![]() ![]() JAPÓN en 20 días. AGOSTO 2017; preparen sus abanicos. ✏️ Blogs de Japon
Tokyo, Takayama, Kyoto y Osaka con excursiones a lugares como Himeji, Miyajima, Nara o Koyasan.Autor: Osaka85 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (15 Votos) Índice del Diario: JAPÓN en 20 días. AGOSTO 2017; preparen sus abanicos.
01: Día 1: La Ida - Asakusa nocturna
02: Día 2: De la tradicional Asakusa a la frenética Akihabara
03: Día 3: De la Institución Imperial a Odaiba, la isla artificial del ocio!
04: Día 4: Más contrastes: Meiji Jingu, Harajuku y Shinjuku
05: Día 5: Kamakura, día de templos y mucho sol
06: DÍA 6: Nikko, santuarios y naturaleza exuberantes
07: DÍA 7: Nos despedimos de Tokyo: Ueno, Yanaka, Shibuya
08: Día 8: Ryokan en Takayama y Hida Folk Village
09: Día 9: Takayama en bici
10: Día 10: Kinkakuji, Ryoanji y paseo por Arashiyama
11: Día 11: Himeji, castillo y jardín Koko-en + Mt. Shosha
12: Día 12: Miyajima, excursión de un día desde Kyoto
13: Día 13. Kyoto light: Sanjusangendo, Toji y Nijo de noche
14: Día 14: De paseo por Kyoto: Ginkakuji, Eikando, Nishiki...
15: Día 15: Un día en Higashiyama; el corazón de Kyoto
16: Día 16: Fushimi Inari y toma de contacto con Osaka
17: Día 17: Disfrutando de la divertida Osaka
18: Día 18: Nara, tradición y naturaleza en su máximo esplendor
19: Día 19: Monte Koya, sinfonías para el espíritu
20: Fin del viaje: nos despedimos del monte Koya...y de Japón!
21: Gastos del viaje a Japón y algo de información
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Etapas 10 a 12, total 21
Es el primer día que despertamos en Kyoto y lo hacemos temprano, pues tenemos una larga jornada por delante. Empezaremos por uno de los platos fuertes de Kyoto: el templo Kinkakuji, o templo dorado, pues como ya sabéis, está recubierto de oro. Antes de llegar a la estación de Kyoto nos compramos algo para desayunar en el Seven Eleven. En la estación de Kyoto cogemos la Sagano line hasta la estación de Enmachi, y allí cogemos un autobús (204) hasta Kinkakujimichi. Tardamos una media hora en llegar y según Google era el recorrido más corto para llegar al templo.
![]() ![]() ![]() ![]() A mí siempre me gusta más llevarlo un poco organizado desde casa. Para eso es muy útil este enlace, que os permitirá planificar las rutas en el autobús: - www.arukumachikyoto.jp/ ...hp?lang=en La APP para el móvil nos vino bien para poder mirar in situ. Es útil, especialmente si durante el día cambiáis de planes y no os podéis basar en los apuntes que traemos todos de casa. Por eso nos fue de gran ayuda alquilar un pocket wifi. kyoto.travel/ ...obile_apps Estos PDF también os pueden servir de ayuda: - www.city.kyoto.lg.jp/ ...(0306).pdf -http://www.city.kyoto.lg.jp/kotsu/cmsfiles/contents/0000019/19770/eng2018(map)3017(0306).pdf Desayunamos en un parque antes de entrar al templo y ya se veía mucha gente que se dirigía hacia la entrada. Acababan de abrir el templo. Llegamos al Kinkakuji poco después de la hora de apertura pero ya estaba todo a tope. En las fotografías parece que no hubiese nadie, pero os aseguro que era difícil encontrar huecos libres para hacerlas, y todo el mundo quiere hacerlas desde la barandilla donde se ve el lago y el templo de fondo. La verdad es que la estampa es preciosa: el lago, las diferentes islas de árboles delicadamente podados, el templo... Aunque el día nos ha vuelto a salir un poco enturbiado, y si brilla el sol bien dicen que el reflejo en el lago es mucho más bonito, nos impresiona igual, es tan bonito que no parece un lugar real. El recorrido del templo pasa por verlo de frente desde la barandilla y rodearlo por un lateral. Después se da una vuelta por los jardines hasta la salida. El templo no se puede visitar por dentro, porque se guardan en él reliquias de Buda y es una reconstrucción de 1955 porque unos años antes un monje budista fanático incendió el templo anterior (que tampoco era el original porque sufrió otros incendios anteriores). Cada planta del templo representa un estilo arquitectónico distinto: el primero del período Heian, el segundo usado en las residencias de samurais y el tercero en estilo chino, coronado por un ave fénix. *** Imagen borrada de Tinypic *** Antes de los jardines se pasa por la residencia del sacerdote principal del templo y después el recorrido pasa por los jardines, donde nos compramos unos amuletos dorados muy chulos. Paseando por los jardines os encontraréis unas estatuas a las que todo el mundo tira monedas, que están intentando colar en un cuenco, porque se supone que da buena suerte hacer eso. Buena suerte no sé, pero al que le debe de dar una alegría es al monje que va a recoger la lona cada día cuando cierran el templo, eso seguro. *** Imagen borrada de Tinypic *** Templo Kinkakuji ![]() ![]() ![]() Salimos del templo Kinkakuji y teníamos pensado coger el autobús hacia el Ryoanji, pero viendo que el autobús aún tardará y que el templo no está lejos, decidimos ir andando hasta el templo. Tardamos unos 20 minutos. Llegamos al aparcamiento del Ryoanji, que es por donde entra todo el mundo, vayas en coche o a pie. Al empezar el itinerario pasas al lado de un estanque enorme y precioso, cruzado por un puente. Estanque del templo Ryoanji al inicio de la ruta
Después llegas a la entrada del templo, donde tienes que dejar tus zapatos antes de entrar. Lo más famoso del templo es el jardín zen de arena blanca y rocas dispuestas de tal forma que no puedes nunca verlas todas a la vez. Había muchísima gente sentada observando; a riesgo de parecer insensible yo no debo ser muy zen porque el jardín no me dijo mucho. Quizás algún día la verdad me sea revelada ![]() Jardín zen del templo Ryoanji
Al salir del templo seguimos paseando por el jardín de camino a la salida del recinto y pasamos por la parte trasera del enorme estanque, que alberga un santuario al que se puede acceder desde el puente. El estanque se construyó cuando el templo era una residencia aristocrática (en el siglo XV, después se convirtió en templo budista zen). *** Imagen borrada de Tinypic *** Sinceramente, del Ryoanji me impresinó mucho más el jardín exterior, el estanque, etc., que el propio jardín zen, aunque entiendo que el simbolismo de éste último sea mucho más importante. Templo Ryoanji ![]() ![]() ![]() Salimos del templo y seguimos andando en dirección al tercer gran templo de la zona, el Ninna-ji, aunque a este templo no íbamos a entrar. Andando hay unos 15-20'. Por cierto, si llegáis andando de un templo a otro veréis que no hay nada interesante que ver de camino, es una carretera principal, sin más... Sin embargo, íbamos a coger el autobús en la parada que está enfrente, porque está muy cerca del Ryoanji. Cuando llegamos a la puerta de entrada del Ninnaji nos empezó a diluviar y tuvimos que sacar los paraguas mientras esperábamos el autobús. La lluvia fue muy bien porque nos refrescó, aunque fuera sólo el rato que llovió, porque luego el calor volvió a apretar con fuerza. *** Imagen borrada de Tinypic *** El autobús tardó unos 15' en llegar y desde allí nos bajó hasta la parada donde lo habíamos cogido al principio del día, al lado de la estación de tren de Enmachi. Como teníamos hambre comimos al lado de un Yoshinoya que estaba al lado de la estación, en un restaurante de estos que pides también a través de una máquina. Nos comimos un bol de arroz con anguila, muy bueno. De precio muy correcto, como siempre. Y de beber nos pusieron te con cubitos. Mientras estábamos comiendo volvió a caer el diluvio universal, pero por suerte cuando salimos ya no llovía. Me quedo flipando con lo rápido que comen los japoneses...con razón a penas hay colas. Al salir nos compramos un postre en el konbini de al lado y fuimos a la estación de Enmachi a coger de nuevo la Sagano line hasta Sagano-Arashiyama (seis minutos en tren). Al salir de la estación, nos sentamos a la sombra de un árbol a comernos nuestro postre japonés, que seguramente sería el más raro que encontramos en el kobini, y a decidir por dónde empezábamos a descubrir Arashiyiama. Era una zona de Kyoto que teníamos muchas ganas de patear y en efecto, no nos decepcionó para nada. Para nosotras es una visita obligada. Cuando sales de la estación hay un mapa enorme donde te marca todas las zonas bonitas, los templos y demás que se pueden visitar. Finalmente decidimos ir primero al templo Tenryu-ji, cuyo principal atractivo es el jardín zen, que fue declarado patrimonio de la humanidad en 1994 y que actualmente es uno de los más antiguos de Japón porque conserva la misma forma que cuando se diseñó en el siglo XIV. Veréis que venden dos tipos de entradas, las que son combinadas templo y jardín, o sólo jardín. Cogimos sólo la de jardín, porque ya habíamos estado en otros templos. Vista lateral del jardín del templo Tenryu-ji
*** Imagen borrada de Tinypic *** Este jardín es de los más bonitos que recuerdo de todo el viaje. Destaca el precioso estanque, rodeado de rocas, césped y árboles de distintas clases, que se ven reflejados en el agua, por lo que en otoño tiene que ser magnífico. Si sigues el camino de la ruta, tapizado de césped y árboles, vas a parar a una gran fuente, de donde sale un chorro de agua que tiene un pequeño estanque a sus pies. Dentro hay tres estatuas de ranas y la gente tira monedas. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** En cualquier rincón del jardín nos encontrábamos con jardineros y trabajadores del templo arreglando el césped y las plantas son sumo ciudado. Ese momento también lo recuerdo como uno de los más calurosos del viaje...debíamos mojarnos la cabeza y beber agua a cada pocos pasos. Más adelante te encuentras ya con el bosque de bambú, al que vas a salir directamente siguiendo la ruta. Templo Tenryuji ![]() ![]() ![]() El trozo de bosque de bambú más emblemático de Arashiyama es el que se encuentra justo al salir del templo y por eso la gente acude hasta aquí para fotografiar el famoso paisaje. Después paseando por otros puntos de Arashiyama vimos más trozos de bosque de bambú que no estaban tan masificados, aunque es verdad que el primer trozo es el más bonito, sobretodo por el tema de la luz, ya que al filtrarse los rayos de sol hacen un juego muy bonito de luz. Hay que armarse de mucha paciencia a la hora de hacer las fotos, eso sí, y tener presente que es muy difícil fotografiarlo sin gente a no ser que se vaya a unas horas un poco intempestivas imagino. *** Imagen borrada de Tinypic *** Bosque de bambú
Después de cruzar por el camino del bosque de bambú decidimos ir hasta el templo del musgo (Goiji) aunque fue un poco infructuoso, porque siguiendo las indicaciones del móvil nos llevó hasta un sitio donde no había nada, y resultó que el templo lo habíamos pasado hacía ya un rato. Por el camino cruzamos un lago a través de un puente y nos paramos a tomar algo fresco en una tienda. Tambien nos encontramos con una familia de simpáticos tanuki. Los tanuki son una especie de ser mitológico parecido al mapache, pero con los testiculos muy grandes. Su función era confundir a los viajeros con poderes mágicos para quitarles sus posesiones. Se les representa con un gran sombrero de paja y muchas veces llevan botellas de sake en la mano. *** Imagen borrada de Tinypic *** Estuvimos andando un buen rato de más; lo bueno es que andamos por calles súper tranquilas de Arashiyama que no esperábamos. Llegamos hasta la calle Saga-Toriimoto, que resulta ser una calle de casas tradicionales de la era Meiji, que ahora son tiendas de recuerdos y restaurantes. La calle está prácticamente vacía y es un lujo pasear por ella. ![]() Llegamos hasta el templo Adashino Nenbutsuji, al que tenemos tiempo de entrar. Cuando entramos no hay nadie tampoco en este templo, la verdad es que esta parte de Arashiyama la visitamos sin a penas cruzarnos con nadie, cosa impactante a juzgar por todo el gentío que nos habíamos encontrado más abajo. Supongo que mucha menos gente se acerca hasta aquí, aunque me gustaría decir que realmente vale la pena. Andando desde el bosque de bambú son unos 25 minutos, pero el camino es bonito y si lo hacéis bien y sin perderos, por el camino podéis visitar también el Goiji o templo del musgo, que yo me quedé con las ganas. El templo Adashino Nenbutsuji destaca porque tiene muchísimas estatuas de piedra. Estas estatuas honran las almas de los difuntos sin familia, cuyos cuerpos se depositaban en este lugar al morir, en una fosa común, durante el período Heian (794-1185). Los cuerpos de los difuntos se amontonaban en el espacio donde ahora hay una pagoda de piedra y multitud de estatuillas (8.000, que representan el número de almas abandonadas aquí) y cada año se las honra en un festival que ilumina las pequeñas estatuas con velas. Kobo-Daishi, un importante monje budista, fue quien mandó enterrar todos los huesos y hacer un templo en este lugar. Durante el recorrido pasas alrededor de la zona de las estatuas, y llegas a unas escaleras, que cruzan un trozo de bosque de bambú, y que van a parar a un cementerio. ![]() Estatuillas del templo Adashino Nenbutsuji
Templo Adashino Nenbutsuji ![]() ![]() ![]() Después de la visita volvimos a bajar la calle Saga-Toriimoto y entramos en un par de tiendas a comprar recuerdos. En una de ellas una señora muy amable nos ofreció te verde frío al entrar y nos compramos una toalla para el sudor, de las que usan los japoneses en verano, y que realmente se hace necesaria en días tan calurosos y húmedos. ![]() Nos disponíamos a llegar ahora hasta el puente de madera que cruza el río, el puente Togetsukyo y de camino encontramos otra zona de bosque de bambú donde se podía entrar. Este era un pequeño recorrido circular, pero también muy chulo. Ruta circular por un tramo del bosque de bambú
Seguimos andando hasta encontrar la calle principal de Arashiyama, y antes de llegar al río entramos en unas cuantas tiendas a saciar nuestra vena consumista. Me lo quería llevar TODO porque todo es bonito. También entramos en una tienda de dulces donde compramos unos mochis de té verde. Ñam ñam. Los mochis son un dulce muy típico de Japón hecho con un tipo de arroz muy glutinoso que se machaca hasta conseguir una pasta a la que se le da forma. Se puede rellenar de diferentes cosas, como por ejemplo pasta de judía roja, helado, té... Después de saborear el dulce llegamos hasta el Togetsukyo, cuyo nombre significa literalmente 'puente que cruza la luna', el puente de madera, símbolo de Arashiyama, que cruzamos hasta el otro lado del río Katsura. El puente, de 155 metros de largo, es una reconstrucción de un puente del período Heian y desde allí se tienen preciosas vistas al río y a la montaña. Nos relajamos un rato al lado del río y disfrutamos del paisaje después de un día de mucho caminar, para despedirnos de Arashiyama, un lugar que nos había encandilado. *** Imagen borrada de Tinypic *** Puente Togetsukyo sobre el río Katsura
*** Imagen borrada de Tinypic *** Nos habríamos quedado allí mucho rato...Fue un momento muy agradable, porque se estaba empezando a ir el sol, ya no hacía tantísimo calor, y el paisaje era precioso, pero había que irse, porque empezaba a ser tarde. Del puente hasta la estación JR teníamos más o menos un cuarto de hora a pie y aprovechamos el camino para compramos la cena en un konbini, porque nuestra intención era llegar pronto al hostel y descansar, puesto que mañana nos esperaba la excursión a Himeji. Desde la estación de Arashiyama hay un cuarto de hora en tren hasta la estación de Kyoto. COSAS QUE NOS QUEDARON PENDIENTES Por la mañana, el templo Ninna-ji, por el que sólo pasamos por delante, nos quedó pendiente. Si podéis, visitad los tres templos de la zona (Kinkaku-ji, Ryona-ji y Ninna-ji). En una mañana, si empezáis muy temprano, os da tiempo de ver los tres, sin entreteneros mucho. El último no os lo perdáis si vais durante el hanami. ![]() ![]() ![]() ![]() En Arashiyama hay un montón de cosas por ver...así que tuvimos que hacer una selección, pero realmente, si se quiere y puede, hay muchas cosas para ver. De lo que nosotras no visitamos, lo que más suele visitar la gente es el parque de monos, donde los animales viven en libertad. Se puede alimentar a los monos, pero sólo te dejan hacerlo desde dentro de unas jaulas (las personas son las que se meten en esta especie de jaula) porque se pueden poner un poco violentos. Desde allí también hay muy buenas vistas de Kyoto. Monkey Park Iwatayama ![]() ![]() ![]() Eltemplo Otagi Nenbutsuji nos quedamos con ganas de verlo, pero como íbamos justas de tiempo y cierran súper pronto, no lo pudimos ver. Es del estilo del templo que visitamos, el Adashino Nenbutsuji, pero con muchas pequeñas esculturas de budas. Como ya he dicho, me hubiera hecho gracia visitar ambos templos, porque además están muy cerca. Lástima de la hora. ![]() ![]() ![]() El Tren escénico de Sagano nos hubiera gustado hacerlo, pero es mejor si tienes un día entero para la zona...porque si haces lo del tren hay cosas importantes que no da tiempo a visitarlas. Eso sí, tiene que ser una panorámica preciosa, porque va bordeando el río ![]() También hay varios templos, pero si sólo queréis visitar uno, se recomienda que sea el templo Tenryuji. Etapas 10 a 12, total 21
Como de costumbre, nos levantamos temprano pues este día tenemos excursión, tocaba visita a Himeji. Los billetes reservados del shinkansen los habíamos cogido en la oficina JR de la estación de Kyoto un par de día atrás, y tenemos la vuelta programada en el shinkansen de las seis de la tarde, así que pensamos pasar prácticamente todo el día en Himeji. Nos compramos el desayuno en un konbini y nos lo comemos en el tren de camino. El trayecto no es muy largo, no llega a una hora y en los shinkansen se va muy bien. Son muy cómodos y como mucha gente va durmiendo, los trayectos se hacen muy tranquilos. Además ya sabéis que en Japón la gente es súper respetuosa y se va la mar de a gusto en el transporte público.
Llegamos a Himeji y salimos de la estación. Andamos por la recta y amplia avenida que nos llevará al castillo en unos 15-20 minutos. Es muy fácil porque el camino desde la estación es en línea recta. De camino escuchamos un grupo de españoles detrás nuestro. La verdad es que hemos visto muchísimos y por todo Japón, desde Tokyo hasta Koya-San. Está claro que es un destino que nos mola. Castillo de Himeji antes de cruzar el puente de la entrada Cuando llegamos al castillo de Himeji, que es Patrimonio de la Humanidad desde 1993, ya hay oleadas de gente y el sol pega de lo lindo. Hace un calor tremendo y eso que es temprano y acaban de abrir el castillo. Andamos desde el foso de la entrada hasta las taquillas , y allí ya hay trabajadores poniendo a la gente de la cola en orden, cosa que se agradece porque aquí en España muchas veces tonto el último, ya me entendéis. Por suerte, como acaban de abrir a penas tenemos que esperar para comprar las entradas. Cogemos la entrada combinada del castillo y los jardines Kokoen por 1040¥ cada una. *** Imagen borrada de Tinypic *** Empezamos la visita al castillo siguiendo la ruta de las ovejas: es decir, seguir al de delante. El castillo está situado encima de una colina por temas defensivos y hay que pasar por varias puertas y murallas. Después de subir bastantes escaleras, llegamos a la entrada del propio castillo y allí tienes que descalzarte. Por si fuera poco, el resto de la visita sigue consistiendo en subir escaleras a lo largo de las distintas plantas, que tiene unas cuantas, y son bastante estrechas y pronunciadas. Subirlas todavía, pero bajar estas escaleras descalzo se merece un monumento. Hishi-no-Mon, puerta de camino a la entrada del castillo
El castillo de Himeji es conocido también como el castillo de la garza blanca porque al ser de color blanco recuerda a una garza volando. A mí no me recordó a una garza, pero está claro que por fuera tiene una forma preciosa y lo grande que es impresiona. Su historia empieza casi 700 años atrás y ha sufrido varias restauraciones, la última de ellas finalizó en 2015, después de cinco años de reformas. En ella se han gastado 2,4 billones de yens y han trabajado 15,000 personas. A pesar de las restauraciones, el edificio es el original ya que nunca ha sido destruido por incendios, terremotos, etc. Algo bastante inusual tratándose de Japón. ![]() Por dentro puedes ver toda la estructura del castillo, de madera, de época medieval (una de las más antiguas de Japón). Son seis plantas accesibles, aunque por fuera sólo se pueden contar cinco. Eso lo hicieron expresamente para que si entraban enemigos se confundieran y el señor del castillo pudiera resguardarse en la sexta planta. El interior es muy austero y en cada planta encontraréis un panel informativo que explica lo que se va viendo. Interior del Castillo de Himeji
Desde la última planta hay muy buenas vistas de la ciudad. Os digo que el interior puede ser un poco decepcionante porque no hay ningún tipo de decoración o exposición y sólo encuentras la información estrictamente necesaria. A mí me gustó porque se muestra tal cual era antiguamente, pero es verdad que puede ser un poco 'soso'. Yo no lo recomendaría para niños, porque hay muchísimas escaleras empinadas y por dentro se van a aburrir. Al salir del castillo vas a parar a una explanada donde hay baños y bancos para sentarse y donde se obtienen buenas vistas del castillo, así que preparad las cámaras de fotos porque van a echar humo. Después emprendemos la bajada, pasando diferentes puertas, murallas, un pozo, un foso... Al salir del interior del castillo la ruta sigue por aquí
*** Imagen borrada de Tinypic *** Cuando volvimos a la entrada, subimos las escaleras que nos llevan hacia el otro lado de la fortificación. Aquí nos encontramos con unos jardines y otro edificio donde se puede entrar, también descalzándote por adelantado. En toda la visita al castillo tendréis que llevar los zapatos con vosotros en una bolsa de plástico que os facilitan ellos, porque no tiene traquillas. Este edificio es un largo pasillo con habitaciones a un lado. Aquí sí hay alguna exposición del castillo y varios paneles que explican la historia del castillo, los señores que lo han habitado, etc. Este pasillo era donde vivían las damas de la corte. *** Imagen borrada de Tinypic *** Castillo de Himeji ![]() ![]() ![]() Después de la visita emprendemos la salida del castillo, pasando de nuevo por la enorme explanada de la entrada, rodeada de cerezos, donde en primavera la gente se tumba a observar las vistas y a disfrutar el hanami. Por desgracia no nos hace un tiempo primaveral precisamente, al contrario, por megafonía nos dan avisos de calor cada dos por tres y al final tengo que sacar el paraguas para refugiarme del sol hasta los jardines Koko-en, porque por el camino hay nada de sombra. Por suerte, están muy cerca, a penas cinco minutos a pie, que bajo un sol abrasador y sin protección se pueden hacer eternos. Como ya tenemos la entrada combinada solo hace falta que la enseñemos al entrar. Estos jardines se construyeron en 1992 en el sitio donde antaño residían los señores del castillo de Himeji. *** Imagen borrada de Tinypic *** Estos jardines ocupan una amplia extensión. En total son nueve, además de diferentes casas de té. El primer jardín es el más grande y posiblemente uno de los más bellos y corresponde al jardín de la residencia del señor del castillo. Pasas por un corredor de madera y llegas a un enorme estanque con multitud de coloridas carpas, en el que cae una preciosa cascada. *** Imagen borrada de Tinypic *** Uno de los jardines de Koko-en *** Imagen borrada de Tinypic *** Otros jardines son el de los pinos, el de las flores o el de bambú. Todos ellos son preciosos. A lo largo del recorrido iréis viendo las indicaciones con los números de cada lugar para poder seguir la ruta. Es una visita súper recomendable. La visita a estos jardines es de unos 45 minutos aproximadamente, depende de lo que os entretengáis. *** Imagen borrada de Tinypic *** Jardines Kokoen ![]() ![]() ![]() Salimos del jardín y nos ponemos en dirección a la estación de autobuses para comprar los tickets de descuento para llegar hasta el Monte Shosha. El Monte Shosha es el lugar donde se encuentra el templo Engyoji, fundado hace algo más de mil años por un sacerdote budista que había sido iluminado por Monju, el dios de la sabiduría y la inteligencia. El dios Monju informó al sacerdote que todo aquel que subiera la montaña sería purificado en cuerpo y alma. Peregrinar al monte Shosha es habitual hoy en día entre la gente para honrar a los dioses y rezar. Para llegar al monte Shosha es necesario coger un autobús y un funicular, que te deja al inicio de la ruta. El caso es que en la estación de autobuses venden un ticket que combina ambas cosas y sale mejor de precio, que cogiéndolo todo por separado. Al salir del jardín Koko-en podríamos haber cogido el autobús justo enfrente para llegar hasta el funicular, pero como pensábamos que los autobuses al funicular sólo salían desde la estación no compramos el ticket al llegar a la estación a primera hora de la mañana, así que tuvimos que volver atrás para comprarlo. Una vez en la estación fuimos a la oficina de información y una señora muy maja nos dijo exactamente dónde había que comprar el ticket que incluía autobús + funicular ida y vuelta por 1300 ¥ (650¥ los niños). Nos indicaron la plataforma (número 10) donde coger el autobús y nos pusimos en la cola para coger el bus número 8 hacia 'Mt. Shosha ropeway'. Por cierto, que eran aproximadamente la una del mediodía y no habíamos comido y os recuerdo que íbamos a un monte, pero bien. Yo estaba sufriendo un poco porque ya era mediodía, pero da tiempo perfectamente de subir a esa hora e incluso más tarde, teniendo en cuenta que estamos en agosto (aunque tampoco os paséis a ver si se os va a hacer de noche). Entre el autobús y el funicular se deben tardar unos 45 minutos en llegar al sitio donde se inicia la ruta. Subiendo al Monte Shosha
Pagamos los 500¥ para poder empezar a ascender por el camino. Al entrar nos topamos con la campana y subiendo el camino por muchas estatuas de dioses y diosas, a quienes los peregrinos les dejan ofrendas y monedas. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Al llegar a la puerta principal del templo también tenemos unas espectaculares vistas de la ciudad a nuestros pies. *** Imagen borrada de Tinypic *** Todos los salones y subtemplos se encuentran desperdigados por el bosque, así que tendréis que ir paseando de un punto a otro para ir viéndolos. Por el camino, y con mucha hambre ya, encontramos un pequeño restaurante (menos mal!!!) que servía sopas de fideos y algún que otro plato. Nos comimos unos udon que nos sentaron genial y luego nos compramos un helado de yuzu (un cítrico asiático) que nos comimos enfrente de un pequeño estanque lleno de carpas, patos y tortugas. Templo Maniden ![]() El restaurante estaba justo a los pies del templo Maniden, dedicado a la Diosa de la misericordia. Aunque la reconstrucción es de 1932 porque el edificio original se quemó en 1921, es un edificio precioso y que te transporta a sus orígenes, todo de madera, con un precioso balcón. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Llegar desde abajo del todo hasta el Maniden son unos 30' con calma. A unos 5 – 10 minutos andando desde aquí llegamos al impresionante Daikodo, el salón principal del templo Engyoji. *** Imagen borrada de Tinypic *** El Daikodo se construyó en el año 986, aunque la última reconstrucción es del año 1956 y a él venían los monjes para estudiar y trabajar. Nos recreamos un buen rato admirando el conjunto de tres edificios y subiendo al balcón del Jikido. Simplemente precioso. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** ![]() *** Imagen borrada de Tinypic *** Más tarde emprendimos la vuelta hacia el teleférico y de camino hicimos sonar la campana, cuyo eco se quedó retumbando durante un rato en la montaña. Definitivamente el Monte Shosha me robó el corazón. Ir andando tranquilamente por un monte salpicado por templos, subtemplos, salones, estatuas...fue maravilloso. Os recomiendo que dediquéis un día entero a Himeji para poder subir, aunque tampoco es una visita que requiera tanto tiempo. En unas tres o cuatro horas tienes tiempo de verlo tranquilamente y la visita es un paseo, no es una gran ruta, así que no os lo perdáis. *** Imagen borrada de Tinypic *** Vistas de Himeji desde el Monte Shosha
Monte Shosha ![]() ![]() ![]() Después de coger el teleférico y el autobús de bajada volvimos a bajarnos en la estación de Himeji. Como aún teníamos algo más de una hora por delante hasta nuestro shinkansen dimos una vuelta alrededor de la estación. Entramos en el Club Sega de Himeji, un centro de entretenimiento con recreativas, máquinas de coger peluches y muñecos con ganchos, máquinas de gashapon, que también probamos en Akihabara. Los gashapon son pequeñas bolas de plástico que dentro contienen un pequeño muñeco, llavero, imán... Los hay para todos los gustos, desde personajes de populares series de anime, animales (especialmente gatos), comidas, coches, etc. Simplemente hay que echarle unas monedas a la máquina, girar la rueda, y caerá una bola de plástico al azar que contiene tu sorpresa. Después cruzamos a la otra acera de la avenida y entramos a chafardear un Daiso, aunque después del primero los demás no son ninguna novedad porque tienen prácticamente lo mismo. El Daiso por si no lo he explicado antes es básicamente como un bazar chino de aquí aunque más grande y más ordenado. Después de nuestra visita a la tienda entramos en un Mister Donut. Es una franquicia del estilo de Dunkin' Donuts, donde venden donuts (obvio), bollos, cafés, batidos...y cosas así. Aquí no hay, pero en Japón hay un montón de tiendas Mister Donut. Entramos y pedimos un par de donuts, y yo me pedí un 'cotton snow candy', que básicamente a día de hoy aún no sé lo que es, pero diría que algo parecido a una copa con hielo en láminas de color rosa, algo de leche condensada por encima, yogur, mermelada de fresas...Realmente estaba muy bueno. He encontrado foto de internet: Después del paseo que felizmente terminó en merienda épica nos dirigimos a la estación de trenes para coger el shinkansen donde teníamos asientos reservados. Llegamos a la estación de Kyoto en menos de una hora y volvimos a probar suerte para coger asiento reservado al día siguiente para Miyajima, sin éxito. Nos tocaba madrugar y hacer cola para coger sitio. De camino al hostel compramos algo de cenar. No sabemos muy bien qué nos apetece, pero yo tengo claro que no quiero nada que tenga arroz ni pasta. Después de dar muchas vueltas, acabamos en un supermercado rollo Corte Inglés que tenía un apartado de comidas del mundo. Una vez allí salió mi vena spaniard y terminamos comprando un paquete de jamón y otro de lomo embuchado. Como la baguette era cara de la ***** compramos ban bimbo y arreando. Quizás os parezca exagerado (yo cuando veía a los de españoles por el mundo y todos estos que iban locos cuando los familiares les traían jamón pensaba bueno qué exagerados...y yo me voy cuatro días y ya estoy llorando por las esquinas) pero a mí la cena me supo a gloria. Llegamos al hotel a ducharnos y a degustar nuestras exquisitas viandas, compuestas de pan bimbo, jamón y lomo embuchado (y tranchetes, que se me olvidaban. Vivimos muy a lo low cost y los precios del queso eran...qué os voy a contar). Ese día nos acostamos muy pronto, el cansancio se iba acumulando y además teníamos que madrugar mucho para ir hasta Miyajima! Etapas 10 a 12, total 21
Nos levantamos muy temprano porque tenemos un trayecto largo desde Kyoto hasta Miyajima. Esta isla es patrimonio de la humanidad desde 1996 y es una de las tres imágenes icónicas de Japón.
Pensamos hacer una excursión de ida y vuelta desde Kyoto, aunque la opción de quedarse a dormir es evidentemente muy tentadora y recomendable, pero quedarse a dormir en un ryokan era muy caro y ya nos habíamos dado el capricho en Takayama y también íbamos a dormir en un templo en Koyasan, así que lo descartamos en esta ocasión. Finalmente no pudimos reservar ningún asiento en el shinkansen porque todos los vagones con reserva estaban llenos desde días atrás, así que fuimos bien temprano a la estación de Kyoto y nos pusimos a hacer cola en uno de los vagones sin reserva. Eran sobre las 7 de la mañana y la estación ya era un hormiguero de gente. Para saber qué vagones van sin reserva y cuáles son reservados sólo necesitas saber el nombre del tren que tienes que coger. En el mismo andén hay un panel informativo que te indica los vagones que van sin reserva según el tipo de tren, y para buscarlos te tienes que fijar en el suelo, donde está pintado con colores y pone el número. Haces cola en alguna de las filas de vagón sin reserva y listo. El tren llegó y como ya venía bastante lleno nos tocó ir de pie, entre vagones, hasta la primera estación. Al llegar a Osaka bajó mucha gente y pudimos sentarnos pero hubo gente que aún se tuvo que quedar de pie durante gran parte del trayecto. Cuando nos sentamos pudimos comernos el desayuno que habíamos comprado de camino. Para llegar a Miyajima tuvimos que coger el shinkansen en Kyoto hasta Hiroshima, y en Hiroshima otro tren, hasta Miyajimaguchi. Allí bajamos muchísima gente; todos íbamos a coger el ferry hacia la isla. La dirección del ferry está indicada cuando bajas del tren, y está muy cerca de la estación (5-10 minutos andando), pasando por un paso subterráneo. Cuando llegamos al ferry la gente ya estaba embarcando y lo cogimos por los pelos, aunque creo que pasan bastante a menudo, así que tampoco has de esperar mucho y el embarque es muy rápido. Este ferry entra con el JRPass, aunque creo que hay otro ferry que llega a la isla y éste último no entra. El trayecto es muy corto, unos 10 minutos, y es muy ameno porque vas viendo el paisaje hasta llegar a la isla. La isla estaba a tope, temporada alta y domingo; no digo más. Decidimos ir primero al Monte Misen, subiendo en funicular. Desde el embarcadero son unos 20-25 minutos andando, pero no se hace pesado. De camino pasamos por el Momijidani Park y vimos varios ciervos, que como ya sabéis viven en libertad por toda la isla. Hay un autobús que sube hasta el funicular gratuitamente, por si os queréis ahorrar el primer paseo, pero había bastante cola y preferimos subir caminando. Cruzando el puente de Momijidani Park
En las taquillas compramos dos billetes de ida y vuelta en el funicular, aunque puedes comprar sólo la ida si quieres, para hacer la bajada andando. Como era pronto, había muy poca cola y tuvimos que esperar sólo diez minutos. El trayecto en funicular está dividido en dos etapas. La primera, es una subida en un teleférico de los pequeños, donde caben como mucho seis personas y vas sentado. Luego hay otro teléferico de los grandes, donde cabe más gente y te ponen un audio dándote la bienvenida al monte y explicando otras cosas de la isla, pero a saber, porque era en japonés. A pesar de todo los trayectos son muy cortos (unos 15 minutos más o menos entre los dos, aunque depende de la cola que haya) y las vistas impresionantes. Menos mal que subimos a primera hora (aunque ya serían las 10 de la mañana) porque más tarde había muchísima cola. Subiendo al monte Misen en funicular
El Monte Misen es la montaña más alta de la isla con 535 metros sobre el nivel del mar. La montaña también es sagrada desde tiempos antiguos, exactamente desde el año 806, cuando Kobo Daishi (el fundador de la secta budista Shingon) estuvo allí cien días meditando (unas buenas vacaciones son, desde luego). Allí encendió un fuego que dicen lleva 1200 años sin apagarse. Con este fuego se encendió el fuego del Peace Memorial park en Hiroshima. Una vez arriba estuvimos un rato disfrutando de las vistas y echando fotos y después emprendimos la subida hasta el observatorio. Por cierto, no vimos ni rastro de monos, pero se supone que están donde te deja el funicular. Desde la estación de funicular hasta el observatorio de la cima hay un camino, que obviamente es todo cuesta arriba. No es difícil, pero puede cansar un poco. Se tarda alrededor de unos 30-35 minutos subiendo tranquilamente, y en medio se puede hacer una parada para descansar en un templo que hay por el camino. En los alrededores del templo hay figuritas muy monas a las cuales les ponen gorritos, gafas, etc . En el observatorio de la cima había bastante gente y poca sombra, así que estuvimos lo justo para admirar las vistas, echar unas fotos y descansar antes de la bajada. Si vais en agosto llevad mucha agua, porque arriba donde está el templo se puede comprar, pero te clavan... Vistas desde la cima del Monte Misen
Emprendimos la bajada, y mucha gente subía hacia el observatorio. Realmente la isla estaba a tope ese día y lo vimos también al bajar del funicular, con una cola muy larga para cogerlo y gente esperando en taquilla. No quiero sonar muy insistente, pero si tenéis pensado ir en agosto y subir al Misen, probablemente ir a primera hora sea la mejor opción para que no tengáis que perder tiempo haciendo colas. Una vez abajo fuimos bajando hacia las calles principales de la isla, pero nos desviamos para visitar el templo budista Daisho-in, que pertenece a la secta shingon. Había leído que era un lugar muy hermoso, que valía la pena no perderse y tengo que darle toda la razón a esas opiniones. Es un templo súper bonito, los edificios y las preciosas estatuillas están repartidos por todo el conjunto y además ofrece buenas vistas. Es muy grande y verlo todo con calma os llevará un buen rato, mínimo una hora y media. Empezamos subiendo unas escaleras, las cuales tienen a un lado unas ruedas con sutras grabados. Estas ruedas se pueden ir girando al subir y esto se supone que te traerá fortuna. Al lado izquierdo de las escaleras hay un montón de estatuillas de piedra dispuestas en un camino de escaleras, aunque esto nos paramos a verlo ya cuando salíamos del templo. Todas ellas son distintas y cada una tiene una expresión facial diferente a las demás. Camino de piedras con estatuas al lado de las escaleras de entrada
Antes de continuar la visita hicimos una paradita en las máquinas de bebida y me dio por probar la Fanta de Uva y meeeh...no me gustó, estaba muy empalagosa y encima me empezó a perseguir una abeja y las abejas de Japón hacen como dos abejas de las nuestras. En cambio, he de decir que la Fanta de Kiwi, que probé en Nikko, sí me gustó mucho. Después de la parada de avituallamiento frustrada por las abejas seguimos la visita por el templo. Enfrente de las máquinas de bebidas y de la oficina de información está el salón Kannon-do, donde está la imagen de la diosa Kannon de once cabezas, que antiguamente estaba en el santuario de Isukushima, que se encuentra más abajo. También encontramos aquí un mandala gigante hecho con tierra de colores, que representa también a Kannon. Este mandala fue creado por sacerdotes budistas del Tibet. Salón Kannon-do
El siguiente edificio que hay es el Chokungan-do, donde hay una estatua de Fudo Myo-o, una imagen encarnada del Buda Cósmico, que tiene cara de pocos amigos, porque representa su determinación para encararse al demonio. También hay 1000 imágenes pequeñas de Fudo Myo-o que fueron donadas por fieles. Allí los fieles dejan palos de madera con inscripciones de deseos y cada día a las 10 de la mañana les prenden fuego y se reza para que se hagan realidad. A continuación hay otras escaleras con ruedas inscritas con sutras. Girarlas equivale a haberlas leído todas. Estas escaleras llevan al Maniden, que es el edificio principal para el rezo. Dentro del Maniden hay una habitación con 1000 imágenes del Buda de la luz inifinita, también donadas por fieles. Ya os habréis dado cuenta de que este templo es el templo de las estatuillas, pero es que aún hay muchas más. Para continuar la visita has de volver a bajar las escaleras donde te encuentras de frente con la imagen de Buda tumbado, entrando al Nirvana, y seguir ascendiendo por otras escaleras. En esta última parte de la visita hay muchos rincones bonitos para ver, entre ellos una cueva, toda oscura, de cuyo techo cuelgan un montón de farolillos encendidos que iluminan un camino con un montón de estatuas de iconos budistas que se encuentran en una ruta de peregrinación muy importante para el Budismo (en la isla de Shikoku) que pasa por 88 templos. Representa que si andas todo el recorrido las estatuillas te otorgarán las mismas bendiciones que en la ruta original. O sea que yo estoy súper bendecida :D!! Cueva Henjyokutsu
Al salir del templo fuimos bajando otra vez hacia las calles principales. Nuestra intención era acercarnos a ver el torii, que a esas horas debería estar cubierto por la marea, al igual que el santuario de Isukushima. En las calles principales era donde se reunía toda la gente, sobre todo ahora que ya era la hora de comer. Estuvimos un rato observando el torii desde la arena y viendo el santuario de Itsukushima de lejos, no nos atrevimos a entrar, porque estaba a reventar de gente, y verlo así tampoco nos iba a resultar muy cómodo. Desde fuera se veía a la gente apelotonada en los pasillos, además de la cola que había para entrar, nada desdeñable. Torii con la marea alta
Santuario de Itsukushima
Cuando nos cansamos nos fuimos a dar una vuelta para encontrar algo de comer. Hay muchos lugares para comer, pero vimos varios puestos de comida que nos llamaron la atención. Fue allí donde probé las ostras, cocinadas a la plancha. Estaban buenísimas. También comimos unos pinchos de carne, de pollo y de lengua de vaca (mis amigos me llaman aborigen). Después a ver quién es el listo que encuentra una papelera para tirar los palos del pincho…lo mejor es que te los comas delante del puesto y les des el pincho/servilleta para que lo tiren ellos. Es muy gracioso (por llamarlo de alguna manera) porque los ciervos pululan por allí y como te descuides un poco se comen tu comida. Después de comer fuimos emprendiendo la vuelta al embarcadero. De camino, nos comimos un bizcochito típico de Mijayima, con forma de hoja de arce. Se llama ‘momiji manju’ y están rellenos de múltiples cosas: anko, te verde, chocolate, crema...Estaba súper esponjoso y bueno. Paseando por Miyajima puedes ver en muchas tiendas a gente trabajando en su proceso de elaboración y las máquinas que usan para hacerlos. También nos comimos un kakigori de mango y de té verde. De bajada volvimos a pasar al lado del torii flotante, porque en nuestro caso sí flotaba ya que no lo vimos con la marea baja, y nos hicimos fotos con los ciervillos. Ciervo echándose la siesta
Cuando llegamos el embarcadero había cola para el ferry, pero sólo tuvimos que esperar unos 10 minutos y el embarque fue rapidísimo. A la vuelta muchos japoneses iban fritos en los asientos...qué facilidad para dormirse en los transportes. Enseguida llegamos a la estación de tren, de allí a Hiroshima, y de allí cogimos el shinkansen hasta Kyoto. En Hiroshima no quisimos parar, porque preferíamos dedicarle el día entero a Miyajima para verlo tranquilamente, pero si por ejemplo no se sube al Misen o vas con un poco más de prisa, se puede hacer una parada para ver lo más representativo de Hiroshima y combinar en un día Miyajima e Hiroshima en excursión de ida y vuelta desde Kyoto, aunque yo prefiero ir más tranquila. Llegamos aproximadamente a las 8 a Kyoto, fuimos a comprar algo de cenar para comernos en el hostel. Nos dimos una ducha y a la cama! Al día siguiente teníamos pensado visitar Kurama y Kibune, pero decidimos dejarlo estar, porque necesitábamos un día de relax. Así que nos quedamos en Kyoto e improvisamos un poco. Etapas 10 a 12, total 21
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