Nuestra primera vez en el Sudeste Asiático. Tailandia en Junio de 2018 ✏️ Blogs de Tailandia

Me despierto y veo que mi novio no está en la cama, no le doy más importancia pero cuando sale del baño y le pregunto si esta bien y me dice que no, y ya se me cae el alma a los pies… Me da la sensación de que tiene la temperatura bastante alta, así que voy a pedir un termómetro pero no tienen… Lo primero es que se toma un fortasec, y aquí cometemos un error ya que no leímos el prospecto y resulta que se recomienda tomar dos, intenta beber todo el agua que puede y dormir otro poco porque el pobre se ha pasado media noche en el baño.

Yo le dejo durmiendo y bajo a desayunar un poco, aunque tampoco es que tenga el estómago para mucho, pero en mi caso le echo mas la culpa a los cambios tan bruscos de temperatura por el aire acondicionado. Cojo un par de plátanos en el buffet para llevarle, ya llevábamos en mente que si algo así pasaba no deshidratarse obviamente es fundamental, pero es muy bueno comer plátano por el potasio para evitar calambres.

Cuando vuelvo a la habitación se encuentra un poco mejor, pero tiene que volver al baño y sigue con la temperatura alta, así que se toma un paracetamol, y una ducha mientras yo recojo las cosas, apenas puede comer el plátano, pero con un poco más de fuerza ya que empiezan a actuar los medicamentos salimos del hotel para coger el barco a Ao Nang, nuestro siguiente destino.

Aquí tenemos la experiencia más extraña en Tailandia, nos vamos a Railay West, y según el del hotel los barcos salen a una hora determinada, llegamos allí y conocemos a unas chicas que nos dicen que si vamos a Ao Nang, porque ellas llevan un montón de tiempo y no hay gente y el barco no sale. Les decimos que sí, obviamente queremos llegar cuanto antes.
Pero cuando llegamos allí resulta que no nos dejan ir con ellas, porque han cogido un ticket de ida y vuelta con otra compañía y no se puede pagar sólo la vuelta, ni ellas pueden renunciar a su ticket e ir con otra… Una cosa súper rara porque los barqueros eran un poco maleducados, y se dedicaban a ignorarnos, de vez en cuando decían que no y luego miraban a otro sitio… Allí estábamos esperando a que viniera alguien más e intentando razonar con ellos pero no había manera… Yo me desesperaba porque al estar mi novio mal tenía miedo a se pusiera peor en el barco, pero la verdad es que él aguanto genial y no se quejo nada.
Al final vienen una pareja mayor, y los barqueros nos ofrecen ir los cuatro pagando más dinero, una barbaridad para lo que debería ser, creo que el doble de lo establecido, pero no queremos arriesgarnos a quedarnos mucho más tiempo allí con la situación, pero a las chicas no las dejan subir y al final acaban pagándoles un montón más para que las lleven sólo a ellas la compañía que las trajo… La verdad es que nos pareció un poco mafioso el tema de los barcos, porque además estás allí, no te hablan, te ignoran y no sabes qué hacer. Aunque también he de decir que estos fueron los peores, los otros eran secos pero no llegaban a este nivel. La moraleja de eso para mi, no os fiéis cuando os dicen que son horarios fijados, y yo no cogería ida y vuelta, porque nadie te asegura que no tengas que pagar más dinero…


Pagamos los 200 baths por persona que nos piden, pero cuál es nuestra sorpresa cuando no nos dejan en el muelle de Ao Nang si no en el de al lado, empezamos a protestar pero no hay manera, los tios dicen que en la otra playa no y que luego hay un transporte…. Nos bajamos y los señores enseguida desaparecen y allí no hay ni dios, mi novio se encuentra mucho mejor, así que decidimos empezar a caminar y a ver si vemos alguna furgoneta compartida.

Por el camino se ofrecen a llevarnos varios taxis, pero si no recuerdo mal nos pedían unos 500 baths en total, o sea, unos 15 euros, y no había forma de negociar, así que seguimos andando y a final nos hicimos el camino bastante rápido.
Paramos en un 7 eleven a comprar algo para comer y beber y quedarnos a descansar en la habitación, ya que además el día esta super nublado.

Llegamos a nuestro hotel, y mi novio tiene que volver al baño, pero han pasado varias horas desde la última vez. así que pensamos que ahí quedaría el tema. Apenas comió nada, pero se echó un ratito porque sobre todo lo que notaba era cansancio, pero al poco le vuelvo a tocar la frente y la tiene otra vez ardiendo, así que ya digo hasta aquí, aunque él no se encuentre demasiado mal aparte del lógico cansancio, vamos a llamar al seguro.

Llevábamos el seguro con Iati, y llamé al número que trae la póliza, como tenía SIM Tailandesa no tuve problema, pero también tienen un número a cobro revertido. Les conté la situación y dijeron que ya lo iban a gestionar con el contacto de allí, que en breve nos dirían a donde podíamos ir.

Decidimos dar un mini paseo por la zona del hotel, y llegamos hasta la playa, el peor día en cuanto a tiempo con mucha diferencia.


Ahí sí que empecé a verle peor cara a mi novio, a pesar de que habíamos tomado bastantes precauciones con la hidratación y los plátanos, pensamos que empezaba a ya a pasarle factura, no debió pasar ni media hora y ya nos llamaron, nos preguntaron si nos mandaban un médico o si nos queríamos acercar nosotros a la clínica, la más cercana nos quedaba a 500 metros así que fuimos nosotros.

Llegamos a la clínica, que estaba bastante bien, y ya se lo llevaron para hacerle pruebas, al poco tiempo nos dicen que se tiene que quedar allí entre 4 y 8 horas… En el momento nos agobiamos un poquito pero bueno, como él no estaba mal de ánimo, lo fuimos llevando. Nos pusieron en una habitación solos, y a él con una botella de suero.

Al cabo de un rato ya empezamos a bromear, con una cosa y otra, y a tomarnoslo como una anécdota y eso que no había hecho más que empezar...

Cada poco venían a vernos y cuando ya llevábamos un buen rato, preguntamos si podía beber algo, nos dijeron que de momento no, pero el hecho es que al poco rato apareció la chica con un vaso con un líquido negro espeso, nunca me olvidaré de la cara que puso mi novio cuando le dijo que tenía que beber aquello, le dice, ¿pero tengo que beberlo todo? La verdad es que la situación fue muy cómica, era algo con carbón según nos dijo, y luego ya vimos que se solía usar para problemas estomacales. Después de beberse eso, también le trajeron agua con suero bebible para ir reponiendo.

Cuando llevábamos unas dos horas, vino la médico, que terminaba su turno, y nos dijo que ya estaba bien, que en cuanto se acabara el suero que tenía, nos podíamos ir, así que nos llevamos una alegría tremenda, yo ya me veía pasando allí la noche.

Terminamos y nos dieron una bolsa con un montón de medicamentos, unas pastillas para tomar 3 días, ibuprofeno, sobres de suero… Nos íbamos a marchar y nos dicen, no no, wait! Y nosotros ala, ya verás que nos quedamos, pero no, nos dijeron que nos llevaban en un “ambulance tuk tuk”. Pues el tuk tuk era tal cual una mini motito con un banco incorporado. Que risas nos echamos, y encima para llegar al hotel había una cuesta y aquello no tiraba de los tres jeje, pero cuando llegamos al hotel, nos íbamos a bajar, y el chico nos paró porque quiso hacerse un selfie con nosotros! La verdad es que todo se quedó en una aventura, y creo que es la anécdota que más contamos del viaje… Además dentro de lo malo, era un día que no teníamos mucho planeado, y en cuanto a clima, fue el peor día con diferencia, así que tampoco perdimos de hacer otras cosas.

Llegamos al hotel y me voy a buscar algo para cenar yo, y algo de fruta para mi novio, ya que le dijeron que solo comiese el primer día algunas frutas tipo sandía, o plátanos, o arroz que no fuese picante.

La moraleja de mi historia, por supuesto, es que no viajéis sin seguro. En el sudeste asiático es de lo más normal tener estos problemas, pero a cualquier país que viajéis, llevad un seguro. Nuestra experiencia con Iati fue muy buena, y la verdad es que fue un alivio poder explicar todo lo que nos pasaba en español, aunque luego nos atendieran en inglés, incluso controlando, que nosotros no tenemos queja, cuando estás un poco nervioso al principio es bastante tranquilizador poder explicarlo todo bien.

Nos vamos a dormir ya más tranquilos, esperando que mañana todo mejore

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Amanece un nuevo día, para mi novio, porque para mi ha amanecido hace tiempo porque me he tenido que levantar un par de veces al baño… Él se encuentra muy bien, y bromeamos con que me tenían que haber traído a mi también un vaso de carbón. Aunque lo mío es distinto, es una sensación que me ha pasado alguna vez, yo lo llamo “la bola de plomo en el estómago”, y creo que viene dado por estar delicada con los cambios de temperatura y el sandwich extraño que cené del 7 eleven el día anterior… No soy capaz de desayunar nada, y me voy al que suele ser mi mejor remedio, coca cola. Hoy tenemos pensado hacer la excursión a Poda Island, y empiezo a ver peligrar el plan, así que pienso, mira si me sienta mal pues volvemos al médico, y si no, arreglado, poco puedo perder…

La coca cola empieza a hacer lo suyo, y al cabo de un rato me encuentro algo mejor, y decidimos ir de todas maneras, aunque ya es un poco tarde.
Allá nos vamos al muelle a ver si sale algún barco. Previamente, paramos en un 7 eleven a comprar plátanos y agua, lo que está siendo y será nuestro sustento durante estos días.

Desde casa nos planteamos la idea de hacer la excursión de las 4 Islas, que te lleva a Railay, Tup Island, Chicken Island y a Poda Island, pero al final, como ya íbamos a estar 3 días en Railay, y preferíamos estar tranquilos unas horas en el mismo sitio en vez de ir de aquí para allá, y nos decidimos por hacer sólo Poda.
Hay que pagar unas tasas por entrar en la isla, que ya te lo cobran con el billete, 400 baths por persona, y el bote nos salió por 300 baths ida y vuelta por persona. Para coger el billete fuimos a preguntar a las taquillas que hay en la playa de Ao Nang, allí nos dijeron que ahora nos íbamos en van hasta el otro puerto, pero que a la vuelta nos dejarían en Ao Nang (mentira cochina…) Ya había unas cuantas personas y con nosotros ya se llenó así que salimos al momento.

Nos fueron dejando a cada uno en su isla y a nosotros nos dijo el barquero que nos recogería a las 15.



Según nos bajamos, nos fuimos hacia la parte “famosa” de la isla, la del peñón, aunque estaba bien, nos decepcionó un poco porque zona de baño estaba delimitada y era bastante pequeña, y además había bastante follón de gente, aun así me fui a dar un baño y pude ver algunos peces de colores.


Pero cuando llevábamos un rato le dije a mi novio que yo había fotos de una zona más tipo arena blanca y playita estrecha, y esa no era, así que nos fuimos a investigar, eso sí, después de huir de un mono que parecía que nos seguía jeje, pero luego se entretuvo con varios de los grupos que había dispersos por ahí y por allá.

Y por fin encontramos la zona, aunque estaba la marea alta y había mucho coral en la orilla que dificultaba un poco el baño, es una zona en la que no hay nadie, y es super bonita. Para llegar, en vez de ir hacia el peñón, tenéis que ir hacia el otro el lado.
Allí encontramos un rinconcito con un poco de sombra, y estuvimos súper relajados.



Llevad comida si vais a estar hasta tarde porque allí apenas hay nada, nosotros sólo comimos plátanos y agua, mi novio ya se encontraba bien pero no queríamos correr riesgos y yo tampoco estaba para mucho la verdad.

Cuando dio la hora, nos fuimos hacia la zona de llegada de los barcos, y ahí la marea ya estaba baja y quedaba mogollón de sitio para la arena.

El barquero llego un pelín más tarde de lo debido, pero bueno, sin problemas, os recomiendo quedaros con algo distintivo del barco por si acaso.

Nos llevan de vuelta a Ao Nang, y sorpresa sorpresa, nos dejan otra vez en la playa de al lado… No sé si esto pasa siempre, pero nos fastidió un montón, sobretodo porque preguntamos específicamente. Nos dijeron los del barco que nos llevaba alguien en van, pero claro, allí no había ni dios.

Al final decidimos volver otra vez andando… Porque los taxis siguen pidiendo una barbaridad por llevarnos.

Al llegar a Ao Nang empezamos a preguntar en algunas agencias por el precio para hacer una excursión en Long tail privado a las Islas Hong, que es lo queríamos hacer al día siguiente, y en todos los sitios nos piden entre 3000 y 3500 baths. Yo había leído que a veces en las agencias tenías problemas con la puntualidad, y que en nuestro hotel hacían buenos precios, así que como tenemos que coger el vuelo de vuelta a Bangkok y no queremos problemas de entendimiento decidimos preguntar allí.

Nos ofrecen la excursión privada, saliendo a las 8 que es la hora que queríamos, con fruta y agua, y la ida y vuelta al hotel por 2700 baths así que ya no lo pensamos, dejamos eso contratado en la recepción.

Teníamos la idea de disfrutar un ratito por la tarde de la piscina del hotel, pero el machaque que llevamos los dos es grande y decidimos quedarnos en la habitación, fresquitos con el aire acondicionado. La verdad es que aunque no nos pusimos malos como para no disfrutar del viaje, y pudimos hacer todo lo que teníamos previsto, e incluso nos traemos unas cuantas anécdotas en consecuencia, si nos resulta un impedimento para aguantar el calor todo el día o para seguir probando comidas, que es una de las cosas que más disfrutamos en los viajes.

Aunque como comentaba, cenar de restaurante, ahora mismo no nos parece una opción, si salimos a dar una vuelta por los alrededores, y a ver el atardecer a la playa. Esta vez, a pesar de las nubes, si vemos un atardecer espectacular.



Después decidimos ir dando un paseo hasta un mercado que hay en la mezquita de Ao Nang, no hay muchos puestos, pero al menos cotilleamos alguna cosilla.


Subimos un poco el nivel de la fruta y nos compramos unos onigiris para cenar, al ser arroz blanco creemos que no nos irán mal. También compramos bebida, plátanos y más oniguiris para llevar mañana a la excursión.

Por la noche caemos rendidos en la cama, esperando que mañana ya mis molestias hayan desaparecido del todo.

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Nos levantamos prontito, y noto que aunque no estoy al 100%, ya me encuentro bastante mejor. Puedo desayunar un poco, y mi novio también, eso sí, ninguno nos atrevemos con nada fuerte, y es una pena porque puedes pedir que te hagan lo que quieras con huevos, y allí hay una chica marcándose unos huevos revueltos que tienen pintaza, pero mejor no arriesgar.

Dejamos las mochilas recogidas y el chico nos viene a buscar muy puntual a las 8.

Nos lleva en una van al puerto de donde saldremos, y sobre las 8:30, ya estamos en nuestro long tail, el día pinta bastante nublado, en esta época nunca se sabe, pero nosotros tenemos fé en que la previsión es buena.


La primera parada que hacemos, sin bajarnos del barco, es un arco de piedra bastante chulo, pero es una parada solo para hacer la foto.


La siguiente parada es Pakbia Island, y tenemos la suerte de estar completamente solos, es una isla muy cuca, con varios columpios, y cuando esta la marea baja al parecer se conecta con un peñón que tiene enfrente.



Después de un ratito disfrutando de nuestra isla desierta, nos vamos a la siguiente, Lao Lading Island, aquí ya nos acompañan más excursiones y el espacio para bañarse está muy limitado, pero me pareció preciosa, no me hubiera importado nada quedarme un día en esta isla si la tuviera para mi sola jeje.



Seguimos en camino, y cuando veo que nos acercamos a una especie de pasillo de rocas, ya se que vamos a la parada más esperada para mi, Hong Lagoon.



La verdad es que entrar por ese estrecho es una pasada, y donde hay algún clarito y da el sol el agua tiene un color impresionante, y eso que al ser época de lluvias el mar está más revuelto que de costumbre. Sólo hay otros dos barcos, y el agua está como un plato, el chico nos dice si nos queremos bañar, ¡pues claro que si! Que pasada, hubo un momento que se fueron los barcos y estábamos solos en el agua, alucinante, no me quería ir de allí… Pero el tiempo corre y tenemos que seguir. Subimos al barco, y el chico ya nos tiene una piña cortada, es el snack de fruta que entra con las excursión, qué bien sienta, estoy en un estado de felicidad que no hay molestia estomacal que pueda pinchar la burbuja.



Llegamos a Hong Beach, allí te bajas en un muelle hecho con boyas, y tenemos que avisar a las personas que están allí cobrando la tasa, 300 baths por persona, de cual es nuestro barco, y luego cuando volvamos ellos se encargan de avisarlo.

Hong Beach me gustó, pero he de decir que estaba super llena de excursiones, que además están todos con sus chalecos salvavidas naranjas, ya estén en el agua, en la orilla, o fuera. Además la marea estaba super alta, y casi no había arena, sin embargo cuando nos fuimos había mucho más sitio.
Pero nosotros comenzamos a caminar hasta el fondo, y conseguimos llegar a una zonita mucho más tranquila, aunque sin arena, tenía una parte de hierba y tierra detrás, y ahí montamos nuestro campamento. Estuve haciendo un poco de snorkel, el chico del barco nos dejó las gafas, pero la verdad es que había poco pez y mucho coral muerto, una pena, pero con tanta masificación tampoco me extrañó demasiado…



Aunque como se ve en las fotos, es un lugar precioso, si pudiera elegir una isla para mi sola un día creo que me seguiría quedando con Lao Lading, o directamente un barquito plantado en Hong Lagoon jeje.

Después de un par de horas decidimos volver, ya que aún tenemos que hacer todo el recorrido de vuelta e ir al aeropuerto, y ya que tenemos lavadora y secadora en el hotel, queremos aprovechar para no llevar ropa mojada a Bangkok.


A mi ya me empieza a entrar la penita de marcharnos de Krabi, sobretodo porque no pudimos disfrutar al máximo los últimos día, si volvemos algún día Tailandia, no perdonaré las Phi Phi.

Cuando tenemos todo preparado, nos vamos hacia la calle principal para coger un transporte al aeropuerto. Pagamos 150 baths por persona y no tenemos que esperar mucho para llenar una.


Hacemos todos los trámites del aeropuerto sin ningún problema, y en apenas hora y media ya hemos aterrizado en Bangkok, muy bien el vuelo con Thai Airways, que hasta teníamos pantallas individuales jeje.

Recorremos el mismo camino que el primer día para llegar al centro de Bangkok, pero esta vez nos bajamos en Ratchathewi. Desde la parada al hostel ya vemos un Bangkok bastante diferente al de Silom, y nos gusta.
Callejuelas, puestos pequeños, una señora super mayor con un puesto de noodles que me dedica una sonrisa enorme, haciendo honor al sobrenombre con el que es conocida Tailandia, el país de las sonrisas ya nos ha conquistado.

Después de hacer el check in, estamos rendidos, hemos ido picando alguna cosilla, así que desistimos de salir a cenar, y enseguida caemos en los brazos de Morfeo.

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