Maravillas del Egeo: Milos, Kímolos, Antiparos, Paros ✏️ Blogs de GreciaViaje por las islas Cícladas Milos, Kímolos, Antiparos y Paros de una madre con su hija de 9 años. Descripción de itinerarios, hoteles, restaurantes y excursiones en barco. Julio 2019.Autor: Tesca Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (13 Votos) Índice del Diario: Maravillas del Egeo: Milos, Kímolos, Antiparos, Paros
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Julio 2019
Un verano más, emprendemos nuestro viaje a las islas griegas; para mí el décimo viaje a este país y para mi hija, el octavo. La elección de islas es cada vez más difícil, pues nos cuesta renunciar al encanto de las Cícladas y ya las conocemos casi todas. Una oferta de vuelos conexionados de Aegean Airlines en octubre de 2018 me ayudó a tomar la decisión y una vez estudiado el itinerario y las posibilidades que ofrecía, me lancé a comprarlos. Entrada por Milos y salida por Paros, dos islas conocidas para nosotras, incluyendo la estancia en Kimolos y Antiparos durante los días centrales y con la posibilidad de visitar la isla de Poliegos desde Kimolos, así como la isla de Despótiko desde Antiparos. Si cuadran las fechas, horarios y precios, encuentro una gran comodidad en los vuelos conexionados, pues se ahorra tiempo. Es cierto que esto supone volar a islas con aeropuerto y por lo tanto, más conocidas. No obstante, he de decir que me encanta combinar la estancia en islas más conocidas con otras más escondidas y de menor tamaño, pues creo que esto le da un encanto especial al viaje. Y así fue la elección de los vuelos: Ida con Aegean Airlines: Madrid-Atenas-Milos. 124€/persona Vuelta con Aegean Airlines: Paros-Atenas-Madrid. 134€/persona El siguiente paso fue elegir los días que estaríamos en cada isla en función de los horarios de los ferrys, así como los hoteles. Me encanta esta parte de los preparativos del viaje, pues me hace meterme de lleno en lo que visitaremos. La pena era que faltaba mucho para que ese sueño se hiciera realidad, pero disfruté mucho eligiendo cada pequeño destino y sus rincones. Milos Sería la tercera vez que visitaríamos esta isla, por lo que en principio pensé quedarnos solo un día allí, pero me di cuenta de que hacía ya 6 años de nuestra última visita. Milos es una de mis islas cicladas preferidas y tiene tantos rincones bellos que ver, que decidí que merecería la pena estar dos noches con sus dos días. Además, esta vez me hacía ilusión alojarnos en Plaka, la capital situada en una colina, y después de varios intentos, di con un apartamento ideal en el centro de este bonito pueblo: Archondoula Studios. Se trata de varios pequeños alojamientos en una casita en lo alto de Plaka, algunos de ellos con bonitas vistas al mar y la puesta de sol. Elegí una de las habitaciones más sencillas, la número 1, una habitación pequeña pero muy limpia y decorada con mucho gusto, con una terraza con mesa y sillas y unas vistas maravillosas: 70€/noche. Kimolos Esta pequeña isla situada frente a Milos, se puede visitar en el día con el ferry que sale de Pollonia y te deja en 20 minutos, dando la posibilidad de introducir el coche. Esta opción no había sido posible en mis visitas anteriores, por falta de tiempo, y por eso decidí que la visitaríamos a fondo, quedándonos 2 o 3 días. La opción de cruzar en ferry desde Adamas con la compañía Hellenic Seaways era más limitada, pero la opción del ferry desde Pollonia es muy amplia, pues en verano sale aproximadamente cada hora, desde las 8:30 de la mañana hasta las 21:00 de la noche. El número de noches de estancia en Kimolos tuvo que ser de dos, pues el paso a la isla de Paros solo era posible en domingo, con el ferry de ruta circular Artemis, de la compañía Hellenic Seaways. La elección de hotel en Kimolos era bastante limitada. Realmente la mayoría de los hoteles son del grupo Aria hoteles, de los mismos dueños, y eran pocas las opciones que se adaptaban a nuestras circunstancias. Milaki Kimolos Nos hubiese encantado alojarnos en el molino, pero se nos iba el precio, así que finalmente optamos por el hotel Milaki Kimolos, perfectamente ubicado entre el puerto y Chora, la capital de la isla. Se trata de un hotel sencillo, de habitaciones amplias, con una pequeña terraza donde sirven el desayuno: 95€/noche con compra anticipada. Todo muy nuevo y cuidado, unido a su ubicación y la estupenda atención de Kyriaki, hicieron que la estancia en este hotel fuera fantástica. Antiparos Es otra de las islas que se suele visitar como opción de día, por su posibilidad de cruzar en ferry desde Paros, introduciendo el coche. Así lo habíamos hecho hacía ya 10 años, por lo que esta vez decidí visitar la isla a fondo, alojándonos en ella tres días. La elección fue sencilla pues me atraía la zona sur de la isla: Agios Giorgios. Más aun al ver un hotel encantador, junto al mar, con jardines y piscina, cuidado al detalle, y con una gran variedad de habitaciones o apartamentos a elegir, según el número de personas y las necesidades y gustos. Dolphin Antiparos Villas y suites El precio era algo más caro, pero no lo dudé pues se compensaba con los precios de hoteles anteriores y tenía la total sensación de que íbamos a estar muy a gusto en este hotel. Nuestra elección fue la suite Asterias, ubicada frente a la piscina: 120€/noche con desayuno. Paros Otra isla conocida, que teníamos ilusión de visitar, a pesar de imaginar lo que habría aumentado el turismo en los últimos 10 años. Por ello decidí limitarme a la estancia de poco más de un día en la zona de Naousa, que me parece la más encantadora de Paros. Mannis Inn Elegimos este hotel con piscina y situado al borde de la playa. Elegí una habitación básica, suficiente para las dos últimas noches: 100€/noche con desayuno. Con todo ello, el itinerario quedó así: Milos 2 noches - 2 días Kimolos 2 noches - 3 días Antiparos 3 noches - 3 días Paros 2 noches – 1 día Etapas 1 a 3, total 11
17 de Julio. Milos: playas del sur, paseo por Plaka y puesta de sol
Nuestro vuelo con Aegean Airlines salía la noche del 16 al 17 de julio, a la 1:45. Fue muy puntual y cómodo, pues pasamos el viaje dormidas. Tanto que ni tuvimos oportunidad de tomar la comida que ofrece esta compañía aérea, que siempre me ha parecido muy correcta y completa. Llegada al aeropuerto de Atenas puntual, a las 6:00 hora griega y espera para enlazar con el vuelo a Milos, que sale a las 8:30 y llega puntual a las 9:15. Parece increíble que en un vuelo tan corto y en un mini-avión, de tiempo a que nos ofrezcan desayuno. Pero así es, y llegamos a Milos desayunadas y con ganas de comenzar la aventura. En el aeropuerto de Milos esperamos a Panos, de “Katris Cars”, que viene con nuestro coche de alquiler. Como es pronto para alojarnos en el apartamento, nos vamos directas a la playa, parando en un super mercado para comprar justo el desayuno de dos días y crema de sol. Tengo muchas ganas de volver a Paleochori, una de mis playas preferidas de Milos, y no dudo en ir directas allí, pues además está bastante cerca del aeropuerto. Esta playa tiene tres zonas: la zona central con el restaurante Sirocco, donde para el bus; la zona oeste con el bar Deep Blue sobre el acantilado y vistas a las playa y la zona este a la que solo se llega andando, más privada y tranquila, que es nudista. Siempre me ha gustado la zona oeste y decidimos ir directas allí, con la idea de que si se llena, siempre tenemos la opción de ir a la zona este. A las 10 de la mañana la playa de Paleochori está muy tranquila y solitaria. Me parece increíble estar de nuevo allí, bajo un acantilado de rocas de los más variados colores que van desde el blanco hasta el rojizo y escuchando las suaves olas del mar. Según avanza la mañana va llegando gente, y enseguida noto el cambio del Milos que conocí hace siete años. Sin duda, la isla se está poniendo de moda y se observa más turismo. Pero en nuestro rincón estamos tan bien que no queremos movernos de allí. La idea era acercarnos a comer al Sirocco, pero llevamos aún algo de comida en la nevera y decidimos terminarla y aprovechar la playa. A las 16:30 hemos quedado con el dueño de nuestro apartamento, así que sobre las 16:00 salimos hacia Plaka. Lo complicado de alojarse en Plaka es que el pueblo es peatonal y está en lo alto de una colina, por lo que solo me preocupaba subir con las maletas. Pero hemos quedado en la parte baja del pueblo, en la agencia “Travel to me to Milos”, junto al parking, y el chico encargado nos lleva a lo alto en una furgoneta. Una vez arriba, entre callejuelas, encontramos los apartamentos Archondoula, donde nos espera el dueño, un hombre autóctono y auténtico, que nos recibe estupendamente, a pesar de que apenas habla inglés. La habitación Nº 1 es pequeña pero está muy bien aprovechada, limpia y cuidada. Tiene una pequeña nevera y utensilios básicos de cocina para prepararnos el desayuno en la magnífica terraza, que es lo mejor de este apartamento. Mi hija tiene sueño, pues por la noche entre vuelos hemos dormido poco, así que se queda descansando en la cama mientras yo salgo a la terraza y me siento a mirar el paisaje. En pleno silencio veo el sol empezar a caer, y no me canso de mirar al mar. Nos duchamos y preparamos para salir a pasear por Plaka y subir a Kastro. Es una gozada tenerlo allí mismo y poder disfrutarlo sin necesidad de coger el coche. La puesta de sol se produce entre las 19:30 y las 20:30, justo el tiempo que dedicamos a subir al Kastro veneciano, situado en una colina de 280 metros de altura, con unas vistas espectaculares de las Cícladas y el mar Egeo. En la ladera del castillo está la iglesia de ortodoxa de Thalassitra, cuyas vistas de la puesta de sol son preciosas. Aún así, decidimos continuar nuestro paseo hacia Trypiti pues queremos ir al pequeño Prophet Elias, que ya habíamos divisado desde la terraza del apartamento. Se trata de un agradable paseo entre campos y a continuación una subida a la pequeña colina en la que se ubica esta bonita ermita que fue construida sobre los restos de un antiguo templo dedicado al dios Apolo, con su campanita, perfecta para la puesta de sol. Momento mágico… no hay palabras… Antes de que el sol se esconda nos dirigimos al pueblo de Trypiti, pues queremos cenar en la taverna Ergyna, y sabemos que suele estar muy concurrida. Así es, pues llegamos a las 20:20 y nos dan la última mesa libre, en la magnífica terraza con vistas al golfo, perfilando el final de la puesta de sol. La cocina es regional, pero con un toque de cocina creativa que la hace deliciosa. Cenamos de maravilla. Ergyna: Rollitos de berenjena rellenos de queso feta con tomate al horno, pastel de calabacín y queso, vaso de vino y zumo. De regalo, dos porciones de postre de la casa: 19€. Cuando terminamos ya es totalmente de noche, y nos dirigimos por una calle paseando directas a Plaka y a nuestro apartamento. Estamos cansadas pero felices de haber empezado el viaje de una manera tan bonita. Etapas 1 a 3, total 11
18 de Julio. Recorriendo Milos de norte a sur.
Es maravilloso levantarse, abrir la puerta de la habitación y preparar el desayuno en esa terraza con vistas al Egeo. Dan ganas de quedarse pero nos espera un día intenso para ver Milos. Nos dirigimos al coche para ir a la famosa playa de Sarakiniko, a la que llegamos enseguida pues se encuentra a 4 Kilómetros de Plaka. A las 9:30 estamos allí y ya hay unos cuantos coches aparcados. Somos conscientes de que es una de las playas más visitadas de la isla, por su particular paisaje lunar único, con formaciones rocosas blancas que contrastan con el azul del mar. Es otro de los lugares de Milos en los que noto el cambio del aumento del turismo después de los años, así que nos limitamos a pasear, hacer algunas fotos y darnos un baño rápido para irnos a otra playa. Decidimos ir a la playa de Plathienia, que nos resulta muy bonita, pero el mar está muy movido y no invita a quedarse. De allí nos dirigimos a Fyropótamos, donde, tras pasear por el pueblito, ver la iglesia de Aghios Nikolaos y las syrmatas, nos quedamos a tomar el sol darnos unos baños. Se está de maravilla. De Fyropótamos vamos a Mandrakia, otro pequeño pueblo costero con cuevas excavadas o syrmatas, más bonitas aún que las anteriores. He programado la visita a Mandrakia a la hora de mediodía para comer en la famosa taverna Medoussa, una de las mejores de la isla, por su excelente comida y su ubicación encantadora frente al mar: Medoussa: Ensalada Medoussa (de tomate, calabacín, zanahoria, patata, alubias, tomates secos y olivas), calamares fritos, vaso de vino, y zumo: 24 €. Como hemos visto el mar movido por los vientos del norte, de allí nos dirigimos a las playas del sur. La última vez que estuve en Milos no pude bajar a Tsigrado porque mi hija era muy pequeña, por lo que esta vez nos hace ilusión intentarlo. Tras aparcar el coche junto a Tsigrado, nos asomamos a la bajada a esta playa y nos animamos. Hay que bajar por un terraplén entre rocas, ayudadas en dos tramos por unas escaleras muy empinadas. La bajada algo complicada queda compensada por una cala estupenda de agua azul entre rocas y cuevas. A esta hora ya hay gente en la playa, pero muchos están subiendo y encontramos nuestro hueco para disfrutar de unos baños. A continuación nos dirigimos a la playa de Firiplaka, que está al lado y cuyo acceso en coche es sencillo. Únicamente hay que llegar a la zona de arena por el agua entre piedritas, pero es una playa larga y con muchas posibilidades para pasear, estar en la zona de tumbonas o, tras pasar la gran roca, acudir a la más lejana y virgen, llena de torres de piedras que le dan un toque especial a esta playa. Se está muy a gusto y pasamos allí el resto de la tarde, hasta pasadas las 6, que nos dirigimos al apartamento a ducharnos y salir. Esta vez cogemos el coche pues queremos ver el pueblo pesquero de Klima. La carretera es estrecha y con curvas, y cuando llegamos acaba de ponerse el sol. Sin duda es otro rincón encantador de esta isla maravillosa, pero el gran restaurante que han montado junto al mar, es otra muestra de que el turismo la está invadiendo poco a poco. Aun así, entre las bonitas casas de pescadores se respira un ambiente de autenticidad y disfrutamos de este momento. De Klima nos vamos al puerto de Adamas a comprar unos gyros para cenar en la terraza del apartamento. La idea de parar en Adamas surge también porque queremos pasar por el puerto para ver las excursiones que hacen desde allí. Nos ha fallado la excursión que teníamos prevista a la isla de Poliegos saliendo desde Pollonia, pues lo hemos decidido un poco tarde y el barco estaba lleno, y queremos ver si encontramos la opción de hacerla desde Adamas. Lo cierto es que hay muchos barcos pero todos hacen la excursión típica de la vuelta a la isla con parada en Kleftiko y esa no es la que nos interesa. Así que nos vamos con nuestros gyros a cenar a la terraza del apartamento. Desde allí escribo a la agencia de alquiler de coche de Kimolos para ver si nos lo pueden dar un día antes, es decir, en el momento de llegar a la isla, que será al día siguiente a las 12:20. Hubiésemos preferido hacer la excursión a Poliegos, pero solo la hacen dos barcos: uno desde Pollonia (Milos) que es de día entero con comida incluida, y otro desde Kimolos, por la tarde. Ambos barcos se han llenado y no podremos hacer la excursión. Nos da mucha pena pero miramos las partes buenas del viaje y queremos disfrutar de nuestra última noche en el apartamento de Plaka. Por 5€ tenemos una cena estupenda en un lugar encantador. Después de cenar salimos a dar el último paseo por Plaka, nos compramos un helado en la pastelería artesana de la plaza, y nos despedimos del pueblito. Etapas 1 a 3, total 11
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