Nueva Zelanda en solitario ✏️ Blogs de Nueva Zelanda

Introducción

Si deseas viajar a Nueva Zelanda, te diré que la isla Norte (del tamaño aproximado de Cataluña) es completamente diferente a la isla Sur (del tamaño de Portugal). Si deseas ver grandes ciudades, mucha gente y animación puedes ir a la isla Norte, pero si vas en busca (como yo) de grandes espacios naturales, de naturaleza y de rutas de senderismo la isla Sur es más que suficiente.

La visita a la isla Sur al menos debe durar un mes, para conocer la mayoría de lugares interesantes. En mi caso, de haber tenido algo más de tiempo, hubiera dado el salto en una semana para ver las cosas más relevantes de la isla norte y, ya que estoy, hubiera dado el salto en avión a las islas Fiji, para estar otra semana, que quedan a unas dos horas de avión muy bien comunicadas por Freedom Air desde Nueva Zelanda.

Así pues, a toro pasado, el viaje ideal hubiera sido un mes en la isla sur (lo que yo hice), una semana en la isla Norte y otra semana en las Fiji.
El relato de lo más importante lo haré en forma de apartados generales, ya que un diario sería demasiado largo y exhaustivo.

Recorrido.

A modo general, ya que evidentemente la ruta variará de unos a otros, m plan de viaje fue alquilar un coche durante toda la ruta y recorrer la isla de Sur a Norte, tomando los Parques Naturales como punto de referencia. Así comencé por Fiordland, al extremo Sur, siguiendo progresivamente por los parques de Mont Aspiring, West Coast, Arthur Pass, Abel Tasman, Nelson Lakes y Mont Cook.



The Pororari River

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Como llegar

En mi caso, el viaje fue desde Madrid a Sidney vía Amsterdam y Kuala Lumpur, por mediación de KLM y Malasyan Airlines. Con mucha diferencia, el avión de Malasyan era mucho mejor, tano a nivel de catering como de infraestrucura. Luego, desde Sidney, tomé un vuelo doméstico de Freedom Air a Dunedin, en la isla Sur. También puede hacerse el viaje por Air New Zealand, la compañía aérea principal de Nueva Zelanda, pero sale sensiblemente más caro.

En total el viaje me costó unos 2000 euros, si bien es cierto que no pude reservar antes (y por tano me hubiera salido más económico), ya que no supe hasta un mes antes que me habían concedido el permiso laboral para poner en marcha el viaje.

A tener en cuenta el tema del visado, sobre todo si parais, como hice yo, un par de días para conocer Sidney. Por internet se puede conseguir un visado llamado ETA, que en teoría debía servir para acceder a Australia sin problemas, aunque yo tuve muchos problemas en el aeropuerto de Kuala Lumpur. Al fin y al cabo no es más que un papel impreso desde internet, y eso puede llevar al recelo de la seguridad aeroportuaria. Yo estuve más de una hora retenido para comprobar mis datos y fui, con mucho, el último en embarcar en el avión, ante la mirada un tanto curiosa del resto de los pasajeros.

Para Nueva Zelanda no hay problemas, ya que la gente de aduanas es muy eficiente y únicamente hay que tener paciencia en la hora que tratan de revisarte todo el equipaje, sobro todo si llevas material de senderismo.En definitiva, aconsejo solucionar el tema del visado desde la Embajada de Australia en España y no vía internet si no deseas tener luego problemas a la hora de llegar a Australia.

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Cuando ir

Sin duda el mes ideal es el mes de enero, ya que si se quiere hacer senderismo la nieve ya ha desaparecido de las montañas y no hay ningún problema de paso (es el equivalente a ir a los Pirineos o Alpes el mes de julio), aunque también es cierto que es la época de más turismo. De todas formas, la isla no esta nada masificada, ya que yo estuve días haciendo rutas de montaña relativamente conocidas y no me encontré prácticamente con nadie durante todo el día. En los refugios de montaña tampoco hay problemas de pernoctación, ya que siempre se encuentran plazas libres de un día para otro. También las carreteras están muy despejadas, y en las ciudades (de la isla Sur) se desconocen los atascos.

También hay que señalar que, aunque la estación de enero-febrero coincide con el verano austral, la costa Oeste es muy lluviosa, y es normal que en pleno verano esté lloviendo a mares durante una semana seguida.¡ En algunos sitios de montaña las precipitaciones superan los 8000 mm anuales! No desesperes si, como en mi caso, vas por los sitios más hermosos de Nueva Zelanda, como el Milford Sound o los Glaciers, y no puedes ver nada por las nubes y por la intensa lluvia que cae sin cesar.

Comprueba siempre el tiempo antes de ir a estos lugares fantásticos, ya que los continuos aguaceros te pueden estropear completamente el viaje. En mi caso, al final del viaje (ay, la experiencia) si sabía de antemano que iba a llover, cogía el coche y me refugiaba un par de días en el interior del país, esperando que escampase la borrasca. Luego, como el oso hacia la miel, me iba de nuevo a la costa Oeste, para disfrutar de los Alpes Neozelandeses en todo su esplendor.

Como desplazarse

Lo mejor sin duda es alquilar un vehículo propio. En mi caso lo reservé desde España en una de las innumerables agencias de alquiler que compiten en internet. Al final opté por www.jackiesrentacar.co.nz, que operaba desde Dunedin, y me ofrecía un Hyunday Accent (no está nada mal) durante cuatro semanas por unos 40 NZD al día (unos 15 eurillos diarios). Una chica del personal me espero en el aeropuerto y me acompañó al aparcamiento para recoger el vehículo, con trato muy amable y eficiente.

Merece la pena alquilar un vehículo ya que el precio es muy económico, no has de ir como una tortuga todo el rato con la mochila a la espalda, te ofrece un refugio improvisado en caso de no encontrar alojamiento, y, sobre todo, te permite acceder a cualquier punto de acceso a una ruta sin depender de transoprte público (en muchos casos inexistente).

También vi, como opción interesante, que muchísima gente alquilaba autocaravanas.
Destacar también que la gasolina es más barata que en España, y que la mayoría de las compañías son amricanas (Caltex, Esso), aunque muchas también eran de la inglesa BP.

Infraestructuras

Carreteras: son buenas, aunque nada del otro mundo. Se desconocen las autopistas, aunque hay un tramito en los alrededores de Christchurch, la capital de la isla. Ojo a los larguísimos puentes que salvan los caudalosos ríos, ya que muchas veces son de un solo carril y hay que anticiparse a los coches que vienen de frente. Ojo también a la conducción, ya que se conduce por la izquierda.

Información turística: es impresionante. En cada pueblo hay prácticamente una oficina de información del DOC (Department of Conservation), el departamento que controla todos los parques naturales de Nueva Zelanda. Allí pueden adquirirse folletos con las excursiones más importantes de cada parque. Yo aconsejo llevar el libro "Tramping in New Zealand", de Lonely Planet, donde se describen bastante exhaustivamente las rutas senderistas más importantes del país.

Para dormir: Nueva Zelanda es el paraíso del viajero. Hay muchísima infraestructura en este sentido, y todo está pensado para el turista. En mi caso, yo solía dormir en los "backpackers", que son albergues para mochileros con dormitorios comunes. Se conoce a gente maravillosa, que viaja por el país en grupo o en solitario, de todas las nacionalidades. Todos los albergues en los que estuve eran muy limpios y cómodos, y el personal extraordinariamente amable. Cuestan unos 30 NZD por noche (unos 12 euros).

En la montaña, una opción es plantar la tienda en los "camp sites", unos lugares acondicionados para que montañeros y viajeros puedan poner las tiendas. Hay muchos por el país, algunos al lado de las mismas carreteras, la mayoría equipados con baños y agua corriente. Cuestan unos 10 NZD y el sistema de pago es curioso. No hay guarda y el dinero se introduce en un sobre dentro de un buzón, de forma que el personal del DOC lo recoge luego por la noche o al día siguiente. Todo el mundo pagaba su cuota, algo que en España sería inimaginable.

Los refugios de montaña son estupendos. Cuentan con literas con colchones y material para cocinar. Un dato importante: no se puede llegar al refugio y reservar plaza allí mismo. Previamente hay que comprar unos tickets en cualquier oficina del DOC, de forma que cada ticket equivale a una noche en un refugio. Los tickets no son nominales ni indican el refugio, son como la moneda de cambio que se entrega luego al guarda del refugio y que indica que tienes derecho a pernoctar allí una noche.

Para comer: yo me iba a lo barato. Por doquier hay zonas de comida rápida y son más que abundantes las zonas de "fish and chips". Están relativamente bien y y así comes sin perder tiempo. Es la manera más habitual de comer allí, no es frecuente encontar lugares donde degustar la gastronomía neozelandesa.

Presupuesto: así pues, un día normal requería, al cambio, unos 10 euros de gasolina, 15 de alojamiento y unos 20 de alimentación. Por tanto, el presupuesto base era de unos 50 euros, si bien se puede abaratar durmiendo en los "camp sites". También hay que pensar en las posibles excursiones que podemos contratar y que al final encareceran el presupuesto.




Nelson Lakes National Park

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