![]() ![]() DOS SEMANAS POR BRETAÑA Y FUTUROSCOPE ✏️ Blogs de Francia
15 días recorriendo, en coche, la Bretaña y Mont Saint-Michel. De regreso visitamos Futuroscope, en Poitiers.Autor: Mercedes_L65 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Índice del Diario: DOS SEMANAS POR BRETAÑA Y FUTUROSCOPE
01: Introducción
02: 19-05-2018: Burdeos o la Duna de Pilat
03: 20-05-2018. Camino de Dinan: La Rochelle
04: 21-05-2018. Dinan, Vitré y Fougères
05: 22-05-2018: Mont Saint-Michel, Saint-Malo, Pointe du Grouin y Menhir de Champ-Do
06: 23-05-18: Fort La Latte y Cap Fréhel. Pontrieux, Abadía de Beauport, Treguier y
07: 24-05-2018: Costa de Granito Rosa. Guimiliau y St-Thégonnec. Pointe St-Mathieu
08: 25-05-2018: Le Faou, Camaret Sur Mer, Pointe de Penhir, Locronan y Quimper
09: 26-05-2018: POINTE DU RAZ, CONCARNEAU Y PONT-AVEN
10: 27-05-2018: QUIMPER, AURAY, CARNAC, PENÍNSULA DE QUIBERON Y VANNES
11: 28-05-2018: ROCHEFORT-EN-TERRE, MALESTROIT Y JOSSELIN
12: 29-05-2018: NANTES
13: 30-05-2018: FUTUROSCOPE
14: 31-05-2018: SEGUIMOS EN FUTUROSCOPE. POITIERS
15: 01-06-2018: CARCASSONNE
16: 02-06-2018: EL FINAL DEL VIAJE...
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Etapas 4 a 6, total 16
La noche Le Rempart du Jerzual ha sido una maravilla. Después de jugarnos el pellejo bajando por la escalera de caracol que conduce al comedor, nos hemos visto compensados por un magnífico desayuno y las no menos magníficas atenciones de Marilyn, que nos ha orientado de los lugares más interesantes que ver por la zona.
Y con el “depósito” lleno, llega el momento de disfrutar de Dinan. Dinan pertenece al Departamento de Côtes-d’Armor. Según Wikipedia, su nombre procede de dos vocablos celtas “Dunos” y “Ahna” y significa la "la colina de Ahna", el guardián protector de los vivos y los muertos, diosa venerada en toda la antigua Armónica. En 1532 fue anexionado al Reino de Francia. Por su belleza, la Duquesa Ana, de la que vamos a oír hablar continuamente, la llamaba “la llave de su cofrecito”. El alojamiento está en la Rue du Petit Fort, que una vez pasada la Porte de Jerzual, en la muralla medieval, pasa a ser la empinada rue du Jerzual. Cuando paseas por la Rue du Jerzual parece que te has trasladado a la Edad Media. Está llena de casas medievales de madera acabadas en forma de triángulo puntiagudo. Entre los siglos XIV y XVIII la calle estaba repleta de tejedores, curtidores, pero ahora las casas están llenas de talleres de artesanos y artistas. La pendiente de esta calle es muy pronunciada, así que si vais no os olvidéis de ir con calzado cómodo, nada de “arreglada, pero informal, con chándal y zapatos de tacónl”, como decía Martirio, en todo caso mejor calzado deportivo y traje de Chanel. ![]() ![]() ![]() ![]() Ya en lo alto, nos decidimos por girar a la izquierda y seguir por la Rue de la Poissonnerie hacia la Rue de l’Horloge. En esta zona hay muchas calles cuyos nombres están relacionados con distintos gremios de comerciantes como la Rue de la Poissonnerie (Calle de la Pescadería), Rue de la Cordonnerie (Calle de los Zapateros), la Rue de la Lainerie (Calle de los Tejedores) o Rue du Petit Pain (Calle de los Panaderos). La Rue de l’Horloge no tiene pérdida, ya que su Tour de l’Horloge sobresale sobre los tejados. Esta torre, del siglo XV, es un símbolo para Dinan, ya que fue construida para conservar los archivos del Consejo de la Ciudad. Le añadieron una torre para avisar a la población en caso de incendio, que eran bastante habituales debido al predominio de la madera en las construcciones. En 1507 la duquesa Ana de Bretaña ordena añadir el reloj, con lo que pasa a ser un beffroi o campanario, es decir, sube de categoría. ![]() ![]() Se puede visitar, pero abren dentro de un buen rato, así que seguimos paseando hasta llegar al Castillo de Dinan que está presidido por un gran torreón, el "Donjon de la Duchesse Anne", es decir, la Torre del Homenaje, del siglo XIV. El castillo está declarado Monumento Histórico de Francia, y actualmente aloja el Museo de la ciudad. ![]() Tras pasear un poco extramuros, volvemos al centro de la ciudad, y nos encaminamos hacia la Plaza des Merciers, una de las plazas más bonitas de Dinan. Aquí encontramos las típicas casas medievales con porches en la planta baja y fachadas con galerías de madera y de cristal. Merciers significa “merceros”, es decir que el nombre de esta plaza recuerda el oficio que se ejercía mayoritariamente: la venta de todo tipo de productos de mercería (sedas y otros tipos de telas, cintas, botones, hilos y agujas). En el siglo XVIII gran parte de la riqueza de la ciudad de Dinan se debía a los telares que abastecían de velas y telas a los navíos de Saint-Malo a donde llegaban por vía fluvial. Gracias a este comercio la nueva burguesía empezó a enriquecerse y con ella la ciudad mejoró y empezó a crecer fuera de la muralla. En el nº 3 de esta plaza está el restaurante «Chez la Mère Pourcel», que ocupa una bella casa con entramado de madera de color gris y azul. Es uno de los restaurantes recomendados por alguna página, pero menús a 35,00€ no es lo que solemos buscar durante nuestras vacaciones (la versión oficial es que es muy pronto para comer, incluso en Francia). Para todos los bolsillos también hay una cervecería, pero la verdad es que las 11:00 es un poco pronto. ![]() ![]() Al lado está la Plaza des Cordeliers que lleva este nombre porque en ella se encuentra el Convento de los Franciscanos, cordeliers en francés. Desde aquí nos dirigimos a la Iglesia de Saint-Malo, que data del siglo XII. Este templo es de culto católico y está considerado como uno de los edificios más importantes de estilo gótico flamígero en la región de Dinan. Destaca su pórtico renacentista, con doble arcada y tres columnas estriadas, con dos frontones triangulares decorados con conchas. El campanario es de cubierta a cuatro aguas y en él hay cuatro campanas que se utilizan regularmente. Las vidrieras se instalaron en el siglo XIX y en ellas se representan la vida de los habitantes de Dinan y su historia. En su interior también hay dos órganos, uno de los cuales ha sido declarado Monumento histórico. ![]() Volvemos sobre nuestros pasos hasta la Rue de l’Horloge, que ahora ya se ve llena de vida, con sus tiendas de souvenirs abiertas y las terrazas de sus cafés llenas de gente. Parece que somos más madrugadores que los habitantes de la ciudad, pero claro es un domingo del mes de mayo y lo que la gente normal hace es descansar. Desde aquí nos vamos hasta la parte más elevada de la ciudad, donde se encuentra la Basílica de San Salvador o de Saint-Sauveur. Fue construida en el año 1120 y reconstruida y ampliada durante los siglos XV y XVI, lo que explica la mezcla de estilos que en ella hay. Por desgracia tenemos que conformarnos con verla por el exterior, ya que se está celebrando misa. ![]() Detrás de la basílica de Saint-Sauveur y hasta las murallas, se encuentra el Jardín Inglés, que alberga uno de los árboles más antiguos de la ciudad, el ginkgo biloba. Aquí se inicia la Promenade de la Duchesse Anne, un paseo que se habilitó tras una larga época de abandono de esa parte noroeste de la muralla, desde donde se domina el valle del río La Rance y desde cuyo mirador se obtienen unas vistas de la parte baja del pueblo, el río y el puerto. ![]() Ahora es el momento de iniciar "Le tour des remparts", que permite recorrer la muralla. Dinan es la ciudad bretona que tiene la muralla medieval más larga. Con cuatro puertas y catorce torres y muros de hasta 8 m de grosor, la muralla de los siglos XIII-XVI, es transitable en casi 3 km de extensión. Al parecer es una fortaleza casi inexpugnable. Y digo “Casi” porque en junio de 2007 un rayo derribó una parte. Cuando pasamos por lo alto de la Porte du Jerzual (siglos XIII y XIV) se tienen unas hermosas vistas de la ciudad y de nuestro alojamiento. Los habitantes de Dinan consideran que esta puerta es la entrada principal a la ciudad. ![]() ![]() Y, llegados a este punto, decidimos descender de la muralla para ir a buscar el coche que tenemos aparcado en las inmediaciones. Son las 12:30 y es el momento de ir a nuestro próximo destino. La verdad es que nos pasaríamos horas y horas paseando por Dinan, pero es el momento de visitar Vitré. La localidad de Vitre está situada cerca de la frontera con la Normandía, lo que hizo que durante los siglos XI al XV fuera un enclave fundamental en la defensa de Bretaña frente a las ansias expansionistas de Francia e Inglaterra. Sus orígenes se remontan alrededor del año 1000 de nuestra era, cuando se construye sobre un montículo un castillo, que medio siglo más tarde se reconstruye ya en piedra. Ya en nuestro destino, la suerte nos sonríe una vez más y podemos aparcar el coche frente a la estación de ferrocarriles y gratis, porque es festivo. Paseamos y llegamos a Rue Baudrairie, y en la esquina con la Rue d’en-Bas, vemos la Maison del Bol d’Or (1513), que actualmente está ocupada por un restaurante. ![]() Y, por cierto, ya va siendo hora de comer. Justo enfrente de la Maison del Bol d’Or hay un par de restaurantes con muy buena pinta y a un precio más que razonable, pero parece que otros muchos han pensado lo mismo que nosotros y hasta dentro de una hora no nos prometen mesa: nos decidimos por una hamburguesería que hemos visto junto a la estación y que la verdad no está mal del todo… y es que el que no se consuela es porque no quiere. Regresamos a la Rue Baudrairie que es una antigua calle adoquinada donde se alojaban los talabarteros o artesanos del cuero. Al igual que la Rue d’en-Bas está repleta de casas de entramado de madera de los siglos XV, XVI y XVII que son un ejemplo de lo que se llama tipo "laniéré": casas largas y estrechas. En la planta baja se ubica un comercio, donde se elaboran y venden diferentes artículos. En la primera planta, en la noble, se ubican las habitaciones. En la segunda se ubican los aposentos más lujosos. Las buhardillas se dedican al almacenaje. ![]() Ya no esperamos más y nos vamos hacia donde se ubica el castillo. Lo que nos encontramos es una plaza inmensa que sirve de escenario a este impresionante edificio. El castillo de Vitré tuvo sus orígenes entorno al año 1050, y fue poco a poco ampliándose y fortificándose con los siglos. Su aspecto tal y como lo vemos actualmente es obra del Barón Guy XII, a principios del siglo XV. Fue adquirido y restaurado por el estado francés en el siglo XIX, y actualmente es la sede del Ayuntamiento de Vitre. Se pueden visitar algunas salas, pero preferimos dar una vuelta por la Plaza de Notre-Dame, la calle de la Poterie… ![]() La siguiente parada es Fougères, una ciudad con más de mil años de antigüedad, situada en los confines de Bretaña, en pleno corazón de las Marcas de Bretaña, que es y ha sido desde sus orígenes un importante centro de intercambio y de comercio. Aparcamos en la Ciudad Alta (ville haute), cerca de la estación de ferrocarril, y lo primero que vemos es uno los cuatro murales con efecto 3D que hay. ![]() La ciudad de Fougéres está dividida en dos zonas o barrios diferentes entre sí. En la Ciudad Alta (ville haute) se instalaron las clases más acomodadas de la sociedad. Está formada por casas de piedra que sustituyeron a antiguas casas de madera que fueron destruidas por los incendios que acontecieron en el siglo XVIII. Pronto vemos el Teatro Víctor Hugo que es uno de los puntos más importantes de la ciudad. Recibe el nombre del escritor francés Víctor Hugo que con su amante Juliette Drouet, vecina de Fougères, descubre la ciudad en junio 1836 durante un viaje a Bretaña. ![]() Siguiendo por Rue National llegamos al Beffroi o campanario que simboliza el poder económico de la burguesía de Fougères en la Edad Media. Construido en 1397, es el campanario más antiguo de Bretaña y el único, junto al de Dinan, que queda en pie en esta región. Su misión era detectar y avisar a los vecinos de los incendios que se producían, misión de gran importancia si tenemos en cuenta que la mayoría de las viviendas eran de madera. ![]() Al final de la calle está la Iglesia de Saint-Léonard, del siglo XII y posteriormente modificada en los siglos XV y XVI. Destaca el enorme rosetón de su fachada. En el interior está la vidriera más antigua de Bretaña, del siglo XII, que originalmente estaba en la Abadía de Saint-Denis cerca de París. ![]() Junto a ella está el acceso al llamado Jardín Público, que conecta la ciudad alta con la parte medieval de Fougéres. Desde aquí las vistas de Fougères y su castillo son impresionantes. ![]() Desde aquí se puede llegar a la parte baja del pueblo mediante unas escaleras: "Escalier de la Duchesse Anne", pero preferimos regresar a buscar el coche, que luego nos dará mucha pereza subir a buscarlo. Dejamos el coche en un aparcamiento en las proximidades del castillo y empezamos a pasear en busca de su acceso. Estamos en la Ciudad Baja (Ville basse), el barrio medieval, a los pies del Castillo, que acogía los antiguos oficios de la ciudad: sastres, curtidores y tintoreros... Pasamos por la Place Marchix o plaza del mercado, es el lugar donde se celebraba antiguamente un importante mercado de ganado. Hay gran número de casas pintadas con colores pasteles y con entramado de madera y de piedra del siglo XVII. ![]() Seguimos el camino por rue du Nançon hasta llegar al acceso Castillo, que está considerado la mayor fortaleza de Europa. Está situado sobre un promontorio rocoso rodeado por el río Nançon. La verdad es que dudamos mucho si entrar a visitarlo o no, porque en su mayor parte está en ruinas y sólo se visitan las torres y el paseo de ronda de las murallas y, como en algún diario había leído que lo mejor del castillo se ve desde la ciudad alta, lo descartamos. Así que nos ahorramos un dinerito que no está de más y disfrutamos de su exterior. ![]() ![]() También pueden verse las ruedas del molino, que desde el siglo XII funcionaron para fabricar harina gracias a la fuerza del agua del río Nançon. Actualmente producen la electricidad que el castillo necesita, así que es muy ecológico. ![]() De regreso al coche pasamos por delante de la Iglesia de Saint Sulpice, del siglo XII y que fue declarado Monumento histórico en 1910, pero que por desgracia no podemos visitar. Emprendemos la vuelta hacia Dinan, pero antes hacemos una parada en Combourg, una pequeña ciudad con carácter donde el famoso Chateaubriand pasó su juventud. Cuando llegamos a Combourg, visitar el castillo medieval ya es imposible. La verdad es que nuestra intención es visitar los jardines, pero, a pesar de que todavía quedan más de 15 minutos para la hora de cierre, nos dicen que nones. Pero no nos vamos con las manos vacías: afortunadamente, desde la laguna, el paisaje que se obtiene no tiene desperdicio. ![]() Y ya de regreso, volvemos al puerto a cenar. Volvemos a buscar, pero Les Voyageurs ha puesto el listón muy alto y sigue siendo nuestra mejor opción. Hoy toca pescadito: bacalao y salmón. ¡Qué rico! ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 16
Salimos por unas horas de Bretaña y nos internamos en Normandía para disfrutar de uno de mis sueños: Mont Saint-Michel. La verdad es que está justo en el límite entre Bretaña y Normandía, porque al río Couesnon, que marcaba la frontera, se le antojó cambiar su curso en el siglo XV, regalando el Mont Saint Michel a los normandos.
Pues sí, con la visita a Mont Saint-Michel vamos a hacer realidad uno de los puntos de la lista de deseos que tengo desde pequeña y a los que, poco a poco, voy poniendo la señal de “realizado”. Siguiendo los consejos de Marilyn, llegamos antes de las 10:00 y dejamos el coche en el aparcamiento que han construido: es mucho más seguro, pero se ha perdido cierto "romanticismo” y sentido de la aventura en la visita. Aunque el precio del aparcamiento incluye el viaje en lanzadera, preferimos ir andando para ver la panorámica de la isla, que se acerca poco a poco a nosotros. ![]() Todavía es marea baja y el monte está rodeado por una gran extensión de lodo. Según el calendario de mareas, hasta las 13:32 no estaremos en pleamar, aunque el coeficiente es uno de los más bajos: ya veremos qué pasa. Por cierto, es muy recomendable consultar el calendario de mareas en la web de la Oficina de Turismo para así poder programar bien la visita. ![]() Al Mont Saint-Michel se accede a través de una puerta de la muralla y se recorre a pie, pero antes de llegar a la abadía del Mont Saint-Michel en sí, que está arriba del todo, se puede pasear por las callejuelas de intramuros, así como por la parte de arriba de la muralla. Eso sí, antes de nada, hay que atravesar la puerta Bavole. Siguiendo la calle principal vamos pasando por el Cuerpo de Guardia de los Burgueses, que en la actualidad es la Oficina de Turismo. Atravesamos la Puerta del Baluarte con sus troneras y aspilleras, la Puerta del Rey cuyo rastrillo todavía se puede ver. Más arriba de esta puerta, la vivienda del Rey, actual Ayuntamiento, … También hay una serie de museos. ![]() ![]() ![]() Al final de la calle una gran escalinata conduce a la entrada a la Abadía. Lo mejor es llevar las entradas reservadas e impresas, porque las colas en las taquillas son muy largas y, ya dentro coger la audioguïa, a no ser que llevéis un guion preparado, que es lo más recomendable, porque hay pocas explicaciones en paneles. Las entradas se pueden adquirir en el siguiente link Getyourguide. ![]() ![]() El proyecto de construcción de la abadía del abad Hildebert II tuvo su culminación en 1520 con la finalización de su impresionante claustro. Esta abadía benedictina se compone de dos partes, la iglesia y La Merveille o maravilla, frente al océano, en la cara norte, que es donde residían los monjes y son los edificios más impresionantes. La abadía consta de tres plantas: las dos inferiores tienen forma de anillos irregulares y ocupan por completo el islote original. La planta superior descansa parcialmente en las dos inferiores y en parte en la cima de la roca, que se encuentra justo debajo del suelo de la iglesia. A diferencia de lo que se podría pensar, la visita se inicia por la iglesia y se va descendiendo. En la iglesia, el coro gótico está rodeado por ábsides o capillas y debajo del altar se halla la cripta, donde se encuentran las reliquias. ![]() ![]() En el segundo piso se encuentra la Salle des Chevaliers o Sala de los Caballeros, espectacular, el refectorio y el claustro de estilo flamígero, que es la auténtica joya de la abadía. ![]() ![]() Curiosamente, el claustro es independiente: ni es el centro de la construcción, ni se comunica con otras salas de la abadía. Tres arcos dan al mar y al vacío. Tiene una doble arcada que se va entrecruzando. ![]() ![]() ![]() ![]() En el primer piso encontramos el polvorín y las despensas. Y, ¿qué pinta un polvorín en una abadía? Pues no hay que olvidar que, además de su función religiosa, tenía un carácter defensivo. Una cosa muy curiosa que hay es el sistema de poleas para subir las mercancías: utilizaban una rueda en cuyo interior caminaba un hombre, normalmente un preso, sirviente, … y al mover la rueda se accionaba la polea. Para tener una imagen más clara, imaginaos a un hámster corriendo por su rueda, pues lo mismo pero a lo grande. ![]() Tras la visita callejeamos un poco, visitamos alguna que otra tienda de souvenirs, y nos tomamos un cortado para entonarnos y poder esperar hasta que llegue la hora de comer. Y ahora ha llegado el momento de salir a pasear por la arena mientras esperamos el momento de la pleamar, que no llega, a pesar de estar anunciada para las 13:32. Somos conscientes de que es una de las más bajas del año, pero la verdad es que apenas cubre. ![]() Mientras volvemos hacia el aparcamiento no dejamos de maravillarnos por la belleza del lugar. La luz ha cambiado respecto a la que nos ha recibido esta mañana y la verdad es que estamos embelesados. Salimos de Mont Saint-Michel cuando son casi las 14:00 horas. Decidimos parar en un supermercado que hay cerca para comprar algo de comida y hacer un picnic junto al menhir de Champ-Dolent que será nuestro siguiente destino o, mejor dicho, eso pretendemos. Pero como el hombre propone y las obras de la autovía disponen, tenemos que hacer un replanteamiento de la situación. La salida hacia Dol de Bretagne, que es la localidad donde se sitúa el menhir, está cerrada y la siguiente salida nos deja más cerca de Saint Maló, así que cambio de planes: nuestro pretendido picnic en las mesas situadas junto al menhir se convierte en una comida improvisada en el aparcamiento de un supermercado. Afortunadamente la ensalada César está muy rica y el bocadillo de pechuga de pavo que nos preparamos no está mal del todo. Llegamos a Saint-Maló y dejamos el coche en Aparcamiento Saint-Vincent, junto a Grande-Porte (estas son sus coordenadas N48°38'58.2" W2°01'22.3" – Longitud: 48.649495, Latitud: -2.022856). Los malouenses son muy suyos y siempre dicen que “ni bretón, ni francés, malouense”. Saint-Maló vivió un momento de esplendor a partir del siglo XIV, cuando comerciantes y corsarios construyen grandes mansiones, que quedaron destruidas por el gran incendio de 1661. La ciudad es reconstruida y ampliada y, de nuevo reducida a escombros por los bombardeos aliados en 1944. La reconstrucción que se ha realizado tras la guerra es uno de los mejores ejemplos de Francia. Tras visitar la Oficina de Turismo que está al lado, iniciamos el paseo por el perímetro de la muralla, el Promenade des Ramparts. Esta muralla está considerada como la muralla portuaria más bonita del norte de Bretaña. Desde esta zona se contemplan, por un lado, el Fuerte Nacional, y por otro, el Fuerte del Petit Bé, situado junto a la isla de Grand Bé. A estos lugares sólo se puede acceder con marea baja. En Grand Bé se encuentra la tumba de François-René de Chateaubriand. ![]() ![]() El día es magnífico y el mar luce esplendoroso. Esta zona de la costa se denomina Cote d’Emeraude, la costa esmeralda, es una costa verde y accidentada, con unas aguas cristalinas. Seguimos paseando por la muralla y, desde otras partes, se pueden disfrutar de las mansiones de los corsarios. La ciudad de Saint-Malo ha sido cuna de muchos hombres de mar: navegantes, oficiales navales, aventureros, exploradores y corsarios. Es por este motivo que Saint-Malo es conocida como la «Ciudad Corsaria». Por cierto, muchas veces se confunde pirata y corsario, pero no es lo mismo. La diferencia básica es que los corsarios eran “legales”. Ambos se dedicaban a saquear barcos, pero los corsarios lo hacían sólo en tiempos de guerra y bajo el permiso de un gobierno que se lo otorgaba para acabar con el tráfico marítimo y así debilitar a la nación enemiga. Este permiso se llamaba Patente de Corso, y de ahí el nombre de corsario. Y sin darnos cuenta hemos dado la vuelta al recinto. Estamos junto al Castillo de la Duquesa Ana, que es la sede del Ayuntamiento y por ese motivo no se puede visitar. En este castillo, del siglo XV, la bandera de la ciudad ondea más alta que la de Francia. Eso es debido a que en 1590 sus habitantes, católicos, se negaron a que un protestante, Enrique de Navarra, accediera al trono de Francia. Asediaron el castillo y se declararon "República independiente" durante cuatro años, hasta que el rey Enrique IV renunció a su fe y se convirtió al catolicismo. Por eso, al ser la primera república, tiene el privilegio de tener la bandera por encima de la bandera francesa. ![]() ![]() Volvemos al interior de la ciudad y paseamos por sus callejuelas. Uno de los lugares más bonitos es la Place du Marché aux Légumes, que tal como indica su nombre, era un mercado de legumbres y hortalizas, pero hoy en día está llena de pequeños restaurantes. ![]() Tras Saint-Maló, nos dirigimos a Pointe du Grouin. Dejamos el coche en el aparcamiento y seguimos el sendero hasta llegar a las rocas recortadas con unas aguas con unos tonos verdes y azules: impresionante. En el horizonte surgen las islas Chausey y, según dicen, a unos 25 km se eleva Mont Saint Michel, pero la verdad es que no llegamos a distinguirla. Como suele pasar, una fotografía no es capaz de captar la belleza en toda su extensión de un lugar como este, así que nos dedicamos a disfrutarlo durante un ratito. ![]() ![]() De regreso hacia Dinan, pasamos en las proximidades de Cancale que es conocido desde hace tiempo por sus ostras y mariscos. Mucha gente hace una parada aquí para comer ostras en los puestos que hay en el puerto, pero a nosotros no nos gustan, así que... ¡On the road again! Y de retirada, en las proximidades de Dol-de-Bretagne, por fin llegamos a ver el Menhir de Champ-Dolent,uno de los menhires más importantes de Bretaña. Está registrado desde 1889 como Monumento Histórico por el Ministerio de Cultura francés. Proviene del filón granítico de Bonnemain, a unos cinco km al sur (cómo lo trasladaron es un misterio) y mide unos 9,5 metros de altura y 8,7 de circunferencia, con un peso estimado de unas 150 toneladas. Según la tradición, el rey de los francos Clotario I estableció aquí su campamento en el año 560. ![]() No es tradición, pero seguro que este menhir fue trasladado por Obelix. Ya me lo imagino “¡Estos romanos están muy locos!” Y de nuevo las obras de la autovía. Si una cosa hemos aprendido en Bretaña es que, si hay obras, no les importa cortar una carretera entera, en lugar de dejar un carril con circulación alternativa. De nuevo tenemos que dar un buen rodeo para poder llegar a Dinan. Todos los supermercados que encontramos en el camino ya están cerrados y nos tememos lo peor: hoy no cenamos. Hacemos un intento y volvemos al Puerto, a Les Voyageurs, y aunque son las 20:30, nos dan una mesa. ¡SE MERECEN UN MONUMENTO! Repetimos el menú de pescado. La verdad es que por un buen precio hemos cenado muy, pero que muy bien. ![]() ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 16
Estos últimos días en Dinan han sido increíbles, pero toca despedirse de Marilyn, de su madre y de su gato, el rey de la casa.
Nuestro siguiente destino está a 40 km, en la costa: es el Fort La Latte. Dejamos el coche en el aparcamiento que hay y recorremos el trecho hasta el Fort, que se alza sobre el mar. ![]() Fort La Latte data del siglo XIV. Tiene dos muros con matacanes y una torre del homenaje. Su misión era proteger a Saint Malo de los ataques. Con estas vistas, seguro que se veían los enemigos a gran distancia. Por cierto, aquí se rodó la película "Los Vikingos" de Tony Curtis y Kirk Douglas. ![]() ![]() ![]() Cuando estábamos en lo alto veíamos como algunas personas estaban tomando fotos desde un claro de la vegetación. Y allá que nos vamos nosotros también. A la derecha del recinto del castillo sale un sendero desde el que se tienen diversas panorámicas. ![]() De nuevo en el coche, emprendemos camino hacia nuestro próximo destino. A 6 km. está Cap Fréhel, que es el cabo más importante de la Costa Esmeralda. Después de aparcar junto al faro, es el momento de descubrir este paraje. Las vistas al llegar al cabo son excelentes (por cierto, se puede visitar el faro, previo pago). El recorrido se hace siguiendo los distintos senderos marcados. Uno de ellos conduce hacia un mirador con un panel explicativo de lo que estamos viendo. Los acantilados, de color rojizo, tienen una altura de unos 70 metros sobre el mar, que aquí tiene una tonalidad más oscuro. En algún tramo se ven accesos a las rocas que, al parecer, son utilizados por los mariscadores cuando hay bajamar. ![]() ![]() A lo lejos se distingue Fort La Latte. ![]() Después de disfrutar del lugar nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino: Pontrieux. Dejamos el coche en un aparcamiento junto a la oficina de turismo: la “Torre Eiffel de Pontrieux”, una casa de madera entramada de color azul. ![]() Es hora de comer en España, es decir, casi hora de merendar en Francia. Nuestras dos primeras visitas a restaurantes resultan infructuosas, el supermercado está cerrado, … Al final, nos tenemos que conformar con dos "galettes completes" junto al canal, que, si las comparamos con la que se comió mi marido en La Rochelle, dejan bastante que desear. Pontrieux tiene su origen en la Edad Media y gracias a su localización en el estuario y a ser el primer puente que cruza el Trieux, de ahí su nombre, consiguió gran prosperidad. Lo mejor de Pontrieux, además de ver su “torre Eiffel”, es pasear por sus calles y disfrutar de sus lavaderos y sus casas de entramado de madera y de piedra. ![]() ![]() Nuestro siguiente destino es la abadía de Beauport, que se sitúa en Paimpol. Es del siglo XII y fue el principal punto de salida de los peregrinos bretones que iban a Santiago de Compostela. Inició su declive en la segunda mitad del siglo XVIII, debido al auge del fervor anticlerical que culminó con la Revolución Francesa. A partir de aquí el pillaje sacudió la abadía. ![]() Esta abadía está catalogada como Grand Site de France y, por tanto, como uno de los sitios más bellos. Y es cierto que es un lugar lleno de misterio y que sus arcos y columnas, en los que ha crecido vegetación, tienen un aire romántico, pero me he quedado un poco chafada después de la visita: quizás tengo demasiado reciente la visión de la Abadía de Holyrood, en Edimburgo, de ahí que ésta salga un poco mal parada. ![]() ![]() Desde aquí nos vamos a Tréguier, conocida por su imponente catedral, una de las más importantes de Bretaña. Marilyn, nuestra anfitriona de Dinan, que es originaria de esta ciudad, ya nos ha comentado que no podíamos dejar de visitarla y nosotros somos muy obedientes. ![]() ![]() Dentro de la catedral se puede ver un sepulcro dedicado a St. Yves, hasta el que peregrinan gran cantidad de bretones para dejar su agradecimiento al santo, patrón de la región y abogado de los pobres. También es interesante el bestiario de las sillas del coro. ![]() Al salir de la catedral nos encontramos en plena plaza de Martray, con las fachadas de las casas medievales de diversas técnicas. En las calles cercanas, también hay casas con entramado de madera. Tras abandonar Tréguier, nos encaminamos a otro de los puntos estrella de este viaje: el sitio natural de Ploumanac’h, que se ubica en el municipio de Perros-Guirec. Esta vez hemos tirado la casa por la ventana y nos alojamos a pie de playa, en el Hôtel Saint Guirec Et De La Plage, un hotel tres estrellas supermoderno y con todas las comodidades, si bien la habitación podría ser un pelín más grande. Tan a pie de playa está que casi no conseguimos dar con él. ![]() Y después de hacer el Check-in y de cambiarnos de ropa... ¡a disfrutar de esta maravilla! ¡LOS ACANTILADOS DE GRANITO ROSA! El entorno de esta fantástica playa es precioso, ideal para bañarse, porque con la marea baja apenas cubre, está limpia y con agua muy clara: ¡Lástima que no hayamos traído bañadores! ![]() Desde nuestro hotel, nada más cruzar la calle, nos encontramos con el hotel Castel Beau Site, un antiguo castillo del siglo XIX, donde solía pasar sus vacaciones Gustave Eiffel. En la misma playa se encuentra el oratorio de Saint Guirec. Dice la tradición, que las jóvenes en busca de marido pinchaban un alfiler en la nariz de Saint Guirec, y si éste se mantenía, estaban seguras de encontrar marido ese año. En caso contrario tenían que esperar un año más. Pero hoy en día una estatua de granito reemplaza el pequeño santo, así que como no se clave muy bien. ![]() Nos estamos un buen rato sentados en un banco disfrutando del paisaje y guardando en nuestra retina estos colores y luego paseamos entre las rocas, por el camino que sale a la izquierda del oratorio, hasta llegar a la playa vecina. Todo es relax (y la verdad es que ya nos conviene). ![]() Cenamos en la habitación, la ensalada que hemos comprado en un supermercado, por el camino, y de nuevo bajamos a disfrutar de la playa, aunque ya no se ve nada. Es hora de dormir. Etapas 4 a 6, total 16
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