![]() ![]() INCAS, SELVAS, MONTAÑAS Y DESIERTOS ✏️ Blogs de Peru
PERÚ, BOLIVIA Y CHILE en TRES SEMANAS: Machu Picchu, la selva amazónica, el lago Titicaca, el salar de Uyuni y el desierto de Atacama.Autor: Zaiby Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (17 Votos) Índice del Diario: INCAS, SELVAS, MONTAÑAS Y DESIERTOS
01: El ombligo del mundo
02: El valle Sagrado
03: Una cita con Machu Picchu
04: Vinicunca
05: Sobrevolando el Amazonas
06: La selva amazónica
07: Lago Sandoval y Reserva Natural de Tambopata
08: Amanecer en el río Madre de Dios
09: Puno, una ciudad a orillas del lago Titicaca
10: Copacabana
11: La Paz
12: El Alto
13: El valle de la Luna
14: El salar de Uyuni
15: Lagunas y montañas en Potosí
16: Adiós Bolivia, hola Chile.
17: Lagunas escondidas y el Valle Arcoiris
18: Lagunas altiplánicas y el cielo de Atacama
19: Rumbo a Santiago
20: Valparaíso
21: Hasta pronto, Sudamérica.
22: Preparativos e Itinerario
23: Presupuesto
24: Comer en Perú, Bolivia y Chile.
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Etapas 7 a 9, total 24
![]() Lago Sandoval y Reserva Natural de TambopataVisitamos la reserva y el hermoso lago Sandoval, veremos caimanes, nutrias y más. Hoy es el día fuerte de esta parte del viaje, ya que vamos a entrar en la reserva Natural de Tambopata (concretamente a la parte del lago Sandoval). Este lugar es un santuario de la fauna autóctona y una reserva de la biodiversidad, con más de 1000 especies de aves diferentes. Además, si tenemos suerte conseguiremos ver nutrias, caimanes negros, monos, garzas, grullas o guacamayos, entre otros.
Salimos después del desayuno para coger la barca que nos llevará hasta la entrada de la reserva. Durante el trayecto seguimos embobados mirando hacia ambas orillas (creo que no nos cansaríamos nunca de recorrer este río, ¡la vegetación que se agolpa en sus orillas es impresionante!). Al desembarcar, nos internamos por el margen derecho del río unos tres kilómetros hasta llegar al acceso del lago. Este camino está completamente embarrado por la lluvia de ayer y nos cuesta horrores caminar entre el barro. Incluso hay alguna caída porque el suelo está resbaladizo y las botas de goma que nos han dejado no tienen precisamente un gran agarre, aunque las agradecemos enormemente porque sin ellas estaríamos cubiertos de barro. Por el camino vemos varios árboles que ya conocíamos, como el estrangulador, la palmera caminante o el que está repleto de hormigas. Con este último y la palmera cubierta de espinas tenemos que tener cuidado, ya que si nos apoyamos en ellas podemos tener un problema. También tenemos suerte y vemos un grupo de monos cruzando el camino por las copas de los árboles. Es increíble como nuestro guía los escucha llegar mucho antes de que podamos vernos y reconoce de inmediato de qué especie concreta se trata -la manera en que reconoce cualquier sonido de la selva al instante nos tiene maravillados-. ![]() Hoy se han sumado a nuestro grupo se han sumado tres chicas belgas, y aunque no hemos podido hablar con ellas aún, no han empezado con muy buen pie: no paran de hacer ruido y cantar pese a que Hernán les ha dicho repetidamente que tienen que guardar silencio si quieren que veamos animales, ya que con sus ruidos los espantan. Esto es lo que menos me gusta de realizar excursiones en grupo: puedes tener suerte y dar con gente con la que te lleves bien, como la pareja que nos acompaña, o puedes dar con una panda de impresentables como las belgas, que no tienen respeto alguno ni por la naturaleza ni por nosotros, que sí queremos ver animales y disfrutar de la experiencia.
El lago Sandoval Una vez que hemos llegado a la entrada del lago, montamos en una canoa. La salida al lago es espectacular, ya que nos encontramos con él después de avanzar entre los árboles que crecen en el río. El lago es impresionante: su inmenso tamaño es lo primero que nos sorprende. Lo segundo es el efecto espejo que el cielo produce en sus aguas. Nos sentimos como exploradores llegando a una zona inhóspita porque, para nuestra alegría, somos los únicos visitantes que hay hoy en el lago. Tenemos toda esta maravilla de la naturaleza para nosotros solos. ![]() El único pero es que hoy hace mucho calor y el sol nos pega de lleno. Teniendo en mente que vamos a pasar varias horas de aquí, agradecemos mucho cada vez que nos aproximamos a la orilla y nos da mínimamente la sombra de los árboles que crecen en ella . Menos mal que nos avisaron ayer y veníamos preparados con gorra, protector solar, camisetas de manga larga y gafas de sol.
A pesar del calor (que hace que los animales busquen la sombra y sean más difíciles de ver), nuestro paseo es bastante fructífero, ya que vemos un grupito de nutrias gigantes comiendo y pasándoselo en grande. Son realmente enormes y verlas tan relajadas a tan pocos metros de nosotros nos deja muy impresionados. También vemos tortugas y bastantes aves. Lo mejor de todo es que vemos un caimán negro. La primera vez en medio del lago, la segunda vez asomando la cabeza a tan solo unos metros de la barca. No tenemos capacidad de reacción y le pasamos por encima sin tan siquiera tener tiempo de tirar una foto. ![]() ![]() ![]() A media mañana hacemos un descanso para comer en un refugio cercano. Como contamos ayer, no está permitido construir dentro de la reserva, con excepción de una familia que vivía aquí mucho antes de que fuera declarada Reserva Nacional. Esta familia alquila habitaciones y ofrece su hogar a los grupos de turistas para comer. Nosotros hemos traído del lodge unos unos juanes, que un plato típico de la selva peruana consistente en una base de arroz con carne o verdura -en nuestro caso champiñón y soja al ser una de las chicas vegetariana-, envuelto en una hoja de bijao, una planta muy abundante en la zona.
Cuando acabamos de comer nos quedamos un rato descansando, lo cual agradecemos porque ahora el sol pega fuerte y necesitamos estar un rato a la sombra. Nosotros nos quedamos hablando con Hernán y el propietario del lugar, que nos preguntan cosas sobre España y diversos conflictos políticos recientes. También hablamos sobre Perú y sus proyectos personales, como la idea de Hernán de apostar por un turismo más de aventura en la selva, utilizando refugios o acampando y, sobretodo, adentrándose en la selva virgen. ![]() Después de la pausa regresamos al lago, donde pasamos el resto de la tarde hasta que llega el momento de emprender el temido camino de vuelta por el fango. Hernán nos deja volver a nuestro ritmo mientras él amarra la barca. Nosotros le esperamos y así ponemos un poco de distancia con las belgas, que siguen haciendo ruido. Aprovechamos para que nos siga contando cosas sobre la vegetación que nos rodea. Acabamos perdidos de barro, pero muy contentos con todo lo que hemos visto. Además, casi al llegar a la salida, tenemos suerte y vemos unos capibaras, los roedores más grandes del mundo, y un atardecer precioso sobre las aguas del río Madre de Dios.
![]() Después de una necesaria ducha de agua fresquita vamos a cenar. El lodge se ha llenado hoy y todas las mesas están llenas, por lo que no disfrutamos de una velada tan relajada como la de ayer. Una pena, por que es nuestra última noche aquí.
Caimaneo nocturno Cuando acabamos de cenar nos vamos de caimaneo. Somos tanto que llenamos el bote hasta arriba. La actividad consiste en recorrer el río con una linterna, buscando caimanes en sus orillas. Vemos cuatro caimanes en total, en distintas ubicaciones, aunque dos de ellos apenas son crías. Es imposible realizar fotografías por el movimiento del bote y la falta de luz, pero nos llevamos el recuerdo. Aunque, si nos tenemos que quedar con algo, es con el espectacular cielo nocturno que vemos desde la barca. Parece que las estrellas se nos cayeran encima, son increíblemente brillantes y la vía láctea se puede apreciar en todo su esplendor. No hay trípode que salve el vaivén del bote, por lo que de nuevo nos quedamos sin fotografías, pero no va a haber manera de que olvidemos en nuestra vida ese cielo cuajado de estrellas sobre las copas de los árboles que bordean el río. Etapas 7 a 9, total 24
El despertador suena a las 4 de la mañana y es como un mazazo ya que hemos pasado una noche bastante movida. Las belgas no paraban de hablar y, como esto es completamente abierto, era imposible no escucharlas. Estamos todos bastante mosqueados con ellas por que, para colmo, aparecen las últimas. Personalmente me resulta indignante su falta total y absoluta de respeto hacia el resto, tampoco comprendo que no quisieran descansar teniendo en cuenta que hoy madrugábamos para ir a ver la colpa de Loros.
Salimos a las 4:30 hacia la barca, el trayecto hasta la colpa es de aproximadamente una hora pero es maravilloso porque nos permite ver amanecer sobre el río, algo verdaderamente impresionante. Si ayer nos dejó maravillados el cielo cubierto de estrellas, verlo hoy teñirse de colores rosados y violetas nos deja boquiabiertos.
![]() ![]() La colpa de loros Lo que se conoce como colpa de Loros no es más que una pared de arcilla a la que distintas aves, principalmente guacamayos, acuden a comer a estas horas cada día.
![]() La actividad empieza poco antes del amanecer, cuando los primeros loros se acercan a la zona de la colpa, este primer grupo se posa en las copas más altas de los árboles cercanos para esperar al resto, mientras vigilan que no haya predadores en la zona. A medida que avanza el tiempo, van llegando cada vez más loros, que cuando se sientes seguros en la zona se congregan en grupos en la colpa para consumir la arcilla.
El único problema de la colpa es que nos tenemos que quedar bastante lejos para no espantar a los loros, por lo que sin prismáticos no se ve nada. Afortunadamente, nos prestan unos con los que sí se puede ver a los loros y apreciar su colorido plumaje. Además, uno de los guías que nos acompaña es ornitólogo y nos cuenta bastantes cosas, como cuales son las especies más raras o como se comportan. También nos comenta que está participando en un concurso internacional que consiste en encontrar el máximo número de aves distintas en su país, ya sea con fotografías o simplemente oyéndolas, aunque lo cierto es que no nos quedan muy claras las bases.. xD
Cuando acabamos la excursión regresamos al lodge a desayunar y a despedirnos, con mucha pena, de nuestro pequeño hogar en la selva. Han sido dos días y medio pero nos ha parecido mucho más tiempo. Nos quedaríamos encantados más tiempo aquí pero nos queda mucho viaje por delante ya que, aunque no lo podamos creer, apenas llevamos una semana de viaje. ![]() El vuelo de vuelta no es tan espectacular como el de ida porque, por desgracia para nosotros, está nublado y apenas sí se puede ver un trocito de vegetación entre tanta nube. Al llegar, compartimos un taxi hasta nuestro hostal con la pareja de españoles del lodge que, casualmente, se quedan en un sitio que está en la misma calle. Nos despedimos ahí ya que ellos se van a descansar y nosotros queremos aprovechar nuestro último ratito en Cuzco. Nuestra primera parada es algo que dejamos pendiente en la ciudad: el Coricancha, o el Convento de Santo Domingo. Como en todas las construcciones Incas, los españoles construyeron encima del sitio original en su intento por convertir a la gente de la zona. El resultado es bastante impresionante, ya que el convento se eleva en altura gracias a la base construida por los Incas y, además, se encuentra rodeado de una gran explanada verde. Entramos en la Iglesia, que nos sorprende porque es algo diferente a lo que estamos habituados. En cada arco hay un cuadro con un niño con alas de colores, representando las diferentes aves de la zona. Por la indumentaria de los chavales, y porque uno lleva algo que se asemeja mucho a una espada láser, creemos que estas pinturas son bastante modernas.
![]() De allí nos vamos a comer al mercado, ya que el último día nos quedamos con ganas de comernos un menú. Nos pedimos uno de lomo salteado y otro de milanesa de pollo, ambos acompañados por sopa y ensalada, en total por 10 soles.
Al salir del mercado, en lugar de regresar hacia el centro, nos vamos en sentido contrario. A medida que nos alejamos vamos viendo como todo se vuelve menos turístico. Nos encontramos con un mercadillo callejero en el que nos perdemos un rato, hasta que una pareja de borrachos se acerca a nosotros y una mujer nos advierte de que tengamos cuidado con ellos, así que nos alejamos de la multitud para evitar problemas y regresamos dando un paseo al centro. ![]() ![]() ![]() Probamos en un puestecillo callejero una especie de churro relleno de dulce de leche y nos lo tomamos sentados en la plaza de San Francisco donde, como parece ser habitual, hay alguien dando un espectáculo callejero. Esto es algo que hemos visto varios días en esta plaza y básicamente es una persona hablando, con una especie de monólogo, rodeada de otras que prestan atención a lo que dicen y le dan dinero. Es como tener el teatro en la calle. Estamos un rato observando curiosos y seguimos la ruta hasta la Plaza de Armas donde nos quedamos otro rato sentados y observando a la gente pasar. Luego nos vamos tranquilamente hasta el mirador de San Blas y aprovechamos para entrar al Museo de la Coca, que es gratuito y sorprendentemente interesante.
Como nos entra hambre, nos cenamos una empanada y una brocheta de pollo que compramos en la calle y nos damos otro paseo por el centro mientras nos lo comemos. Cansados ya por la altura, que hoy sí que hemos notado, volvemos al hotel a recoger las maletas y paramos un taxi que por 5 soles nos lleva hasta el autobús, ya que Betty nos ha recomendado que no vayamos a pie por esa zona de noche con equipaje.
Cuando llegamos a la estación está saliendo otro autobús, así que nos toca esperar un rato hasta que llega nuestro turno. Nos etiquetan las maletas y nos dan un recibo para que podamos recogerlas cuando lleguemos a destino, además nos graban entrando en el autobús con una pequeña videocámara.
La estación de Cruz del Sur no es la estación terrestre de Cuzco, esto es algo importante a tener en cuenta si se va a viajar con esta compañía. Los asientos están muy bien. Cuando los compramos los asientos cama estaban agotados, así que tuvimos que conformarnos con los semicama, pero están tan bien que nos da un poco igual. Además nos facilitan mantas y una bandeja con algo de cenar, aunque estamos llenos y no nos lo comemos. Nos recostamos en nuestros asientos y nos preparamos para pasar una noche movidita. Etapas 7 a 9, total 24
![]() Puno, una ciudad a orillas del lago TiticacaLlegamos a Puno, donde conoceremos los Uros y la isla Taquile. Llegamos a Puno las 5 de la mañana, después de haber descansado más de lo que esperábamos. El trayecto se nos ha pasado volando, ya que nos dormirmos nada más salir de Cuzco y no nos hemos despertado ni una sola vez en toda la noche.
Lo primero que hacemos al llegar, aprovechando que la estación está repleta de agencias y vendedores, es negociar un autobús para mañana a Copacabana y la excursión a Taquile y los Uros, que conseguimos por un total de 150 soles (incluyendo comida, entradas, traslados en taxi al puerto y la estación de autobuses). No es mal precio, pero estamos seguros de que podríamos haber conseguido algo mejor. Simplemente es que pero estamos cansados, tenemos poco tiempo y no nos apetece estar regateando. Lo que queremos es darnos una ducha y cambiarnos de ropa. Llegamos al hotel sobre las 5:30 de la mañana, acordando que nos recogerán sobre las 7:30 para empezar la excursión. Cuando llegamos el hotel está cerrado, pero llamamos al timbre y no tardan en salir a abrirnos. Aunque avisé por Booking de nuestra hora de llegada, no he recibido respuesta, así que no tenemos claro si nos dejarán hacer el check in ahora. Afortunadamente sí que nos dejan, algo que agradecemos enormemente porque morimos por una ducha -que es lo primero que nos damos al subir a la habitación-. Tras descansar un rato en nuestra habitación, bajamos a sacar algo de dinero ya que nos hemos quedado sin nada después de pagar la excursión de esta mañana. Vamos un poco pillados de tiempo porque hemos tenido que esperar al desayuno, así que nos dividimos y, mientras D. va al cajero, yo me quedo esperando por si aparecen los de la excursión. Para nuestra desgracia, aparecen justo cuando D. no está y me dicen que tienen que recoger a mucha gente y que no pueden esperarnos, pero que nos vemos en el puerto. Finalmente D. llega dos minutos más tarde, sin dinero porque no ha conseguido sacar del cajero que ha encontrado (¡la comisión era tremenda!). Cogemos una moto taxi que por 2’5 soles nos deja en el puerto. Es un poco caótico porque hay muchísima gente y un montón de barcos -todos salen a la misma hora-, así que nos cuesta un poco encontrar el nuestro. Finalmente lo localizamos y nos subimos justo a tiempo para salir. Las islas flotantes de los Uros Nuestra primera parada son las islas flotantes de los Uros, concretamente la isla Corazón. Tenemos sentimientos encontrados en este lugar. Por un lado, nos parece excesivamente turístico y masificado, un teatrillo montado para satisfacer la curiosidad de los visitantes, perfectamente escenificado y, para nuestro gusto, quizás incluso sobreactuado. Por otro lado, nos resulta muy impresionante ver cómo están construidas las islas, ser testigos del ingenio del ser humano y conocer de primera mano una cultura tan interesante como esta.
![]() Tenemos que pensar que, aunque lo que vemos hoy día es una representación de lo que fue, lo cierto es que los Uros existieron. Hay quien incluso asegura que son la raza más antigua del continente americano. Los Uros negociaban y se casaban con los Aymara, por lo que finalmente abandonaron su lengua uro y la sustituyeron por la de los aymaras. Era un pueblo de pescadores, pero la base de su existencia es la totora, planta con la que construyen sus islas y hogares, de la que se alimentan y que incluso utilizan como remedio natural para la resaca Y, ¿por qué un pueblo de pescadores decide vivir en medio del lago Titicaca? La culpa fue de los conquistadores españoles, que empujaron a este pueblo, que originalmente poblaba los márgenes del lago, a irse a vivir a sus barcas. Después de un tiempo tuvieron una idea mejor, utilizar las plantas de totora para construir sus islas flotantes, el resto es historia.
![]() El turismo ha traído prosperidad a los Uros y esta prosperidad ha provocado, inevitablemente, que muchos de los habitantes de las islas hayan abandonado el modo de vida ancestral de las mismas. Sería imposible, y muy hipócrita, pretender que este pueblo siguiera viviendo como sus ancestros, ignorando los ingresos que el turismo puede proporcionarles. No es la primera vez que lo vemos: los maasai tienen teléfonos móviles y cuentas de Facebook. La tecnología existe para todos, las sociedades evolucionan, incluso las más remotas, ¿no es un poco absurdo pretender que los Uros se mantengan fieles a sus orígenes mientras nosotros les fotografiamos con nuestros smartphones? Nosotros preferimos tomarnos la visita como un museo viviente, no como una realidad. Lo que sí criticamos es el abuso comercial al que se somete a los turistas en la isla. No solo es necesario pagar una entrada, cosa normal por otra parte, sino que los precios son exageradamente elevados y se nos obliga a pasar la mayor parte de la visita en una isla que nos es más que una tienda gigante y nos parece una completa pérdida de tiempo. Taquile Nuestra siguiente parada es Taquile, una isla mucho más tranquila y en la que apenas nos cruzamos apenas con ninguno de sus 2200 habitantes. Esta isla fue una de las últimas localidades peruanas en capitular frente a los españoles. Curiosamente, sus habitantes adoptaron las vestimentas campesinas que a día de hoy siguen utilizando cuando los conquistadores les prohibieron utilizar las vestimentas tradicionales Incas.
![]() ![]() Aquí no hay apenas atracciones turísticas, aunque sí se pueden realizar algunas actividades. Por ejemplo, hay gente que pasa la noche en la isla, alojándose en la vivienda de alguno de sus habitantes. También hay algunos restaurantes. Nuestra ruta consiste en cruzar la isla de un extremo a otro, visitando las ruinas, aunque para nosotros lo más espectacular de esta isla son las vistas que se tienen desde ella del lago Titicaca.
![]() Después de la caminata, de apenas una hora, paramos a almorzar una trucha, un plato muy popular en esta zona ya que la trucha es uno de los peces más abundantes del lago. ![]() Puno Regresamos a Puno en el mismo bote en el que llegamos, conversando tranquilamente en el techo del barco con una pareja de argentinos. Cuando llegamos a la ciudad son las 5 de la tarde y está empezando a anochecer, por lo que directamente nos bajamos en la Plaza de Armas.
Puno es una ciudad pequeña pero con mucha vida, nos sorprende el ambiente animado de sus calles y la cantidad de gente que hay en ellas. Nos quedamos un buen rato paseando por el centro, que es peatonal y tiene varias plazas muy agradables para estar. ![]() Como no tenemos mucha hambre y sí demasiada curiosidad, acabamos haciendo una cena de picoteo a base de puestecitos callejeros: probamos la mazamorra, que es una especie de arroz con leche con gelatina de frutas, el famoso api -una bebida caliente a base de maíz morado-, una hamburguesa al estilo peruano y, para finalizar, bajamos la comida con unos emolientes (un cóctel de infusiones digestivas).
A medida que nos alejamos de la zona turística, empezamos a ver cosas cada vez más curiosas, como una esquina de la plaza en la que un montón de gente está intercambiando cromos o una pared de la calle plagada de anuncios por palabras (alquileres, trabajos, ventas…), también vemos cines ubicados en pequeños locales comerciales y un mercadillo callejero que recorre una de las avenidas. Esta ciudad nos gusta, nos da pena irnos sin haber tenido tiempo de explorarla más.
![]() ![]() Aprovechamos que en el centro hay varias casas de cambio para cambiar algunos bolivianos para mañana, antes de irnos al hotel a descansar. Etapas 7 a 9, total 24
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