos de Neuschwanstein, Hohenschwangau, además del castillo de Linderhof el de Herrenchiemsee muy cerca ya de Salzburgo, todos ellos en Baviera, región alemana fronteriza con Austria.

Hoy vamos a visitar el más conocido y famoso de todos ellos, el castillo de Neuschwanstein en la localidad de Fussen, hasta allí tenemos dos horas de camino, hasta adentrarnos unos kilómetros en Alemania.

Nos cuesta un poco encontrar el castillo, menos mal que tenemos las entradas reservadas desde hace unos cuantos meses, cuando llegamos a las oficinas en donde venden las entradas (rodeadas de varios aparcamientos) nos volvemos a alegrar de haber reservado porque la cola para comprar las entradas es enorme, mientras que en la ventanilla de reservas sólamente hay un docena de personas . Recogemos nuestras entradas previa presentación del DNI. Desde aquí se ve más cerca el castillo de Hohenschwangau que el que vamos a visitar.



asta las "puertas" del castillo no se puede acceder en coche. Se sube en autobús o en coche de caballos. El Coche de caballos deja más cerca pero es más caro. El autobús te deja más lejos, pero pasas al lado del "Puente de María" que es un mirador fantástico sobre el Castillo (vale muchísimo la pena) y es más económico. Pero nosotros, que tenemos todo el día, decidimos subir caminando por el sendero que serpentea por un precioso bosque. Allí arriba tenemos el castillo, comenzamos el ascenso.


La verdad es que la pendiente es considerable y llegamos a los pies del castillo un poco acalorados :lol:tras un par de descansos para recuperar fuerzas.



Llegamos al patio de acceso y esperamos un rato a que comience nuestra visita guiada, el castillo se aprecia mejor desde abajo que a sus mismos pies, donde lo que mas impresiona es la altura de sus murallas y torres.



No os voy a contar como es la visita, espero que la podais disfrutar en directo, eso sí, no se pueden hacer fotos ni vídeos, aunque a decir verdad el lo mejor del castillo es el propio edificio en sí y su ubicación, mas que sus recargados interiores. Lo mas bonito del interior la el salón del trono (aunque no haya trono) decorado con frescos de estilo bizantino.

Tras la visita al castillo (o antes) es recomendable visitar el puente Marienbrucke, desde donde salen las mejores fotos del castillo con el lago y las llanuras de Baviera de telón de fondo. Después de la visita nos dirigimos hacia una de las mayores cumbres de los Alpes de Baviera.


Después de un buen camino en coche (una horita), llegamos a los pies dell Zugspitze desde cuya cima se tiene una magnífica panorámica de los Alpes y en el que hay una buena estación de esquí, pero el tiempo es malo, la niebla cubre gran parte de la montaña, decidimos no subir porque no veriamos nada, nos hemos ahorrado un pastón porque el telecabina era carísimo. Decidimos volver al camping y descansar, mientras espero a que la cena esté lista leo un poco a refugio del tremendo chaparrón que está cayendo.

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