Sábado 10 de agosto de 2019
Ya sabíamos que esta etapa sería larga, pero no imaginábamos que sería tan dura.
Por la mañana tenemos unos 21 kilómetros por delante para llegar al
castillo de Chaumont-sur-Loire, en el pueblo del mismo nombre.
En este tramo ya encontramos la primera cuesta importante, una pendiente que me obliga a bajar de la bici y empujarla unos cien metros. Tardamos 1 hora y 40 minutos en avistarlo. Aparcamos la bici al lado del río y subimos.
El recinto del castillo incluye una enorme extensión de parque y jardines. Es conocido por un festival anual de jardines. Desde el exterior apenas se ve, la entrada vale 18€.
Fue construido en el lugar de un antiguo castillo medieval como residencia de Charles II de Amboise, un ministro del rey Luís XII durante principios del siglo XVI. Posteriormente lo compró Catalina de Médici y más tarde se lo intercambió por el castillo de Chenonceau a Diana de Poitiers. Además, ha pasado por varias manos de nobles, aristocráticos y burgueses hasta la actualidad.
Las habitaciones están mayoritariamente decoradas al estilo de sus últimos habitantes, un príncipe y su mujer, una rica heredera, desde finales del siglo XVIII a principios del XIX.
La visita interior y alrededor del castillo nos lleva una hora y 45 minutos (con una breve parada en la cafetería para comer algo).
A parte, están los jardines y el parque histórico. Visitamos los
jardines, se componen de más de 40 instalaciones que combinan vegetación y otros elementos como agua o cristales, estructuras de metal, etc.
Algunos son originales pero en general no nos parecen muy atractivos

, además estamos cansados así que después de un paseo de tres cuartos de hora, habiendo visto más o menos la mitad, decidimos irnos.
El fuerte viento de cara convierte los 22 kilómetros que nos separan de Amboise en unas frustrantes y extenuantes dos horas de pedaleo incesante.

Al menos el paisaje es interesante: llanuras de campos de trigo dorado, enormes girasoles y verdes viñedos.
Todo el sufrimiento se convierte en gloria al llegar a la meta.
La ruta al llegar en
Amboise pasa por un mirador de la ciudad y a pocos metros del palacio de
Le Clos Lucé.
Esta mansión, construida a finales del siglo XV sirvió de residencia de verano a varios reyes de Francia. En 1516 el rey Francisco I (el que construyó Chambord) invita a Leonardo da Vinci a vivir aquí, y esta será su residencia durante sus tres últimos años de vida. El genio italiano supuestamente está enterrado en la capilla del castillo en esta misma ciudad. Visitar el interior es de pago, pero se puede entrar al patio gratuitamente.
Bajamos pedaleando hasta el casco antiguo, donde se ubica nuestro hotel.
El
Hotel Chaptal es moderno y práctico.
Guardamos las bicis y descubrimos con ilusión que nuestras maletas ya han llegado.

El sistema de transfer de maletas funciona a la perfección: dejas la maleta en la recepción del hotel antes de las 9 de la mañana y te la encuentras al hotel siguiente cuando llegas (prometen que llegan antes de las 18:00h pero hemos visto que llegan incluso antes de las 12 del mediodía)
Muy cerca se encuentra el
castillo, coronando la plaza Michel Debré, el núcleo principal del pueblo.
En la plaza, repleta de restaurantes y terrazas, elegimos muy satisfactoriamente un bar algo alejado, el
Café des Arts. Hemos comido poco y tenemos hambre, por suerte esto es Francia y la cocina abre a las 7 de la tarde.
Estamos reventados pero hace sol así que damos una vuelta por alrededor del castillo, al que no entraremos, y acabamos el día con un helado viendo la puesta de sol desde la orilla del Loira.
Domingo 11 de agosto de 2019
La ruta de hoy será circular, unos 43 o 45 kilómetros (según distintas fuentes, no teníamos forma de calcularlo in situ

) que nos llevarán de ida y vuelta al
Château de Chenonceau, situado en el pueblo de Chenonceaux.
Por suerte ni esta ruta ni ninguna posterior será tan dura como la de ayer.
El castillo de
Chenonceau está situado en el río Cher, así que tenemos que abandonar nuestro Loira y seguir la
variante 47.
Está perfectamente indicada en las señales para ciclistas. Nosotros hacemos la ruta siguiendo la web enlazada arriba. Pasando por el pueblito de Dierre a la ida, tardamos una hora y media en llegar.
Viendo las dimensiones del parking se intuye que es un castillo muy popular. No es para menos, tiene la peculiaridad que está construido encima del río Cher, como si fuera un puente. A parte de ser muy fotogénico, tiene unos bonitos jardines renacentistas.
Para verlo hay que pagar entrada sí o sí (14’50€), que incluye la visita interior (estamos unas 2 horas) y los jardines (los vemos en 1 hora y media).
Construido por un secretario real y su mujer a principios del siglo XVI, el edificio en ese momento era limítrofe con el río. La galería que está encima del río fue construída después. El castillo pasó a manos del rey Francisco I (lo embargó por una deuda de los propietarios con él).
El siguiente rey, Enrique II lo regaló a su amante Diana de Poitiers. Ella hizo construir un puente. A la muerte de este, la viuda regente Catalina de Medici se lo intercambió a Diana por el Chaumont-sur-Loire y fue ella quien mandó construir las galerías encima del río.
Después de la visita y de una buena comida en el restaurante self service de las caballerizas, retrocedemos. El camino por Saint Regle nos lleva 1 hora y 50 minutos.
Una vez en Amboise vamos a cenar al mismo restaurante que ayer, mientras cae un buen chaparrón. ¡Qué suerte que estamos a cubierto y no encima de la bici!
Lunes 12 de agosto de 2019
Hoy toca una etapa fácil, y menos mal, porque las piernas empiezan a estar cansadas.
Son unos 28 o 30 kilómetros siguiendo el Loira con destino
Tours.
Los hacemos del tirón en dos horas y media y nos plantamos al hotel antes de las 12. Tras un breve descanso en la recepción estamos listos para hacer turismo.
Tours es una ciudad grande, incluso tiene un aeropuerto, pero todos los puntos de interés están concentrados en el centro, sin necesidad de usar el transporte público.
También tiene un
castillo, pero no impresiona mucho, parece más bien una mansión de piedra con una sencilla torre. En la actualidad es una sala de exposiciones.
De Tours visitamos la
Vieux Tours, es decir, la vieja Tours, el barrio medieval, el centro del cual es la
plaza Plumereau, rodeada con casas medievales con vigas de madera a la vista.
El resto de callejuelas peatonales también muestran arquitectura de los siglos del XIV al XVI. El barrio está repleto de bares y restaurantes, comemos en una crepería mientras cae un diluvio. Por suerte por la tarde deja de llover.
De lo que fue la antigua basílica románica de San Martín de Tours sólo queda una torre lateral, la
torre Carlomagno que se mantiene en pie desde el siglo XIII.
Enfrente, se erigió en el siglo XIX una nueva basílica neo-bizantina, del mismo arquitecto que construyó la
estación de tren de Tours y la d’Orsay en París (lo que ahora es el museo que lleva el mismo nombre).
Tanto la mencionada estación de tren como el
ayuntamiento (también del mismo arquitecto) están al sur de la Vieja Tours.
Apartada del centro histórico se encuentra la gigantesca
catedral gótica dedicada a Saint Gatien. A pesar de haber perdido muchas de las figuras de piedra de la fachada, sigue estando generosamente decorada. Desde el interior los gigantescos vitrales cubren la piedra de reflejos multicolores.
El hotel de esta noche es el elegante y nostálgico pero asequible
Le Grand Hotel. Con aires a los años veinte, convenientemente situado al lado de la estación de tren, nos acoge cuál Gatsby de Scott Fitzgerald.
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Últimos 5 Mensajes de 1245
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elanorH12
 Indiana Jones
 21-05-2009 Mensajes: 1728
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Buenos días.
Sólo opino sobre el día uno. Me parece demasiado en un día.
Nosotros en Chenonceau estuvimos tres horas, viendo castillo y jardines. Y eso que se puso a llover y acortamos un poco la visita a los jardines, que si no fácil estamos más tiempo.
Y los jardines de Villandry no estuvimos, porque teníamos que elegir sólo un sitio, pero lo tenía preparado también, y me parecieron muy grandes, para recorrerlos tranquilamente te llevaría bastante tiempo.
Yo quitaría cosas.
Del segundo día no te digo nada, porque esa zona no la tenía preparada.
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jaurmi
 Experto
 02-08-2019 Mensajes: 141
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Vale a ver cómo lo organizamos.
Pensábamos estar en el castillo de Chennonceau desde las 10 hasta las 13 aprox. Y luego ir a comer a Saumur, que hemos visto que es un pueblillos majo.
Y luego sobre las 17h ir a ver los jardines de Vilandry. Por eso habíamos todo eso el primer día, que las otras 2 paradas eran más justillas de tiempo
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elanorH12
 Indiana Jones
 21-05-2009 Mensajes: 1728
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Yo para ir más tranquilos quitaría los dos castillos que queréis ver por fuera, porque los trayectos también llevan tiempo.
Y en Chenonceau mirad de comprar las entradas por internet, o estad allí a las nueve, porque si vais en verano, fin de semana o puente las filas para comprar las entradas os pueden hacer perdar bastante tiempo.
Saumur no he estado, pero por lo visto en internet, merece dedicarle un tiempo para verlo.
Otra opción sería comer de picnic, y así tenéis más tiempo para visitas, porque si vais de restaurante, os costará más rato.
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gasolines
 Willy Fog
 15-08-2007 Mensajes: 16759
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El día 1 no iria hasta Saumur. Como mucho llegaría hasta Ussé y volvería para ver Villandry y Langeais. Como te han comentado tanto a Chenonceau como Villandry , minimo se te van a ir 3 horas en cada uno, sobre todo en Chenonceau.
En cuanto al día 2, no se si quieres visitar los 3 castillos, pero si es así, yo me limitaría a ver dos por dentro (Chambord para mí sería obligatorio) y el otro por fuera.
Saludos
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Salodari
 Moderador de Diarios
 03-04-2009 Mensajes: 22834
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