Un fin de semana en La Palma ✏️ Blogs de España

Por temas laborales tuve que acercarme hasta La Palma y aproveché para conocer un poquito más de esta bonita isla. Organicé una ruta de dos días con coche afín de recorrerla entera o al menos en gran parte.
Me alojé en el Hotel Castillete de la capital palmera. Está en la avenida marítima y tiene vistas al mar. Bastante bien para pasar unos días por allí. Relación calidad precio muy buena. La única pega que el equipamiento de las habitaciones es antiguo. Una pequeña reforma le vendría genial, y más con las cosas tan cucas que se hacen hoy en día.

Llegué el jueves por la noche y tras dejar las cosas me fui a dar un paseo y buscar un restaurante para cenar. El Tripadvisor me chivó uno llamado “Enriclai” que tenía pintaza pero me fue imposible pillar mesa porque estaba a tope. Por allí cerca vi otro con buen aspecto que se llama “La Placeta”. Muy bonita la zona en la que está situado.

A la mañana siguiente me levanté y fui a cumplir con la razón principal del viaje. Sobre las doce del mediodía había terminado así que está completamente libre para turistear por la isla. Lo primero fue pasear por la capital, Santa Cruz. Bastante coqueta aunque pequeñita. Subí la loma hasta el Castillo de la Virgen para tener una visión desde lo alto y desde ahí recorrí todas las calles peatonales del centro. Acababa de llegar un crucero al puerto así que se veía mucho ambiente por las calles.
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Muy limpio y muy cuidado todo. Me metí en el mercado de abastos que es muy curioso. Seguí hasta la Plaza de España, Ayuntamiento… todas estas calles me sonaban de cuando dan por la tele canaria la fiesta de “Los Indianos”.
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La siguiente parada era cruzar a la costa oeste. Mientras te alejas de SC hay una serie de miradores con vistas muy bonitas.
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A la altura de “El Paso” di con el centro de visitantes de la Caldera de Taburiente pero no había pedido cita para ir al mirador de la cumbrecita. Desconocía el dato de tener que pedirlo porque está limitado a muy pocos coches. Me la jugué y llegué hasta donde está la garita del vigilante y en efecto, no me dejó pasar porque en ese momento estaba todo lleno. Media vuelta y para Los Llanos de Aridane.

Encontré aparcamiento en la avenida principal y rápidamente palpas que es más grande que la propia capital. Ya lo conocía porque es donde está situada la meta de la famosa carrera Transvulcania en la que participé hace dos o tres años. Lo recordaba más feo, tal vez fue por el cansancio con el que llegué a meta o por la cantidad de gente que había aquella tarde por allí pero no fui justo con él. Tiene unas calles bastante interesantes por la zona del ayuntamiento. Todas muy cuidadas y coloridas, con sus balconcitos típicos.
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Tras tomarme una cervecita y patear todo aquello puse rumbo a Tazacorte que era donde tenía pensado comer. Pueblo costero muy bonito y tranquilo. Se agradece que el turismo de La Palma no sea tan agresivo como el de las islas más grandes. Comí en “Playa Mont”, me prepararon una parrillada de pescado y la verdad que comí de lujo.
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Paseo por la avenida viendo su bonita playa de arena negra y vuelta para el coche. Siguiente parada: “Puerto Naos”. De camino vas pillando altura y se ve un bonito paisaje con un mar de plátanos:
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Puerto Naos es una zona más turística que Tazacorte pero también muy cuidada. Otra playa de arena negra bastante bonita. Cerca de Puerto Naos me habían hablado de dos pueblos costeros que podían merecer la pena: La Bombilla y El Remo, éste famoso por sus calamares. No me acerqué porque prefería seguir rumbo sur hacia la Ruta de los Volcanes. En otra visita los conoceré.
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Por esta zona se sube a bastante altura y el paisaje impresiona. Al llegar a la altura de las nubes pillé algo de agua. Al poco comienzas a ver zonas de malpaís espectaculares. Pasé por el pueblo de Los Canarios en busca del Volcán de San Antonio pero al llegar ya habían cerrado el centro de visitantes. Eran las seis de la tarde y lo cierran a las cinco y media. Una pena. Me fui camino a “Las Salinas de Fuencaliente” con lo que volví a bajar. Fui conduciendo entre plataneras y de repente sales a un mar de lava. Incluso hay una playa que me pareció preciosa en medio del malpaís. Tal vez sea la de “Echentive”. Toda esta zona es espectacular. Así como las vistas que hay desde el faro y las salinas.
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Esa tarde se veían las islas de Tenerife, La Gomera y al fondo y de forma menos precisa, El Hierro. Además el atardecer debe merecer la pena por esta zona aunque yo no me quedé a verlo. Aún faltaba una hora a ojo de buen cubero y tampoco quería que me cogiese la noche conduciendo.
Seguí dirección norte, a la capital, y di con un desvío que daba al famoso Volcán de Teneguía, sin embargo había un cartel advirtiendo que era una carretera de uso exclusivo para vecinos y preferí respetar la norma. Además, al ser tan tarde, seguramente no podría pasear por allí. Llegué a SC completamente de noche. Aparqué y cené por la calle de los famosos balcones canarios.

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Completísimo día.

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El sábado me tocaba ruta por el Roque de los Muchachos y toda la zona norte de la isla. Me levanté tempranito y bajé a desayunar a la cafetería del hotel que por cuatro euros disponía de buffet libre. Bastante completo, merecía la pena porque tenía prácticamente de todo y me podía llenar hasta reventar por lo que podría aprovechar bastante el día ya que el hambre me iba a entrar bien avanzada la tarde.
Fui ascendiendo por la LP-4. Las nubes estaban bastante altas así que no tuve problemas de visibilidad por la carretera. Al cabo de un rato fui viendo los primeros telescopios hasta que di con uno que es inmenso; El Gran Telescopio de Canarias. Paré el coche para fotografiarlo.
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Por el Roque de los Muchachos anduve un buen rato porque me hice los mini senderos que están junto a la carretera. No tienen dificultad. Si sufres de vértigo a lo mejor se te puede atragantar uno de ellos que tiene una gran pendiente pero en principio me parecieron para todos los públicos. Esta zona de La Palma es realmente impactante. La grandiosidad de la caldera, el Teide al fondo, todo el valle de Los Llanos, el sendero que viene procedente del Pilar con todos los telescopios de fondo… mucho silencio y mucha paz.
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Seguí la LP-4 rumbo a Santo Domingo de Garafía. Una carretera serpenteante muy bonita pero no acta para personas que mareen. Bajándola me topé por sorpresa con la bodega del Níspero que es el vino blanco que más bebo. Obvié la visita porque di por hecho que hay que reservar con antelación y tampoco estaba prevista en la ruta, lo que me demoraría.

Cogí el desvío hacia Las Tricias y llegué a Garafía. El paisaje por toda esta zona merece la pena. En el pueblo había un restaurante que tenía muy buenas críticas en el Tripadvisor: “El Bernegal”, lo que ocurrió fue que llegué bastante temprano y aún no tenía hambre. Como iba a seguir conduciendo por la misma carretera dirección Barlovento di por hecho que me encontraría con alguno de camino.
Dicho y hecho. En La Mata di con “Restaurante La Mata” bastante bueno. Probé el potaje de millo, un salteado y un solomillo de res con salsa de castañas espectacular. En general en La Palma se come muy bien y no es nada caro. Es la clásica isla en la que te puedes meter a comer en cualquier sitio sin que te sientas estafado.

En Barlovento no hice parada, seguí conduciendo porque me quería acercar hasta las piscinas naturales del “Charco Azul”. Por esta carretera hay un mirador muy bonito con unas vistas impresionantes con un montón de dragos al fondo. No recuerdo la zona pero es fácil encontrarlo porque tiene un parking bastante grande. Creo que fue un ratito antes de llegar a Barlovento.
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Llegué al parking del Charco Azul y me encontré con un gran cartel que anunciaba que estaban cerradas por obras aún así bajé hasta ellas y las rodeé por encima para tener una vista del lugar. Cuando las inauguren estarán de lujo aunque tengo la impresión que en esta zona de la isla el tiempo no es muy allá.
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Se me olvidó decir que por toda esta zona conduces entre plataneras, es una exageración. Me impresionó y eso que yo soy canario.
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Cerca de las piscinas está el pueblo de San Andrés que es un montón de cuco. Merece una miniparada para ver sus casitas de colores y la plaza de la iglesia. En este pueblo también me encontré por sorpresa con una destilería que fue todo un clásico en mis noches de parranda, ron La Aldea. En La Palma fueron todo señales, mosqueante cuanto menos.
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Siguiente parada: la playa de Nogales. Si vienes desde San Andrés el Google Maps te hace bajar serpenteando por una carretera estrechísima pero por suerte no subía ningún coche en dirección contraria y no tuve que ponerme a sudar. Nuevamente rodeado de plataneras. Dejé el coche en el parking y caminé unos 400-500 metros por el caminito junto al risco hasta que vi la playa. No llegué hasta ella porque me pareció bastante trayecto y tampoco iba vestido con la ropa adecuada para estar por allí, así que me conformé con verla a lo lejos. Me encantó aunque parece muy peligrosa, pero la estampa es realmente bonita. La pena es que el día no acompañaba y en las fotos sale feucha.
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Hasta Santa Cruz de La Palma fue un bonito trayecto de una media hora. Por el camino existen un par de miradores muy chulos con la capital al fondo. Solo me quedaba por ver “Los Cancajos” que está junto al aeropuerto pasando SC. De este lugar si me acordaba porque era donde había dormido cuando participé en la Transvulcania. Cené en el restaurante “El Pulpo”, que me encanta, está justo en la playa. Breve paseo por las inmediaciones y para el hotel en lo que fue una gran despedida.
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El eslogan de esta isla lo resume bastante bien “La Isla Bonita”. Y eso que yo no recorrí sus infinitos senderos por falta de tiempo, caminar por ella y perderte debe ser una experiencia inolvidable.

Saludos

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