![]() ![]() Japón en 15 días, lo imprescindible a todo tren ✏️ Blogs de Japon
Viaje realizado la segunda quincena de mayo de 2017. Seis personas con el JR Rail Pass recorriendo lo imprescindible de ese bonito país.Autor: Espailocal Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (12 Votos) Índice del Diario: Japón en 15 días, lo imprescindible a todo tren
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Etapas 4 a 6, total 15
![]() DIA-4-Miyajima, KiotoDía para visitar la isla, subir hasta el monte Misen en teleférico, hacer una bonita caminata y acabar visitando el santuario de Itsukushima. Por la tarde, viaje a Kioto donde dormiremos.
El día de hoy lo dedicaremos a visitar la isla al completo, o lo que podamos. Hacemos nuestro desayuno fuera del hotel ya que no lo tenemos incluido y luego nos dirigimos hacia Momijidani Park para tomar el bus que en tres minutos nos llevará a la estación del teleférico que nos dejará cerca de la cima del Monte Misen, mística montaña rodeada de frondosos bosques y magníficas vistas sobre el Mar de Seto. El bus y el teleférico están incluidos en un mismo ticket, 1000 yenes ida y 1800 ida y vuelta.
![]() El teleférico no llega hasta la cima, hay un tramo que se tiene que hacer a pie. Una vez comprados los tickets cogemos el bus que tiene la parada al lado mismo del establecimiento donde se venden, el viaje es corto, me resultó curioso compartirlo con otros turistas en un microbús increíblemente aprovechado, ya que en su pasillo central desplegaron una hilera de asientos que lo ocupaban por completo, increíble cómo en Japón sacan partido del poco espacio que tienen y la eficiencia del transporte público. Llegamos al final del trayecto y nos dirigimos a la zona de los miradores que nos regalan con un impresionante panorama, el día no es soleado pero lo suficientemente claro para hacer fotos decentes. Hiroshima está cerca y se ve al otro lado de la costa, también vislumbramos las numerosas plataformas de criaderos de ostras típicas de la zona. Lástima que no dispusiéramos de demasiado tiempo ya que lo mas recomendable allí era hacer treeking por aquellos bosques y de tanto en tanto deleitarse con las vistas. No obstante, bajamos a pie por uno de los caminos y en el último tramo encontramos el bus que nos trajo y que nos llevó hasta Momijidani Park, gratificante paseo, sin duda. Se nos ha hecho mediodía y nos encontramos ya en los alrededores del santuario de Itsukushima al que accedemos ejecutando el pertinente ritual de purificación en sus fuentes de la entrada. El santuario de Itsukushima fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en el año 1996, la construcción actual se remonta al siglo XII y consta de un grupo de edificios de madera armónicamente dispuestos sobre el agua. El conjunto con sus formas geométricas y su peculiar color rojo-anaranjado en combinación con el azul de mar, el verde de los bosques y el gran torii al frente ofrece una vista incomparable. ![]() La visita al santuario se vio enriquecida con la celebración de una boda sintoista con todo su esplendor y ritualidad. Acabada la visita al santuario salimos por los alrededores en los que hay algunas tiendas de souvenirs e iremos a nuestro hotel a buscar las maletas para partir de esta bonita isla. Volveremos a tomar el ferry hasta Hiroshima, nos dirigiremos a la estación de tren y tomaremos el shinkansen Sakura hasta Shin-Osaka, sobre las 15:20 horas y allí cogeremos shinkansen Kodama que nos llevará hasta Kioto donde pasaremos nuestros próximos días, todo ello nos llevará unas dos horas y diez minutos y recorreremos 380 kilómetros, llegaremos a las 17:10 horas. ![]() Aprovecharemos para comer en el tren. Todos los asientos del shinkansen tienen la bandeja plegable para poder comer cómodamente lo que previamente habíamos comprado en un 7 Eleven de la estación La estación de Kioto es enorme, un auténtico alarde de metal y vidrio, grandes espacios en anchura y altura con un toque de modernidad soberbio. Se construyó en 1997 y alberga centros comerciales, cines, hotel y varias instalaciones del Gobierno Municipal de Kioto. Nada más salir de la estación pudimos contemplar la gran explanada en la que se encontraban las paradas de buses y taxis y la imponente figura de la torre de comunicaciones al frente. Poco más de diez minutos nos llevó el llegar a nuestro hotel, el Apa Villa Hotel Kyoto Ekimae hotel al que no le faltaba detalle pero de escasos espacios como venía siendo hasta ahora en los establecimientos de las grandes ciudades. Una vez hecho el check-in recogemos las maletas grandes que habíamos enviado por transportista y ya arregladitos nos disponemos a hacer nuestra primera visita a la ciudad, nos dirigiremos a la zona de Pontocho y Gion, para ello cogimos el metro, buscamos la estación más próxima al hotel. Llegaremos a la orilla del Río Kamo que a un lado tiene Gion y al otro Pontocho. Este último barrio, Pontocho está formado por una única calle estrecha y peatonal, que corre paralela al río Kamo y es emblemático por la arquitectura tradicional de las casas de geishas, casas de té, tiendas tradicionales y restaurantes de alta cocina que allí se aglutinan. Dimos un paseo y nos alejamos una o dos calles del río encontrando diversidad de lugrares dónde comer alguna cosa, al final acabamos entrando en un restaurante tradicional, subimos unas escaleras y nos encontramos con pequeñas habitaciones con el suelo “hundido” en las que tuvimos que entrar descalzos dejando previamente nuestro calzado en unas taquillas, fue una cena divertida. Mañana tenemos todo el día para visitar Kioto, será un día de templos y santuarios de los que la ciudad está llena, regresamos a nuestro hotel . Etapas 4 a 6, total 15
Heian-kyo, capital de la paz y de la tranquilidad es la actual ciudad de Kioto (en español literalmente “ciudad capital”), ubicada en el suroeste de la isla de Honshu, fue fundada al final del siglo VIII (año 794 por orden del emperador Kanmu) y fue una de la más amplias capitales del mundo en comparación con la magnificencia de las ciudades europeas en el mismo período. La ciudad fue construida para el emperador Kanmu que decidió la construcción de la nueva capital, abandonando lo que es hoy la actual Nara. Fue capital imperial en un país esencialmente rural y centro de la cultura japonesa por miles de años, hasta 1868 cuando, en época Meiji (1868-1912), la capital se trasladó a la actual Tokio (literalmente “capital del Este”). Kioto fue fundada en un contexto natural muy agradable, plano y con muchos ríos. La cuenca, en todo su perímetro, estaba protegida por las montañas y principalmente a lo largo del río Kamo comenzó el primer núcleo de la ciudad.
Nuestra primera visita hoy será el bosque de bambú de Arashiyama y después, muy cerca de allí el templo zen de Tenryu-ji. Para ello vamos a la estación de autobuses y en las oficinas de venta de tickets compramos un bono de un día “City Bus All-day Pass” por 600 yenes. Kioto sólo dispone de dos líneas de metro, por tanto no es el medio de transporte más conveniente para visitar sus atracciones, el autobús es lo más práctico. Después de un ameno recorrido en bus por una parte de la ciudad nos plantamos en las cercanías del bosque de bambú de Arashiyama, nos deleitamos dando un paseo por el entramado de esbeltos e intensamente verdes troncos de bambú, relajante circuito en el que nos encontramos parejas de novios haciéndose reportaje de bodas y carruajes de dos ruedas –rickshaw- de tracción humana que pasean a turistas. Se dice que el relajante murmullo de suaves crujidos y roces de hojas que la suave brisa origina en este bosque es uno de los 100 sonidos a preservar en Japón, así lo afirma el Gobierno japonés. Salimos de Arashiyama y nos dirigimos hacia el templo zen de Tenryu-ji, que significa Templo del Dragón Celestial y que es el templo principal de la rama Tenryû-ji de la secta Rinzai del Budismo. La zona que se puede visitar está formada por dos áreas claramente diferenciadas que son los jardines y los edificios, de las cuales la más interesante es, con creces, el jardín, pero teniendo en cuenta que visitar los edificios tan sólo incrementa el precio de la visita en 100 yenes, claramente valió la pena pagarlos. No sólo por poder ver el interior de los edificios de cerca (desde los jardines se podían ver pero desde lejos y desde una altura poco adecuada), sino también porque así se podía tener una nueva perspectiva de algunos elementos del jardín, y al estar menos concurridos, de forma más tranquila y reposada. ![]() Este templo es uno de los que más me gustó de Japón. Itsukushima, en Miyajima es impresionante pero este tiene algo añadido que ejerce más atracción, tal vez por aquello de que es zen, no lo sé, pero todo en él es armonía, proporción y equilibrio, la perfección y meticulosidad está en todos sus detalles, jardines, construcciones de madera, salones interiores, un gozo para los sentidos. Nuestra siguiente visita es el Pabellón Dorado o Kinkaku-ji. Nos dirigimos a la parada más próxima de bus y cogemos la línea que en unos 50 minutos nos dejará en el Pabellón y para esto aparte de intentar interpretar los carteles informativos de las paradas de bus también nos fue imprescindible la cuntínua consulta en la web de Hyperdia o el mismo Google Maps que nos daba toda la información de líneas de buses y paradas. El templo zen Kinkaku-ji es el más peculiar de Kioto, el exterior de sus paredes cubiertas de pan de oro lo hace único. Es Patrimonio de Humanidad de la Unesco desde 1994 y en su interior se guardan las reliquias de Buda. Está rodeado de un impresionante estanque, el Espejo del Agua en el que se refleja la figura del templo rodeado de pinos al estilo japonés y de fondo las montañas, un espectáculo para la vista. Está abierto de 9 a 17 horas y la entrada cuesta unos 400 yenes. ![]() Se nos ha hecho la hora de comer, salimos de Kinkaku-ji y hacemos una prospección por los alrededores encontrando el típico 7-Eleven en el que nos surtimos de los víveres pertinentes. Como siempre, allí encontramos una extensa variedad de viandas, comida preparada, sándwiches, ensaladas y postres. No fue difícil en todo nuestro viaje hallar comida para salir del paso. Los japoneses están acostumbrados a desplazarse sobre todo por motivos laborales y muchas comidas las hacen en esos momentos. Nuestra próxima visita será el Templo de Kiyomizudera al que llegaremos en bus en unos 50 minutos. Es budista y su nombre es “Templo del Agua Pura”, consta de un conjunto de templos y recintos religiosos y está situado en las colinas al este de Kioto, su construcción data del 778. Los alrededores de Kiyomizudera se hacen muy amenos, están llenos de comercios de souvenirs y productos típicos, sobre todo una de las calles que hace un poco de subida y va a dar directamente al templo. La visita estuvo un poco “mutilada” que el techo del templo se encontraba en restauración y no dejaban acceder al mirador desde el que se puede contemplar una vista panorámica de Kyoto, de todas maneras, valió la pena. ![]() Son las seis y media de la tarde y decidimos bajar hacia la zona de Gion y Pontocho. El camino se hace agradable, tiendas típicas y cuando ya vamos acercándonos a Gion vamos observando las tradicionales construcciones de madera con sus persianas vegetales y farolillos, una delicia de paseo pero de geishas, ni una, lástima! Ya en la zona de Gion encontraremos una típica taberna o izakaya, Teppanyaki Manryu de pequeño tamaño -sólo dos mesas y una barra- donde pudimos degustar okonomiyakis y otras especialidades típicas de estos establecimientos. Detalle curioso y divertido el que nos hicieron una foto con una Polaroid y la colgaron en un mapamundi junto con las de otros clientes del resto del mundo. buena cena, buen trato y divertido momento. ![]() ![]() Finalizamos con nuestra vuelta al hotel. El siguiente día es nuestra última jornada completa en Kioto, visitaremos Nara y otras atracciones imprescindibles de Kioto. Etapas 4 a 6, total 15
Empezaremos el día con una excursión a Nara, visitaremos su parque y templos y volveremos a Kioto para visitar el santuario sintoísta de Fushimi Inari.
De Kioto a Nara tenemos una hora de viaje en el JR Nara Line Service. Nara se encuentra a 42 km al sur de Kyoto, es una antigua capital de Japón y fue también cuna del arte, la literatura y la cultura japonesa, cuenta con ocho monumentos Patrimonio de la Humanidad. ![]() Los principales lugares de atracción turísticos se encuentran alrededor de la estación de tren de Nara. El parque de Nara es más conocido como “El Parque de los Ciervos”, ya que las ciervas y los ciervos mansos pasean libremente. Nada más llegar a la estación de Nara compramos un ONE DAY PASS TICKET para el bus que nos cuesta unos 500 yenes y tomamos un bus que nos llevará hasta la zona del parque y los templos. En el extremo norte del parque de Nara se encuentran los edificios del complejo del templo Todaiji. Nada más llegar nos encontramos con la puerta Nandaimon, un gran portón de madera de 20 metros cobijado a ambos lados como suele ser habitual en este tipo de puertas, por los guardianes Nio, dos estatuas que junto con la puerta que data de 1199, son tesoros nacionales. ![]() Nos encontramos ya delante del edificio principal, el Salón del Gran Buda, es el edificio de madera más grande del mundo. Y eso a pesar de que lo que lo que veíamos era una reconstrucción un 33% más pequeña que el edificio original, pero a pesar de todo, un edifico imponente. En su interior nos encontramos con la estatua de bronce del Gran Buda de Nara -Daibutsu- un Buda sentado de 15 metros de alto y 500 toneladas de peso. Uno de los lugares que más atractivo tiene para los turistas es el pilar con un agujero del tamaño del orificio de la nariz del Gran Buda. Los turistas, grandes y pequeños, hacen cola para intentar pasar por el agujero porque se cree que si puedes pasar por él, conseguirás la iluminación en la próxima vida. Todaiji se construyó en el año 752 como templo principal de todos los templos rurales o de provincias de Japón y en poco tiempo, ganó muchísima importancia, poder e influencia en la zona. De esta manera se entiende que fuera tan impresionante en sus orígenes y que lo siga siendo ahora a pesar de que la construcción actual sea algo más reducida. Tras visitar El edificio principal nos dirigimos hasta la “Nara Taro” o Gran Campana de de Todaiji, y desde luego que es enorme y espectacular, vale la pena contemplarla. ![]() Seguimos nuestro paseo y llegamos a Tamukeyama Hachiman-gu un santuario sintoista dedicado al Kami o deidad Hachiman, la deidad tutelar de los guerreros. Para acceder al mismo, tuvimos que subir unas cuantas escaleras ya que este edificio se encuentra en la parte alta de un pequeño montículo desde el que se divisa una bonita panorámica de la ciudad. Como en todos los santuarios sintoistas, se repite el ritual, pasar debajo del torii y purificarnos con el agua en la entrada. ![]() Fue constante el encontrarnos con la presencia de escolares especialmente ese día que nos miraban con curiosidad y que accedieron gustosamente a hacerse una divertida foto con nosotros. Proseguimos y nos encontramos con el Santuario de Kasuga Taisha famoso por las 2000 lámparas de piedra que hay por el camino de subida y también por las 1000 bonitas lámparas de bronce que hallamos más arriba. Todas estas lámparas normalmente están apagadas, pero durante el Mantōrō o “Festival de las lámparas iluminadas” se encienden y su luz crea imágenes bellísimas a medida que el sol se va poniendo, aunque como no podría ser de otra forma, dado que hablamos de ocasiones muy especiales (un día en febrero y dos días en agosto), la cantidad de público que asiste es inmensa, por lo que se pierde un poco ese recogimiento y sensación de paz que transmite normalmente este santuario. Aprovechando el bonito y soleado día que tenemos, continuamos nuestra visita por el parque y no podía faltar la presencia de los ciervos que como en Miyajima también aquí andan sueltos a su antojo buscando que algún turista les dé alguna de las galletas que venden para atraelos y alimentarlos ![]() Salimos ya del parque de Nara y visitaremos por último la bonita pagoda de cinco pisos del templo budista de Kofukuji. Buscamos una estación de tren JR que no se encuentra muy lejos y que nos llevará a Inari en el sur de Kioto en una media hora. Allí comeremos algo en los puestos de comida callejera y visitaremos esa joya de santuario sintoista, el Fushimi Inari Taisha decicado al dios Inari, deidad con más santuarios en Japón. Inari es el Dios del arroz y patrón de los comerciantes ya que en la antigüedad se asociaba tener una buena cosecha de arroz con tener prosperidad en los negocios. Y esto explica una de las características del santuario que más llaman la atención: los miles de torii que encontramos uno detrás de otro, por sus 4 kilómetros de caminos, que casi parecen formar un pasadizo techado y que han sido donados por comerciantes que ponen sus nombres o los de sus negocios en los torii para que el dios Inari les sea propicio. Fue una visita gratificante y llena de colorido amenizada por una agradable caminata que nos regaló excelentes vistas vespertinas. nos llevó unas dos horas la visita completa hasta la cima. ![]() ![]() Son ya casi las siete de la tarde y volvemos a nuestro hotel, tomaremos el tren con la linea JR hasta la estación central de Kioto, hoy cenaremos en el hotel con algunos víveres que habremos comprado. Etapas 4 a 6, total 15
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